Partida Rol por web

Sacasteis el móvil, para daros vuestros Instagram y agregaros. Parecía que la cobertura iba fatal, estabais en medio de la nada y quizá llegaba poca cobertura. La aplicación no cargaba o iba lentísima, aparecían los posts pero las imágenes en blanco. El buscador cuando pusisteis el nombre de usuario no encontraba nada.

Hubo un momento que pareció cargar algo.

Un post de Tracy Yang, una joven y ambiciosa reportera del KMCI que se hizo famosa por hacer preguntas incomodas al líder de One World hace unos días y en general poner en aprietos a los políticos, apareció en pantalla.

Seguía el ruido de fondo. Parecía que la gente de aquel sitio no se tomaba en serio eso de mantener una atmósfera romántica. Se oían voces de los cocineros o camareros ahí adentro de la cocina. Incluso parecían tener la TV puesta a un volumen considerable, que de vez en cuando algún sonido parecía reverberar.

Aún así la música conseguía tapar aquel ruido molesto la mayor parte del tiempo.

De vez en cuando Carla parecía asomar su cabeza por aquellas puertas batientes y sonreía nerviosa cada vez que cruzaba la mirada con alguno de vosotros.

-Sí, claro. -Abro la mochila deprisa y saco la libreta - Aquí la mayoría son esbozos, ideas que se me ocurren, unas avanzan, otras quedan en nada. Las desarrollo, tomo apuntes, dibujo algo, alguien, que veo y me interesa. Mira.

Le pasé el cuaderno para que echase un vistazo. -Quizás luego...al terminar las citas y el evento, te quieres tomar algo y te voy dibujando un retrato rápido. -Bueno, yo lo estoy intentando, a ver. 

-Vaya lío que tienen ahí dentro, ¿no? En las cocinas. -Me giré un momento, vi la expresión de circunstancias de Carla- No dan para nada confianza. Les viene grande el evento o es una de esas malas noches de personal. Y eso que somos poco, imagínate que esto se llena...Pfiuuuuu.

-No puede ser.- Dijo estupefacto cuando vió el post informativo de Tracy Yang. -Demonios, ¿De verdad que decretaron un toque de queda por solo una maldita gripe?- Miró incrédulo a la doctora.

-Oh... mira que belleza todo ese caos, Ronnie. ¿No te traen recuerdos increibles? Fuego en las calles, violencia, gritos, saqueos, miedo... que bien nos la pasábamos en Irak, ¿Verdad? Jeeeee...-

-Qué revuelta... esa demócrata De La Isla finalmente lo hizo.- Chasqueó la lengua. -Esto es lo que pasa cuando le robas la libertad al pueblo, se cansa y se revela.- Malditos demócratas.

El rancho de Ronald estaba medianamente cerca, en la Interestatal 70, pero a juzgar por la prohibición de tener mascotas y su estilo de vida, Allison debía de vivir en la ciudad.

-Allison, ¿en qué ha venido hasta aquí?- Le preguntó. -Ya me advirtió que no quería manchar su "reputación" al irse de aquí con un hombre, pero me dejaría más tranquilo si me permite acompañarla hasta su casa.-

Ronald y Allison estaban intentando agregarse como contactos en Instagram pero la red andaba demasiado mal.

Tras unos momentos, logró cargarse un post informativo de Tracy Yang, una joven y ambiciosa reportera del KMCI.

Ronald parecía desconcertado con la noticia, con el entrecejo fruncido, levantó un brazo cuando cruzó miradas con Carla Southbee que asomaba la cabeza desde la cocina, haciendo un gesto para que se acercase.

A mi cabeza volvieron las imágenes de aquel hombre atado en la cama, inmóvil, con aquella tensión tan alta y atado como si fuese una bestia al oír las palabras de Ronald. Yo también pude ver la noticia en mi móvil. ¿Y si fue esa gripe lo que había causado aquello? A fin de cuentas, me hicieron firmar los papeles de confidencialidad y era One World quien estaba detrás de todo aquello.

No podía ser casualidad y lo peor era que no podía contárselo a Ronald aunque quisiera.

Pero ambas ciudades estaban a unos 50 km de allí, más o menos. Lo recordaba bien porque me planteé vivir lejos de la ciudad un tiempo. No quería que nada me recordase a New Jersey y al final me quedé en Kansas por la comodidad de vivir cerca del lugar de trabajo.

