La situación del Sabbat en Méjico es envidiable. Su posición no se ve amenazada y son los dueños absolutos de la noche. Ni siquiera otros seres sobrenaturales pueden hacerles frente. Son los Amos y Señores de la ciudad, de forma indiscutible.
Sin embargo, la autoridad no es algo que los Sabbat respeten fácilmente. Tras una serie de disputas internas y enfrentamientos bañados en sangre que han tenido lugar durante la última década la situación política es inestable. Una nueva Arzobispo ha sido nombrada, y con ella un nuevo grupo de vástagos en el poder.
Tras esto, y durante un período de 3 años hubo una convivencia "pacífica" entre los Sabbat de la ciudad, gobernados por dos únicos Obispos (dividiendo su zona de influencia en Norte y Sur) bajo la supervisión de la Arzobispo de Gara, que a su vez controlaría el Centro Histórico.
Sin embargo, el equilibrio se ha roto.
Victor Jara, Obispo del Sur de Méjico y miembro destacado del clan Lasombra, ha sido hallado culpable de Infernalismo. Su juicio ya se ha llevado a cabo de forma implacable a manos del Templario de mayor confianza.
García ha acabado con él, y ahora hay un puesto vacante.
Un puesto que ocupará vuestro antiguo hermano, Vasily Zantosa.
La ceremonia tendrá lugar dentro de dos días, ante todos los miembros de la Secta que deseen asistir. Vasily cuenta con el apoyo directo de la Arzobispo, quién le tiene en alta estima. Sin embargo, sus raíces Zantosa hacen que muchos conservadores duden sobre su elección, susurrándose en los pasillos.
Los Tzimisce se encuentran divididos, rasgando sus lealtades entre los partidarios de Vasily como un miembro de su secta, apoyando su ascenso al poder, y sus detractores que le tildan de insuficientemente controlado para ostentar un cargo similar.
Pero ésto no es todo... Los miembros de la antigua manada de Lara han desaparecido, poniendo en entredicho la seguridad de la Secta en la ciudad. Conocen demasiados datos para permitir su existencia como traidores.
¿Qué jugada reserva la Arzobispo de Gara?
¿Solucionará la situación antes de que otro vástago robe su puesto?
ZONA NORTE
La zona norte de Ciudad de México es conocido por sus humeantes fábricas como, por ejemplo, refinerías de petróleo, fábricas de papel y plantas automatizadas. La mayoría de las mercancías con destino a Ciudad de México (y por tanto a México) pasan por los almacenes de las Delegaciones de Azcapotzalco y Delegaciones Gustavo A. Madero. Azcapotzalco también contiene los corrales de la ciudad.
La zona norte industrial también alberga al Instituto Politécnico Nacional y uno de los tres campus de la Universidad Autónoma de México, uno de los centros de enseñanza de ciencia e ingeniería más prominentes de la nación. Estas dos instituciones peresentan a menudo conferencias internacionales de científicos e ingenieros. Los Sabbat enamorados de la tecnología harán un esfuerzo especial por parecer mortales, tan solo para lograr asistir.
Barrio de Tepito
El famoso boxeador el Niño Azteca salió de esta colonia que colinda con el Centro Histórico; el terremoto de 1985 destrozó la mayoría del Barrio de Tepito y el gobierno animó a mucha gente a mudarse pero no todos se fueron, sin embargo y después del anochecer el Barrio de Tepito se convierte en un albergue de prostitutas, pandilleros y Sabbat.
El corazón de Tepito aún alberga ungigantesco mercado donde los vendedores comercian aparatos eléctronicos baratos, ropa usada a peso y todo tipo de cosas extrañas rapiñados de depósitos de chatarra, el mercado de tepito es un regalo divino para los gorrones tanto vivos como Cainitas.
