Partida Rol por web

Astérope

Binevo Astèropé

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07/07/2020, 14:01
Nikita Pontecorvo

Le sorprendió tanto lo de la contaminación radioactiva que se quedó perplejo sosteniendo el iodo. Miró la caja con cierta aprensión y suspiró antes de darse cuenta que Mariam había dicho que la había “mangado”. O tenía sentido hacerlo por el secretismo con que tenía que llevar el caso o era una tipa en verdad peculiar.

Ma si abberen voluto tenerlo segreto, non farien décades que l’ageren buidata?* —razonó mientras guardaba la caja en el bolsillo—. No tiene mucho sentido dejar expuesta una escena del crimen como si fuera una especie de, de… Performance siniestra a la espera de que algún desgraciado se la encuentre. No sé, la verdad que cuanto más lo pienso menos sentido le encuentro —Una idea tal vez podía encajar pero no iba a planteársela a una extraña: ¿y si aquello fuese una especie de ritual y era importante mantener todo como estaba?

Confirmó que no hablaría con nadie y le pareció acertado el plan de, llegado el caso, poner fácil que alguien diera la alarma. Se preguntó cuántas cosas extraordinarias podría haberse encontrado aquella mujer en su carrera. Tenía pinta de que unas cuantas.

Su risa le hizo sonreír igualmente. Imaginaba la cara de alucinado que debía estar poniendo.

¿Derecho? No, la verdad.  Eso es lo que esperaba mi padre. Y que trabajara después con Achille, claro —añadió encogiéndose de hombros—. Pero no, la cosa va por otro lado.

Calló un momento sopesando cuántos detalles dar pero, ¿qué demonios? Ya compartía hasta secretos con aquella mujer. Le volvió a coger el porro.

Voy a estudiar en la facultad de estudios esotéricos —dijo con tono casual mientras soltaba el humo de la última calada. Después apagó la colilla contra el borde del banco antes de levantarse como ella. Estaba intrigado por saber qué pensaría al respecto.

- Tiradas (1)

Motivo: Razón + Empatía

Tirada: 2d6

Resultado: 5(+4)=9 [2, 3]

Notas de juego

*Me paso al castellano para que sea fácil de leer, pero Nikita sigue hablando en asteropés.

Primera línea de diálogo en castellano:

"Pero si hubieran querido mantenerlo en secreto, ¿no haría décadas que la habrían vaciado?"

Edito: he añadido cosas en varios puntos.

Dejo una tirada de Razón más Empatía para ver si saca alguna impresión de Mariam por la conversación que han tenido, cómo parecía tomarse su relato, etc.

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08/07/2020, 02:46
Ingvild Hoem
Sólo para el director

Como aquel barco mercante, Ingvild caía en el abismo de un pozo que se había abierto entre las dunas. Quiso gritar, pero la arena se le metía en la boca, en la orejas, en los ojos...

Se despertó empapada de sudor, pese a su ducha reciente. Como el casco oxidado del barco pensó con recelo. Aquel ojo aterrador parecía haberla mirado en forma de reproche. ¿Qué significaba todo aquello? El sueño aún estaba vívido en su retina, pero sabía que no sería así por mucho tiempo.

Intentó volver a dormirse, pero, si no lo conseguía, iría a por un refresco en la cocina.

Notas de juego

Espero no haberme tomado demasiado atrevimiento al despertar a Ingvild :)

Si ha dormido por mucho tiempo y es una hora razonable, pues entonces Ingvild no continua durmiendo sino que inicia su nuevo día :)

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08/07/2020, 11:45
Minibús

El comportero le sonrió a Branwen con el cigarro encendido -Nadie comentó su referencia y ni siquiera estaba segura de que Adam le hubiera oído-. Y tras saludar levantando una mano y soltando algo a medio camino entre un berrido y un “¡Au!” partió hacia la barquichuela que tenía precariamente atada a una rama.

El autobús continuó su camino sin más incidencias.

Azia también se puso los auriculares pero antes de enajenarse con la ayuda de su móvil le dedicó una sonrisa a Adam.

