Partida Rol por web

Cojo la comida y mientras la devoro, me levanto en silencio aferrando la escopeta preparado por si los podridos conseguian entrar.

Al oír a los zombies intentando entrar, corro hacia la puerta de emergencia y apoyo mi espalda en ella, haciendo presión para reforzar la resistencia que pueda ofrecer la cerradura en sí.

Curiosamente, los nervios se me pasan momentáneamente al recordar una situación parecida en la que casi me pilla el marido de una cliente y tuve que atrancar la puerta para que no me pillase. Una sonrisa se me esboza en la cara al recordar lo absurdo que es recordar algo así en una situación como esta. Al rato vuelvo a la realidad y me mantengo concentrado impidiendo que la puerta se abra, de la cual me doy cuenta que algunas de sus bisagras están comenzando a ceder.

Joder... como no hagamos algo no duramos los 8 días aquí atrincherados. - Pienso al recordar lo que nos queda todavía por delante hasta que llegue el ejército.

Cuando parece que el peligro ha pasado, me acerco de nuevo al grupo y, apoyado en el palo como si de un bastón se tratase, les digo:

- Gente, la puerta de ahí atrás ha cedido un poco, por lo que me da la sensación de que la seguridad aquí dentro no va a durar para siempre. ¿Por casualidad tenéis por ahí algo con lo que se pueda reparar o reforzar? A las malas podemos cambiarnos a un lugar más seguro el próximo día... o esperar aquí algún día más, ¿qué decís?

Mientras oigo sus respuestas, comienzo a comer mi ración de comida.

Carlos se va del Bar.

No se lleva el material que había guardado (alcohol y demás), os lo deja todo salvo una ración de comida.

Serpiente, Kimball y Saúl regresan al bar.

Da gusto regresar a cas... Comienzo a decir mientras entro al bar, es entonces cuando caigo en la cuenta que el niño no está.

¿Donde cojones esta el criajo, gordo de mierda? Lo deje a tu puto cuidado, ¿Recuerdas? Le increpo mientras me acerco para encararme con Eduardo.

Quiero un jodido informe de lo que ha pasado, y lo quiero ya.

Al ver que los tres regresan, pienso por la sorpresa: Coño, al final viven. Será verdad lo de que todos los tontos tienen suerte.

- Oye tú, negrito, menos humos. El crío está ahí mism... - Al ver que ya no está me quedo un rato parado mirando alrededor.

- ¿Carlos? - Digo lo más alto posible dentro de lo que un susurro podría permitir

- Tim, Tomas, ¿dónde carajo está Carlos? - Digo con un tono de preocupación mientras sigo mirando/buscando alrededor ignorando a los recién llegados.

Entro detrás de Kimball y me percato rápidamente de que falta Carlos. Enseguida oigo cómo Kimball increpa a Eduardo.

-Veo que te alegras de vernos, Eduardo. ¿Pensabas que estábamos muertos, eh? Mi ira empieza a incrementar al oirle decir tonterías a modo de respuesta. Este tío es capaz de sacarme de mis casillas con su mera existencia.

-¿Dónde coño está Carlos? ¿No sabes dónde está? ¿Recuerdas que te dije que cómo le hubiese pasado algo a nuestra vuelta te ibas a enterar? le pregunto acercándome lo máximo posible a su gorda jeta hasta quedarme a un palmo de distancia.

- Si tanto te preocupa el crío ponte a buscarlo y deja de hacer el payaso.

Respondo a Serpiente mientras sigo buscando a Carlos.

-Has sobrepasado mi paciencia, Eduardo.

Le arreo un puñetazo.

Tras caer al suelo habiendo recibido el golpe y llevándome la mano al labio inferior, digo:

- ¿Pero a ti qué coño te pasa, jodido hijo de la gran puta?

Miro a los compañeros que estaban antes en el bar

- Haced algo, ¿no?

Serpiente golpea a Eduardo en toda la cara, haciéndole saltar un diente, y este cae contra el suelo.

De repente vuelven al bar Saúl, Kimball y Serpiente. Voy a saludarles cuando observo que recriminan a Eduardo la repentina desaparición de Carlos y que, además Serpiente le arrea un puñetazo. Aunque no me importa lo más mínimo lo que le pase, es evidente que se trata de un error, así que me acerco para intervenir.

A ver chicos, tranquilos. El muchacho ha estado aquí hasta hace un momento. De hecho, no es culpa de Eduardo,  si no que sería mía. Me explico: Justo antes de que hayais entrado, oímos a unos podridos acercarse a la entrada trasera. Yo ordené a los adultos proteger los accesos, mientras que a Carlos le dije que se escondiese. Le vi alejarse y esconderse, pero no ha aparecido desde entonces. Probablemente se haya asustado y haya huido del bar...

-¿Ahora dejarás de dar por el culo, grandísimo gilipollas? le suelto a Eduardo.

Mientras veo como Tim se acerca a la escena e intenta calmar la situación. Justo ésto era lo que necesita, liberar un poco de la tensión que me provoca ese gordo tocapelotas. Desvío mi atención hacia Tim y me acerco a él -Espero que Eduardo deje de portarse con esa autosuficiencia hacia los demás. Puede que no sea culpa suya lo que ha pasado con Carlos pero os lo dejamos a vuestro cuidado y lo habéis perdido. Además nadie me habla así, ¿te queda claro Eduardo? le digo mientras le miro para volver a mi conversación con Tim -¿Dónde creéis qué puede haberse metido Carlos o hacia dónde puede haber huido? ¿en algún momento os dijo algo? Haced el esfuerzo por intentar recordar. 

Joder, te aseguro que no dijo ni hizo nada que diese que pensar que se iba a ir. Pero es evidente que se fue, porque aquí está todo lo que él guardaba menos una ración de comida, que se habrá llevado con él.

-Vale, Tim, retomaremos el tema Carlos un poco más adelante y qué hacer al respecto. Ahora cuéntame un poco qué ha pasado por aquí en nuestra ausencia.