- Pues... eso parece. - Acerté a decir ante sus preguntas. - Y veo normal que la gente se queje, sobre todo con la desinformación que hay. Quiero decir que unos dicen que es una gripe y otros te sueltan cosas raras... Pero nadie parece ponerse al frente y decir que está pasando. El gobierno parece como si no quisiera posicionarse en nada y es lo que más está asustando a la población, la desinformación.

Tampoco es que siguiese aquella noticia al dedillo. Para mí era una nueva variante de la gripe. Al menos hasta que vi a aquel hombre aquella tarde y esas noticias... empezaba a dudar sobre que teníamos delante.

- En mi coche... - Dije sin dejar de mirar la pantalla del móvil, ignorando sin querer el resto de palabras del vaquero. - Vivo aquí, en la ciudad... es que... me parece sorprente que hagan un toque de queda por una gripe... - Mi sonrisa ya no estaba, solo un gesto de preocupación y de asombro que Ronald pudo ver enseguida. Solo cuando dijo aquello de que se quedaría más tranquilo si me acompañaba a casa alcé la vista.

- No se preocupe, Ronald, como le dije, vivo aquí. Así que eso no me va a afectar para volver a casa. - Y le sonreí agradecida por su gesto. Si no estuviese embarazada, si no estuviese enamorada... quizás Ronald podría ser una muy buena opción. Y entonces le vi hacer un gesto a la mujer aquella del local. Algo me decía que el vaquero daba la cita por terminada y aún nos quedaban dos citas más...

-¿Aquí?- Ronald no entendía bien a qué se refería, Bowling Paradise estaba situado en la Interestatal 70, la ruta pasaba justo por dentro de las ciudades de Topeka y Lawrence, las que estaban afectadas por las revueltas.

-Allison, créame, lo hago más por mí que por usted, si luego me voy a dormir y me quedo preocupado no podré conciliar el sueño.- Llamó con la mano a la anfitriona que asomaba la cabeza desde la cocina. -Aunque si no quiere, no insistiré, pero, ¿Está segura? Me estaría haciendo un favor, créame.- Preguntó por última vez.

- Dios... lo siento. Ando... ando con la cabeza con mil cosas... - Me llevé la mano a la cara, claramente avergonzada de mi despiste. - Te contaría todo, pero creo que huirías de mi lado. - Y le sonreí sabiendo que así sería. Y volví a mirar la noticia en mi móvil y entendí la preocupación del hombre. La verdad era que a pesar de su estado mental eso le hacía más adorable.

No cargaba nada en Instagram, pero la noticia seguía en el caché del programa. - ¿Estás seguro que quieres venir? Como te dije vivo en Kansas, en plena ciudad. La verdad es que... - Y le miré a los ojos. - ... ¿dónde vives? Porque si luego tienes que volver hasta aquí con todo esto... tengo un sofá muy cómodo donde puedes descansar y por una noche, que le den a mi casero y que duerma Bobby a tu lado.

Ronald ocultó una risa. ¿Si supiera lo que tienes en la cabeza yo huiría? Oh, Allison, si tú supieras lo que hay en la mía entonces, ¿Qué harías? -No puede ser tan terrible, póngame a prueba doctora y se sorprendería.-

-Acompañarla es lo menos que puedo hacer.- La doctora pareció tomar noción del peligro, y lo invitó a quedarse a pasar la noche en su casa antes que volver y pasar por el peligro.

-Oh, Ronnie, debo decir que no te tenía nada de fé esta noche, pero tus métodos de ligue me han sorprendido.-

-Mi hogar está a unas pocas millas de aquí, yendo hacia Lawrence, pero no se preocupe por mi regreso. Aunque pasar la noche en su casa no me disgustaría en absoluto, no quisiera que parezca que me aprovecho de la situación. Kansas City parece estar sin problemas, si los disturbios continúan y es peligroso pasar la Interestatal en Lawrence, pararé en algún hotel de la ciudad por esta noche, no te preocupes, igual no creo que lleguemos a tanto.- Y si no, espero que admitan perros en esos hoteles. Pensó Ronald, porque no dejaría a Bobby solo en la camioneta toda la noche, dormiría con él en la parte trasera, entre la lana y el cuero, después de todo lo quería como a un hijo y era una noche calurosa.

