Partida Rol por web

puente hundido

Tras subir el camino de tierra y pasar por el puente de madera hundido llegáis a una valla, tras comprobar que todo está tranquilo Tulio abre la puerta y habla sonriente:

- ¡Ya hemos llegado!

Refugio de HOKE

La carretera del Paso de Hoke discurre en paralelo al Arroyo Susante de norte a sur, aprovechando la geometría del paso natural para atravesar la Cordillera do Pedregal, dividiéndola en dos: el Monte do Pedregal (que llegan hasta Moraime), al oeste, y los Montes do Plago, al este. El paraje es hoy peligroso, escarpado y boscoso, aunque antes del Xacobeo hubo aldeas y campos en el fondo del valle.

El paso permitía conectar las dos  carreteras que discurren en paralelo a la cordillera tanto al norte como al sur. Sin embargo, dado lo escarpado del terreno, los frecuentes desprendimientos y corrimientos de tierra de las laderas, y la lógica ausencia de cualquier tipo de mantenimiento durante décadas, han derivado en que la carretera se haya vuelto completamente intransitable. Hoy Los viajeros deben bordear el Monte do Pedregal, llegando hasta Moraime, pagando allí un pequeño peaje para continuar su camino. Sólo los más osados se atreven a cruzar por Hoke.

El refugio se encuentra en la ladera este del Paso de Hoke, del que recibe su nombre, y se accede a él mediante un desvío de tierra que asciende a un entorno llano. Durante años fue un lugar de descanso para viajeros, pero con el abandono de la carretera fue quedando en el olvido. Lo último que se conoce es que una gran familia de granjeros lo utilizó para cultivar hasta que un brote zombi arrasó el lugar. Desde entonces nadie se ha interesado por él.

el refugio

De pequeñas dimensiones, y aprovechando dos contenedores de barco como estructura principal. Está construido con chapas, tableros... y ha sido reforzado una y otra vez durante décadas. Es un lugar sólido y seguro. En su interior cuenta con un salón con chimenea, cocina, un pequeño aseo, almacén, y zona de camas en la parte superior. Puede albergar hasta una docena de personas. Cuenta con un sistema de recogidas de agua de lluvia que se almacenan en un bidón en la parte posterior.

garaje y torre

Un cobertizo cochambroso es lo poco que queda del garaje que hace años servía a los viajeros que pasaban por la carretera, en su interior todavía hay herramientas y algunos restos de vehículos desguazados. A su lado hay una antigua torre de guardabosques, en un estado cuestionable, que permite observar el entorno, la carretera y todo el ancho del paso hacia el sur. Entre ambas estructuras está uno de los accesos al recinto. Sobre la pared del garaje puede aún leerse una tabla con algunas distancias por carretera: Moraime 15 km / Ponte Olveira 16 km / Loroño 21 km / Touriñán 23 km / Aguia  16 km / Lires 16 km

fuente, invernadero y huertos

Una fuente monte arriba, algo retirada del refugio provee de agua al lugar. En ella nace el Arroyo de la Fuente, que desemboca en el Arroyo Susante. En la parte más pegada a la falda del monte hay una gran extensión que un día debió estar dedicada a huertos, y a un lado el esqueleto de lo que con seguridad fue un invernadero. Hoy apenas queda nada, estando todo el terreno invadido por malas hierbas y plantas endémicas del lugar, y en pésimo estado.

Lo que parecía que nos llevaría algo de tiempo y sería un desafío se soluciona rápidamente. Estaba por pedir una cuerda para facilitar mi cruce en aquella carretera desmoronada cuando Sunhee, de un piedrazo, soluciona todos nuestros problemas. El resto del camino es muy amable y, a pesar de estar muy atentos a los zombis, podemos disfrutar un poco más del paisaje. Antes de sentirnos cansados, finalmente llegamos al refugio del que nos hablaron y al cual llegamos escapando.

Al ver el lugar quedo boquiabierto. Esperaba un lugar seguro, pero nunca pensé que fuera tan completo. Es como un paraíso destartalado. Se me llenan los ojos de ilusión sólo de pensar en poner en funcionamiento este lugar. Pareciera que hay un rincón para que cada uno se sienta a gusto. Desde donde estoy, aún sin explorar mucho, ya puedo ver a Nara montando guardia en esa torre y a Sunhee a cargo del huerto. Es increíble que esté deshabitado, fantaseo con un lugar seguro para los que anden perdidos. Con todos estos sentimientos al hombro empiezo a avanzar dentro del lugar. Me dirijo, por supuesto, a revisar el garaje.

- Esto es increíble – digo para mí mismo, lo suficientemente alto como para que todos me escuchen.

¡Nuestro nuevo hogar!

Estaba un poquito abandonado, sí, pero... con un poquito de mimo, podríamos dejarlo tan bonito como lo era nuestro refugio de Pedroso. Además, ¡tenía de todo! Pequeñas zonas de cultivo, un bidón para recolectar agua, incluso una torre desde donde subirme y ver el atardecer como lo tenía nuestro antiguo refugio.

—¡Me encanta~! —exclamé, súper emocionada.

Me encantaba de verdad, de todo corazón. Sabía que nos llevaría nuestro tiempo hacerlo acogedor y habitable, pero me podía imaginar viviendo allí, llevando mis verduritas, y viendo a Gaspar en el garaje arreglando mecanismos y cachivaches para la Pulga, mientras que Nara vigilaba los alrededores desde la atalaya.

—¡Es perfecto! —añadí—. ¿Os gusta a vosotros? ¡Sí, verdad!

¡Ojalá le guste a Jose también!