Partida Rol por web

Los dos goblins se siguen acercando y llegan a tiempo de escuchar las palabras del malhumorado Rimmar. Se trata de Grurlk Lanzafirme y Ugrum.

Estais en el lindero del bosque. No veis a nadie a vuestro alrededor a parte de vosotros cuatro. A lo lejos, las colinas ocultan la ubicación de vuestro campamento.

- Bu-bu-buenaz nochez Capi Dimmad, buenaz nochez hechicedo. Eztamoz de caza y pazabamoz pod aquí... - dice Grurkl mientras mira al suelo y se retuerce nervioso las manos. No sabe muy bien cómo salir de la incómoda situación.

Se gira hacia los goblins que vienen y les sonríe con familiaridad - ¡Oh, chicoz! Llegáiz en el momento pedfecto pada hacedme compañía. Eztoy contento entde tanto goblin amigo… Grurkl y Zangog… Ugrum. A ti no te conozco tanto pedo bueno… – Se acerca a Ugrum procurando mantenerse alejado de la trayectoria de su lanza. Por todos los goblins, sobretodo por los tuertos, era conocida su desdestreza para manejarla. Saca su peine con teatralidad y se peina con maneras mientras habla – Pedo zi erez amigo de Grurkl, tienez que ke zer buen goblin. ¿No ez azí Grurkl? Bueno, dime Grurkl ¿Como eztán laz cozaz allí arriba?

Grurkl asintió. Se alegraba de que el Capi le siguiera tratando como un amigo a pesar de haber caído en desgracia.

- Zi Capi Dimmad, Ugdum es un buen goblin. Ahoda zomoz compañedoz de bola-pincho.- respondió el enorme Goblin señalando alternativamente a Ugrum y a si mismo con el dedo.

- ¿Pod adí adiba? - Grurkl se rascó la cabeza - Eztán todoz dudmiendo. Bueno, todoz menoz Xukdutt, que cuando noz fuimoz eztaba de guaddia. - Muy contento por su eficiente informe, Grurkl mostró una gran sonrisa.

Muy bien, Grurkl.- Apremia al goblin con la mirada. – Te haz ganado un azenzo, fiel goblin. Pedo antez tengo que hablad contigo y no quiedo compdometedte delante de tu amigo. ¿Ezpedadaz aquí un momento a Grurkl, Ugrum? Ahoda venimos loz doz, no te pdeocupez. – Se aleja un par de pasos adentrándose en el bosque. – ¿Vienez Grurkl?

- ¿Un azenzo?- los ojos de Grurkl se abrieron desmesuradamente, luego se puso firmes y se cuadró (olvidándose en el proceso de sujetar la bola-pincho que casi le cae en el pie).

- Zi zeñod, le zegidé hazta... hazta... ¡hazta que me duelan loz piez!-

Grurkl da un paso adelante, pero de repente se da cuenta de su falta de desconsideración hacia su amigo.

- Zolo zedá un datito. ¿No te impodta veddad compañedo?- preguntó con cara de "no me regañes por favor"

Luego, sin esperar respuesta, se fue tras los pasos del Capi Rimmar.

-Bueno Rimmad, yo me vuelvo al campamento a echad una ziesta. Ya noz vedemoz -y tras lanzar una última mirada se pone en marcha de nuevo hacia la peña goblin- Decuedda lo que hemoz hablado y lo que me haz dicho. Ezpero que no ze zezcubda al final que tú teniaz mi bola mágica. O lo pagadaz cado... cado cadízimo! He ze ze ze -rie maliciosamente mientras se pone en marcha agilmente-.

Zangog se aleja de vosotros con paso calmado. Quedais los tres en el lindero del bosque.

Observa como Zangog se va, y luego se dirige al enorme goblin.- Ezcuchame Grurkl. Ha llegado el momento decizivo. – Entona con pasión estas palabras. – La mizión y la hodda eztán en peligro, y nozotroz vamoz a zalvarla. Zerá algo fácil y rápido que noz repodtada glodia y todas laz riquezaz imaginablez. Yo volvedé a zer capi y tu zeráz el jefe de la guardia real, zeráz máz que un zargento. Podráz mandar a todo el mundo menoz a mí, peddo tendremoz que confiar el uno en el otdo pada hacedlo.... Tu vida no corredá ningún peligdo pero hay que hacedlo ezta noche ¿Eztaz dispuesto a llegad hazta el final?.

....Zi...No...- Fue todo lo que alcanzó a decir Ugrum ante la retaíla interminable de palabras que Rimmar soltaba apenas sin respirar.
Vete con él Gdudkl, yo me quedadé pdepadándome pada cazad. Pedo no taddeiz mucho, ¡que tengo hambde!
Dicho esto, Ugrum comenzó a buscar algo de barro para "camuflarse con el entorno".

