Al recibir la carta del marqués, Yunque reaccionó con sorpresa. Pensaba haber dejado atrás aquel mundo de política, veladas apacibles y detalles especiales cuando dejó el hogar familiar, abandonando lujos y tierras por el áspero camino y la dura vida del paladín.
Recordó las palabras de su padre. "Recuerda que aunque hayas dejado el hogar, sigues teniendo el apellido de la familia. Allá donde vayas, deja en buen lugar a los Drakhorn". Decidió esforzarse.
Cogiendo una pulcra hoja de un blanco impoluto y una forma perfectamente cuadrada escribió con letra esmerada y limpia
Estimado Barón. Con gusto acepto la invitación, esperando que de esta reunión nazca el germen de la amistad para construir un mundo mejor en conjunto. Aguardo impaciente el día de la reunión.
Que la gracia de Bahamut estabilice vuestro paso.
Guardó la carta en un sobre anaranjado con la rúbrica de su familia en cera rosada, la cabeza de dragón con la llamarada, y lo perfumó con unas gotitas de aceite de mofeta de la mejor calidad; no había que escatimar en gastos en estas interacciones, le había dicho su padre, al que esta fórmula le había abierto las puertas de todas las buenas familias dracónidas de su entorno.
El día indicado, se puso las insignias de rigor sobre la armadura y se presentó en la finca con ganas de pasar un rato agradable junto a los compañeros.
Lady Dracstone agradece la invitación estimado baron de Pernada, por favor le pido me aclare el tipo de etiqueta requerida para la reunión, la ubicación, fecha. Hora y el objetivo de la misma
Euphemia es noble. Mientras pueda ser agremiada en paralelo
"Madame Euphemia, es un primer encuentro entre hijos de noble casa. Seguro que como tal, conoce la etiqueta adecuada"
El mensaje es realmente claro: "Ven como te de la gana ¡Somos nobles y hacemos lo que queremos!"
En el club de los nobles, El Barón ha tomado la iniciativa actuado como anfitrión del resto. A la entrada ha dejado una gran cesta donde ha dejado las armas: La palabra de un instruido es más fuerte que el acero.
"Permitidme que os sirva el té, vuesas mercedes. En una tierra al oriente, compartir el té es un momento de armonía. Dejamos fuera las preocupaciones y tareas, dejamos los honores y deméritos y nos centramos en el presente"
Pernada sirve varias tazas de té. un suave té rojo, un té verde con más cuerpo y un té negro de dulce sabor. Es un curioso mensaje, pues el te rojo es del Sur, el Verde es cultivado en el lejano oriente, y el negro es de ultramar en occidente
"Con todo, sólo yo suelo presentarme con el título de Barón ¿A que grado de nobleza pertenecen cada uno? Para saber cómo tratarles"
- ¡Muchas gracias estimado barón Fert de Pernada! Por favor permítame disfrutar del dulce y delicado aroma del té que nos ha preparado, como el buen anfitrión que ha demostrado ser ... ¿Grado de nobleza? Supongo que se refiere al título nobiliario que sustentan nuestras familias ... en el caso de la familia de mi padre me parece que él es un conde de una región montañosa del este, así que yo sustentaría el título de condesa caballero, aunque no es algo que me encante presumir con quien me presento - Responde Lady Euphemia Dracstone con una sonrisa mientras que elige un te verde que olfatea tras elegirlo antes de degustarlo, al tiempo que mira de reojo la reacción del resto del pequeño grupo de aventureros de origen noble que se presentaron ante la invitación del barón Fert de Pernada
Le hago una reverencia a Mei. El honor de un Condado es el inmediato superior al de los Barones. Cierto es que es a su familia a la que he de responder, pero la educación es así: Un barón siempre se inclina ante un conde, aun si es por mera deferencia.
Aunque la educación tambien dice que un vulgar funcionario, como una alcaldesa, debe de levantarse en presencia de un noble... En fin.
"¿Y sus excelencias?" les pregunto al resto "¿Podeis compartir con nosotros las glorias de vuestras tierras o el honor de vuestros nobles ancestros?"
Ver a Yunque sujetando la taza de té en sus manos gigantescas llenas de escamas era digno de mención. Sin embargo, se las apañaba para no resultar en exceso fuera de lugar. Sobre todo sus formas dejaban ver que estaba acostumbrado a las relaciones sociales en círculos elevados.
- Títulos, ¿eh?. Creo que probablemente no conozcan los títulos que se ostentan entre los dracónidos. Incluso es posible que les resultaran difíciles de pronunciar. Si insisten en saberlo, el título que ostenta mi padre es el de "Bafotruhktok Jennuilti Arenheru".
