Cuando Liz avanza con el taladro en la mano el cable se suelta de la corriente por lo que al llegar hasta la puerta esta desconectado.
Mientras tanto el hombre misterioso se tumba en el suelo y se dispone a dormir llevándose las manos hacía la cabeza y sonriendo mientras cierra los ojos.
Lo sé, pero prefiero tenerla operativa si conseguimos echar esa puerta abajo.
Digo mientras busco una correa para la distribución y algunas herramientas.
¿Me ayudas mientras ellas revisan el resto de cajones y toda la sala?
Le digo a 57.
Aprieto los puños de furia. Al tarado le da por dormir. Pobre diablo, aunque creo que tampoco desentona tanto en la asamblea de majaras skinheads que me ha tocado como compañía. Estoy a punto de darle un grito, pero no creo que sirviera de nada.
Miro interrogante a Frank. Es psiquiatra, y posiblemente el mas cuerdo de todos los aquí presentes, y seguro que sabe mejor que nadie como sacarle información. Aunque si sigue sin cooperar ya verás que rápido reacciona y se hace amigable cuando le invitemos a ser el primero en salir a enfrentarse a "ellos". Me acerco hacia Frank y le comento en voz baja:
Doctor Frank, estoy a punto de invitar a este tarado a una terapia gratuita de hostionshock. ¿Quiere usted conseguir algo de información razonando con este tipo con un poco de psicoanálisis o es un caso perdido?
Me dirijo a Martín eso de la terapia de ostias, ya lo probo Jeanette con él y no sirvió para sacarle nada, simplemente se puso a llorar.
58 parece saber lo que esta haciendo con el vehículo. Empieza a rebuscar entre las cajas en busca de algo.
Por lo demás el lugar esta lleno de cosas como herramientas y suministros varios para vehículos. El lugar da muestras de estar abandonado desde hace tiempo por la gran cantidad de polvo acumulado. Y no se ven pisadas por ningún sitio, antes de que lo preguntéis.
Cuando escucha que Jeanette le ha golpeado, se pone echo una furia: -Maldita cazurra, la próxima vez date de cabezazos contra una puerta si te sientes frustrada! -le grita. Y dirigiéndose a Martin: -Esto es un absoluto desastre. Me gustaría recordar cómo es el ser un profesional, porque tengo la sensación de que puedo fastidiarla si no hablo correctamente al.. chico -dice, moviendo la cabeza en dirección al dormilón. -Claro que no tengo por qué precocuparme, si por aquí andan pegándole y gritándole, haciendo las cosas de aquella manera. Vale que estemos cansados, hambrientos y asustados, pero joder -lo dice con toda la intención, porque cree recordar que no le gusta decir tacos-, estamos juntos en esto, somos los que quedamos, y él, aunque no nos guste, está también metido en esto. Por si acaso puede ayudar a salir de aquí, os aconsejo que no le maltratéis ni le insultéis, a no ser que notéis que vuestra vida o la de algún compañero está en peligro. Por lo demás... creo que aquí tenéis bastante trabajo. Martin, si me haces el favor, ayúdame a llevar al chico a un sitio donde podamos sentarlo y hacerle un pequeño reconocimiento y una serie de preguntas.
Antes de marcharse del lugar, mueve la cabeza negativamente, mirando directamente a Jeanette.
id, id a hacerle una lobotomía, ojalá te trate igual de bien que a su periquito. me levanto y salgo del taller, pasando por al lado del viejo reprimiendo mis ganas de pegarle un par de ostias. menudo par de gilipollas mojigatos soplagaitas..., el cuadro con 10 dígitos acapara toda mi atención. puestos a hacer cosas inútiles, hagámoslas de verdad. voy tocando números al azar, presa del aburrimiento.
Jeanette, estás histérica. Como dijiste anteriormente, no estás a costumbrada a "situaciones chungas de cojones". Yo si que lo estoy, pero posiblemente no estás dispuesta a escucharme por miedo a dejar de ser el centro del universo. Se que haces lo que puedes, pero al hacer lo que puedes entorpeces las tareas de los que que hacen lo que saben y además saben lo que hacen. Si no vas a ayudar, ¿Tanto te cuesta sentarte un rato y no hacer nada? Quizás así no muera nadie mas en las próximas horas.
Me vuelvo hacia el tarado. No tenemos un sofá para que se sienta mas cómodo y que Frank trabaje mas cómodo. Pero hay que alejarle de los tipos de ahí fuera. y de Jeanette, claro. Menos mal que ha encontrado algo con lo que entretenerse. Oigo el cliquear de los números al azar y el me pone de los nervios, quizás tanto como el coro que entona su "dominus dixit" particular.
Toco el hombro al tarado mientras, al tiempo que le ofrezco la mano para ayudarle a levantarse, le digo:
Señor, ¿No preferiría dormitar en un sitio mas cómodo?, venga con nosotros.
Bien, he abierto la escena del taller para seguir por ahí los que estén allí. Es lo que tenía que haber hecho al abrir la puerta
ignoro los comentarios de los demás. a palabras necias, oidos sordos, dicen. no pongo atención alguna en lo que hago, por mucho que quiera pasar de todo, no hay nada que no haga algo de mella en mi. jamás abriras esta puerta con números al azar...
Empiezas con el 11111, 11112, 11113, 11114... pero tras un rato te das cuenta de que ni siquiera sabes cuantos dígitos tienes que introducir así que igual la combinación es solo de cuatro dígitos o tal vez de ocho.
y si le pegara una patada a la mierda esta? igual acabaría antes. me tiene tan intrigada la puerta esa... cada uno va a su bola y yo no voy a ser diferente, por mi ya podrían morir todos. vuelvo tranquilamente a la sala de observación donde yace el periquito decapitado. hago una pila con todos los vídeos que encuentro y sentada en una silla, me dispongo a observarlos todos con paciencia. en alguno tiene que haber alguien dándole a los numeritos.