Partida Rol por web

Cae la noche en Lanza del Sol, un dia caluroso da paso a una noche fresca, eso ya lo sabes por experiencia, hace mucho que te has acostumbrado a este lugar, casi podia decirse que es tu segundo hogar. Paseas por las calles buscando, no sabes bien el que, un palanquin esta quito un poco mas adelante, un grupo de criados esta esperando a que su dueño salga de la casa a cuyas puertas esperas. Hueles a mil aromas, a mil sabores de todas partes.

Un grupo de caballeros pasa por alli riendose, contando chanzas y hablando de la ultima mujer con la que han estado, una puta tal vez. Llegas a una taberna, es un buen momento para refrescar el gaznate antes de volver a tu casa. Entras y buscas un sitio en algun lugar fresco, sin percatarte mucho de lo que hay en el local, simples plebeyos que estan alli disfrutando de su ultimo sueldo, de sus ultimos cobres.

Te sientas en una de las mesas de un rincon y tras un rato llega una de las camareras, que se para sonriendo como solo las dornenses pueden hacerlo y con cuya voz melodiosa pregunta

¿Que deseais noble caballero? tal vez un poco de vino, tenemos el mejor vino de todo Dorne Sus ojos miel se clavan en los tuyos mientras sus labios, sus perfectos labios no pierden la sonrisa. Bajas un poco mas y un vestido demasiado entallado tal vez, incapaz de cubrir lo que se deberia cubrir o que una dama deberia cubrir, con su torneado muslo sobresaliendo por un lateral de su falda, esperando la respuesta a su pregunta sencilla y llanamente.

La noche resultaba realmente gratificante en aquellos ardientes parajes. Tyrek gustaba de la temperatura de Lanza del Sol cuándo ésta ya había descendido hasta límites que en su tierra todavía se considerarían una tórrida tarde veraniega.

El joven ponienti tan sólo demoró unos instantes su mirada sobre el palanquín estacionado en plena calle. Cómo eran estos dornienses. El placer, la lujuria, y muchas otras conductas indecentes en su tierra natal eran aquí el pan de cada día.

Animado por el jolgorio procedente de la taberna, Tyrek se internó en ella. Apenas contempló a los plebeyos allí ocupados en remojar sus gaznates. No eran dignos de su atención. La bonita camarera, en cambio, logró concentrar toda ella.

Tyrek sonrió como sólo alguien seguro de sí mismo puede hacer, mirando a los ojos de la muchacha como si compartieran algún importante secreto. Bien sabía que ese truco solía funcionar casi siempre. El joven Lannister apoyó el codo izquierdo sobre la mesa, colocando su mano bajo su poblado de barba mentón, y sonrió a la joven.

Mmm... gimió con voz varonil Un poco de buen vino saciará mi sed, pero lo que realmente deseo es saber el nombre de la mujer más hermosa de todo Dorne. ¿Me concederás ese deseo, querida?

No pierdo la sonrisa mientras me inclino un poco para limpiar la mesa y traer el vino.

Pues un poco de vino para el noble extranjero. Seguro que deseais que os lo sirva con algo para comer. Procurare que este fresco. Doy un paso atras para girarme y le miro por encima del hombro.

La noche aun es joven y no ha terminado me alejo hacia la barra con un movimiento cimbreante y sensual. Vuelvo unos minutos despues pasando entre las mesas ocupadas hasta la que ocupan ahora. Una jarra de vino, datiles para comer, pan del dia que dejo.

Pongo la copa y sirvo el vino. Me acerco a su oido vuestro pedido caballero. me separo un poco antes de volver a acercarme poniendo mi mano sobre la suya en un roce casual, como el de mi piel contra su ropa

Ariad, pero no se lo digais a nadie, que no quiero que nadie lo sepa Me incorporo y vuelvo a sonreir antes de alisar mi falda y emprender de nuevo la marcha hasta la barra a por mas trabajo.

A pesar del tiempo que había pasado en Dorne, Tyrek se envaró cuando escuchó delabios de la bella camarera la palabra extranjero, si bine intentó que la muchacha no notara su incomodidadcon el apelativo. No tenía porqué saberlo...

Tras dejar el vino, la beldad dorniense se alejó contoneándose, provocando en Tyrek los menos nobles sentimientos. Incluso se giró para mirarle con picardía. El sonrió con lujuria cuando ella apartó la mirada. Tyrek disfrutaba de cada embate en la danza que bailaban, ambos parecían saber muy bien qué querían.