Las bandas de Tepito incluyen a una manada llamada Los Encapuchados, estos Cainitas quieren conseguir parte del control del tráfico con narcóticos y convertirse en un cártel de importancia entre la mafia mexicana. El principal Dominio del D.F. la Nosferatu antitribu llamada Teresita mantiene su refugio en el extremo norte de Tepito, Teresita entrena a nuevos reclutas para la Mano Negra y encuentra en Tepito un campo de entrenamiento excelente: sus cadetes a los que ella llama sus propios Niños Héroes pueden practicar sus letales lecciones en los mortales más duros antes de graduarse para cazar a las más peligrosas presas de la Estirpe.
Tlatelolco (La Plaza de las Tres Culturas)
El distrito norte retiene varias reliquias de las civilizaciones nativas, el vecindario de Tlatelolco, localizado al norte del Paseo de la Reforma alberga una de estas, este vecindario fue el primer suburbio del D.F., Tenochtitlán estaba tan abarrotada que la gente se trasladó a una isla cercana y contruyó Tlatelolco, esta ciudad albergaba el mercado más grande del imperio Azteca, la plaza del mercado todavía existe y uno puede ver los restos de muros y pirámides. Los españoles construyeron una iglesia, un convento y una escuela para los misioneros en otros lugares de la plaza, en un tercer lugar se alzan las oficinas modernas del Ministerio de Exteriores, a su lado yace un gigantesco proyecto de viviendas llamado Ciudad Tlatelolco, la vieja plaza ahora se llama Plaza de las Tres Culturas debido a las tres eras de la historia mexicana aquí representadas.
Después de 1986 Tlatelolco se ganó una reputación más siniestra, en ese año tropas gubernamentales masacraron a un grupo de estudiantes universitarios que se reunieron en la plaza para manifestarse por las reformas, las tropas no llevaban uniformes y esperaron al anochecer para abrir fuego, de tal forma que nadie pudiera atestiguar que ningún soldado en particular había matado a nadie. El presidente de México de por aquel entonces Gustavo Díaz Ordaz no quería que los manifestantes arruinaran los Juegos Olímpicos que se celebraban en México en ese mismo año.
Al día siguiente la noticia de portada del principal periódico en la ciudad trataba sobre el clima, el gobierno hizo todo lo posible por suprimir cualquier rumor sobre la masacre y aún hoy esta no aparece en los libros de texto de historia mexicanos, sin embargo algunos de los principales escritores e intelectuales de México reunieron testimonios de los supervivientes y el gobierno de Díaz Ordaz terminó con un escándalo internacional.
Unos pocos Cainitas afirman que estuvieron en la masacre y que se alimentaron muy bien de los estudiantes, otros pocos del Sabbat dicen que ellos eran estudiantes de la manifestación que fueron abrazados tras ser heridos mortalmente, el Sabbat no se preocupa demasiado en documentrse acerca del pasado de sus miembros así que cualquiera de estos Cainitas podría estar diciendo la verdad o mintiendo.
La cofradía llamada El Grito de Dolor que compara las luchas reformistas con la lucha del Sabbat contra la tiranía de los antiguos, celebra un ritus conmemorativo una vez al año en la Plaza de las Tres Culturas.
Villa de Guadalupe
El norte del D.F. también contiene muchas lugares religiosos que aún viven, incluyendo varias iglesias barrocas, la Basílica de la Virgen de Guadalupe en la Colonia Tepeyac es la más grande de todas.
De acuerdo a la leyenda en 1531 la Virgen María apareció a un paseante nativo llamado Juan Diego que vino del poblado de Guadalupe, milagrosamente ella imprimió su imagen en un manto que tenía Juan Diego, esta aparción demostró ser críticada a la hora de convertir a los indios, porque la Virgen apareció con la piel marrón propia de nuestra raza; la basílica fue construida en honor del manto milagroso.
El culto de la Virgen de Guadalupe se hizo tan popular que el Papa Juan Pablo II la declaró la emperatriz eterna de Latinoamérica y Reina de México... algunos historiadores dudan de la autenticidad de esta historia, los etnólogos señalan que la Virgen de Guadalupe se parece a la diosa Azteca Tonantzin ("Nuestra Madre") y que la basílica actual ocupa el antiguo santuario de Tonantzin, sin embargo al pueblo mexicano estos argumentos les tienen sin cuidado.
