Partida Rol por web

Durante la noche intentas asesinar a Steve y lo logras... pero cuando crees que ya has acabado y has hecho un trabajo limpio, este se revuelve contra ti...

¡Maldito, hijo de puta...!

Pero, ¿de donde ha sacado esa pistola Steve?...

Y entonces un disparo...

Y tanto Steve como tu, exhalais vuestro último aliento.

DÍA 8

Por fin, tras tantas penurias, tanta lucha y tanto sufrimiento, llegáis al encuentro de los militares, pero no están al cien por cien de sus tropas. Han estado evacuando zonas cercanas y el transporte que os sacará de la ciudad aún tardará un rato en llegar, y es ese lapso de tiempo el que ellos aprovechan... Vuestros enemigos mas odiados, los que han destrozado vuestras vidas: los zombies.

Están por todas partes, la mayoría de ellos son aquellos que conocéis tan bien y que podríais llamar zombies tontos, pero también se encuentran entre ellos muertos vivientes mas desarrollados. De hecho, a muchos los conocéis, son viejos "amigos".

Los militares avanzan, los zombies también. No está claro quien sobrepasa a quien en fuerza y aún queda tiempo para que llegue el transporte. Mientras tanto, os encontráis frente a frente, preparados para que la batalla final estalle en cualquier momento...

El descanso de la noche había sido corto, pero suficiente, y el pequeño grupo que formamos parte a la explanada esperando un rescate tranquilo y una cobertura de los fiambres que nos acosaban. Grave error, pues el lugar parece haberlos atraido a todos... pero no había otra posibilidad. Sin embargo, la presencia de tanto muerto viviente no es la única sorpresa, cuando allí vuelvo a encontrar al agente Kimball, al que creía caido como todos los demás en esa noche aciaga. Algo terriblemente extraño debió ocurrir tras mi partida de la comisaría, para haber vuelto a encontrar a casi todos los que allí cayeron de pie otra vez, y es algo que no puedo disimular con mi mirada. Y sin embargo... la preocupación por los fiambres es en este momento mayor que todas esas historias, y estamos claramente en desventaja frente a todos los enemigos, así que sin muchas meditaciones cuando estamos juntos vuelco mi bolso en el suelo para evitarme el peso, y rápidamente rebusco en el interior sacando cosas.

-No sé quiénes sois, cómo habeis llegado hasta aquí, qué os motiva ni de qué manera habeis sobrevivido todos estos días. Sin embargo, mucho me temo que hoy es un día aciago, y dura será la batalla que tenemos por delante. Así que haced uso de todo lo que tenemos, y ya arreglaremos cuentas más tarde si seguimos vivos. -Con esas palabras, le ofrezco a los diez supervivientes que me acompañan, aunque Laguna no es que vaya a poder usar nada de ésto, dos pistolas con cinco balas cada una, un rifle cargado con tres tiros, una escopeta con dos cartuchos ya dentro, una porra y una espada. Al sacar esta última, miro al agente. -Ésta es tuya, recupérala ahora si quieres, te la he guardado con mucho celo. ¡Y ahora, peleemos! Pero la rubia de blanco y rosa es mía, ¡ni se os ocurra quitarme a esa asesina! Laguna, ¡preparado! -Llevo años sin sentir tanta ira en el interior, y sin sentirme tan viva. Ya una noche aciaga me enfrenté a varios de los que veo ahora delante, y salí victoriosa, y no voy a dejar esta vez que ocurra de otra manera. Así que alzo mi escopeta, esperando a que otro blanco se acerque al cadaver andante de Silvia, y cuando están suficientemente cerca abro fuego.

Y fijando la puntería, abro fuego contra la Silvia zombi y zombi Machete, ya que estaba cerca. La primera por asesina, y el segundo por tratar de acabar conmigo. Y por fortuna, una escopeta me permite fijar dos blancos en vez de uno solo.