No sé en qué grado se equipararía a los suyos. Mi familia posee amplias extensiones de tierra, y miles de campesinos acuden a él para resolver sus disputas y aportan hombres a sus filas en tiempos de guerra. Y no rinde cuentas a ningún soberano que tenga jurisdicción sobre él. No sé si eso les puede ayudar a hacerse una idea.
En cuanto a mi persona. Pueden tratarme como Paladín de Bahamut. Es el destino que elegí, al fin y al cabo, renunciando a los títulos familiares que me correspondían por derecho draconiano.
Escucho con gran interés a Yunque, y cómo su padre, el Bafotruhktok, organiza y dirige a los suyos. También es admirable su humildad. Aunque lo cierto es que algún día Yunque tendrá que adoptar el cargo y el título de su padre, como él a su vez lo tomó de su abuelo.
"Es curioso, había oido hablar de algunos señores como usted, mi buen Yunque. Un señor que no responde ante rey alguno y que posee tanto la tierra como la jurisdicción, se traducia como "Señor Feudal", o el Feudo Completo. Creía que apenas había, pero veo que la familia Drakhorn se mantiene, en la defensa del pueblo y sus tierras tierras"
Habia visto al paladín batirse, guiar y proteger. Y aun así, me sorprende verle siendo tan elegante en la corte. Desde luego, el orgullo dracónido no deja de sorprenderme.
Un Señor, una Condesa Vampiro (¡Por supuesto!) y un Barón. Sin embargo aun queda por presentar sus enseñas el más vivaracho y emotivo de todos nosotros. Por supuesto.
Oswin mantenía la compostura pero en silencio, pues los títulos que ostentaban todos ahí eran por mucho, mayores a lo que le tocaría a él. Como si estuviera en clase y no se supiera la respuesta de la pregunta de un profesor, Oswin esperaba ser obviado pero menudo embrollo en el que se metió al aceptar la invitación, quiso ser cortés y quizá conseguir llevar un poco más lejos el nombre de su señor pero ahora se vería en el deber de dar explicaciones sobre su situación.
-Ehh... uhm... sí...- Toma el té rojo, venía del sur y ciertamente era un individuo apasionado y sentimental, o sensible.
Da un sorbo y cobra valor.
-Pues, la casa Ang solo tiene unas pocas tierras en los reinos del sur; las cosas se complicaron por los malos manejos económicos de mi padre y sus ansias por abarcar más... se ganó enemigos y me dijeron que nos iban a destruir pero que la casa Hughoc me adoptaría como su vasallo y mayordomo a cambio de protección y dinero para nuestra casa. No he recibido mayor comunicación con ellos desde entonces.- La mirada de Oswin que había visto a sus compañeros iba bajando, mantenía una sonrisa esperanzada de alguna manera, pero era claro que se estaba mintiendo, y muy en el fondo sabía que su familia ya se habría olvidado de él.
Oswin vuelve a alar la vista como si saliera de un superfluo trance y mira de nuevo al resto. -No soy el tercer hijo varón, así que mi reclamo a cualquier tierra... si ya es complicado por mi posición de vasallaje, es casi imposible con tantos hermanos jeje.- Eso si que no lo quería, no le importaba el título o las propiedades, pero si le dolía que su familia lo abandonara.
Fert, el más humilde de todos en este lugar, os sirve el té. Al fin y al cabo, es el escalón más bajo de la jerarquía aqui presente
"¿Sabeis? En mi familia servimos a un gran señor. Un Conde, quien tiene a cinco familias de barones como si fuesemos los dedos de su mano, para transmitir el orden y la ley"
"Se trata de una gran persoana, un hombre que ha visto muchísimo mundo y de una sabiduría sin fín. A veces habla en idiomas extraños y exóticos ¡Sólo los más eruditos comprenden los giros y dobles sentidos de sus palabras! Pero no deja de ser una persona sensacional, a quien seguiría hasta la tumba"
El bueno de Pernada saca una moneda acuñada de bronce. En ella puede verse el rostro de un señor de avanzada edad, con una marcada calvicie, y una contagiosa sonrisa. Aunque la moneda no es mágica en absoluto, la postura en la que se talló la efigie hace que parece que se vaya a mover en cualquier momento
"El es a quien sirve mi familia desde que existe memoria de los Pernada. El es el Conde del Mor. Y recientemente nos llevó a la victoria contra un gremio internacional de bandidos y forajidos ¡Y contra un señor de las tinieblas!"
"¿Y vosotros? ¿Teneis grandes hazañas que compartir?" dejando claro que todos los Pernada admiran al Conde del Mor.
"Seguro que unas familias que entrenan a sus hijos en Strihaven deben de tener grandes leyendas"