La Basílica de la Virgen Morena recibe hoy más peregrinos cada año que cualquier otro templo Católico Romano, en la festividad de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre incontables mexicanos se reúnen en la plaza frente a la Basílica y cientos de mexicanos bailan con el vestido tradicional Azteca.
Los Sabbat sabios se alejan de la Villa de Guadalupe durante algunas noches durante el festival, ya que la celebración crea un grado de fe incómodo en la vecindad, algunos devotos de la Senda de la Noche u otros Cainitas que preservan algún retorcido remanente de la fe mortal se ciernen alrededor de los límites de la colonia (el dolor de la resonancia del poder sagrado sienta bien). Entre estos Cainitas está la manada residente de la Villa de Guadalupe, el Machete Cruzado y su sacerdote demente el Padre Yoel Rosen.
La Basílica de la Virgen de Gudalapue recibe hoy más peregrinos cada año que cualquier otro templo católico. En la festividad de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre, incontables mexicanos se reúnen en la plaza frente a la basílica, y cientos de ellos bailan vestidos al modo tradicional azteca. Un inmensamente poderoso halo de Fe Verdadera rodea esta estructura.
Santuario de Guadalupe
Al norte del valle de México un macizo montañoso penetra dividiendo Naucalpan y Cuautitlán para terminar en el cerro del Tepeyac. Los mexicas notaron esta peculiaridad orográfica nombrándola Tepeyacac “Nariz del cerro” y estableciendo un adoratorio a Tonanzin, diosa madre. La Villa de Guadalupe, pese a su deterioro sigue siendo un lugar que atrae a miles de visitantes, creyentes o no. ¿Qué es lo que genera este fenómeno?
Los centros de peregrinación suelen reunir características especiales como la presencia de cerros, cuevas, manantiales y por supuesto un hecho sobrenatural a partir del cual se va construllendo el mito, la devoción y la mística del lugar. En México existen varios de estos sitios cuya visita nos enlaza a la madre tierra y al principio del mundo. Así, sitios privilegiados como Chalma, Atotonilco, Tonanzintla, el Cerro de la Estrella y la Basílica de Guadalupe siguen teniendo el imán irresistible del festejo. Este sitio, cercano a México-Tenochtitlan fue unido con la ciudad mediante una calzada con dirección norte-sur, que al igual que las de Tlacopan e Iztapalapa era doble, con un canal al centro y poseía puentes removibles.
En tiempos coloniales esta calzada recibió el nombre de Santa Ana, misma que parte de Tlaltelolco. En su trayecto se construyeran, a partir de 1675, los monumentos correspondientes al la devoción del Rosario, lo que dio origen a su nombre actual: Calzada de los Misterios. Cada uno de ellos, proyectados por Cristóbal de Medina y terminados en fina cantera, posee relieves con los temas de la Pasión de Cristo denominados “Gozosos”, “Dolorosos” y “Gloriosos”, faltando por construir varios de estos últimos. Hoy existe el proyecto de restaurar estos monumentos, castigados por el tiempo y el descuido y agregar los faltantes con obras de artistas contemporáneos. La afluencia de peregrinos a la Basílica, siempre en aumento, llevó a construir una vía paralela en 1791, llamada precisamente Calzada de Guadalupe y que permitió un mejor tránsito a la recién nombrada Villa a fines del siglo XVIII.
La antigua Basílica
La tradición involucra un milagro y un santo: Las apariciones de la Virgen a San Juan Diego y una imagen apocalíptica en la figura estampada de una tela. Estos hechos, que calaron primero en la fe de los indígenas del siglo XVI, fue fascinando la imaginación de los criollos multiplicando su imagen hasta convertirse en fenómeno nacionalista. En el costado norte de la explanada llamada de las Américas se encuentra la iglesia que alojó la imagen guadalupana desde principios del siglo XVII hasta 1976, cuando se concluyó la nueva.
