Te voy describiendo mis intenciones para cuando terminemos de hablar y nos centremos en la escena de la taberna.
Alonso se fija en todos los presentes, tratando de sacar la mayor información posible:
- Cuantos hay jugando
- Quien parece que va ganando
- Quien va perdiendo
- Quien parece estar haciendo trampas
- Quien parece el más *espabilao* y el que menos.
- ¿Conoce a alguien de algún viaje?
También me gustaría usar Entropía 2 para favorecer la fortuna de Alonso en los dados. La idea es ganar un 70%-80% de las partidas, una buena racha pero no excesivamente llamativa para llamar la atención o hacer pensar que hace trampas.
La mitad de las ganancias las empleará para invitar a algunas rondas a los presentes. Esto es para congraciarse con ellos (aunque les gane su dinero al menos tiene la generosidad de compartir su buena suerte) y porque Alonso en realidad es generoso cuando está contento.
No sé si quieres que haga alguna tirada o qué demos por éxito automático, así que ya me dirás si hace falta que tire algo, que información saca y si te parece bien la idea del juego.
Hay jugando una panda homogenea de 4 tipos, el resto solo mira y bebe (y a veces suelta algun que otras gracieta o risa estridente). Todos tienen el aspecto curtida y endurecido de la gente del mar: pieles morenas por el sol y asperas por la sal, cabello desgreñado graso y una afición por gritar más que hablar. Muchos tienen diversas cicatrices, incluso algún ojo menos o una dentadura salteada, como secuela de accidentes a bordo.
Tras un rato mirando la partida, parece que juegan para pasar el rato, con lo que quien gana o pierde no tiene mucho sentido. De hecho juegan con semillas de calabaza en vez de dinero. Es posible que con las poca monedas que tengan prefieran gastarlo en alcohol antes de arriesgarlo en cualquier juego de azar.
Tira Arete si quieres el efecto de Fortuna, serña coincidente y no vy a mirar más que si tiene éxito, si no o (la razón porque siempre hago tirar magia) si pifias.
Bah, por semillas de calabaza Alonso no va a molestar a la ramera de la Fortuna XD
Se unirá para pasar el rato entretenido y sacar algo de información :)
A ver si los demás quieren charlar algo antes de llegar a la taberna que parecían querer hablar con Alonso :)
Por cierto, lo de la flor fue Trucos de Salón, que ya que lo tiene, habrá que darle algún uso de vez en cuando :D
Al ver el ofrecimiento de Alonso, aprieto mis manos, pero no salgo de la mirada acusadora, por respeto a la libertad de Patricia, a pesar de que me mantengo a pocos pasos de ellos, por detrás, atento a lo que Alonso pudiera intentar hacer, saliéndose de lo educado en estas tierras.
Me apresuro a responder a su pregunta:
La prometida del tal Peppino nos habló de un comerciante navarro, un tal Maçueles, que después de un viaje vino con el pelo rojo, según él a causa de que se le cayera una cesta encima llena de especias.
En cuanto llegamos a la taberna, al ver a toda la tripulación, recuerdo la mirada con la que acusaban a Patricia, y enarco una ceja, mirando a los dos que me acompañaron en la travesía.
Finalmente parece decidirse que a pesar de todo nos merecemos un descanso, aunque no puedo evitar sentirme preocupada por si algo terrible pasara durante el tiempo en el que nos disponemos a relajarnos... Rezaré fervientemente para que no sea así, no podría perdonármelo.
Mis tribulaciones son irrumpidas por la galante invitación de Alonso, al cuál dedico una sonrisa afable.
-Sois muy amable, y os lo agradezco de veras, pero para serle sincera ya tengo un brazo al cual asirme- sin perder la expresión calmada del rostro, me muevo apenas un par de pasos hasta sujetarme al brazo de Kamal, mirándole un instante antes de empezar a caminar intentando seguir sus amplias zancadas.
Creo que es la primera vez que lo hago, pero sin duda prefiero que me lleve del brazo alguien en quién confío plenamente y haber accedido a la petición de Alonso podría haberle dado más esperanzas de las que debería, aunque quizá me equivoque y realmente sólo pretendía ser extrañamente gentil.
Observo el interior de la taberna algo confusa, sorprendida por la cantidad de improperios y blasfemias que surgen espontáneamente en cada uno de los juegos.
-¿No deberían haber zarpado hace mucho...?- pregunto dubitativa mirando la puerta tras nosotros y de nuevo a los marineros.
No me pareció haber visto nubes de tempestad a lo lejos y su presencia me inquieta e incómoda después de que demostraran una animadversión tan férrea hacia mi persona.
Cuidado Pha, que según Narel soy una salida (!! xDDDD)
Regina parece atareada y trae otra jarra de vino a la mesa de los marineros. Repara en el grupo.
-Oh vaya... ¡Que bien que estáis aquí! Se ve que el barco de esta gente sigue reparándose y no dejan de venir y beber. ¡Que aspecto traeis! ¡Necesitais un baño!-
Guía a los personajes a la parte de atrás, hay un barreño y un fogón de piedra apagado cerca.
-Id a buscar agua al pozo y yo encenderé esto.- Dice reuniendo leña de un estante cercano.
Osorio carga con el cubo, feliz ante la perspectiva de un baño reparador, y sale en busca de agua, no sin antes decdicarle un guiño a Kamal al pasar por su lado.
