Partida Rol por web

Irmak se aleja lamiendo la flecha, completamente ajeno al jaleo que se ha armado a sus espaldas. Cuando ya no queda pizca de grasa en ella, la usa de mondadientes, hurgando entre sus colmillos.

-Grrrumpf! Veamoz que nadizez eztán haciendo miz gaddapatoz. ¡Pod la Hodda! ¿dónde ze han metido?

Cuando se gira y ve el panorama, alineados allá en frente garrapatos, arqueros, lanceros y oficiales, todos discutiendo acerca de él, algunos apuntándole, la boca se le abre tanto que la mandíbula le reposa en el pecho.

Con un alarde de velocidad sale corriendo hacia los establos y se parapeta tras el bebedero. Valientemente.

-¡Co.. como me enfade...!

- Gulp - Ante la situación, el Sargento Kamtrak trago saliva ruidosamente - Eh... NO! Por zupuezto que no - le aclaró al cobarde que lo agredía con 15 garrapatos a sus espaldas - Ya lo oizte al Capitán, todoz zomoz nezezadios. Como voy a dizpadadle? -

- Yo, yo, yo nunca atacadía a otdo goblin - completó en su tono más zalamero - zolo ataco a quien me dize el Capitán... si nadie me zaca miz flechas mágicas - terminó orgulloso, esperando que el susodicho capitan, o alguno de sus hombres, le sacara a ese loco de encima

- Tally Ho - dice yoda desde lo alto de un árbol mientras trepa hacía una rama más alta

Ajeno a los gritos y la discusión la figura de Zangog, el hechicero, surge desde detrás de las filas de goblins, y apoyado en su bastón camina con aire ausente entre lanceros, arqueros y soldados, con la mirada fijada en el suelo murmurando frases ininteligibles.
...., gñmbrz, mnblrz, ñgbrmz...

Su caminar le lleva hasta un goblin anónimo que, de espaldas, no le había visto acercarse. Con un fuerte golpe de su vara en la cabeza hace que se aparte, no sin antes gritarle

...¡¡MUERTEZ!!...

luego, se aleja de nuevo, murmurando, sin prestar atención a lo que sucede a su alrededor

...., gñmbrz, mnblrz, ñgbrmz...

-¿Quien haber decio algo malo de loj lanceroj? Le haré tragar mij polvoj de fuego grrrr

- Ssshh... calma chiquillo,- le dice Chiwik a su lancero- no zerá necesario todavía que manchez tu lanza con laz tripaz de ningún bocazaz...- Se volvió hacia Bolwock - Zerá mejor que dejez que yo me ocupe de miz lanceroz Bolwock, azí yo no te daré conzejoz de que debez hacer con tuz encapuchadoz y todoz zaldremos ganando...

Para ser un goblin Chiwik había vivido lo suficiente como para conocer a los de su raza y, sobre todo, para ver como la gente como Bolwock conseguía poder a base de miedo. Si le mostraba el mismo miedo que los demás Chiwik ya no tendría nada que hacer para mantener el orden entre sus tropas. Había visto a otros como Bolwock completar su círculo: ascensión gracias a la ambición, poder gracias al miedo y muerte gracias al pánico. La vida - y la muerte - ejercían su justicia infalible si dejabas pasar el tiempo suficiente.

Alentado por el valor de su sargento Grurkl cerró filas con sus compañeros y les lanzó una fiera mirada a todos... ¿o en realidad eran gases?

Bolwock se acerca a Gommok y lo agarra violentamente por el cuello, levantándolo ligeramente del suelo:
- Lárgate... y llévate a ezoz bichejoz contigo zi no quierez que me zirvan de almuerzo... - con un gesto de su Capitán, varios capuchas negras forman en silencio; nadie los ha visto llegar, pero siempre están deseando "poner orden". Tras asegurarse de que ha olido su fétido aliento, lo deja de nuevo en el suelo y se acerca a sus muchachos. La mirada que lanza a Chiwick es demoledora; el viejo no le cae mal, pero a veces es demasiado presuntuoso. Será cosa de la edad...

- Venga chicoz... ze acabó la diverzión... Vamoz a relajarnoz un poco y ezperar el momento de la partida.

Chiwik asiente ante la mirada de Bolwok y se apoya en su lanza. No tiene sentido alimentar la tensión y nunca deben forzarse las cosas al límite. Ambos han demostrado su autoridad ante sus subalternos y el juego queda en tablas. Será más interesante matar a enemigos de la horda en el campo de batalla que asesinarse entre goblins en una estúpida riña por una flecha embadurnada de aceite.

Siguen faltando tres personajes por hacer. Pongo el lunes como fecha tope y si no, sustituyo a los jugadores (con el consiguiente negativo, por supuesto).

- La tenzión que precede a la batalla... como la tormenta antez de que llueva de cojonez... Ez el peor momento para loz guerreroz... Zi... Yo también quiero zopa... No.. Te lo digo de verdad... Deja de mover la ramaz que te vaz a pegar un oztión.... Vez... ¿Te lo dije o no te lo dije?... Deja la ezcalera que te vaz a caer...

Las frases inconexas de Chiwik revelan que se ha vuelto a dormir apoyado en su lanza y murmura sus frases mientras un hilillo de baba se balancea en la comisura de sus labios.

Nipsy aprovechó el momento para mostrar su "aprecio" hacia los superiores. Se acercó a donde estaba el sargento Chiwik y, sin que nadie le viera, deslizó su pie hasta la lanza del sargento, para que ésta cayera mientras el sargento estaba durmiendo.

En un momento, Nipsy se tumbó un par de metros lejos de Chiwik, boca abajo, para simular que estaba durmiendo también.

- ¡Grrromphfh! Zzzzz...

El goblin roncaba para que todos pensaran que estaba durmiendo.

Ke tontoz, zeguro ke kreen ke ha zido otra perzona... Jijiji...

El mío es uno de esos personajes que mañana (si no esta misma noche) estará terminado.

Ante la agresión su sargento Grurkl enarboló su lanza y lanzó un grito de guerra.

- ¡A mi loz lancedoz, noz atacan.! -

Después, se decicó a dar vueltas sobre si mismo apuntando a todo el que estuviera cerca mientras, amenazador, decía - ¿Quién se ha atdevido a hacedle ezo a nueztdo zagento? Que zalga el zuzio taidod pada que cuando el zagento ze levante se vea la cadaz con él. -

Cdeo que ya eztoy lizto...

Ante la posibilidad de echarle la culpa a traición a uno de sus compañeros, Xukrutt se levanta rápido como una centella, y sacándose el dedo de la nariz y esgrimiéndolo con malicia, grita:
Ha zio Nipsy el mu cabrón!! Lo he vizto haciendolo!! Grurkl no lo puedez dejar azi!!
Meter zizaña siempre fue su arte preferido.

Con una sonrisa socarrona Kamtrak queda a la espectativa. Una pelea! Entdre otdos que no zoy yo sus pensamientos parecen escucharse mientras se acomoda en la pared de la cueva y se prepara para observar un buen espectáculo.

Ante el grito de Grurkl, Nipsy se levantó del suelo sobresaltado.

- ¡¿Noz atakan?! ¿Dónde, dónde?

Después de oir a Xukrutt, Nipsy le señaló con el dedo y gritó:

- ¡Mentirozo! ¡Erez un mentirozo! Pero zi yo eztaba durmiendo, no he podido zer yo. Zeguro ke haz zido tú, maldito. ¡Por ezo eztáz echandole laz kulpaz a otro!