Este edificio no es, por su puesto, el que promoviera fray Juan de Zumárraga mediando el siglo XVI, pero sí se encuentra en el mismo sitio. El monumento que hoy vemos se atribuye a Pedro de Arrieta, correspondiendo al denominado “barroco rico”, caracterizado por el empleo de materiales diversos y recursos ornamentales refinados. Lo más destacado del edificio son sus tres cuerpos construidos en piedra volcánica rojiza (tezontle) y su cuatro esbeltas torres con cupulines cubiertos de azulejo.
El interior no es visitable, por sus severos daños estructurales, sin embargo, hay que destacar que se trata de un templo de tres naves, de planta en cruz latina, crucero con cúpula cubierta en el exterior por mosaico veneciano. El edificio de la Colegiata, que destaca por su masividad y gusto clásico enmarca la llamada plaza de las Américas, llena de vendedores y basura.
Culto masivo
La nueva Basílica es un proyecto de los arquitectos Pedro Ramírez Vásquez, Alejandro Schoenhofer, fray Gabriel Chávez de la Mora y Javier García Lascurain. El enorme espacio interior creado por este edificio busca alojar a miles de peregrinos, permitir el oficio de ceremonias múltiples y exhibir la imagen guadalupana de manera permanente, aún durante los oficios.
Para estos propósitos el edificio tiene una planta circular cubierta por una gran cúpula en forma de manto sostenida sobre un gran edificio desplazado del centro. Es allí donde se exhibe la venerada imagen, visible desde cualquier punto del templo, pero sobre todo a sus pies, donde corren unas bandas eléctricas de desplazamiento colocadas atrás del altar.
Este elemento contemporáneo se suma al uso de mármol y maderas en trazos geométricos, y a las lámparas votivas que cuelgan de la techumbre. La luz, por su parte, penetra desde las puertas en el círculo exterior y por los vitrales superiores creando un ambiente propicio al culto. El recinto permite el ingreso de hasta 20, 000 personas, pero en las ceremonias magnas, la explanada se convierte en una capilla abierta para más de 40, 000 asistentes, gracias a un balcón central exterior que surge de la base de una enorme cruz. Tal fue el caso de las misas celebradas por el Papa Juan Pablo II en 1979 y en 1998.
La Guadalupana en el mundo
Así, como en otros sitios la tradición prehispánica del baile como culto se recrea, aunque de manera folclórica, en el atrio. Por su parte, los Jesuitas expulsados de Nueva España y los mexicanos empujados por la pobreza a los Estados Unidos se han llevado su orfandad a los altares de París, Roma, Los Angeles, San Francisco Ca. y a no menos bardas, camisetas, veladoras y cromos que pueblan el mundo chicano.
Todo viajero es un peregrino y la oportunidad de hacer una visita a un santuario como el de la guadalupana revive los lazos que de manera involuntaria nos unen al misterio.
Teotihuacan
Tlatelolco no es el único resto de la cultura Azteca en el norte de la ciudad, las pirámides en ruinas de Tenayuca y Santa Cecilia se hayan más al norte, en la frontera del D.F. aún más al norte, más allá de las expansiones suburbanas, se alzan las gigantescas ruinas de Teotihuacán, los aztecas trataban a Teotihuacán como un lugar antiguo, sagrado y asombroso. Su nombre significa lugar donde aparecieron los dioses. En sus leyendas, los dioses nacieron en Teotihuacán y dos dioses se sacrificaron allí para crear el sol, los monumentos más grandes de Teotihuacán se llaman las piramides del Sol y la Luna, son más gruesas que la Gran Pirámide de Egipto, aunque están hechas de tierra en vez de piedra, estas y otras plataformas y pirámides más pequeñas se agrupan alrededor de una gigantesca plaza que era el núcleo de la religión.
Teotihuacán es ahora un yacimiento arqueológico y una reserva nacional, pero aún es accesible a los turistas, algunos Sabbat jóvenes celebran ritae en Teotihuacán cuando consiguen liberarse de los arqueólogos, los antiguos evitan las grandes pirámides pues a lo largo de los siglos demasiados sucesos inexplicables han tenido lugar en Teotihuacán; manadas que jamás regresaron, traumaturgos inquisitivos que cayeron presa de extrañas obseciones, arqueólogos no muertos que sufrían horribles pesadillas.