La carretera de la marisma terminaba con un puente colgante por el que cruzaron un caudaloso río. Sortearon la ciudad de Atlaneva y al poco de salir de la autovía pasaron junto al campus universitario del que apenas pudieron ver sus cuatro edificios más altos y una parte de su gran columnata

Durante el viaje Victor le ofreció, en silencio, pistachos a Arwen, y a nadie más, por lo que Azia soltó en voz baja algo en asteropés que bien podría ser un insulto.

Notas de juego

1 de 2

Edito: he corregido el nombre de Branwen :-)

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08/07/2020, 11:46
Colegio mayor "Athanasius Kircher” de Sassaneva

Entraron en un paisaje árido por una carretera desde la que se veía  el mar hasta llegar a un edificio bajo y extenso, muy abierto e integrado en el paisaje, rodeado de estanques que parecía construido a base de madera, muros de piedra y mampostería, acero y cristal.

Un hombre alto con barba y gafas de pasta que se presentó como Antonio acudió a su encuentro y les mostró el amplio comedor, una de las grandes salas de estudios y un taller de música –la luz entraba tamizada por un montón de ventanales y los tragaluces del techo. Todos eran espacios cálidos con muebles prácticos peros curiosos- y les guió hasta las habitaciones, invitándoles a instalarse y luego explorar el espacio a su aire.

Cada estudiante tenía un cuarto propio, amplio, con un baño, cama ni grande ni pequeña, una pequeña mesa de madera y una gran puerta-cristalera con vistas a las montañas por la que se salía a una terraza compartida con otros tres, que también daba al "estudio" -dotado de una gran puerta-ventanal como las habitaciones- compartido, con estanterías, ordenadores y una gran mesa.

Notas de juego

2 de 2

Ya podéis postear.

Podéis ir a algún espacio, o tratar de haceros los encontradizos con algún pnj.

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08/07/2020, 13:27
Adam Dyer

- Este, por pura lógica, debe ser Dumbledore... - susurró Adam de forma prácticamente inaudible cuando les recibió aquel hombre alto y con barba. Al menos la pretensión de Adam era que aquel comentario no pasase de un leve susurro. Incluso más... solo un pensamiento. Pero igual al llevar los cascos con aquel sonido atronador retumbando en sus tímpanos la cosa se pudo oír más allá del cuello de su camisa. Aprovechó para arrebujarse en su capucha aún más y echó a andar tras el grupo. El tour por el que habría de ser su hogar durante las próximas semanas, meses o años estaba por comenzar.

Todo tenía bastante buena pinta. El ambiente era cálido y relajado... amigable. Los espacios rezumaban luz y la sensación de amplitud daba ganas de respirar hondo todo el rato. El lugar, completamente circundado por naturaleza resultaba evocador. Exactamente como todo lo que había visto Adam desde que había bajado del avión en el aeropuerto de Astérope.

Hasta que llegaron a las habitaciones y fueron asignando uno a uno los cuartos que habrían de ocupar. Y, para sorpresa de Adam, estaría solo en una habitación magnífica. Práctica, nada lujosa pero acogedora. Con baño propio. Importante. Y, sobretodo, sin un compañero de habitación que saliese corriendo cada noche cuando Adam sufría las pesadillas que le arrancaban el sueño, la tranquilidad y, de a poco, la vida.

El chico aparcó la enorme maleta junto al armario, la tumbó en el sueño y la abrió de par en par. Allí, en aquel trolley de apenas un metro de alto por medio de ancho, estaba casi toda su vida. Una bolsa de mano completaba el equipaje. Todo estaba allí. Algo de ropa... su portátil... el libro electrónico... Poca cosa. Empezó a colocar cada cosa en su sitio. La ropa en los cajones y las perchas. Los zapatos en el armarito bajo. Pero se cansó pronto. De hecho, fue entonces cuando se dio cuenta de lo cansado que estaba. En el autocar casi había dado cabezadas y la sensación de que llevaba aquella ropa puesta desde hacía demasiado tiempo era más que preocupante.