El noble ponienti mojó sus labios en el tinto, apreciando el áspero sabor típico de los vinos locales, su aroma afrutado proviniente de las uvas casi pasas con las que elaboraban los caldos allí. Con tiento, bebió. Aquellos vinos eran fuertes, y si todo iba bien, él debería demostrar su hombría con creces. Qué mujer...

La muchacha continuó con el juego, rozó casi casualmente la mano del noble, que hubo de contenerse con toda su voluntad para no dejar escapar un gemido de anhelo.

Ariad... Tyrek saboreó aquellas dos cortas sílabas Un nombre exótico para una fruta exótica. Esta noche te haré mía, Ariad. Probarás el fruto extranjero que a tantas doncellas ha deleitado. Tyrek seguía sonriendo, la anticipación de la noche de pasión casi no le dejaba aguardar el momento.

El noble permaneció en la mesa un rato más, mientras Ariad iba y venía por la taberna, atendiendo a otros hombres, plebeyos indignos de probar las mieles de la belleza que sería suya en poco tiempo...

La noche va avanzando poco a poco, mientras entra mas gente en la taberna, algunos te miran, otros te ignoran. Una mujer, una bailarina baila en un improvisado escenario mientras las camareras pasan por entre las mesas llevando bebidas y comidas, contoneandose al ritmo de la musica

Tu presa, por que eso has decidido que sea esta noche, se mueve en mesas alejadas, llevando y trayendo cosas, cobrando y rompiendo alguna jarra en la cabeza de algun parroquiano borracho. De vez en cuando te lanza una mirada acompañada de una sonrisa que puede significar todo o puede que nada. Mientras la jarra se va vaciando y el plato con comida tambien. Mientras la musica va acabando y la bailarina se mueve mas insinuante, cubriendose con el sudor, provocando los mas bajos instintos en los presentes.

Otra camarera se acerca y recoge el plato ya vacio y la jarra. Es una mujer hermosa si, pero ajada ya por la edad, lo puedes ver en su rostro. ¿Deseais algo mas caballero? pregunta con su voz con ese acento tan sensual que a veces tienen, pero en ella no lo es. Miras en la sala, pero no esta, parece que al halcon se le ha escapado la presa o tal vez no, la puerta se cierra y una melena morena desaparece flotando en el aire.

Tyrek se sobresaltó cuando la otrora hermosa camarera interrumpió sus pensamientos. ¿qué? murmuró distraído mientras buscaba con la mirada a su joven cervatilla. No, buena mujer, gracias  dijo poniéndose en pie y dejando unas monedas como pago por lo servido, y algunas más como propina.

Una puerta se abrió, chirriante, y Tyrek logró atisbar la melena oscura de la que creía su inminente acompañante nocturna. Intentando no mostrar ansiedad, jugando el juego que la chica quería, Tyrek se escurrió hasta la puerta, y mientras aparentaba estar colocando su capa para salir a la calle, aguardó el momento en que nadie lo viera introducirse por la puerta, en busca dee la cada vez más ansiada dorniense.

¿Ariad? susurró al cerrar la puerta...

Me giro mientras me sujeto la parte de arriba del vestido Creo que el noble caballero, no puede esperar o simplemente no le ha gustado el servicio sonrio mientras me muerdo el labio inferior en un pellizco leve.

Solo me estaba cambiando para irme a casa, me he manchado el vestido y aqui tengo uno que puedo usar. Si me esperais, no tardo mucho y podemos salir por la puerta de atras

Busco un lugar donde no me vea, aunque realmente no me importa no volver a verle, o tal vez si, me llevo un dedo a los labios shhhh antes de desaparecer detras de unos barriles. Tras unos segundos salgo con un vestido que enseña incluso menos que el otro, gasa sobre seda, de color rojo, con el pelo suelto y con dos brazaletes en mis muñecas.

Me pongo un pañuelo cubriendome el pelo. Si deseais escoltarme, no os lo voy a impedir

La impaciencia asaltaba la fortaleza de soledad del Lannister. Nunca antes una mujer le había provocado de tal manera y sin embargo, no ofrecido nada. Pero a Tyrek, acostumbrado a salirse con la suya, le intrigaba la conducta de la joven. Aún más... no sólo le intrigaba, sino que le atraía como la llama a la polilla.