Corro con mi grupo hasta la explanada, donde los militares deben rescatarnos a nosotros, los supervivientes.

Mis ojos se iluminan cuando veo a Carlos con vida y corro a abrazar al pequeño -No sabes cuanto me alegro de verte pequeño -le digo mientras le estrujo con fuerza -Serpiente, Esteban, Saúl, me alegro de veros -continúo sonriendo, sobretodo al ver que este último sigue en pie -¡Don Nieve! ¿que haces tu por aquí chico? Sigues tan bonito como siempre campeón. Hola Tricia, me han hablado bien de usted -concluyo mirando a la señorita Tempel.

A continuación miro a todos los que nos rodean y preparo mi pistola -¿que ha pasado? ¿donde está Leo? ¿y Calen? ¿que le ha pasado a Frank? ¿y a Elena? Preparad vuestras armas, debemos dejar nuestras rencillas de lado y unirnos contra el enemigo. Serpiente ¿aún tenéis mi escopeta? Vic está desarmada, al igual que Roberto si no me equivoco, deberían tener algún arma para protegernos.

Miro a los militares avanzando con valor hacia la horda de sanguinarios, caníbales, apestosos, asesinos y deformes zombis. Kimball, debemos proteger con nuestra vida a los crios, son nuestra responsabilidad.Confío en ti.

Señorita Tempel ¿Elena era una asesina? nunca lo habría creído pero si tu lo dices debe ser cierto -tras decir esas palabras algo en el interior de mi alma ya torturada se rompe y no puedo evitar dar un traspiés -en ese caso, no, no puede ser. Mierda, entonces Roberto no era el asesino que todos creíamos. Yo, yo, te debo más que una disculpa -digo dirigiéndome al hombre pero antes cojo la escopeta que ha dejado caer Tempel y la porra pues se que soy lo bastante peligrosa si estoy armada y una escopeta siempre viene bien -por ahora coge esta pistola, si alguien tiene más armas que te aprovisione con ellas. Guarda una de ellas para mí, si lo crees necesario, pero hazlo después de que salgamos de aquí con vida. Yo, yo, realmente lo siento, no tengo palabras que puedan hacer que me perdones, sólo te pido algo más de tiempo.

Los rayos del sol golpean mi rostro, ha sido la última noche en este infierno y he procurado dormir unas horas, las suficientes para poder pelear una vez más si se da el caso. Mis manos tiemblan ligeramente, respiro profundamente apretando los puños para tranquilizarme. Tras eso, busco entre mis bolsillos la cartera extrayendo la foto de Rose con cuidado. Mis dedos se deslizan con lentitud por ella. Aún no es la hora de volver a vernos. Lanzo un leve suspiro antes de guardarla en el bolsillo de mi camisa, y comienzo a recoger mis pertenencias.

- Es la hora – murmuro - Serpiente, cubro tu espalda – digo al único de los supervivientes en el que confío al cien por cien mientras amartillo la pistola y retiro el seguro.

Alcanzo la explanada y entonces comienzan las sorpresas, va a ser una lucha a cara perro, mantener la posición hasta que vengan a rescatarnos el resto del ejercito. Los recuerdos de los combates de Vietnam afloran en mi mente y por si eso no fuese suficiente aparecen ante nuestros ojos gente que estaba muerta, y de eso estoy completamente seguro al ver a la pequeña Victoria. Era un zombie la segunda noche en la farmacia, destroce su cara con la culata de mi rifle de caza. ¿Como es posible que ahora este delante de mí como si no estuviese infectada?

- Maldita sea, ¿quien coño sois y de donde salís? – Pregunto alzando mi pistola – No voy a abrir fuego por ahora,  pero hace unos días moristeis y esa pequeña de nombre Victoria era un zombie. Y aparecéis de la nada, supuestamente vivos y ella siendo normal, diciendo que venís a ayudarnos a derrotar a esta horda de zombies. Yo al menos necesito respuestas para fiarme y confiar en vosotros – término diciendo sin apartar la mirada de ellos.
 

