Partida Rol por web

-Lo que está claro es que cada vez hay más de esas cosas. Todo parece indicar que se están reproduciendo a un ritmo vertiginoso. Si hemos de hacer algo, habrá de ser ahora. Cuanto más tardermos, peor será. De modo que si a nadie se le ocurre algo mejor, sugiero que vayamos a por esa bomba de una vez, aunque sea la última cosa que hagamos en esta vida.

Bien, yo no puedo moverme, asi que deben hacerlo ustedes, yo podre disparar de aca.. dandoles algo de fuego de supresion dice Browdy sacando su arma

-De acuerdo Browdy. Quizá lo mejor sería que te hicieses cargo de la ametralladora pesada.

Doneval continua extremadamente nervioso, y la presión que le mete Jeston no le viene nada bien. !!!Ya lo expliqué antes maldita sea!!! Hemos de destruir esas cosas sea como sea. La bomba debe explosionar para extender el compuesto químico que acabe con ellas. El miedo se deja notar cada vez más en la voz del terrorista.

Pero... quizás sea ya demasiado tarde, quizás hayan inutilizado la bomba por completo... Si, así debe haber sido. Son demasiado inteligentes... !!!Si no se hubieran entrometido el artefacto habría estallado joder!!! Ahora toda la estación está en peligro. Toda la humanidad... lo poco que queda de ella. No, no, estamos muertos, esos hijos de puta acabarán con nosotros. No, mejor acabar de una forma menos dolorosa. Si, mejor será, si.

Mientras pronuncia estas desquiciadas palabras, veis como el terrorista se dispone a desenfundar su pistola. Sin duda está dispuesto a suicidarse.

Browdy lanza un golpe con su puño botandole el arma que estupidez estaba haciendo hombre...

Aprovechando que Browdy ha desarmado al hombre, Pereira se echa sobre él para intentar tranquilizarlo.

-Vamos, con esto no conseguirá nada. Tranquilícese. Si quiere morir, está en su derecho, pero que su muerte sirva para algo.

Jeston intenta reaccionar pero lo hace tarde y mal. Por fortuna Browdy ha reaccionado a tiempo.

- ¡Maldición, jodido lunático! Tenemos que seguir adelante, la rendición no es una solución

Browdy sujeta el brazo del terrorista antes de que consiga desenfundar el arma. El individuo intenta soltarse, pero la presa del GIE es firme. !!!Maldita sea, cerdo del gobierno!!! !!!Si no hubiérais irrumpido en el almacén la bomba habría estallado sin problemas, y esas cosas habrían dejado de existir!!! Doneval está muy nervioso, y comienza a murmurar en una lengua que no entendéis. En vuestra opinión, está completamente loco, y será difícil hacerle entrar en razón.

Por otra parte, la herida de Browdy no pinta nada bien, y apenas puede mantenerse en pie por si sólo. El sonido de las malditas criaturas mecánicas comienza a llegar nuevamente hasta vuestros oídos. Parece que la explosión sólo las ha ralentizado un poco. La bomba está en el otro extremo del almacén, y una de las rutas está completamente bloqueada a causa del desbarajuste provocado por la explosión de la granada.

Maldicion.. avancen, no puedo hacer nada solo tratar de ayudarles manteniendo a ralla a esos bichos, apurense.. que ustedes son los unicos que pueden moverse toma un arma se pone en posicion para tratar de mantener a distancia a las criaturas

¡PODEMOS! - grita jeston mientras avanza en linea recta esgrimiendo el sufusil que acaba de recargar

-De acuerdo, espérame Jeston. Espalda contra espalda.

Pereira se pone espalda con espalda con Jeston y ambos comienzan a avanzar con el subfusil preparado para repeler el enviste de las criaturas.

Abandonáis la barricada, en dirección al corredor trasero para intentar llegar hasta la bomba. El sonido de los Gilgamesh crece por un momento, para detenerse unos instantes después. El silencio lo abarca todo durante unos segundos, en los que avanzáis atentos a cualquier movimiento que pueda producirse en el techo o las paredes.

Poco a poco lográis alcanzar el final del corredor, y no parece haber rastro de ninguna de esas criaturas. Jeston identifica el grupo de cajas entre los que dejásteis la bomba. Después de lo que visteis hacer a los engendros mecánicos de los Ki-Engir, el recorrido os parece demasiado fácil. El miedo casi os controla por completo.

Jeston y Pereira abandonan la barricada, en dirección al corredor que debería llevarles hasta la bomba. Los ruídos mecánicos aumentan por segundos, pero de repente cesan por completo. El silencio se apodera de todo el almacén, y eso no hace sino conseguir que vuestros nervios afloren aún más. Al menos cuando hacían ruído, sabíais a donde apuntar. Ahora, la muerte podría alcanzaros en cualquier momento.