- ¿Mandad a todoz? ¿Zed maz que el zadgento? ¿Jefe de la guaddia deal? ¿Qué ez lo que me zube pod la ezpalda? ¿Zedá un bicho? - Grurkl se dio una palmada en un costado, pero la sensación seguía ahí - No, no ez un bicho. Ez agdadable...-

Grurkl nunca había sentido ambición, era la primera vez que se le ocurría que podría ser algo más que un lancero... y le estaba gustando.

- Llegadé hazta donde haga falta zi uzted me lo oddena, todo pod el bien de la hodda. ¿Qué hago? Y... ¿puedo llevadme a mi compañedo de bola-pincho pada que me ayude? Zegudo que a él también le apetece un poco de glodia de eza. -

- ¿A qué zabdá la glodia?-

La hodda tiene zuete de contad con un goblin como tú, Grurkl - elogia la valentía del goblin, al que ve entusiasmado por cumplir con el deber… Y recibir la suculenta recompensa. – La mizión ez fazil, veráz. Hemoz dezcubiedto a los garraz rojaz y vamoz a matad ezta noche a su lided. El problema ez que no podemoz hazelo didectamente podque zon podedozoz. Azí que Zangog, que también ez de loz fielez, y yo, hemoz penzado un plan. – Se pone a la altura de Grurkl y le explica paternalmente. - Ahí ez donde entdamoz nozotroz, Ugrum tú y yo. Zangog va a dormir al lider de loz garraz pada que no ze dezpietde mientdaz tu amigo le codta el cuello. Ezo ez muy fácil. Ademáz no impodtada que le vean podque le echademoz la culpa al Grumg, que ez otdo garra roja. Tu mizión zerá acompañar a Ugrum pada que mate al jefe de loz garraz, y juzto dezpuéz de que lo haga, cuando loz goblinz pidan explicaciones, tu gditadaz y defendedaz a tu amigo, didaz que no fue zu culpa, que fue Grumg quien le hechizó pada matad a Bolwock. (¿Te dije que ez él el lided de loz garraz?) Zangog te dadá la razón y yo, ya capitán, le ejecutadé. Entonces zedé capi, y tú y tu amigo guadiaz realez. ¿Ez bueno el plan eh? Zolo hace falta que venga tu amigo pada que ze lo ezplique.

Grurkl se puso muy contento cuando se enteró que la misión consistía en matar a alguien, después de comer era lo que más le gustaba. Además, habitualmente una cosa llevaba a la otra.

No se puso tan contento cuando se enteró de que a quien había que matar era al jefe de los capuchas negras.

Luego se dio cuenta de que en realidad él no tenía que matar a nadie. Si algo salía mal... bueno, buscaría otro compañero de bola-pincho.

Todo esto se reflejó en una contínua tranformación de la expresión de su rostro, de éxtasis a felicidad pasando por el mayor de los terrores.

- Me guzta el plan. Zolo una pdegunta antez de que ze lo contemoz a Ugdum. ¿Bolwock ez comeztible?-

Después de una pequeña caminata, llegas finalmente al campamento. Todo está más o menos como cuando lo dejaste, salvo por un pequeño detalle. Bueno, son dos y la verdad es que son cualquier cosa menos pequeños.

Y es que en el medio del campamento, hablando con Chiwick, han dos enormes gigantes de las colinas. Parecen amistosos, pero aún así, la mayor parte de los goblins del campamento los observan con recelo.

Errrrr, zupongo que zi…- Responde sin prestar demasiada atención. Su frente refleja preocupación al ver a Ugrum untándose de “barro” con cara de pura satisfacción– ¿Pedo eztaz zegudo de que Ugrum zabda haced el tdabajo? Quiedo decid… ¿Ugrum puede haced algún tipo de movimiento contdolado? Zolo tiene que rajadle el cuello a Bolwock… Grurkl, tu mizión también ez azegudadze de que lo haga, zi no podemoz tened muchoz problemas todoz… - Tras haber dejado esto claro, se gira hacia el goblin en cuestión y le llama con su voz más cautivadora. – Uuuuugruuuuum, ven aquí muchaachooooo-

El capitán llama a Ugrum y le hace gestos para que se acerque a él y su compañero Grurkl. - Uuuuugruuuuum, ven aquí muchaachooooo

- No ze pdeocupe Capi, que alguien matadá a Bolwock. - dijo Grurkl quitándole importancia a ese detalle.

Al oir "la llamada", Ugrum, que se encontraba revolcándose en el fango, se levanta.
Ya voy señod- Dice con voz marcial, mientras comienza a caminar hacia allá y se pinta dos líneas paralelas en sendos pómulos.