Tyrek trago saliva, en un intento por sacudirse la sensación de que no era él quien tenía el control de la situación. Eso era inadmisible, nunca había sido así, y no permitiría que ocurriese. Debía recuperar la ventaja en el juego, pero...¿cómo hacerlo si cada egesto de la joven nublaba sus pensamientos?

Listo para seducir por completo a la joven, con su enigmática sonrisa a flor de piel, a Tyrek se le disparó el pulso cuando la muchacha se llevó el debo a los labios, lenta y sensualmente.

Contrólate, ¡por los siete! se recriminó. ¡Toma el control, hombre!  Mas ya era tarde. Ariad surgió tras los barriles, cual aparición de una ninfa del bosque. Los segundos que Tyrek tardó en reaccionar confirmaron sus sospechas. Aquella mujer era especial, y debía poseerla a toda costa.

La seda es hermosa, milady pero no os hace justicia. intentó contratacar Vuestros atuendos deberían ser los de una sacerdotisa, pues es evidente que rendís culto a la diosa de la belleza. Será un honor escoltaros a casa sana y...salva

Tyrek ofreció el brazo a la joven, y juntos, sin decir palabra, salieron a la calle. El joven noble no sabía dónde vivía la chica, pero no se echaría atrás ahora. Disfrutando del roce de su mano en su brazo, se internaron en las oscuras calles del placer y el deseo, más conocido como Lanza del Sol...

Me miro la ropa y niego sin perder la sonrisa, mientras uno de los mechones de mi pelo caen  a un lateral de mi rostro. Acariciando mi mejilla como el roce de un amante

Simplemente es un vestido que tengo hace mucho, lo que puedo permitirme con mi humilde sueldo de camarera. Os agradezco el cumplido caballero hago una leve reverencia sin apartar la mirada.

Tomo el brazo con suavidad, como una caricia por que eso es lo que era, mientras caminamos por las calles, llevandole por callejas y callejuelas hasta donde se alza una humilde casa de dos plantas con un pequeño jardin.
Una luz en la ventana, esperando ser apagada.
creo que mi hermano  o mi padre estan despiertos. Os agradezco mucho que me hayais acompañado hasta mi hogar, pero debeis comprender que no os puedo invitar hoy a pasar
Deslizo mi mano para alejarme rozando su piel descubierta, me paro antes de dejar de sentir el toque y me vuelvo para besarle en  la comisura de los labios suavemente, pero tambien es una promesa. Me alejo hacia la puerta con paso tranquilo mientras una sonrisa cruza mi rostro.

La noche se había tornado muy fría en cuestión de segundos. Eso era lo que Tyrek pensaba, de pie en medio de la calle, a pesar del asfixiante calor estival, mientras la joven desaparecía de su vista.

Una caricia, un beso fugaz, casto e insuficiente...fue lo único que logró arrebatar a la joven. Pero él era un Lannister, un caballero a pesar de todo. El joven noble sonrió para sí mismo y emprendió el regreso a casa meneando la cabeza en gesto negativo.

No entiendo muy bien qué demonios ha sido eso... pensaba al caminar ¿cómo puedo haber fallado? Y lo peor es que me quedado callado como un bobo... ¿qué me pasa?

Para un noble apuesto, acostumbrado a obtener cuantas mujeres quisiera, la noche hubiera sido un fracaso. Pero algo había despertado en el interior de Tyrek.

Ariad, Ariad...  ¿qué demonios me habeis hecho, mujer? ¿Acaso es ésto el aguijonazo del amor? No, imposible, jamás sentí algo parecido al amor.No hay sitio en mi corazón para tales sentimientos. No, mientrasa no logre recuperar lo que es mío por derecho. No, ha de ser otraa cosa. el orgullo del cazador burlado, por supuesto. Sí, tiene que haber sido eso... pero no importa, mañana regreasré a la posada, y la conquistaré cueste lo que cueste.

Ah, la veleidosa voluntad del destino se comportaba cruelmente con el joven e inexperto en lides amorosas Lannister. Tarde o temprano comprendería la verdad, aunque los sufrimientos que padecería por ellos son dignos de relatar...en otra historia...

