Todos los años, en el idílico pueblo norteño de Blancas Nieves, la magia del festival del Solsticio de Invierno llena el aire de expectación y alegría. Las gentes de la villa salen al exterior hacer muñecos de nieve y a esperar con ilusión los regalos del misterioso Juguetero, un ente amistoso que nadie ha visto jamás pero que deja regalos en todas las casas en la misma noche del Solsticio.
Bueno, a todas no.
Sólo a las de los que han sido buenos.