-¡No, Ronnie! ¡¿Qué haces?! Pssss...-

No sabía si era por el estrés de la situación o porque iba un poco demorado con la aplicación de su medicina, pero Charlie estaba más activo que otros días.

- Bueno, no me extraña. La música latina suena mucho más animada. Si cuando llegan aquí son siempre hit. - Le concede. - Y en inglés hoy en día casi todo suena igual. - Levanta las cejas, aceptando que a veces puede ser un poco aburrido y genérico. - Pero sí, ¡Scorpions está muy bien! Ya no se hace música como antes. - Comenta con nostalgia. - Madre, sueno como una señora mayor. - Se ríe de sí misma. - Que además ha venido en uber, sí. No se me permite conducir y todo, como si estuviera senil. - Bromea. - Pero es por mi visión. No me queda mucha. Vi lo de las citas a ciegas y dije, ya está, este es mi terreno. - Escucha los ruidos. Por dios, no es tan complicado, y el evento ni siquiera va a tardar tanto, sólo son tres parejas. - Se ve que a esta gente lo que les falla es el oído... - Observa. - Pero bueno, ¿Y no has pensado en tener otro perro? - Continúa preguntando al ver el cariño con el que habla de Gordo. - Mucho trabajo, imagino, ¿No? - 

- ¿Problemas de visión? Bueno, si te soy sincero yo tampoco veo ni oigo muy bien.. el sonido de las maquinarias de los talleres y los coches probándose han acabado dejándome un poco mal de los oídos y el tener que conducir de noche a altas horas y tener que lidiar con luces de largas han debido de dejarme un poco mal de la vista. el tronar de la televisión hizo a Sam mirar por un momento hacia el televisor.

- Otro perro.. la verdad es que no me vendría mal tener a un compañero en el taller, pero como dices, si, tengo mucho trabajo siempre y no creo que pueda darle la mejor atención a otro amiguito más allá de dejarle todo el desierto de Khansas a su antojo para que marque donde quiera. se reía, pensando en la situación, algo le removía un poco el interior de la barriga cuando miró por un instante al televisor para mirar las noticias y ver alguna escena suelta de algo.

- Bueno, entonces tampoco tengo tanta desventaja, jeje. - Bromeó. - ¿Todo bien? - Preguntó al notarle distraído. - Igual deberíamos decirle a Carla que les de un toque o algo, o que nos dejen unirnos a la fiesta de ahí dentro mejor, jeje. - No se queja de mala gana, más bien está preocupada por que Samuel y los otros asistentes estén cómodos y se ve que no ha ido viendo los ires y venires de Carla ni sus gestos en la pobre iluminación de la estancia. 

Que le pusiera a prueba... Bueno, si eso era lo que quería... Aunque me quedaba claro que me iba a quedar sin guardaespaldas para llegar a casa. - Una parte no puedo hablar, así que esa la descartamos pero... estoy embarazada de casi dos meses y hace un mes y una semana que lo dejé con mi pareja porque él quería que abortase y yo no voy a perder a nuestro hijo, porque él sea un narcisista egocéntrico con miedo al compromiso y a tener una responsabilidad.

Y así se lo solté, sin anestesia y sin nada. - Así pues, más o menos a la semana de romper con él, encontré trabajo en el hospital de Kansas y me mudé desde New Jersey, dejando todo atrás: amigos, compañeros de trabajo, jefes... todo ha quedado fuera de mi vida por... - Me llevé las manos al vientre. - Supongo que no era lo que esperabas oír, pero me dijiste que te pusiera a prueba.

En esta ocasión, fui yo quien le hizo los gestos a la mujer. Era hora de irme.

- Y no te hubieras aprovechado de nada, Ronald. Esto parece ser un caos y volver a cruzar por aquí para ir a tu casa después de estar tranquilos en Kansas... simplemente es una locura. Lo mejor sería esperar a mañana... - Salvo que el casado sea él y no lo haya dicho. Aunque, la verdad, es que estando enamorada de House iba a ser complicado mantener una relación ahora con nadie. - Le dije como si ya hubiese aceptado que su ofrecimiento se hubiese esfumado por completo tras mis palabras.