El camino es tedioso ahora, frio tal vez, cuando llegas a casa encuentras que hay un mensajero en la puerta esperando, con un pergamino lacrado con el sello de la Vibora, que os requiere en principe Doran en su palacio de Los Jardines del Agua mañana por la mañana. Desean hablar de algo importante, por lo que esperan que vayas.
El criado se marcha despues de recibir tu respuesta y dejas todo preparado para tu partida nada mas levantarte.
Te refrescas con agua del pozo, fresca, pero mas bien parece helada, con una camisa por encima te recuestas en tu lecho para descansar, para dormir.
El sueño te vence pero en el sueño no sabes si es real o no, si es una obsesion o no. No sabes ni si el perfume que notas es real o solo es una sensacion de tu subconsciente a lo que te ha pasado.

Los primeros rayos del sol iluminan la estancia despertandote, casi no has dormido, pero no puedes faltar a tu cita y mas con lo que le debes a Oberyn. Te preparas y partes hacia alli.
El sol no te molesta mucho y cuando llegas alli la sola vision te refresca. Un criado coge las riendas del caballo  y otro te acompaña al salon del trono donde el principe te recibe sentando en su silla y flanqueado por su hermano.

Tyrek despertó moviendo el brazo en derredor. Deseaba encontrar junto a él a la mujer de sus sueños. pero no estaba. La sonrisa que adornaba su rostro de modo involuntario desapareció del mismo, y el joven se incorporó.

Tras asearse tomo del aparador un pequeño espejo de plata, obsequio de una de sus muchas conquistas en la corte. Tyrek contempló con ojos fríos su odiada cicatriz, como hacía todas las mañanas. Quizá fuera una costumbre grotesca, incluso maabra, pero el mirar aquella cicatriz le recordaba quien era y quien había sido. Le daaba fuerzas para continuar adelante.

Los jardines del agua seguían tan hermosos como siempre. era el lugar preferido de Doran Martell, el achacoso príncipe de Dorne. Un buen hombre, aunque acuciado por la mala suerte. Perder a Alia así... no podía ni imaginarse qué había sentido. Y sin embargo, jamás hubo de sus labios una palabra de desprecio, una mueca de reporoche para con el Lannister que invadía sus aposentos desde chiquillo. Tyrek no alcanzaba a imaginar el dolor que asoediaba el viejo corazón del príncipe, pero aquello le concedía, si era posible, mayor respeto por él.

Cuando Tyrek entró al Salón del Trono, Tyrek enarcó una ceja, Oberyn estaba allí también. Quizá el segundo hombre más respetado por Tyrek, pero también uno de los más peligrosos que había conocido. Si estaba allí es que algo ocurría.

Tyrek lamentó haber dejado su arma afuera, pero esa era la costumbre. Tan solo Areo Hotar, el protector jurameentado del príncipe, podía presentarse ante él armado. Y no era un hombre a quien conviniera soliviantar.

El joven Lannister se acercó hasta estar a unos pasos del trono, y allí hincó una rodilla en el suelo. Majestad. Príncipe Oberyn. saludó formalmente Que vuestros días sean plenos de agua, y vuestras noches refresquen vuestros espíritus.  El saludo ritual siempre le había hecho gracia, pero en un lugar en que el agua podía llegar a ser más valiosa que el oro, constituía un verdadero deseo de buena suerte para quien se pronuciara.

Sonrio Que vuestros días sean plenos de agua, y vuestras noches refresquen vuestros espíritus. Le replico mientras le hago un gesto para que se levante, la verdad es que ha cambiado mucho desde que era un niño que correteaba por el palacio buscando un lugar donde ocultarse y donde disfrutar. Ahora es un hombre, es un guerrero y en sus ojos veo a un Lannister, no a un hombre asustadizo.

Seguro que os preguntais por que os he echo llamar a mi residencia. Ha llegado una misiva que por casualidad  a acabado en manos de mi Tesorera de Lanza del Sol. Hay un noble que no esta pagando los impuestos y como sabeis no se puede consentir eso. Habia pensado que tal vez podriais acompañarla en una comitiva para hacer que pague lo que debe y que reciba un castigo.

No os lo pido como vuestro anfitrion, sino como un amigo. Mi hermano carraspea y sonrie, se que quiere hablar y que lo hara, se separa de mi lado y acerca a él.

