Cuando Aizawa dio la noticia me reí un poco. Idiota... engañarnos así. Aún así había servido de motivación para muchos aquí, incluyéndome.
-Bien Saki, es hora de comer... - comente alegre, pero esta no tuvo tiempo a responder, Aizawa-San le había llamado, me preocupe enseguida, pero luego pensé en su rendimiento, ella lo había hecho muy bien en las pruebas, elegí relajarme y esperar que decía, iba a ir solo a la cafetería pero la pequeña chica me había llamado, junto con el chico de apariencias de príncipe.
-Bien Ann, vayamos juntos entonces.
Salgo al comedor.
-Si, demasiado...- solo dije ante todo el palabrerio del muchacho, para luego escuchar al profesor.
Una vez libres fui a darme una ducha y cambiarme el uniforme para luego ir al comedor.
Voy al comedor
La declaración del profesor hizo caer una gota de sudor de ambos gemelos. Y luego se suponía que ellos eran los de las travesuras...
Por otro lado, parecía que la pequeña Ann ya estaba haciendo amigos. Eso significaba que los gemelos tendrían objetivos más cercanos, y con eso de que vivirían en los dormitorios de la academia... Muchas ideas llegaban a la mente de los hermanos.
Sin nada que decir en voz alta, Hikaru y Akemi fueron a cambiarse los uniformes para después ir al comedor.
Los hermanos salen de la escena y van al comedor
Tras las pruebas acabé un poco cansado. Quizás me había excedido un poco y por ello había acabado con magulladuras tras el salto de longitud. Quería demostrar a Aizawa que podía sorprenderle, aunque me había equivocado, y luego resultó que nos había engañado diciendo que expulsaría a aquellos con resultados más bajos. - Solo quería jugar con nosotros. - No necesitaba intentar asustar de esa forma si lo que quería era que nos esforzásemos más. Al menos no conmigo. Tenía que aprender bastante de la personalidad de nuestro profesor en la UA.
Después de todo, quién más parecía interesarle de nosotros era esa chica de pelo blanco, Murasaki. Después de ver como la chica seguía al profesor me marché a los vestuarios para asearme y luego ir al comedor.
Marcho al comedor.
Aizawa permanece pensativo mientras te escucha -Realmente esta preocupada, espero que pronto gane más confianza- cierra los ojos y baja la mirada -No se preocupe por los villanos, aquí estará más segura que en ningún otro lugar, y deje de pensar que sus singularidad es "malvada", cualquier singularidad si aprende a usarse puede servir a la justicia- entonces se gira y continúa hacia el edificio.
-Nos veremos mañana en clase- dice mientras se marcha.
Aizawa se marcha, puedes ir al comedor.
Por fin las sesiones de entrenamiento se habían acabado. Todas esas pruebas de actitud habían sido agotadoras.
Unas eran más fáciles que otras, pero en todas podíamos hacer mano de nuestras habilidades. No había sido fácil usar tanto nuestras peculiaridades. En mi caso no estaba acostumbrada a usarla tan reiteradamente. Empezaba a sentir incluso frío del sobre esfuerzo.
Cuando escucho la palabra comedor no puedo evitar esbozar una sonrisa. Si había algo en este mundo que me alegrara tanto como para tener una sonrisa de oreja a oreja, eso era comer tanto como pudiera.
No digo nada a mis compañeros, simplemente les miro y les analizo, sin mucho que añadir. No era buena con las relaciones sociales, y mucho menos para hacer "amigos". Para ser honesta, no sabía lo que eso significaba.
-Bueno... ¡No hay nada que un buen puñado de comida no cure!
Salgo hacia el comedor.
Justo mientras me disponía a poner rumbo al comedor, Hirotaka me llama, apareciendo con esa energía tan característica que ya había demostrado desde el minuto uno.
-¿Eh? ¿Otra vez tu, pervertido? ¿Que es lo que quieres esta vez?
Digo algo molesta a la vez que me cruzo de brazos, esperando escuchar porque quería que le esperara. Alaba mi salto de longitud, cosa que no me extrañaba. había sido un salto casi perfecto, de no ser por ciertos ajustes que necesitaba hacer.
-Sé que ha sido genial, no necesita de elogios. Pero algo me dice que no es sólo por el salto que me has parado...
Un escalofrío vuelve a recorrer mi espalda al ver su mirada.
-No se porque esto no me va a gustar... ¿En qué esta pensando?
Entre nervios y pausas, el joven príncipe consigue explicar sus verdaderas intenciones. Suelto un suspiro, aliviada imaginando algo más preocupante que una mera comida. Agito mis manos de lado a lado mientras el joven pedía una oportunidad de enmendar las cosas. Me empiezo a sentir mal al ver su actitud de disculpa.
-¿¡Eh!? Oye, oye... ¿No es demasiado? Quiero decir, no hace falta...
Veo su clara insistencia sin poder evitar hacer una pequeña reflexión sobre ello. Desde el principio había sido muy dura con él, quizás el joven solo quisiera ser su amigo.
-No lo eches todo a perder otra vez Reika... Nunca nadie antes te había tratado como a un igual. ¿Porque eres así con quien no se lo merece?
Dejo ir un suspiro, algo más calmada, mirando al príncipe con cierta duda, para posteriormente soltar un leve gruñido algo molesta.
-¡Arrrgh, esta bien! Me sentaré contigo en la comida. Pero que quede claro que yo soy una lima comiendo. Y ni se te ocurra propasarte, o verás mi puño estampado en tu cara. ¿Estamos?
Digo antes de dirigir mis pasos de nuevo hacia el comedor. Al darle la espalda, le digo algo más.
-No estuvo mal ese salto... ¡Pero es muy mejorable! ¡Hum!
Mis pasos se apresuran, algo más bruscos, hacia su destino.
-Vamos, o te quedas ahí.
Reika parecía estar bastante a la defensiva, llamándole pervertido y demás cuando se acercó, provocando que el príncipe se sonrojara levemente, no lo era, solo quería…bueno, estar con alguien que parecía ser interesante, ah…y tener una reina, pero eso era secundario ahora mismo, quería enmendar sus errores con ella.
Fuera como fuera, no tardó en exclamar que se sentaría con el a comer y que no se propasara en el proceso. Hirotaka asintió enérgicamente, casi secándose las lágrimas de alegría…las cuales parecieron aumentar cuando dijo que su salto no estuvo mal, pero que fue mejorable.-¡Tienes toda la razón, mejoraré aún más!.-Le prometió mientras la seguía rápidamente.
El bueno de Alberich ni siquiera necesitaba ducharse, a fin de cuentas no había hecho ningún acto que necesitara de su fuerza física, cosa que, aún bajo la apariencia débil y febril del enmascarado no tenía nada que envidiar de otros más centrados en dicho ámbito. Así que, con un paso lento pero constante decidió irse a cambiar de ropa por una menos "deportiva" y algo más "formal".
Tras esto, se dirigió hacia el Comedor.
Salgo hacia el comedor.