No me interese lo más mínimo por aquel templo con torreones cerrado herméticamente, nuestra salida no estaba por allí. El escenario solo era una forma cambiante de distraer nuestra atención, y mañana sería otro distinto, poco importaba. ¿Cuando lo comprenderían todos?
A lo que me mantuve atento fue a cada una de las palabras de mis hermanos, así como a aquellos que no pronunciaban ninguna o pocas y mal orientadas. No todos estamos colaborando en esto...
Espere mi turno antes de intervenir.
- Creo, Azrael, que obtendremos mayor ventaja si sometes el alma de Chariel a juicio. Pues de esa forma podrías aclarar la inocencia o culpabilidad de Reiyel al mismo tiempo. Si es uno quien miente el otro es quien dice la verdad, espero que todos estemos de acuerdo en eso. Aunque dependemos de la confianza que podamos depositar en ti. -
Extiendo una mano hacia Gisiel esta vez.
- Hermana, te equivocas en algo. Yo no he declarado que Imamiah sea inocente, solo he compartido las palabras que él me ha transmitido y los dones que él ha insinuado tener, nada mas. Pero si podemos confiar en el juicio que Azrael haga sobre Chariel, deberíamos poder confiar también en el que ha hecho sobre Imamiah. Dentro de poco lo sabremos. - hago una breve pausa, rememorando los datos de que dispongo. - Ademas he descubierto que la confianza que Imamiah depositaba, tanto en Andariel como en Vasariah, se basaba solo en suposiciones. Por lo que, siento decir, no es una información más valiosa que nuestras propias deducciones. - pase a su último asunto. - La idea de que nos separemos los que mayor grado de fiabilidad tenemos en estos momentos podría ser buena, pero no me gustaría que nos dividiéramos y encontrarme al regresar que los traidores han acabado con todos los hermanos que no han caído bajo los engaños de Lucifer.-
Mi mirada pasa de uno a otro y reparo en Mebael, lo que hace que mi memoria rememore una anterior pregunta suya. Me acerco a ella.
- Perdona, antes obvie una de tus preguntas. Son demasiados asuntos que retener sometidos bajo una enorme presión, espero que lo comprendas. - fijo mis ojos en los suyos en busca de comprensión antes de continuar, pasando directamente a responder su anterior pregunta. - Lo que puedo decirte sobre los muertos no son más que conjeturas mías, cuenta con eso. Pero creo que Imamiah podría ser más inocente que culpable, aunque yo mismo aun albergo ciertas dudas sobre él. De Chariel diría que ha caído bajo el influjo de Lucifer. Al principio, ante las acusaciones, se limito a intentar quitar crédito a las palabras de Reiyel. Algo que me hizo sospechar. Después cambio de estrategia, pero ya era tarde. Al ocaso quizás consigamos verter algo de verdad sobre estas dudas.
Andariel apoya el plan de separarnos del grupo. Yo no creo ni que sea posible, el espacio nos regresaría de vuelta sin importar como es el entorno.
- Creo que ese plan debería estudiarse con más calma. No sabemos como actúa este plano, si nos traerá aquí de vuelta aunque nos alejemos o si, por el contrario, una vez que nos alejemos no podamos ser capaces de volver a encontrarnos. No es tan fácil como la teoría, que es buena. -
No puedo evitar una mirada iracunda hacia Hariel cuando muestra su única preocupación hacia el supuesto campo de fuerza. Le señalo.
- No importa. Los hermanos como tu sois los que más dudas generáis en mi. No saldremos de aquí hasta descubrir al enemigo oculto, esa es la llave de este lugar, la salida. El entorno cambia de un día para otro, es una ilusión ¿no lo ves? Y si tu crees que puedes encontrar alguna salida en este extraño paraje, que ayer no era el mismo y mañana tampoco lo sera, deja de intentar distraernos al resto que luchamos por encontrar la verdad en el camino apropiado. - intente relajarme, respirando pausadamente antes de continuar. Bajo el brazo para hablar hacia todos - Debo confesaros que me he analizado y mis mayores dudas ahora mismo están puestas en Uriel, posiblemente, Hariel, ocupes el segundo puesto. No puedo borrarme esas dudas, pero, al igual que otros hermanos, parece que queréis pasar desapercibidos. Habláis de vez en cuando de asuntos de poca preocupación que no puedan arrastrar ninguna repercusión contra vosotros, algunos ni intervienen. Entre vosotros, sin duda, se encuentran los aliados de Lucifer.
Extiendo mis alas y hablo con mi profunda voz.
- Y nada de "Yo confío en todos vosotros, hermanos". La Muerte se ha servido de vuestra voluntad, como de la mía, y albergáis dudas, no queráis convencernos de lo contrario. -
Volví a plegar mis alas, más tranquilo y relajado. Había acabado, aunque un último detalle requería una cuestión final.
- Dices, Gisiel, ¿qué Lucifer se encontraba entre nosotros y tu sabías que se trataba de Chariel? - aquello me parecía demasiado oportuno y habría que estudiarlo con detenimiento, observando cada detalle ocurrido hasta este momento.