Las especulaciones sobre Matusalenes durmientes carecen de fundamentos, los Sabbat han visto a los raros y elusivos hombres jaguar de México en la ruinas pero ningún Cainita ha recopilado aún informe fiable de sus ritos y poderes. Otros Cainitas cuentan historias acerca de fantasmas de las víctimas sacrificadas del pasado distante, pero ni siquiera ella puede definir qué poder acecha en el lugar donde nacieron los Dioses, es posible que la Caramilla aun tenga algo de poder...
ZONA SUR
Ciudad de México se extiende bastante hacia el sur. La Avenida de los Insurgentes es el principal acceso desde el centro histórico hacia los suburbios del sur. La mayoría del sur de Ciudad de México está formada por casas de la clase obrera y fábricas industriales, en colonias como Tacubaya e Iztacalco. Esta región alberga, no obstante, unos pocos enclaves de la clase alta. Muchos de estos enclaves comenzaron siendo ciudades independientes, algunas datando de tiempos anteriores a la Conquista, que Ciudad de México rodeó al crecer. Los distritos sureños también albergan el Campus de la Universidad Nacional Autónoma de México, una auténtica ciudad por sí misma.
Tacubaya e Iztacalco
Estos dos distritos yacen al sur, son suburbios muy viejos de la clase obrera, el deporté es la conexión de Tacubaya con la fama de contar con la famosa Ciudad de los Deportes y muy cerca está la Plaza de Toros México (la plaza más grande del mundo con 50.000 localidades). Las corridas de toros siguen siendo populares en México, al Sabbat también le gustan, desafortunadamente la Plaza de Toros México está demasiado expuesta para realizar una corrida clandestina, en el pasado las manadas del Sabbat se ganaban la gloria encontrando la manera de organizar una corrida de toros en algún otro lugar (tal vez en uno de los parques más grandes). El truco estaba en construir una plaza celebrar la corrida y desmontarlo todo sin dejar ni rastro.
Hace algunos años sin embargo, el Priscus Toreador antitribu Venere Carboni adquirió un gigantesco almacén en Iztacalco y lo convirtió en una pequeña arena deportiva, alzando a la audiencia en pasarelas Carboni dejó el suelo del almacén completamente libre para usarlo como una plaza, no es del tamaño de la Plaza de Toros México, pero Carboni alquila el local siempre que alguien quiera patrocinar una corrida. Los Sabbat también han añadido algunos giros Cainitas al deporte... un toro ghoul es sólo la variante más simple, un ghoul en frenesí, con cuernos pegados a su cabeza o creados mediante la Vicisitud añade su propio tipo de entretenimiento; otras variaciones incluyen a humanos secuestrados enfrentados a szlachia o a un toro, con el abrazo como recompensa si sobrevive. Los Cainitas también utilizan la arena de Carboni para otros eventos deportivos incluyendo los Juegos de Instinto y la Monomacia, docenas de Cainitas pueden asistir a estos eventos y cualquier mortal atraído por las luces y los sonidos de exitación son un añadido agradable.
Carboni actúa como maestro de ceremonias para las corridas de toros y otros espectáculos, pero la mayoría de las noches se queda en la Colonia Condesa, deja las operaciones nocturnas a una gran cofradía llamada El Partido Devolucionario Instituciona, liderado por un Malkavian antitribu que se autodenomina General Perfidio Dios, el PDI que cuenta con más de veinte miembros domina los asuntos Cainitas en Tacubaya e Iztacalco.
Coyoacán
Hernán Cortés ocupó Coyoacán tras su huida inicial de Tenochtitlán, el crecimiento de los suburbios se tragó esta aldea hace cincuenta años, la megalópolis rodea Coyoacán, pero no la absorbe, como muchas otras ciudades rodeadas, Coyoacán tiene calles estrechas y adoquinadas y sus edificios son más viejos, la universidad hacia el sur es la principal influencia exterior de Coyoacán.