Claro que siempre podríamos cambiar mi casa por su rancho, siempre que me respetase, claro.

Y en ese momento me di cuenta. - Tu medicación, Ronald. ¿Tienes en casa más? Porque no estaría de más que perdiésemos unos minutos buscándola. - Y es que tener a una persona con su problema mental sin medicar durante más de doce horas, si podría suponer un peligro. Aunque llegando a Kansas, siempre podría parar en el hospital y pedir un ingreso en urgencias, un par de comprimidos y hacerle una receta para el día siguiente, todo perfectamente justificado.

- Ah, no.. es solo que no he visto las noticias desde esta misma mañana y me pregunto como seguirá el tema de esa especie de gripe, no me lo tengas en cuenta. le quitaba importancia con una mano.

- Aunque si que es verdad que la gente de la bolera no parecía tener preparado muy bien el desarrollo del evento. se reía por no llorar, pero no lo estaba pasando mal, preguntándose como estarían las demás mesas.

Kate observo los dibujos, parecía que el chico lo hacia bien, aunque realmente a ella nunca le habían interesado mucho estas cosas y solo había preguntado para estar entretenidos.

                -Muy bonitos, lo haces muy bien-, dijo mientras pasaba las paginas.

Miro extrañada alrededor -¿Si la verdad que es un poco raro no? , todo este ruido y alteración, con los pocos que somos, si tendrías que estar aburridos.-  observo como Ronald llamaba la atención de Carla y miro extrañada, tratando de ver que pasaba en cocinas.

-Bueno, eso si no lo esperaba. Pero... ¿es tan terrible? Quiero decir... ¡Está esperando un bebé! Eso es una bendición que llenará de alegría su vida, la felicito.- Le dijo, no era como si la mujer no tuviera medios suficiente para cubrir las necesidades de su hijo. -Y lo segundo, el quiebre con su pareja, por lo que habla de él ya era un mal compañero desde antes de querer asesinar a su propio hijo, a esos mejor tenerlos lejos.- Dijo el conservador ex-marine, quien desde luego estaba en contra del aborto. -Aunque me gana la curiosidad de saber qué es eso que no me puede contar, imagino que debe de ser algo muy sensible, quizás algún día me gane su confianza, Allison.- ¿Será que el embarazo es producto de una aventura con un tercero? ¿O de una violación? Oh, no, dios no lo permita.

El instinto patriarcal de Ronald hacía querer proteger a la mujer aún más ahora que sabía de su embarazo.

La doctora sugirió la idea de pasar por el rancho un momento a buscar la medicación de Ronald. -Si no está en mi camioneta, podría ser una opción, aunque estoy casi seguro de que salí a hacer las ventas con ella encima.- Intentó hacer memoria sin muchos resultados. -Si no llego a encontrarla, ¿Me haría una receta nueva? Podría ir a alguna farmacia de turno a comprarla cuando lleguemos a Kansas.

- No, para mí no lo es. - Un hijo del hombre al que amo. ¿Qué más podría pedir? ¡Ah! ¡Sí! Que él se comportase como debe y que fuese responsable por una vez en su vida. - Algo terrible quiero decir. Eso es para su padre y bueno, para cualquier hombre que en un sitio donde ocurra un evento de citas como este... seguramente sea la campana para salir huyendo. - Sonreí al vaquero. - En cuanto a él... es bastante peculiar, siempre lo fue y... el embarazo vino por sorpresa. No lo buscamos en ningún momento. Así que, como ves, tengo la cabeza y el corazón hechos un lío. Lo que no entiendo es porque no has huído todavía. ¡Corre! ¡Aún estás a tiempo! - Bromeé aunque por otro lado le estaba dando via libre para que se marchase si así lo deseaba.

- Lo otro pues... quizás más adelante pueda hablar de ello. Por el momento es... complicado. Y no, nunca me ha maltratado si eso se teme. - Aunque como jefe sea un cabrón y le encante hacer daño psicológico a todos sus empleados.

Y en ese momento salió el tema de la medicación de Ronald, realmente estaba preocupado por ella. Desde luego como persona estaba ganando muchos puntos. De seguir así y dándole tiempo al tiempo, podría desbancar a House.