Sonrio mientras me acerco y pongo una mano sobre su hombro. Tyrek creo que me conoces lo suficiente como para que no tenga que pedirtelo. Si yo mismo pudiera iria, pero no quiero mas problemas con las viboras de mis hijas. Todas estan demasiado ocupadas en el juego de tronos.

Te lo pido como amigo, como compañero de armas Le miro a los ojos en el momento en que se abre la puerta y el perfume lo invade todo. Permiteme que te presente a Lady Alyse Ladybright

Alli de espaldas alguien que no conocia, pero al ver que me presentan hago una leve reverencia sujetando mi vestido. Azul como el agua que nos es tan preciosa. Tengo que hacer mucho antes de marcharme, tanto el rey como el principe necesitan saber todo lo que...Al levantar la mirada, no puedo creerlo pero mi rostro no muestra sorpresa

Un placer conoceros noble extranjero. Debeis ser el llamado Tyrek Lannister.

Tan sólo el imperceptible aleteo de las fosas nasales del joveen noble traicionó su altivo porte. No podía creer lo que veían sus ojos. Mas allí, delante de los dos hombres que más admiraba, no podía reaccionar de otro modo que no fuera el correcto.

Majestad, mi príncipe dijo bajando la cabeza en forma de tosca reverencia, que le permitió esquivar la mirada de la mujer No teneis ni que pedirlo. Será todo un honor escoltar a vuestra... tesorera.

Tyrek aprovechó el instante de respiro que su respuesta a los dos Martell le había proporcionado, y se recompuso dignamente. El joven se giró y se acercó a la mujere, mirándola fijamente a los ojos, aquellos mares en los que gustosamente se ahogaría si ella se lo pidiera.

Milady  dijo tomando su mano galantemente mientras se la llevaba a los labios y hacía una reverencia apropiada estoy a vuestro servicio. Ordenad que apague el sol, y la oscuridad reinará sobre la tierra. Pedid que afronte el infierno, y mi alma arderá por toda la eternidad.

Si las palabras del joven Tyrek sorprendieron a dos príncipes, se cuidaron mucho de comentarlo. en cualquier caso, poco hubiera importado. Durante esos pocos segundo en que sus miradas se cruzaron, Tyrek tan sólo podía prestar atención a su dama, aquella que probablemente, sería su perdición...

Mientras hace la reverencia, me besa la mano y dice su extraño juramento, no puedo sino mirar a mis dos principes que no dicen nada. No pierdo la sonrisa.

No sabia que todos los ciudadanos de Poniente eran tan aduladores con las extranjeras que no conoceis. Os agradezco vuestras palabras, pero no me creo merecedora de ellas. un silencio sin que aparte mi mano de la suya, apretandola levemente y haciendo una leve inclinacion de cabeza.

Si me disculpais mis principes, el noble Lannister y yo debemos prepararnos para el viaje. El pergamino con lo que me pedisteis esta en vuestro aposentos, si deseais que os explique algo de lo que se ha propuesto para las nuevas mejoras en Lanza. Estare gustosa de explicaroslo, sabeis que soy la mas humilde de las servidoras de la corona.

Si me acompañais, hay mucho que hacer antes que partir. Yo buscar una ropa mas apropiada para salir a montar. No creo que deseeis que mi vestido pudiera romperse, una dama no puede ir mostrando su cuerpo asi como asi. Salimos al pasillo y me paro mientras se cierran las puertas.

Lord Tyrek si no deseais acompañarme lo comprendere, nadie lo sabra, no debeis preocuparos. Le miro y me acerco mas a él pero si venis seguro que sereis gratamente recompensado por la corona y tal vez por... un silencio de unos segundos que puede hacerse eterno. protegerme de los peligros que pueda tener el camino.

Finalmente la sangre regresó a la cabeza de Tyrek, y el resto de su cerebro comenzó a funcionar correctamente de nuevo.

La mujer era la Tesorera de Lanza del Sol. Un cargo muy importante para el que era necesario poseer una gran inteligencia y saber moverse entre los bastidores de la política local. Ariad... no, Alyse se corrigió mentalmente Tyrek se tornaba cada vez más interesante como presa. Pues a pesar de todo, el deseaba que fuera eso, y no otra cosa... una dama no puede ir mostrando su cuerpo así como así...que hipocresía... se permitió sonreir.