Por eso preparó unos vaqueros limpios, algo de ropa interior y una camiseta que no estuviera demasiado arrugada sobre la cama y, neceser en mano, se metió en el baño para darse una larga y refrescante ducha. Y esto era algo excitante porque, para un canadiense, el único concepto que podría ir aparejado a "ducha" es caliente. Sin embargo el clima allí era cálido. El aire estaba cargado de humedad y daba la sensación de que el mero hecho de respirar resultaba liberador y placentero. Esperanzador. Cuando hubo acabado con la toalla alrededor de la cintura se tumbó en la cama y miró al techo. No se estaba nada mal allí. Nada mal. Quizá sí habría esperanza, después de todo, para el chico de los Dyer... el rarito.

Se puso la ropa y entonces fue asaltado por una duda. Ya sabía que no habría de compartir cuarto pero sí sala de estudio y "terraza". Quizá aquello de que las habitaciones no eran nada lujosas no era cierto. Aquello parecía un club social para niños bien. Como el botarate ese del autocar... - "Son Ibis escarlatas" - imitó con burla. Entonces buscó en su bolsa de mano la pluma que había cogido del suelo... medio rosada medio anaranjada como un fuego irreal. La acarició y comprobó que era suave y la colocó en la mesilla de noche, junto a su cama. Allí había un jarroncito estrecho y alto que contaba con un pequeño conjunto de flores secas. Luego se dirigió al enorme ventanal y espió tras las cortinas. ¿Vería a alguien? Desde su perspectiva parecía que no. Quizá era seguro abrir la ventana y dejar que "el sol entrase por la ventana" como en aquella canción antigua.

Adam descorrió las cortinas y abrió las puertas que daban a la terraza de par en par. Nada mal.

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08/07/2020, 23:48
Frida Farkas

Se quedó mirando al infinito durante unos segundos, seria. Luego bebió, pensativa. Y habló tras tirar aire por la nariz.

—Primero siento una pena muy grande y me recorre un escalofrío caliente. Tiendo a quedarme sin aire porque respiro demasiado lento. Mi cuerpo me pide la parálisis y esperar a que todo pase y se me van las fuerzas, pero mi mente sabe que eso no servirá de nada. A veces me flojean las piernas. Estoy atenta, muy atenta, solo siento atención pura, como si estuviera esperando una gran explosión de la que ya hubiera intuido el destello de su detonación. No, más, porque llegados a ese punto no me preocupa lo que vaya a pasar. Mi piel, mis oídos, otean el silencio, me siento libre incluso de mi misma. En ese punto mis pensamientos me abandonan y me convierto en un animal salvaje que vive en el aquí y el ahora.

Remo bebía, muy atento a lo que decía Frida. Lilla también la observaba pero no se centraba tan sólo en su hija. También miraba sin disimulo a Bryony, a la espera de su reacción.

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09/07/2020, 10:30
Isa

—Mi madre biológica sufría un trastorno esquizoafectivo y era alcohólica. Venían muchos hombres raros a estar con ella, yo creo que era prostituta aunque no estoy segura porque los recuerdos de aquella época los tengo muy difusos y a veces no distingo en ellos si eran fantasías o realidad.

Se le metió en la cabeza que los dioses, sobre todo Neptuno, que vivía muy cerca, frente a la costa, andaban buscando chicas a las que violar y secuestrar para convertirlas en sus concubinas. Y que eso me ponía en peligro. Al principio evitaba llevarme a la playa o el paseo marítimo y me ponía mucha ropa. Empezó a desconfiar de todo el mundo porque decía que muchas veces “ellos” adoptaban la forma de humano para inflitrarse. Me encerró en casa y me daba muchos pasteles, para hacerme engordar, y llegó a hacerme cortes.

Sus ojos se abrieron más con esa última afirmación, como enfatizando lo escandaloso que era algo así.

—Creo que algún cliente sospechó que pasaba algo raro y llamó a la policía.