-Parece que Patricia comparte mi idea sobre la fortaleza y valentía de vuestro brazo, buen Kamal. Voy a por agua, a ver si con un poco de suerte me cae encima del pelo un montón de incienso y me vuelvo más cristiano que San Tadeo.
Y sin más, sigue su camino, silbando alegremente.
Alonso acepta con una media sonrisa el rechazo de Patricia, respondiendo amablemente.
- Entiendo.
Al llegar a la tasca la sonrisa de Alonso es enorme, observando la escena feliz, hasta que sus ilusiones se esfuman al percatarse de que en realidad juegan con semillas de calabaza y que el ambiente no es festivo, sino de fastidio y hastío por no poder zarpar.
Regina les saluda tan activa como siempre. Repara entonces en su aspecto y la verdad de sus palabras.
- Esta bien, buena Regina, pero no podremos mojarnos todos a la par. Dejad que os ayude mientras espero mi turno. ¿Falta alguna comanda?
Me sorprende el gesto de Patrícia, y no puedo evitar sentirme tremendamente abrumado por un momento, aunque enseguida me veo teniendo que luchar conmigo mismo para actuar neutralmente hacia Alonso y no sonreír demasiado. No obstante, el guiño que me hace Luis provoca que a él sí le sonría, para luego mirar a mi directa acompañante mostrándole mi gratitud por el gesto que ha tenido.
Al oír las palabras de Regina, supongo que debería ayudar a nuestro amigo el comediante con el agua:
Debería ir a ayudar a Luis —le digo a Patricia—, ¿estarás bien aquí en lo que... Alonso... ayuda a la buena Regina o prefieres ir con nosotros?
A pesar de la brusquedad de Regina no puedo evitar sonreírle ampliamente, siguiéndola junto al resto hasta la cocina.
-Mi buena Regina, sois tan amable que todavía no sé como podré pagároslo pero espero poder hacerlo algún día... Por el momento no os molestéis más por nosotros, podemos hacerlo solos, su propuesta ya ha sido suficientemente generosa- asiento enérgicamente y me acerco a ella deteniendo sus brazos con suavidad, apuesto a que ya tiene suficiente trabajo en la posada como para perder el tiempo de esta manera.
Miro entonces a Kamal algo dubitativa, casi temerosa. La reciente separación tanto de Osorio cómo de él mismo no me ha reportado nada bueno y lo cierto es que me inunda una oleada de temor y preocupación, pero me esfuerzo por contenerla y disimularla.
-Estaré bien... ¡no tardéis!- increpo esto último con una mirada de cierta súplica que enseguida desvío hacia los leños que empiezo a acumular entre miz brazos para prepararlos en el exterior hasta que todo esté listo y el primero tenga su turno. Debo admitir que estoy deseando quitarme la suciedad y relajarme un poco... Quizá hasta consiga oler un poco bien.
El grupo consigue limpiarse y comer algo (pan negro y un revuelto de verdura y pescado que parece el plato del día, todo aderezado con vinacho aguado), y consigue reponerse lo suficiente como para aguantar el resto del día. Hoy hay bastantes clientes en la Tasca de Regina, además de los habituales están la tripulación del Santa Mónica que yace atracado en el puerto a la espera de reparaciones.
El resto de la tarde la pasáis atareados pero sin incidentes dignos de mención. La única excepción es un rifirrafe entre un grupo de parroquianos habituales y unos pocos de los marineros del Santa Mónica. Ambos son gente del mar curtida y endurecida, los unos pescadores y los otros gente que ha visitado quizá no los Siete Mares, pero que han estado en lugares tan lejanos como Bizancio. Los aldeanos además no parecen de humor tras los hechos del día. Todo parece que podría acabar en una reyerta considerable, pero la rápida actuación de Kamal y De la Luna, unida al verbo florido de Osorio, consiguen parar el conflicto a tiempo. Poco después volvéis a ver al capitán de la Santa Mónica que se lleva a los revoltosos de vuelta al barco.
Conforme se acerca la noche y la hora de cerrar, el trabajo cesa y el ambiente se hace más cálido entre la concurrencia que queda. Luis puede incluso montar una pequeña representación, un pequeño recital de Romances castellanos que traducidos al catalán pierden parte de su rima, pero que atrapan a la audiencia que no había escuchado nunca tales relatos. Gracias a esto os caen algunas propinas, que como vienen de gente sencilla solo son algunos "diners" de vellón y algún autentico croat de plata.
Agotados vais a dormir a vuestros respectivos cuartos esperando un mejor día.
Entra en un sueño profundo, debido al agotamiento de tan trabajoso día. Poco a poco te ves recordando Al-Andalus, los felices jardines de la Alhambra con su omnipresente perfume de jazmín. Sin embargo no hay nadie.
Intentas tocar una de las flores del jardín pero está se marchita como evitando tu tacto, pronto esta infección se extiende a la vegetación contigua, incluso a la piedra y el suelo, convirtiéndose en un lugar agrietado y yermo. Ves con pena que el ensueño de tus recuerdos pasa a ser un lugar de pesadilla.
-Este es tú toque Al-Garnati, pudres todo en lo que te desenvuelves. No hay perdón para los traidores.-
Te giras rápidamente y ves a un rostro familiar, encajado en una cuerpo de pesadilla, deforme y del color de la obsidiana. Recuerdas al fenecido capitán de la guardia Harum Amín, él que murió en plena Guerra de Granada.
Pasa a otra escena aparte del día siguiente, para ver como te desenvuelves.