Será un placer acompañaros milady  respondió cortesmente el joven noble, en aquella ocasión resistiéndose a hacer ningún otro cumplido. Majestad, mi príncipe, se despidió de los dos hombres si dais vuestro permiso...

Ambos jóvenes salieron al pasillo tras haber recibido pemiso. en cuanto las puertas se cerraron, Alyse se giró para explicarse. Al menos eso esperaba Tyrek. pero no fue una explicación ni una disculpa lo que recibió, tan sólo vagas promesas de nuevo. Debo tener mucho cuidado con ella...

Milady repuso fríamente, intentando controlar sus emociones he dado mi palabra al príncipe de que os protegería con mi vida, y eso haré con gusto. Sin embargo... me gustaría saber si guardais más sorpresas, antes de que partamos.

La pregunta que esperaba, estaba tardando en hacerla. Le sigo mirando a los ojos

No se a que sorpresas os referis Ser, parece que sabeis mucho mas de mi que yo misma, es mas creo que es asi. me quedo pensativa antes de volver a hablar.

Una dama no puede contar todos sus secretos, sino perderia su encanto. Aprieto la mano suavemente Realmente no tengo secretos, ya lo habeis descubierto, si todos los habitantes de Lanza del Sol pagaran sus impuestos, no tendria que hacer lo que hice ayer, pero fue un placer grato descubrir a alguien.

Consegui informacion para la mision, uno de los parroquianos trabajaba para ese noble y me dio lo que necesitaba saber para que no me engañara, aunque me imagino que vos no permitiriais que ocurriera tal cosa.

Si me acompañais, no tardare en cambiarme y podeis hablarme de vuestra tierra, dicen que es tan hermosa, una pena que nunca la haya visitado, tal vez en un futuro lo remedie.

Doy un paso antes de pararme la unica sorpresa que ya os guardo es una que muchos estan deseando poseer.

Lady Alyse, sois francamente... una mujer única contestó enigmáticamente el joven Tyrek. En verdad estaba intrigado. Pocas mujeres despertaban más que su pasión y deseo salvaje, pero ella...ella lo intrigaaba a cada instante, parecía estar envuelta en capas y capas de misterio que nunca terminaban de aclarse por completo.

Tyrek tomó entre sus manos las de la joven, acercándose a ella hasta límites de lo decoroso. Me encantaría tener la oportunidad de descubrir esos secretos, mi dama. Quizá ahora seais la inestimable Lady Tesorera, pero para mí siempre sereis la cautivadora y enigmática Ariad... y a ella es a quién algún día enseñaré mi Tierra, cuando recupere el lugar que me corresponde por derecho.

Y ese día, quizá la haga mi esposa, y juntos gobernemos mis dominios...

Consciente del peso de sus palabras, del compromiso que rezumaban, Tyrek cortó de repente la situación vayamos pues. Os escoltaré a vuestros aposentos.

Mi pecho se topa con el suyo mientras respiro y mis manos entre las suyas. En cualquier otro lugar se consideraria algo completamente indecoroso, pero estamos en Dorne y si mañana él despertara en mi cama, nadie podria decirme nada, soy dueña de mi destino. Asi lo asumi el dia que mi padre murio y mis hermanos desaparecieron.

Soy la Lady Tesorera, pero tambien soy una mujer. Sonrio mientras mis labios tiemblan, tal vez deseosos de un beso de los suyos, tal vez por simplemente romper algo en él.

Esperare ese dia ansiosa mi señor y tal vez la tesorera pueda suplir a la camarera de la posada, aunque sean la misma persona. me acerco cuando corta el momento y recupero la compostura que ¿habia perdido realmente?

Por supuesto, pero no tengo mi hogar en palacio, suelo vivir mas en el exterior. Aqui solo esta lo que uso a diario, pero si podrian decirse que son mis aposentos. Espero que  tengais paciencia mientras eligo mi atuendo para el viaje

Hago un leve gesto con la mano mientras me alejo pero me paro esperandole, levantando mi brazo para tomar el suyo en el paseo. Pasillos interminables hasta llegar al ala donde esta mi despacho y mis aposentos. Dos guardias flanquean la puerta.

Si deseais pasar, podeis hacerlo, no os lo impedire, pero siempre estan las arpias  y los pajaritos que se mueven en estos pasillos cuchicheando. Una mirada antes de abrir la puerta y entrar dejandola entre abierta, no solo a una invitacion, sino a la imaginacion.