Partida Rol por web

 Esta prueba era muy popular entre la gente y sobretodo entre los niños , pues los concursantes trataban de tirar con piedras, premios de los arboles. Algunos eran bolsas de monedas , otros eran bolsas de caramelos, juguetes, y cualquier baratija que puedieran imaginarse los concursantes, que decoraban el arbol como si fuera un arbol de navidad, ya que ademas de los premios tenia cintas de colores que lo decoraban a un arbol de por si bello por ser el mas bonito y grande del lugar

Pero no solo por esto era especial para los niños jejeje sino porque cuando caia un premio los mas jovenes que se habian puesto a distancia segura corrian como si les fuera la vida en ellos a recoger los premios de caian de las bolsas abiertas que al ser muchos , siempre llegaban a coger alguno-Apuntaros pues con esta prueba ayudareis a muchos niños a ser felices decia su organizador

Mientras daba una pequeña vuelta por el festival he acabado llegando a la prueba de las bolsitas de dinero. No he podido evitar soltar una leve carcajada al ver a los impacientes críos corretear alrededor del árbol.

Dirijo una cordial salutación al organizador al tiempo que le digo,

- Con vuestro permiso, probaré suerte.

Doy una vuelta alrededor del árbol intentando encontrar una buena posición para acertar a mis objetivos… “¿¡Será que no hay ni un pequeño hueco?!”

Al final desisto y me dispongo a probar puntería contra la primera bolsita… Preparo una de las pequeñas piedras, con la que había estado jugueteando hasta ahora, para lanzarla con un grácil movimiento…

La piedra sigue una trayectoria bastante prometedora cuando lentamente empieza a caer y acaba golpeando una de las ramas con un sonido seco… “Que mala puntería…”

Más que mi desastrosa actuación, lo que realmente lamento es la cara de decepción de todos esos críos…

Buendía lord Eldelvar, sí que causó revuelo en su duelo, si me permite me gustaría probar suerte también en esta prueba ¿Quién sabe? Quizá me vaya mejor que en arquería, por cierto ¿Cómo se encuentra su amiga? - digo mientras tomo un turno y observo el árbol. Tras unos segundos desisto y preparo mi lanzamiento. Bueno ni modo, tal vez mañana me vaya mejor durante la demostración de magia.

Mientras rehuía la mirada de los niños, el elfo practicante del arte arcano, se ha acercado a probar suerte al igual que yo…

- Buendía lord Silar, lástima que tampoco haya tenido suerte con sus lanzamientos… En cuanto a mi amiga – Una disimulada risa vuelve a escaparse entre mis labios – Supongo que os referís a Eyapom de Fontmaragda, una hafling encantadora, sin dudas, pero no creo poder decir que somos exactamente amigos… “Más bien… recién conocidos por el festival… ¿Compañeros de pruebas, quizás?”

Le dedico una cordial despedida para dirijirme de nuevo a la taberna

- Tuve el honor de presenciar vuestra primera prueba en la demostración de magia, una gran presentación debo añadir. Estaré expectante por su próxima prueba.

Cuando ya me he alejado unos pasos, me vuelvo para añadir

- Estaré descansando un rato en ‘El cáliz de fuego’, si os apetece tomar algo, no dudéis en uniros a mi…

Marcus caminó a paso lento. Largas zancadas que contra su lento paso, le hacían caminar a una velocidad más que típica para alguien de su tamaño y edad. No era él quien quería destacar entra la multitud, pero no pudo evitar ver a varios chicos que parecían seguirle después de la prueba de tiro con arco. - Zagales. Bien se lo que buscais, y esta al final de este camino, sobre un arbol. Si prometeis abandonar vuestra hostiga, una bolsa del arbol bajaré. - Y así, seguido de varios de aquellos chicos, el hombre caminó sin variar su paso hasta llegar al arbol.

Un enorme arbol, con no pocas bolsas que colgaban de él. Se retiró el sombrero para poder alzar la vista en busca del mejor de las bolsas. No la más grande, si no la más pesada. En su experiencia sabía que no lo más grande es lo mejor. Los venenos más mortales son aquellos que estan en un pequeño frasco. Por ello ofreció su sombrero a que parecía al más lento de los rapaces. Si debía perseguirlos, no deseaba una carrera contra el más rápido de los pequeños, ya tenía una edad. Así, se agachó y tomó una piedra que bien cubría su palma, y comenzó a caminar alrededor del arbol, buscando la presa más generosa. Y allí la encontró, cerca de la copa con una rama bien doblada que indicaba su cuantía.

Estiró el brazo hacia atrás, tomando unos segundos para calcular no solo el viento, si no además el punto más frágil de la bolsa para romperla de un solo golpe. Y lanzó la piedra con mortal precisión, rompiendo y derramando el contenido de la bolsa en el suelo, solo para arrancar de las manos de aquel niño su sombrero y colocandoselo en la cabeza con una diminuta, pero satisfecha sonrisa.

Me acerco con Colina al lugar de la prueba y la ato a un árbol desde el que puede verme. De nuevo la gente es amable y le deja sitio por si quiere acostarse y para que pueda verme perfectamente. Son muy amables.

