Partida Rol por web

Tranquilo Juren, ya habrá tiempo para sacar a pasear a tu compañera...miro con los ojos entrecerrados a la persona que dice ser Vandrad mientras al hablar alargo las palabras, así que tu eres Vandrad...grandes cosas se dicen de ti...algunas honorables y otras no tanto, todo depende de quien las diga...aunque estoy seguro que el titilar de las monedas sera un buen reclamo para hablar de ciertos negocios...
Espero a que Yngwe intervenga, su don de palabra ya es bien conocido entre nosotros, a la vez que no quito ojo del grupo que se forma cerca de nosotros.

Yngwe se sintió satisfecho de haber conseguido hacer salir a Vandrad, de estar allí Thorgrim, junto a Sigurd, hubieran acabado con él y hubieran rescatado a la princesa a la vieja usanza, pero para empezar ni siquiera sabían si estaba aún en el barco, Yngwe prestó atención a los piratas de cubierta, ¿Qué andaban haciendo? ¿Estaban relajados? o ¿Se preparaban para algo? De prepararse para mover esclavos tal vez estuvieran moviendo grilletes o cadenas por la cubierta, o apartando a un lado el resto de mercancía.

Servimos a un cacique*, y hemos venido hasta este islote para buscar esclavos.... bueno, algo especial no sé si me entiendes, algo bonito y delicado, ya si estuviera enseñada sería la re-pera, y a poder ser nuevita, no seré el primero que pide algo así ¿no?

Hemos empezado a preguntar por barcos que pudieran haber regresado antes de que el resto de tipos en esta isla pongan sus manos sobre ellos y/o de paso, ver que llega hasta estos muelles.

-¡Virgenes!¡Jajajaja!-rompió a reir y sus hombres lo acompañaron- creo que eso es lo que no encontraréis en esta ciudad. Ahora estamos muy ocupados con las tensiones que hay en la ciudad como para preocuparnos. Todos los esclavos que trajimos se llevaron a la zona de los esclavos y Hrapp Annson ya repartió el dinero que le entregaron los comerciantes. Así que tanto si buscáis una virgen como si buscáis un jottün*, tendréis que hablar con los comerciantes, no con nosotros.

Yngwe rió asintiendo - Sí soy un poco ingenuo hahaha la próxima vez procuraré llegar más temprano y con un poco de cerveza. Iremos a ver a los comerciantes entonces, ¿Algun nombre? ¿A quién deberíamos ir a ver? ¿Por donde quedan? Espero quede algo sin sobar demasiado, ya sabes, hay quien se le va la mano con el látigo y luego no valen para nada - Yngwe estaba bastante satisfecho, la princesa había pasado desapercibida, no había sido identificada, y se había hecho pasar por una mujer más, ahora hacía falta encontrar la mercancía de Vandrad... no debían haber muchas mujeres entre los esclavos.

-Largo de aquí-dijo alzando la voz. Claramente no parecía alguien dispuesto a mostrar la ciudad ni planeaba perder mas tiempo en una charla que no le aportaba nada. Por otro lado el echo de que cada vez mas gente armada se reuniese alrededor vuestra era una clara señal de que la conversación debía terminar antes de que algo se torciese.

-Os interesa tan poco como a nosotros amenazar, Vandrad-dijo el ulfhednar, no sin un deje amenazador en la voz, le estaba costando mantener la espada en la vaina, pero era consciente de que aunque podría llevarse a muchos por delante no podrían ganar en tal desventaja y rodeados... Pero Sigurd estaba seguro de que a ninguno de esos piratas le apetecía enfrentar a un piel de lobo, seguramente tendrían mucho aprecio a su vida.

Sigurd hizo un gesto con la cabeza a sus compañeros para indicar que debían marcharse de allí, no averiguarían nada de aquellos piratas.

Tras unos intercambios de palabras parecía que el asunto se podía poner peligroso, lo mejor seria salir en cuanto antes y seguir buscando nuestro botín, allí poco mas podíamos conseguir, salvo una buena pelea, VAMOS, VAMOS, no vale la pena enfadarnos, cuando en un futuro seguro que podremos realizar buenos tratos para ambos...verdad Vandrad, aquí ya esta todo hablado y ninguno de nosotros quiere perder mas el tiempo durante esta noche...encantado de conocerte Vandrad...espero que en un futuro podamos tener tratos mas placenteros para ambos, si no os importa donde podemos encontrar el almacén donde son llevados los esclavos, o al tal Hrapp Annson, quizás aun quede algo y no volvamos con las manos vacías...

Los piratas se dieron media vuelta haciendo caso omiso de las palabras de thurl y se marcharon. Había quedado claro que en aquella ciudad no tenían amigos y que las preguntas no eran bien recibidas. Pese a todo la zona de los esclavos, que prácticamente eran varias chozas de madera cerradas con cadenas, no estaban muy lejos de allí y no tardarían mucho en llegar. Otra cosa muy diferente era si encontrarían lo que buscaban...

Bueno visto lo visto poco mas podían conseguir en ese lugar, una vez fuera de miradas y oídos indiscretos escupo al suelo mientras maldigo al arrogante Vandrad, maldito bastardo, quien se cree que es ese engreído, ya tendremos tiempo de ajustar cuentas con el, cuando se vuelva a cruzar en nuestro camino no serán palabras lo que nos crucemos..., aquí ya poco podemos hacer, busquemos los almacenes, haber si podemos averiguar si han sido ya vendidos, y si es así con monedas por delante quizá consigamos saber a quien...

Sí la verdad que por aquí abundan más los nobles que los marineros, y sí, busquemos las jaulas - Yngwe dió una palmada a Sigurd, el scalda también había resistido la misma tentación de desenvainar el acero, parece que, visto lo visto, se había equivocado de profesión, y se ganaba más respeto y respuestas a golpe de espada que con buenas maneras, a menos que fueras también jarl o hija de jarl, alguien como Yngwe tenía la vida muy difícil, pero sin rendirse, fué en busca de la princesa, a ver si con suerte se casaba de penalti, vencía al pretendiente actual, y se convertía en algo más que un mendigo

Los tres se pusieron en camino. La ciudad de las cadenas tenía un aire tan opresor como dejaba ver su nombre. La miseria caminaba tranquila por las calles, reflejada en los rostros de los hombres y mujeres que caminaban por allí entre el barro y la paja. El puerto además no era un lugar mas acogedor, con todos aquellos piratas armados yendo de aquí para allá. Por suerte no tardaron en ver tres cabezas conocidas...