Cuando la internaron le quitaron mi custodia y me adoptaron mis papás. Hace un par de años entré en contacto con ella como parte de mi terapia y le he perdonado. Sigue lidiando con su enfermedad y vive en un internado que no quiere dejar porque dice que no entiende el mundo.

Se encogió de hombros.

—Yo he estado de terapia casi siempre, cuando he tenido problemas han desencadenado agorafobia, incluso algún brote psicótico no muy fuerte. Cuando ocurre ni siquiera necesito medicación. Como lo que viví aquí lo tengo muy bloqueado quería indagar, recordar y liberarme del todo. Creo que es un paso previo que necesito resolver si quiero dedicarme a ayudar a los demás ¿No crees?

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09/07/2020, 14:11
Branwen Glyndwr

 

Si pudo quedarle claro algo, es que había muy pocos fans del cine de serie Z clásico entre el grupo de fumadores y apurando más del cine mainstream (ninguna broma sobre el personaje de Paul Hogan). La otra alternativa es que no les apeteciera hablar con ella en igual proporción con la que le apetecía a ella abrir el fuego de la conversación. Se encogió de hombros y, si afeo algo su gesto, fue con el silencio de respuesta ante su última pregunta. Aceptó la sonrisa del viejo con la leve espinita de que le estuviera siendo condescendiente. 

Disfrutó de su colilla y el tono cálido del sol e hizo alguna foto de la tranquilidad post ‘avincidente’. 

No tardaron en recogerse de nuevo al autobús dado que el camino ya estaba expedito. Regresando a su puesto, codo con codo junto a Azia, la vio buscando el solaz de su música casi pareja con la actitud de Chico Dundee cuyo método era más desarrollado, todo encapotado bajo la capucha y enbrumado con lo que ahora se hubiera decidido a escuchar.

Vaya ojo tengo para elegir - se ironizó, riendo por dentro de la idea de las primeras impresiones - Si fuera lo único que valieran la gente no se hablaría y con los turistas el doble.

Hoy, chica, eres la turista y la verdad es que estás pasándolo mejor que lo imaginabas.

Se paró a reflexionar. Varios años aquí, sintiendo que no te gustaba, la verdad es que sería criminal.

Se recostó de lado rumiando ese pensamiento al tiempo que cogía las imágenes de los paisajes de aquí y allá con la frescura de la primera vez y se dejó alimentar con pistachos por el ¿prudente?¿discreto?¿maquiavélico?¿libidinoso? Victor. 

Cual fuera el triángulo en el que se había puesto a chapotear, se dijo que de principio a final lo trataría con normalidad y civilización. Los dos son monos. Seguro que también interesantes.

Se infló de pistachos como hacía muchos años que no lo hacía y sobretodo sonriendo. Incluso el exabrupto de su compañera de asiento le pareció pintoresco. Eso sí, la decidió a no compartir, como en un primer inicio hubiera hecho.

Por fin la hechuras de su colegio mayor “Yo tengo un nombre muy largo seguro que nadie me llama así” se presentaron después de bordear la línea de aguas del mar. Un mar más claro, le sugirió a Branwen, como más modoso que la oscuridad de su inclemente Atlántico.

Todo le evocaba dos puntos de pantone por encima de lo que conocía y cierta cordialidad momentánea. Bregó con su equipaje hasta que aterrizó en los terrenos del recinto y se puso a seguir a la masa en su iniciación comunal.

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09/07/2020, 14:26
Branwen Glyndwr
Sólo para el director

Me gusta. Es distinto - se asintió mientras se quedaba con los detalles. Navegó por la experiencia como la oportunidad personal que le había caído del cielo a través de los bolsillos de su ‘putativo’ padre y cuando atracó su maleta en el aseado cuarto que le habían asignado se dispuso a mandar el mensaje a Dian que al salir había prometido.

Cogió el móvil y empezó a grabar como solía acostumbrar , no con los ojos en la pantalla si no sosteniendo el cachivache a la vera de su oreja como un ciclópeo ojo extra que capturara lo que ella veía directamente.

