Abajo está de nuevo la posadera, con otra ropa distinta y esta vez lleva su melena recogida en una trenza, pero con la misma sonrisa de siempre. La posada está desierta en ese momento, quizás porque es temprano. A pesar de eso, ya comienzan a escucharse los sonidos propios de una gran ciudad que se despierta.
- ¡Buenos días! Espero que hayas dormido bien... Por cierto, no me has dicho tu nombre, guerrero. Lo pensé ayer justo cuando te fuiste a dormir - Gryshka te saluda mientras lleva a una mesa una jarra de leche y unos dulces muy típicos de la región como desayuno y te los señala con una inclinación de cabeza - Me tienes que pagar la noche, cielo, pero te invito al desayuno.
La orca comienza a colocar bien las sillas de las mesas. Parece tener una ligera obsesión con el orden y la limpieza, cosa extraña entre los de vuestra raza, que soléis ser más prácticos en ese sentido. Si te ensucias, pues bueno, ya te limpiarás otro día.
Saludé a Gryshka en respuesta a su saludo y tomé asiento en una de las mesas. Saqué mi bolsa de monedas y tomé dos piezas de plata de su interior.
- Aquí tienes - dije tendiéndole las dos monedas- una pieza de plata por la comida y la habitación y otra, bueno... porque si - dije sonriendo, no se me daba muy bien dar explicaciones aunque esperaba que lo entendiera- Por cierto, mi nombre es Kortran y soy un soldado de la Horda.
- Muchas gracias, Kortran - la orca parece agradecer esa moneda extra. Es obvio que mantener un negocio así debe ser duro para una mujer sola (o al menos, tú supones que está sola, ya que ni ayer ni hoy viste a nadie que trabaje con ella).
En ese momento se escuchan unos pasos por las escaleras y entra en escena un troll de piel azulada y pelo blanquecino. Lleva una desgastada túnica y un cayado en la mano, y se ve que es bastante joven a pesar de los muchos tatuajes blancos que cubren su cuerpo. Su aspecto es desgreñado y nervioso, y al llegar a la taberna la recorre de un lado al otro con la vista.
Gryshka levanta los ojos al escucharlo.
- ¡Buenos días, cariño! - saluda al troll con aire maternal y le sirve el desayuno - Aquí tienes, que hoy te espera un largo día. ¿Vas a ir a ver a Myrna, la alquimista? Ahora es un buen momento, suele estar en su tienda por las mañanas temprano.
Posé la vista un instante en el troll que acababa de bajar, como tratando de evaluar si lo conocía o no, aunque rápidamente eliminé la idea de la cabeza, después de tanto tiempo fuera ya no conocía a nadie en la ciudad. Volví a la conversación con la posadera.
- Aún no lo he decidido - dije mientras me recostaba en la silla- lo que realmente necesito es hablar con Thrall, pero no creo que vaya a recibirme, no soy nadie... además no sé ni como debo dirigirme a él... creo que después de todo no va a ser mala idea ir a ver a la alquimista.
Después de muchos años, Kortran decidió volver a Orgrimmar, dispuesto a tragarse sus opiniones pero sin cejar en su empeño de encontrar a Grom, el líder que realmente conduciría a la Horda a la victoria. Una vez en la ciudad, el guerrero buscó alojamiento y en la posada conoció a Gryshka, la tabernera, quien parecía ser una fuente de cotilleos e información bastante buena a tener en cuenta. Fue en esa misma posada donde Kortran pudo escuchar unas noticias cuanto menos preocupantes: al parecer, un campamento de centauros había sido arrasado en Los Baldíos, y también se contaba que el Cráter de Ungoro había quedado carbonizado por completo.
El orco archivó en su mente esta información y después se incorporó a una fiesta en la que los guerreros de la Horda querían celebrar la captura de unos espías enanos en Los Baldíos. Estos fueron ajusticiados por Thrall, pero antes de morir dijeron que estaban buscando a sus familias, secuestradas por unos brujos de la Horda. A pesar de que nadie les tomó en serio, era algo bastante inquietante.
Kortran tenía intención de ir en búsqueda de una alquimista que parecía saber cosas sobre lo que estaba ocurriendo, cuando en la posada se topó con un joven troll que tenía el mismo objetivo que él, y además parecía bastante necesitado de ayuda...