El vecindario tiene muchas librerías, galerías, cafeterías y otros negocios que atraen a la clase alta. Cortés no es el único residente famoso de Coyoacán, en la primera mitad del siglo XX, el artista más famoso de México, Diego Rivera, vivió en la ciudad con su esposa legal Frida Kahlo y su posterior esposa por derecho consuetudinario Angelina Belfo (ambas artistas de renombre) y su invitado León Trotsky, no muy lejos está la casa donde vivió Trotsky después de que su relación con Kahlo se convirtiera en un estigma social. La casa Trotsky es ahora un museo, los visitantes pueden ver los agujeros de bala dejados por el intento de asesinato llevado a cabo por el compañero muralista de Rivera, el Sr. David Siqueiros que fue un estalinista ferviente... un agente soviético asesinó a Trotsky más tarde en su casa, El Grito de Dolor, la cofradía más grande de la ciudad, basa uno de sus ignobilis ritae en el asesinato de Trotsky.
Coyoacán también alberga el refugio urbano de Szechenyi Jolán, uno de los Tzimisce más viejos y poderosos del D.F., este Priscus prefiere residir en una pequeña aldea sureña de la que es completo propietario, pero dos de sus ghouls ocupan siempre la pequeña casita de piedra cubierta de enredaderas y pueden pasar mensajes a Jolán.
San Ángel, justo al oeste de Coyoacán, se parece mucho a este, el antiguo Eleiser de Polanco, embajador del Sabbat de España, reclamó San Ángel como su dominio destruyendo a la manada Sabbat que habitaba allí previamente, San Ángel le recuerda el pasado... y los estudiantes universitarios que salen tarde son una cena excelente.
Por una calle empedrada de señoriales mansiones es posible adentrarse en este mundo de hermosas plazas, galerías de arte, restaurantes y vida bohemia. Su privilegiada situación le permitió ser un centro prehispánico a orillas del antiguo lago, sede de los poderes durante la reconstrucción de Tenochtitlan y asiento de magníficas casas en torno a una fundación franciscana del siglo XVI. Es precisamente frente al atrio de la iglesia de San Juan Bautista donde se desarrolla la vida social coyoacanense, enriquecida por cafés, bares, restaurantes, librerías y los vistosas fiestas populares que culminan durante la tumultuosa ceremonia del grito del 16 de septiembre.
En Coyoacán la vida cotidiana de sus habitantes armoniza plenamente con quienes la visitan. Baste mencionar que Coyoacán recibió a León Trotsky o que en ella vivieron Octavio Paz, Diego Rivera y Frida Khalo, Celia Nutall, Salvador Novo y otras personalidades con ideas de avanzada. Su presencia es tangible no sólo en lo que fueran sus casas, sino en la intensa vida cultural que se despliega entre foros de teatro, escuelas y galerías. En Coyoacán pueden encontrarse museos singulares como el Anahuacalli concebido por Diego Rivera como una recreación del mundo prehispánico; el Museo Nacional de Culturas Populares escaparate de las riquísimas expresiones del ser mexicano o el insólito Museo de las Intervenciones dedicado a aquellos momentos en que fueron traspasadas las fronteras del país.
Coyoacan se encuentra enclavado al sur de la Ciudad de México y ofrece servicios de primer nivel, tales como una Plaza comercial, instalaciones olímpicas y un arbolado vivero donde practicar carrera o comprar plantas. Si usted es amante del cine, en la Cineteca Nacional podrá ver filmes de México y otros países, pero si hablamos de Arte con mayúsculas, en el Centro Nacional de las Artes (CNA) se dan cita excelentes espectáculos de danza, teatro y música culta. Coyoacan alberga las magníficas instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
El Pedregal, UNAM y Cuicuilco
Un gigantesco río de lava del volcán extinto en el Monte Xictli creó el Pedregal; un risco de piedra desnuda al sur de Coyoacán y San Ángel, parte del risco forma ahora uno de los suburbios de clase alta del D.F., los Jardines del Pedregal, la zona de Pedregal también contiene el gigantesco Estadio Azteca y al oeste la magnifica Villa Olímpica y Estadio de los Pumas de la UNAM (equipo de soccer en el que militara el penta pichichi Hugo Sanchez Marquez).