Tostón.... XD
Al entrar en la ciudad me sentía tan confundida con lo que veia que me quedé sin palabras. Después mis hermanos y hermanas han dado sus opiniones y teorías y yo me quedé callada mientras escuchaba atentamente hasta que me pareció oportuno dar mi opinión.
-Ylahiah, hermano mio, estoy de acuerdo con tu razonamiento. En este momento los que más dudas generan en mí son los que apenas han dado su opinión y no han pronunciado palabra alguna.- Me dirigo hacia Andariel y prosigo.- También debo admitir que al principio dude de Andariel porque al resucitar no hizo otra cosa que decir que debiamos seguirle y dejo al descubierto al hermano Ylahiah aparentemente a sabiendas que lo hacía. Sin embargo, ahora ya he despejado mis dudas con respecto a el y no creo que sea uno de los seguidores de Lucifer, porque aunque no este de acuerdo con su forma de actuar, creo que lo ha hecho sin ninguna intención maligna y para que confiemos en él. Yo, de momento sigo, sin confiar en el porque no tengo la certeza de que no es uno de los demonios, pero no es el que me inspira mayor desconcierto, al contrario, es uno de los que menos me inspira.
- Por otro lado,- continuo con mi razonamiento sin dirigirme esta vez a nadie en partícular - respecto a lo de que nos reunamos me parece una buena idea, pero tambien creo como Ylahiah, que no podriamos separarnos en este espacio tan pequeño y que alguien que no fueramos nosotros, seguramente, nos escucharía. Y a parte de esto, tampoco puedo confiar plenamente en todos los miembros del grupo porque no tengo la capacidad de saber lo que es verdad y lo que no, como puedo entender que ellos no puedan confiar en mí.
-Para terminar, sobre mis habilidades solo puedo deciros que no se incluye nada que me permita ver como es o no es una persona o si esta mintiendo o no.
Siento responder tan tarde a las preguntas, pero he tenido unas últimas 24 horas bastante ajetreadas por el trabajo de fin de grado y necesitado bastante tiempo para leer todos las Biblias que habeis escrito XD
Se giró al escuchar su nombre y dejó atrás la contemplación de la ciudad y las puertas del templo. No había dejado de escuchar la conjeturas y opiniones del resto en silencio, pero ahora que su nombre era mencionado, tendría que romperlo.
-En ocasiones, Ylahiah, cuando no se tiene nada que decir, es mejor permanecer callado y seguir observando a quienes te rodean. ¿Qué ganarías tú, si yo,en lugar de permanecer en silencio, diera rienda suelta a la charlatanería, crear discordias y desconfianzas basadas en la nada? Nos encontramos en una pesadilla creada por nuestro mayor enemigo, donde la tortura es de espíritu y de la mente. El miedo se alimenta de tales desconfianzas y éste da lugar al odio, desencadenando los otros 6 pecados capitales y el caos. Así pues, si tu desconfianza hacia mi es debida al miedo, te aconsejaría que no lo alimentaras en exceso y trataras de hallar la semilla de la verdad en esta zarza de mentiras. Lo que Metatron ha hablado trae la lógica y la razón entre nosotros, y al igual que él, es cuanto he podido sacar en claro hasta ahora, pero hasta que no hagan la lectura de almas, no podremos seguir adelante en la búsqueda de la verdad. Mis habilidades están disponibles para tal menester, pero son limitadas y su conocimiento, peligroso. Las pondré en uso cuando crea que sea el momento.
Tal y como decía Uriel, Sitael permanecía del mismo modo, callado y observando pues no tenia nada que aportar, lo que hablaban era muy peligroso, aunque necesario, pero para su propia desgracia no sabia como contribuir a la causa, todo estaba entre nieblas para él. Aunque en su cabeza aun había dos nombres como culpables. Nombres que intentaba olvidar por miedo a que los acusara siendo inocentes. ¿Pero como evitar tal cosa?
La luz dibuja formas caprichosas a vuestro alrededor. Titila como si fuese un elemento más del paisaje, y no solo aquello que lo cubre. Sobre la superficie brillante la luz se refleja, y en el intercambio, algo comienza a bullir, abriendo una brecha que muestra un rostro conocido, aún surcado por la preocupación
Sobre la mesa, hay media docena de panfletos de colegios. Todos más lejanos que aquel en el que está su hijo. Suspira indecisa, pero en esta situación no quiere permitirse dejar nada sin hacer, ninguna posibilidad sin probar antes de tomar una decisión tan drástica, por la que además sin duda su hijo la odiaría.
La mujer se mira en el espejo - cuanto más dude, más difícil se me hará llamar - Mira al teléfono. En la última conversación con él, éste le transmitió que no hacía falta darle las gracias " de verdad", sino que bastaría con una simulación. Que para empezar ya bastaría.