¡¡Chincha Bronu!! ¡¡Cuarto para mi solita!! - y cargó con recochineo tomando una toma - !Y con baño.. PERSONAL!!!

Con tranquilidad se desplazó hacia la terraza haciendo traveling de muestra de sus dominios. Hizo tomas de las vistas y aprovecho para saludar a quien pasaba por abajo olvidándose que el ¿Bien o Que? era gales hasta la médula.

Estoy bien Ewythr - dijo con tono de ir hacia la conclusión - El sitio, Bien - dijo apuntando raudamente a lo soleado - La gente...um? Bien también. Diferente. 

No te preocupes por mí. Al menos solo lo suficiente para no sentirme abandonada, Bronu. Te quiero. Un Beso.

Lo mando para guardar cuidadosamente después el cacharro en la bandolera al uso que había comprado.

Contempló el espacio y se dijo que era perfecto para muchas cosas pero de las principales fumar.

Sin embargo antes pregunta. Esto lo tienes compartido - con un ademán contempló hacia atrás a los otros tres cuartos - Voy y lo averiguo. Y aprovecho para presentarme - murmuró mientras encaminaba pulcra y exploratoriamente sus pasos a la cristalera de las habitaciones contiguas.

Las manos unidas al gesto de disculpa adelantado por importunar.

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10/07/2020, 11:25
Telmo

Por las ventanas del apartamento se veía cómo el atardecer comenzaba y la luz ambarina del sol iba tiñendo el mar.

En el comedor Julietta hablaba en voz más bien baja con un hombre en asteropés, ambos con sendas tazas de café con leche en la mano.

El chico tendría unos cuarenta y pocos años. Era delgado y tenía el pelo largo, perilla y un pendiente. Vestía unas bermudas, unas sandalias de esparto y piel y una camiseta color rosa claro. Sin ser molesta, su voz era un poco aguda.

—El chama’na Neocova... No dic que no siga una atracció valiosa per sé, sota em saventa un po’.

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10/07/2020, 11:28
Julietta Solé "Giulá"

Massa sensibile…

Cuando notó la presencia de su compañera de piso Giulá se dirigió a ella pasándose al inglés, indicándole que se sirviera con un gesto de la mano. Sobre la encimera había una jarra de café y un cartón de leche y ella le sacó una taza de un armario que había junto a la nevera.  

—Hola, te presento a mi primo Telmo. Trabaja de vigilante y a menudo se pasa a tormar un café cuando vuelve de acabar su turno. Telmo, ella es Ingvild, mi nueva compañera de piso.

El chico le sonrió diciéndole “hola”.

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11/07/2020, 03:38
Ingvild Hoem
Sólo para el director

Aquella voz aguda que escuchó al salir de su habitación no coincidía con la imagen mental que se había hecho del fornido amigovio jugador de rugby de Giulá. Por supuesto, no era el caso. El primo de la chica vestía de manera veraniega, aunque podría haber omitido las sandalias de esparto. Las sandalias deberían estar prohibidas para el género masculino pensó con amargura. En cambio ¡cuanto más delicados eran los pies de su prima! Por otra parte, aquel fue el único defecto que notó en el muchacho.

—Telmo, que bello nombre. Un gusto.

Le tendió la mano al tiempo que con la otra ahogaba un bostezo.

—He tenido un sueño de lo más particular... aunque como mi madre siempre decía, mejor no hablar de ello hasta después del desayuno —añadió risueña mientras se preparaba el café.

—¿Dónde trabajas, Telmo?

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11/07/2020, 10:50
Etna

La terraza tenía una barandilla de madera y como con todo allí, sin ampulosidad, se notaba que su diseño estaba integrado con el resto en una armonía muy cuidada.

El aire mecía apenas las cortinas y traía olor a mar y a pinos calentados por el sol, y caprichosamente, el murmullo de conversaciones animadas.