La pierna de Browdy no le permite moverse demasiado. Doneval desenfunda su arma, y el GIE parece dispuesto a detenerle, dadas sus previas intenciones suicidas. Sin embargo, parece que el terrorista está ahora más concentrado en hallar a los malditos Gilgamesh. Mientras Browdy se encarga de cubrir el frente norte, Doneval hace lo propio con el sur, ambos espalda contra espalda.

El silencio se prolonga demasiado tiempo. Miráis a todas partes constantemente, esperando ver como una de las criaturas salta sobre vosotros. Y finalmente, es Doneval el que grita de terror mientras un Gilgamesh le atraviesa una y otra vez con sus peligrosas cuchillas. En un instante, el estruendo mecánico llega desde todas partes. Browdy observa a su alrededor para ver como montones de criaturas suben por las paredes o cuelgan del techo, preparadas para acabar con su vida.

Abandonáis la barricada, en dirección al corredor trasero para intentar llegar hasta la bomba. El sonido de los Gilgamesh crece por un momento, para detenerse unos instantes después. El silencio lo abarca todo durante unos segundos, en los que avanzáis atentos a cualquier movimiento que pueda producirse en el techo o las paredes.

Poco a poco lográis alcanzar el final del corredor, y no parece haber rastro de ninguna de esas criaturas. Jeston identifica el grupo de cajas entre los que dejásteis la bomba. Después de lo que visteis hacer a los engendros mecánicos de los Ki-Engir, el recorrido os parece demasiado fácil. El miedo casi os controla por completo. De repente, podéis escuchar un alarido de terror, y una gran confusión proviniente del otro lado del almacén. Los disparos y el estruendo mecánico de los Gilgamesh retumban en toda la estructura.

¿Donde esta la condenada bomba? Mierda, están atacando nuestra anterior posición... ¡JODER! - dice Jeston mientras le da una patada al cuerpo del gen (holen)

-De acuerdo. Yo vigilo. -dice Pereira mientras se aposta con su subfusil en una zona que considere segura y desde donde pueda tener controlados los accesos a su posición actual.

Browdy busca un arma , trata de avanzar unos metros mientras la toma en sus manos, debia darle tiempo a sus compañeros para que activaran la bomba... asi, grita Vengan cosas.. aca esta esperandolas este pedazo de carne, asi toma su arma comenzandole a dispararles a las mas cercanas, asi espera su muerte ayudandole a ganar tiempo a sus compañeros

Browdy observa como la muerte ronda en todas partes, pero no está dispuesto a rendirse. Unos segundos podrían significar la diferencia entre que Jeston y Pereira encuentren o no la bomba. El GIE agarra una de las ametralladoras y dispara sin cesar en todas direcciones. Algunos de los Gilgamesh revientan bajo el fuego de Browdy, pero sin duda son demasiados para aguantarlos durante mucho tiempo.

De repente todo se apaga. Una pequeña punzada, una ligera corriente eléctrica y la vida de Browdy acaba sin más. Al menos ha sido rápido, y no puede sentir como varios Gilgamesh caen sobre su cuerpo y le apuñalan una y otra vez.

Pereira se sitúa junto a las cajas, atento a cualquier movimiento que haya en el almacén, preparado para disparar en cualquier momento. Jeston por su parte, busca el artefacto. El estruendo del combate y los disparos se escuchan durante apenas unos segundos más, tras los cuáles se hace de nuevo el silencio más absoluto. Sin embargo, el sonido metálico producido por los Gilgamesh al desplazarse no cesa en esta ocasión. No tenéis la más mínima duda. Se acercan a vosotros.

Jeston lanza una leve exclamación al tiempo que se arrodilla en una de las esquinas creadas por las grandes cajas de metal. Parece que ha encontrado la bomba, o al menos, lo que queda de ella. El artefacto ha sido completamente desmontado. Como, es algo que nunca descubriréis. Desde luego ninguna persona podría haber hecho esto con el artefacto en menos de una hora. A esas criaturas, parece que le bastaron unos escasos 5 minutos para ello. El recipiente que contenía el líquido explosivo está totalmente vacío, al igual que el que guardaba el compuesto químico que debía habría destruído a los Gilgamesh de haberse dispersado.

El sonido metálico se acerca, y en apenas un minuto ya podéis ver las siluetas de los Gilgamesh asomando entre los grupos de cajas. Pereira es el primero en abrir fuego contra ellos, y Jeston rápidamente le imita. Si tienen algo claro en estos momentos, es que son soldados, y que se llevaran por delante a tantos de esos hijos de puta como puedan. Los proyectiles derriban a varias de las criaturas, que se desploman desde las paredes o desde el techo. Sin embargo, son demasiados, y ganan terreno rápidamente a los GIE.

Uno de ellos cae finalmente sobre Pereira, clavando sus letales tentáculos en su cuerpo. Jeston se lanza sobre él y se lo quita de encima de un culatazo, pero es demasiado tarde. Una decena de criaturas se avalanzan sobre ambos soldados, que no pueden sino gritar de dolor mientras su fin se perfila de forma inevitable.