Me acerco a la tabla de los jueces. – Buenas tardes, soy Eyapom de Fontmaragda y estoy apuntada a esta prueba.

Me entregan una bolsa con piedras que recojo de manos de uno de los jueces. – Muchas gracias ahora a probar suerte.

Me acerco a la línea que marca desde donde hay que lanzar y comienzo a caminar buscando un blanco claro.

Logro distinguir una en una rama exterior. Y me preparo para lanzar una de las piedras de la bolsa.

La primera bolsa cae pero no logro oír como choca en el suelo por la invasión de los pequeños que se lanzan a toda velocidad a recoger su contenido. Me tengo que controlar para no hacer lo mismo.

Cuando marchan los últimos vuelvo a caminar girando buscando un nuevo ángulo de tiro.

Antes de conseguirlo me llegan las voces de los desafortunados. – Yo también quiero un regalo… Espera mama seguro que ahora lanza otra bolsa… – Y lanzo la piedra aun consciente de ser mucho más difícil el lanzamiento. La piedra va perfectamente hacía la bolsa pero una rama la desvía haciendo que no le de.

La decepción de aquellos niños que se han quedado sin nada me hunde y en silenció voy en busaca de Colina que intenta animarme con sus lametones. – Vamos a buscar la redacción de la publicación haber si me contratan Colina.

Angie llego al arbol decidida a tirar tantas bolsas como pudiese, tanto para ella como para los mocosos de alrededor.

Empezo a dar vueltas al arbol, no fue hasta la segunda vuelta que encontro entre dos ramas una de ellas ancha un buen tiro.

Pero la piedra paso rozando sin exito el saco y todo termino rapidamente.

Recorriendo la feria me encuentro con la prueba de lanzar piedras a bolsas que están colgadas en un árbol, al haber estado mucho tiempo en la naturaleza la curiosidad me puede y me meto para participar. Diviso una bolsa muy cerca de donde me encuentro, cojo un piedra del suelo y me preparo para lanzar, me falla la fuerza y la piedra cae antes de alcanzar la bolsa. una lastima la bolsa era un objetivo muy fácil. Tal vez el próximo participante aproveche el tiro tan sencillo para aumentar sus puntos.

 Me presento donde está el árbol con las bolsas. Este es el público más entusiasta formado mayoritariamente por niños pequeños. Cuando llego a la mesa de los jueces les enseño el nuevo pergamino de inscripción.

– Buenas tardes vengo a participar, – recogiendo una bolsa de piedras.

Mientras me acerco a la línea que rodea el árbol saco tres piedras aplicándoles una infusión para aumentar mis posibilidades.

Dispongo de pocas infusiones pero sus caras de expectación me hacen gastar una para intentar no defraudar sus ilusiones.

Comienzo a girar en busca de una buena opción de lanzamiento.

Preferiría dar una vuelta completa antes de elegir una opción.

La decepción que noto entre ellos me hace lanzar sin un blanco claro. Como me temía un fracaso.

Mientras abandono el lugar le entrego las otras dos piedras con el conjuro al siguiente participante. – Toma estas dos piedras les lance un conjuro. Ellos se lo merecen.

"Lanzar cosas es lo mio, probare suerte en esto"-piensa arrow mientras se apunta.

primero busca el mejor lugar para lanzar...

No parece que encuentre ningun sitio optimo, asi es que se dispone a lanzar, auqnue se distrae al ver pasar a una chica guapa y falla, perdio su oprtunidad...

El recien llegado ve a los niños alrededor del árbol. Un tanto ilusonados con el nuevo

"Señor, señor ¿Va a tirar usted bolsas?" dice un crio con cara de ilusionado -y con algunos moratones, de haberse acercado demasiado al árbol cuando el resto tiraba
"Bueno chico, Vamos a intentarlo ¿No? Veamos como sale."

El chico sonrie

"Pero tendrás que pedirle a Mayaheine que tengamos suerte ¿Vale?"
"¿Mayaheine?
"Es la diosa de los aventureros. La que da buena suerte a los chicos que son valientes ¿Eres tu un Valiente?"
"¡¡SI!!" Responde el chico, más animado

¡¡¡¡¡¡¡¡¡ RUSCALAZUSCA - PUM !!!!!!!!!

¡Y de un tiro afortunado, el clérigo recien llegado hace caer una bolsa!
El muchacho que lo miraba tan animado se tira como poseso a por ella ¡Está llena de ranas de chocolate! ¡De las que venden en la academia Hogwarts!

Luego se me acerca una chiquilla
"Señor, señor ¿Me puede tirar esa bolsa de ahi?"

La chiquilla me ha señalado una bolsa bastante clara, asi que me animo, e intento lanzarla...

¡Con tan mala suerte, que le doy a un caballero andante que pasaba por ahi!

"¿Serán posibles los hados? ¡Mas si está lloviendo y granizando con este sol!"
 

"Sin duda, debe de ser obra de algún infiel malhadado ¡Sancho! ¡A mi mi adarga! ¡A mi mi broquel!"
 

Un tanto avergonzado por aturdir al insigne caballero, Dupre se retira... Pero no sin antes, pregonar un poco acerca de la causa de Mayaheine.