Eran muchos los años que llevaba sin hablarse con él, siempre tan estricto y tosco. Cuando finalmente se decide, es su madre quien responde al teléfono:
- Hola, mamá.
- ¿Hija mía! ¿Qué tal estás?
- Bien. Normal... ¿Está papá?
- ¿Cómo? ¿Papá?¿QUieres hablar con papá?
- Mmm... si. Un poco.
- Esto sí que es raro ¿Porqué quieres hablar con él?
- ¿QUé? Bueno. Es algo un poco raro y difícil de explicar. ¿Me lo pasas?
- Claro. Un momento.Durante los escasos segundos que tardó su padre en llegar, el nerviosismo de la mujer en el reflejo superó todos los niveles.
- ¿Sí? ¿qué quieres?
La mujer comienza a hablar con un ataque de pánico, casi sin saber lo que estaba diciendo.
- Mm... Pues... Nunca te lo había dicho hasta ahora, pero he pensado que era mejor decírtelo, y por eso he llamado... Pues, papá, creo que tu trabajo en la obra debía ser bastante duro. Gracias a tu trabajo y a tu esfuerzo me criasteis. Y, de pequeña, ¿verdad que me habías llevado al parque? Quiero decir que hasta ahora nunca te había dicho que es de agradecer, ni te he mostrado mi gratitud. Y por eso he pensado que por una vez te lo quisiera decir adecuadamente... Además, no me caías bien, y de esto también quería disculparme.
No fue capaz de decir "gracias" adecuadamente, ni tampoco "lo siento", pero de algún modo pudo transmitir lo que quería decir. "Colgaré después de escuchar lo que tiene que decirme mi padre", se decía para si. Pero su padre no decía nada. Justo cuando empezaba a pensar en colgar, escuchó la voz de su madre.
- ¿Pero qué le has dicho a papá?
- ¿Qué?
- ¡Pero qué cosa tan horrible le debes haber dicho! ¿No te das cuenta de que está llorando?Se empezaron a escuchar los sollozos de su padre al otro lado del teléfono. La mujer se queda atónica. Hasta ese día no había escuchado nunca llorar a su padre. ¡Con lo fuerte que era!¡Y ahora le oía llorar!
Ella le había transmitido su agradecimiento únicamente simulando que lo sentía, y ahora resultaba que su padre, quien siempre había mostrado fortaleza, estaba sollozando.
Al escuchar el llanto de su padre, algo en el interior de aquella mujer se comenzó a resquebrajar, y sintió cómo sus lágrimas también caían, incontrolables. Ahora comprendía que su padre había deseado quererla mucho más. Ahora veía que él también deseaba tener muchas charlas con su hija. Pero durante todo este tiempo, ella le había negado su amor.
Tras un rato desahogándose y la inquietud de su madre entremedias, finalmente hablaron una vez más, y esta vez las gracias su le nacieron del alma.
En ocasiones, solo es necesario un empujoncito para que las cosas cambien...
Esa misma tarde, también tuvo ánimos para pedir disculpas a su hijo por la presión a la que lo había sometido. Le dijo que no lo presionaría más.
- Hagas lo que hagas, yo seguiré queriéndote - Y esa frase, sentida, esa aceptación, generaría a su vez un pequeño milagro en el muchacho, quien comenzó a ir a la escuela con otra luz en la mirada y pronto la actitud de su entorno cambió para con él.
Finalmente, los panfletos de los centros de estudio quedarían olvidados en el fondo de un cajón, como un buen recuerdo de la decisión que tomó: No cerrar ninguna puerta para lo que era verdaderamente importante.
Extracto del libro "La ley del espejo" de Yoshinori Noguchi
Mientras observo los sucesos que ocurren al otro lado del espejo se me llenan los ojos de lágrimas al notar los poderosos sentimientos que se apoderaban de la mujer y de la persona que se encontraba en la otra línea telefónica. No quiero llorar más, soy un ángel y como tal tengo que presentar fortaleza y paz. Trago varias veces para intentar deshacer el nudo de mi garganta por tan emotivo evento. Esbozo una sonrisa al ver el futuro que les depara, después de todo las decisiones más difíciles son las correctas, a veces hay que dejar el orgullo a un lado para entendernos con los demás.
Me muerdo el labio inferior y girándome a mis hermanos digo
-Yo no digo que no desconfíe de nadie, pues mentiría. Después de todo lo que hemos pasado es difícil pensar que no tenemos seguidores del mal entre nosotros, ¿quiénes son? Es una buena pregunta, pero ellos no nos responderán abiertamente. Son de los que saben ocultarse y mentir para aparentar lo que no son. "Tienes que estar al borde de un acantilado para saber si tu acompañante es un ángel o un demonio: el ángel te tenderá su mano y el demonio te empujará, pero entonces será demasiado tarde." Puede que muchos pensemos que es mejor guardar silencio a decir cosas ya dichas o cosas que creemos tonterías, pero todo es poco a la hora de sacar conclusiones...- Guardo silencio de nuevo y me cojo las manos por delante del cuerpo.