Respirando profundamente recoges tu mochila y tras pensarlo durante una fracción de segundo rompes la vara que te entregaron. Tras una sensación de mareo, tu vista se centra rapidamente en tu entorno, una cueva mal iluminada como te dijeron. La adrenalina corre por tus venas y sientes un malestar en tu estomago, la sensación de agobio crece dentro de tí, pero con resolución comienzas tu viaje, esto es por lo que te has estado preparando y esperas estar a la altura de las circunstancias