Amanece el quinto día desde que se inició la locura y la destrucción en clanmurk. Por la noche se escuchan ruidos por los pasillos pero nadie se atreve a salir a mirar que ocurre. Es al día siguiente cuando al iniciar la ronda descubrís el cuerpo sin vida del ciudadano kane, ha muerto ahogado con una cuerda de piano aún sobre su cuello. Al menos debió de ser una muerte rápida...
Al acabar la ronda notáis que también falta el mago, o al menos él se hacía llamar así, que os acompañaba. Al entrar en su habitación lo encontráis muerto en un gran charco de sangre pero al girar su cuerpo os sorprende encontrarlo sin ojos y con una de sus cartas en la boca, y curiosamente doble pareja de ochos y ases en la mano.
Empieza un nuevo turno. Recordar que esta votación termina el próximo jueves a las 23:59h
Como era una costumbre ya visible en él, Petaca se levanta de algún recoveco ubicado en el suelo, entre pequeños charcos de su propia orina no contenida a causa del excesivo estado etílico del que nunca salía.
Se levanta y nota el cuerpo del supuesto mago, nota que había unos naipes en la comisura de su boca.
Los toma y se sienta no muy lejos del cuerpo, sin saber exactamente si era el alcohol el que lo hacía actuar, o era la casi total pérdida de cordura.
- Muy bien querido mago…tenías buena mano al partir…algún día nos veremos por ahí y capaz si no estoy muy mareado, nos echaremos una partida –
Se duerme tras decir eso, sin muchas ganas de seguir observando esas desgracias que solo sabían apilarse.
Los gestos para atender los cadáveres de los caídos se hacen cada vez más habituales. Otra batalla. Otra muerte.
- Ni haber desvelado la crueldad de Jessica hace que me sienta mejor hoy. - Niega y mira a su alrededor, buscando algo n las expresiones de los demás que le ayude a decidir el siguiente paso.
Ni tan siquiera tenía al patrón para preguntar qué hacer a continuación.
- Este sería un buen momento para organizar ideas, si alguien se siente de ánimo como para hacerlo.
El hecho de descubrir su medio acierto con Jessica no le hizo sentirse para nada mejor tras ver la muerte del mago.
Por favor... por favor... que sea un truco de magia...
Prácticamente suplicó. Miró entonces a los demás, quizá tenía su juicio muy nublado, o quizá sencillamente ya estaba harta de mantener las formas. En cualquier caso, estaba claro que aquello la había marcado de algún modo.
¡Maldita sean todos los silenciosos! ¡Maldito quien lo haya matado!
Pero rápidamente se calló y empalideció un poco, probablemente a causa del visible estrés contenido. Contó hasta cinco moviendo los labios, pero en silencio, soltó el aire muy despacio. Y repitió el proceso un total de cinco veces.
Parpadeó despacio, quizá dándose cuenta de algo... aunque probablemente sólo tuviese sentido en su macabra mente, si algo había aprendido era que callarse no era la mejor opción. Y lo peor que podría pasar es que fuesen a por ella.
88AA... 8A8A... BABA... -masculló en voz alta, mientras con sus ojos buscaba a Baltasar- Creo que quizá quería decirnos algo... ¿No le parece, Señor Baltasar?
Preguntó, con una clara mirada acusadora y un tono a la par, no obstante, de reojo observó el movimiento de los demás y se sintió parcialmente mejor por que algunos estaban volviendo a hablar.
El mago había sido un payaso, eso pensaba el mayordomo. Las personas sin obligaciones nunca maduran... de cualquier modo no le deseaba la muerte, sus actuaciones no eran tan malas.
Se dispuso una vez más a recoger un cadaver, algo que se había vuelto monótono en verdad... Jeffrey esperaba su turno. Eso sí se defendería como lo había hecho toda su vida.
El arqueólogo recibió las dos muertes con pesar. Aunque se conocían poco, el administrador del hotel le había caído bien y no parecía ser un mal tipo. Pero por lo visto, la opinión del justiciero era muy diferente a la suya. Sin embargo, lo que más lo deprimió, fue encontrar al mago muerto.
-Pobre señor Pitchford... su voluntad de querer descubrir a los integrantes del culto le costó la vida. Pero ven? tenía razón. Hay que hablar, pues solo el esfuerzo conjunto nos ayudará a descubrir a los asesinos. Ya me harté de la gente que acusa sin siquiera insinuar un por qué. Señor Bay, ha permanecido callado demasiado tiempo y para mí, eso es señal de que no quiere que se sepa la verdad, pues esa verdad lo implica a usted. Se lo digo en la cara, esta vez, mi voto será para su persona.
- A menudo una mente perturbada se oculta tras un carácter antisocial. - se encoge de hombros. Su tono demuestra que no esta convencido al 100% - no es una prueba concluyente, pero en algo tenemos que apoyarnos.
Se queda entonces mirando la mano de cartas, meditativo.
Móvil
Juan entra en la habitación del mago para ver su cadáver tirado, sin dudarlo un segundo, registra cajones hasta extraer un paquete de tabaco.
Podrán quitarme la vida de la manera más cruel que se les ocurra, pero no podrán evitar que me fume un cigarro mientras la vida lata en mí.
En la sala, la gente se reúne y señala acusadoramente. Ignorándoles, toma asiento asintiendo de vez en cuando, preguntándose si todo esto terminará algún día.
Perdón por lo breve, mañana examen.
La votación determina que es Michael Bay quien es vuestro mayor sospechoso. Su muerte es rápida, al menos no sufrirá, aunque esta claro que el estrés y esta situación le habían superado ya que no reacciona al ataque.
Varias personas más parecen estar aún en estado de shock, ya quedáis pocos y no tenéis claro que hayáis acertado con la votación. ¿Qué pasará esta noche?
Empieza el turno nocturno, tenéis hasta el lunes a las 23.59h o hasta que hagáis todos el turno.
- Esto no es fácil. Nos quedamos sin pruebas, y no solo eso, sino que muchas personas que bien nos podrían haber ayudado, han desaparecido.
Maldita sea ¿No queda nadie acaso que pueda aportar un poco de luz a lo que está pasando?
Y me refiero a algo más sólido que la fonética de la Mano del Muerto. - Se dirige ahora a Dorothi - Lo siento muchacha, pero las cartas del mago más me sugieren que quiso salir de escena con un último truco. La superstición dice que quien juegue esa mano en póquer, morirá al día siguiente*.
El arqueólogo se agarraba la cabeza pensativo. Se sentía en medio de un huracán, vapuleado de un lado al otro y sin saber como salir de alli.
-Lamentablemente señor McQueen yo sólo me guío por la intuición y está resultando ser más errónea que acertiva. No sé que decir, alguien tiene que haber que sepa un poco más, que tenga una pista que nos permita hallar a los culpables...
El técnico se encoge de hombros luego de que un escalofrio le recorre el cuerpo, aquello pintaba espantoso, era evidente que la muerte les esperaba a todos, bueno a casi todos. -Por los cadáveres que hemos encontrado es evidente que los asesinos siguen entre nosotros, están bien organizados y han sabido perfectamente a quienes asesinar, cada noche cae una persona que pudo habernos ayudado o, mejor dicho, ya lo hacía y eso le costó la vida. Enseguida baja el rostro mirando al suelo. –Estamos condenados…
Esa noche, cuando estabas durmiendo, dos encapuchados entran en tu habitación y te reducen. Intentas defenderte pero dos personas son demasiadas para ti. Tras encadenarte a la cama te bañan en gasolina y te prenden fuego, lo últimos que ves es a ellos observando como te quemas vivo.
Estas muerto.