Una chica con el pelo color fucsia y azul, en bikini amarillo claro y llevando una bandeja llena de cosas apareció en su campo de visión. Caminaba descalza sobre el suelo de tablas de la terraza.

Quizá porque su expresión era seria, enfocada —sus facciones se daban a ello, con la cara ovalada y el mentón un poco hacia adelante, los ojos serenos y las cejas muy finas— o porque su cuerpo era fibroso y no era alta, parecía tener la actitud de una gimnasta concentrada en una prueba atlética.

Dejó la bandeja —en la que había una jarra con un líquido naranja-marrón, unas cervezas, un cubito metálico con hielo y unas pinzas, unos cuantos minibocadillos, platitos, vasos, cubiertos y unas cuantas latas de conserva apiladas— sobre una mesa de madera rojiza.

Luego, como si acabara de reparar en él, se giró hacia Adam.

—¡Hola! ¿Te apetece un tentempié? Concetta y Nebo están al llegar. Ellos son nuestros otros compañeros de terraza y de saleta de estudio.

Sonrió. Por cierto, yo soy Etna.

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12/07/2020, 00:59
Bediviere Lafayette
Sólo para el director

Bediviere parpadeó, un tanto sorprendida. Era cierto que había sentido curiosidad, pero no esperaba que su compañera se abriese de aquella manera delante de ella. 

Aquel gesto tuvo que notarse, aunque fue más bien uno inicial. Tras el mismo, neutralizó su expresión, y escuchó en silencio, dejando que Isa se expresase, sin interrumpirla, contemplando sus expresiones. El cómo abría los ojos. Cómo se encogía de hombros. Había cierta defensa, quizá en aquellos gestos casuales. Algo que trataba de normalizar lo aberrante. 

Supongo que no es una idea descabellada.-dijo, al escuchar su pregunta, contemplándola en silencio, a continuación, largamente- Pero creo también que es un asunto delicado. Es bastante plausible que te ayude a liberarte, sí. Pero, antes de eso, vas a indagar en cosas que tu mente ha reprimido, quizá por una buena razón. Deberías estar preparada por si eso provoca que empeores.-comentó, con franqueza, suspirando, acto seguido.

Yo también estoy en riesgo, ¿sabes? He tenido mi ración de terapia y pastillas felices, por otros temas. Y he cambiado radicalmente de ambiente. Los cambios no me suelen sentar bien. Así que estamos un poco en las mismas. -dijo, sonriendo de medio lado y bufando- Quizá nos venga bien tener a mano el número de tu terapeuta. 

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12/07/2020, 04:12
Bryony J. White

Al notar que Frida se había tomado su petición en serio, Bryony contempló su rostro con expectación. Sus pupilas brillaron cuando empezó a hablar y a la tercera frase cerró los ojos. Quería recrear esas sensaciones y emociones, guardarlas en su interior, memorizarlas en la piel. Se imaginó que podría reconocer ese lugar si pasaba por él de casualidad, como si los ecos de la voz de Frida reverberasen con el espacio. 

Cuando se hizo el silencio, abrió los ojos despacio. Tenía una sonrisa en los labios entreabiertos. Le hizo gracia notar que Lilla parecía esperar algo, no tenía muy claro qué. Pero le hizo más gracia ver el modo en que Remo contemplaba a su hija. Tanto que la había criticado en el coche y en el fondo era la niña de sus ojos. Pero su atención y su sonrisa fueron para Frida. 

—Joder, qué bien lo vamos a pasar —declaró, con una felicidad desbordante—. Creo que voy a pintar todo eso. Te pintaré por dentro y tú me pondrás voz. ¿Quieres? 

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13/07/2020, 10:13
Mariam Daquino

Le pegó una buena calada, pensativa. Luego habló, en voz más calma, como saboreando.

—Otra de las cosas de la vida que está siendo fagocitada por el capitalismo. No es que no ronadaran antes curas y brujos pululando para ganar un buen dinero, mira la Iglesia, por ejemplo. Pero ahora las universidades y las empresas estarán desarrollando una verdadera industria de servicios.