Ha sido Gea Saúl, ellos están detrás de todo, ellos crearon esta plaga, ellos crearon esta locura, ellos nos han devuelto a la vida, ellos han transformado a nuestros antiguos compañeros en lo que son ahora -respondo señalando a los zombis que antaño fueron mis amigos u otra gente normal -creo que puedes fiarte de todos nosotros, sobretodo de Kimball y de Tricia, creo que vosotros tenéis mucha historia de trabajo colaborativo. Si no me imagino mi pequeño también es de fiar, al igual que mi querido Esteban. Laguna es un perro, creo que también es de fiar. Miriam es una superviviente más y, si Tricia tiene razón en lo que dice, Roberto es en realidad inocente, o al menos lo era.

Yo voy a por Kimball.

Vaya mierda de tirada.

"Machete" llego a la explanada y contemplo el panorama, aquello se disponía a ser una batalla final entre vivos y muertos.

-Vaya, veo caras nuevas, al parecer hay quien se sabe esconder muy bien, pero eso ya no vale de nada ahora.

- Creo que no me has entendido, Claire. No me fio de vosotros, los que habeis muerto y ahora estais plantados delante de mis narices. De Serpiente, Carlos, Esteban y la señora Tempel si. Así que los miembros de GEA os han hecho esto y ¿tenemos que confiar en que no estais trabajando con ellos? Además no has hablado de Victoria y de que como es posible que haya pasado de zombie a humana - respondo a Claire con el arma apuntandola.

Miro a los zombis allí reunidos mientras sujeto mi escopeta sobre la cabeza. Veo caras ensangrentadas de antiguos amigos, rostros faltos de carne, ojos inyectados en sangre, cuerpos moviéndose torpemente hacia nosotros y hacia los hombres del ejercito.

No se si todavía tenéis algo de razón, de recuerdos, en vuestro interior. No se si sois sólo bestias hambrientas y despojadas de todo raciocinio. Pero creo que debo intentarlo -grito a pleno pulmón mirando a los zombis.

Nosotros no somos vuestros enemigos, muchos nos conocíamos hasta hace poco, eramos compañeros -digo mirando a Lucas y Zack -eramos aliados -continúo mirando a Laura, Frank, Elena y Tomas -eramos amigos -mi mirada mira firmemente los rostros descompuestos de Machete y Phill -e incluso puede que algo más que eso -concluyo mirando a Leo y Calen.

Hemos luchado juntos por sobrevivir, por ver otro amanecer, por comer otra vez, por seguir respirando. Estábamos asustados, teníamos frío, no teníamos respuestas, no sabíamos donde estaban nuestros seres queridos -aunque mis palabras no tengan efecto en ellos creo que todos se merecen escuchar mi discurso -pero seguimos luchando, juntos en todo momento. Y ahora os digo que yo tengo respuestas. La corporación Gea es la que ha provocado todo esto, ellos son nuestros enemigos, vuestros enemigos, nuestros enemigos.

Con desprecio e ira voy soltando cada una de las palabras recordando a todos aquellos caídos, a toda mi familia muerta -Ellos provocaron la plaga, ellos mataron a vuestros seres queridos, ellos os hicieron vivir este infierno, ellos os han matado, ellos os han convertido en lo que sois. Son nuestros enemigos pues quieren que nos enfrentemos para probar sus experimentos, sus teorías, sus productos. En Ciudad Umbría aún existe un centro de experimentación, aún están jugando con nosotros.

Miro a Machete y a Tomas pues ellos saben de lo que hablo. Siento como unas breves arcadas suben por mi garganta ante su aspecto, sobretodo de este último que hace horas estaba vivo -Ellos siguen aquí, son más que los aquí reunidos. Podéis vengaros de ellos, destruirlos, devorarlos e, incluso, podéis descubrir que os han hecho y como remediarlo. Nosotros no merecemos la pena, dejadnos ir en paz, ellos son vuestro verdadero objetivo, no lo olvidéis -concluyo mirándolos a los ojos a la espera de ver algún tipo de reacción.

