Partida Rol por web

Justo cuando te giras para decirle a la niña que se dé prisa, ves cómo su rostro mira con pánico un punto situado detrás de ti. De repente notas una respiración en tu nuca: obviamente, la sombra que te había parecido ver no había sido una simple ilusión. Cuando vas a darte la vuelta instintivamente, de repente un inmenso dolor en la cabeza te nubla los sentidos. Es como si te hubieran dado con algo muy contundente, pero tu cráneo parece que va a estallar de semejante golpe.

Se te doblan las rodillas y caes al suelo mientras sientes que todo da vueltas y más vueltas. Empiezas a verlo todo negro, cada vez más oscuro... Tu conciencia ya no te responde, y antes de caer finalmente desmayado, escuchas el grito de la chica como algo muy lejano...

Braun había llegado a Ventormenta mediante el tren gnomo que conectaba la capital con Forjaz. No sabía que en esta majestuosa ciudad le esperaba un funesto destino. Y es que, tras una cómoda estancia en la posada y un descanso reparador, el enano se dirigió a hacer un poco de turismo. Sus planes de alistarse en el Cuartel se vieron truncados cuando decidió ir a visitar la Catedral, una de las maravillas de la Alianza.

Al entrar, vio que una chica forzaba una de las puertas que conducían a la zona privada de la iglesia. Al seguirla hasta un despacho, la niña le contó que su padre había sido secuestrado por las fuerzas de Ventormenta debido a que descubrió que un ejército secreto se estaba forjando, la tal Mano de Plata. Mientras la ladronzuela rebuscaba entre los papeles, hizo un importante descubrimiento: un pergamino sellado en el que la iglesia se comprometía a mandar provisiones a la Mano de Plata para cuando estas tropas viajasen al "hogar de la Legión".

Fue tal el asombro de Braun, que no llegó a ver el golpe que le sobrevino por la espalda, haciéndole caer en la inconsciencia. ¿Qué habrá sucedido?