A principios de los ochenta los niños casi que crecíamos silvestres. No teníamos una comparsa de profesionales tutelando nuestro desarrollo, pero la calle era nuestra*.

Pegó otra calada e hizo amago de ponerse en marcha.

—Bah, cosas de vieja. Diviértete y tírate a todo lo que se mueva. Es para lo que sirve la Universidad. Eso y el título. Y no te inquietes con esta mierda.

Tengo tu teléfono, te escribiré con novedades. Si en dos horas no me he pasasdo por tu casa con un contendedor de plomo para que tires tu camiseta. Lo que sería una putada. Es que he comprobado que no hay mierda radioactiva ahí ¿Ok?

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(*) Conversación es asteropés.

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13/07/2020, 10:40
Nikita Pontecorvo

Nikita escuchó con atención, valorando las palabras de la policía. Realmente podía parecer eso y tal vez lo era, una forma de generar profesionales de una nueva rama del conocimiento o mejor dicho, de una bien vieja pero que hasta el momento había estado libre de academicismos, catedráticos, congresos, publicaciones y demás, o al menos en lo que se refería a estar abierta al público. No faltarían además las empresas que ofrecieran ciertos servicios o incluso, por qué no, los asesores de multinacionales en temas "paranormales". O los abogados especializados en la materia. Eso no iba a faltar.

No pudo sino asentir a lo que la mujer decía con cara de circunstancias.

Seguramente no te falte razón, y si eso es todo lo que ofrecen no creo que dure allí mucho tiempo —meditó en voz alta—. Así que más vale que empiece pronto a tirarme todo lo que se mueva —bromeó.

Dos horas —confirmó y volvió a inquietarse por el tema de la radioactividad. Después miró a la mujer; aunque no la conocía y se la veía más que capaz, temió por el lío en que podía estar metiéndola.

Lleva cuidado, el suelo podría desplomarse.

Y no solo se refería al pavimento de la casa.

Ok, estaré en mi piso. Hasta pronto Mariam —le ofreció de nuevo la mano como despedida. La apretó con fuerza e hizo un ligero gesto de reconocimiento con la cabeza—. Muchas gracias por todo.

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13/07/2020, 12:03
Tono Razia

Uno de los ventanales que daba a la terraza estaba abierto pero tenía las cortinas echadas, que se mecían muy lentamente, movidas por la brisa.

Otro parecía cerrado a cal y canto y el último, aunque cerrado, no tenía las cortinas echadas. Uns música, algo en plan disco de los setenta u ochenta, llegaba a ella atenuada por los cristales.

Un chico con mucha mata de pelo haciendo una especie de tupé, sentado en un taburete, movía torpemente aunque con parsimonia una pequeña pesa arriba y abajo. Tenía unas gafas de montura metálica, de esas de los setenta que se volvían a llevar y una cosa que podría ser un bañador aunque más bien parecían unos calzoncillos del tipo “boxeador”, a topos rojos.  

Miró hacia el frente y la vio. Se irguió en la silla y miró a los lados, como buscando un lugar donde dejar la pesa, que tras dudar dejó sobre la mesita del escritorio de su habitación.

Le hizo un gesto pidiendo que esperara, apagó una minicadena que tenía en la estantería y abrió la ventana. No había sudado ni una gota.

—¿Eres una nueva vecina?— le tendió la mano— Soy Tono, bienvenida al Kircher... ¿Quieres una cerveza y unas latas?

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13/07/2020, 12:48
Julietta Solé "Giulá"

—Me temo que estás sufriendo jet lag. En esta parte de la isla se ve el atardecer por el mar.

Sólo has dormido una pequeña siesta.

Notas de juego

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13/07/2020, 12:49
Telmo

El primo de Giulá sonreía.  

—Ahora estoy en el turno de noche, en el puerto deportivo. Ingvild también es un nombre muy bonito… Aunque esto sea una merienda, creo que el consejo sigue siendo válido. Ah, y no te pierdas las ensaimadas de Zamco. Te anclarán a este mundo.  

Notas de juego

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