Tras terminar mi discurso bebo algo de agua y me giro hacia Saúl -Haces bien en no fiarte Saúl, si yo estuviera en tu lugar tampoco lo haría. Yo sólo se que morí por vosotros una vez y volvería a hacerlo pues mi vida no tiene ya ningún sentido -digo mirando a los zombis en busca de las únicas personas que me importaba encontrar con vida -y sobre Vic y su estado zombi, Saúl, mírame, soy, o era, una adolescente modelo ¿que se yo de los experimentos que hacen en Gea? Sólo se que me devolvieron a la vida y que esos cabrones están detrás de todo esto y que ellos son nuestros enemigos, de todos nosotros.

Por la mañana nos encaminamos hacia la explanada después de una noche sin sobresaltos. No me da nada de buena espina lo que pueda suceder. Cuando nos encontramos allí, además de ver viejas caras conocidas de personas que han muerto ante mis ojos o de las que había oído hablar sobre su muerte, nos encontramos rodeados de podridos, algunos también son viejos conocidos.

No acabo de entender qué es lo que pasa, cuando veo como la señora Tempel saca todas armas que lleva guardadas y las ofrece alegremente a muertos, pero no muertos como los podridos, sino muertos que tienen aspecto de vivos. No me puedo creer lo que veo, al menos tendríamos que saber qué ocurre antes de ofrecerles armas, alguno podría ser un asesino. Es más, alguno ya ha muerto por ese motivo -¡señora Tempel, qué hace! -casi no tengo tiempo de gritarle a Tricia cuando escucho cómo Saúl dice lo mismo que estaba pensando -¿Qué narices es lo que está pasando aquí? Todos vosotros estábais supuestamente muertos. Esta fiesta empieza a no gustarme...

Escucho cómo alguien que parece la difunta Claire explica algo sobre GEA. Esto empieza a ser demasiado extraño y grotesco. No me fío de nada que haya muerto y siga en pie -¿Claire cómo piensas que vamos a creerte, sobre todo cuando ahora dices que Roberto es inocente, después de haberte lanzado sobre él como una loca hace unos días acusándole de asesino?

Llegué a la explanada con mis nuevos compañeros y miré a los vivos con una mirada totalmente diferente a la de un zombie normal. Ellos actuaban por instinto y su mirada era parecida a la de un animal. Pero mi mirada buscaba un objetivo con un odio inusual. Una vez lo encontre, me dirigi a el para atacarle, mientras le decia:

- Buenas Kimball, no se como sobrevivistes al zombie que te mordio pero ya me lo explicaras cuando seas uno de los nuestros. Teniamos algo pendiente, ¿recuerdas?

Por una simple razón, alguien me ha dicho que uno de vosotros era realmente de fiar cuando en un principio pensé que era sospechoso y esta persona ha dicho que un tercero es culpable. Y, por descarte, Roberto no era el asesino, a no ser que hubiera dos asesinos en el mismo grupo -explico a Serpiente como si esto fuera lo más sencillo del mundo.

Yo tengo claro en quién confiaría mi vida y creo que, por lo menos antes de que nos revivieran, tu también te fiarías de todos ellos. Carlos, Esteban, Kimball, Saúl y Tricia. Confía en ellos pues son inocentes. Laguna es un perro, creo que Miriam es sólo una superviviente más. Desconfía si quieres de Roberto y de mí, no te culpo, al menos no te culpo por esa razón -respondo a Serpiente tras recordar como dejaron morir como a un perro.

Tras las palabras del zombi Laura doy un traspié y la señalo como si fuera una actuación de feria, tirando de la camisa de serpiente mientras digo -Mira, mira lo que hace, está hablando ¿como puede estar haciendo eso?. Por cierto Kimball, ¿a que se refiere?