La Avenida de los Insurgentes sigue el Pedregal al sur de la Universidad Nacional Autónoma de México, llamada Ciudad Universitaria, este es el principal centro de estudios superiores de México, es enorme con cerca de 250.000 estudiantes. La UNAM resalta por los inevitables murales (esta vez de Juan O'Gorman y David Siqueiros), teatros, jardines de esculturas, botánica y una decena de bibliotecas de historia. Uno de los rasgos más enigmáticos es una gigantesca escultura medioambiental que consiste en grandes malecones inclinados rodeando un trozo de roca volcánica.
La UNAM es probablemente el mayor centro de saber Nodista del mundo, algunos de los profesores son ghouls vinculados por sangre a sus patrones no muertos. Otros están condicionados, sugestionados o coaccionados para investigar en una dirección determinada, algunos Nodistas simplemente ofrecen incentivos en efectivo para que se investiguen ciertos problemas en historia, arqueología, política y otros campos, con explicaciones plausibles pero falsas para sus intereses. La mayoría de los Nodistas consultan la librería de la UNAM o a sus eruditos en algún momento, desentrañar las maquinaciones de los Matusalenes y Antediluvianos pasadas y presentes requiere una gran cantidad de información y los mejores estudios y la UNAM provee de ambos.
Sin embargo ningún Sabbat reside en los Jardines del Pedregal ni en la UNAM, durante varias décadas algunas manadas lo intentaron, en el periodo de diez años, los miembros de las manadas desarrollaban la fabulosa sed de Matusalén, devoraron a sus compañeros de manada y tuvieron que ser abatidos como perros rabiosos, el motivo yace al sur de la UNAM, en las ruinas cubiertas de lava de Cuicuilco, una civilización aún más vieja que la de Teotihuacán, alrededor del año 100 d.C., el río de lava del Pedregal enterró Cuicuilco a más de cinco metros de profundidad. Sólo unas pocas de las estructuras más altas se alzan por encima de la lava, la más grande de estas es una pirámide de escalones circulares de veintidós metros y medio de alto por ciento veinte de ancho, en la cima un profundo foso alberga un altar de piedra ovalado, las excavaciones en la década de 1930 rebelaron otras estructuras y altares, ninguna otra excavación ha tenido lugar desde esa época.
Mientras los arqueólogos excavaban de día, los hechiceros de la sangre y eruditos Nodistas trabajaban de noche para descifrar inscripciones y artefactos que jamás llegaron a ningún museo del ganado. Descubrieron que cuando el Pedregal enterró Cuicuilco, atrapó a un Matusalén durmiente (uno tan poderoso que incluso en letargo, su voluntad y su sed alcanzaron a someter a los Cainitas que pasaron demasiado cerca de él). Gorchist, el regente de aquellos tiempos, respondió declarando el Pedregal completo como su dominio. Otros Cainitas podían visitarlo pero no quedarse, Melinda Galbraith repitió esta prohibición.
El Durmiente del Pedregal no es un gran secreto en el Sabbat, cada Cainita con el cargo de Obispo o mayor sabe del Matusalén; simplemente no hablan mucho de él, entonces y ahora, algún idiota sugiere desenterrar al Matusalén y diabolizarlo. ¿No es de eso de lo que va el Sabbat? Los antiguos responden diciendo que por supuesto el Sabbat destruirá al Durmiente... cuando llegue el momento, cuando sepan cómo hacerlo de forma segura y sin destrozar la mitad de la UNAM, si el neonato insiste, el antiguo le arranca la cabeza por su impertinencia.
Xochimilco
La posibilidad de viajar en el tiempo es posible en sitios como Xochimilco, donde podemos hacer una somera reconstrucción de lo que fuera la cuenca lacustre de México hasta el siglo XIX. Naturaleza humanizada, jardín flotante son algunas de las posibles descripciones que pueden hacerse de este sitio que se enfrenta como especie en extinción contra la ciudad.
Esta lucha fue especialmente belicosa durante la época prehispánica y la conquista de México, marcado así cierta distanciamiento de sus habitantes. El cultivo de flores y el comercio de víveres hacia la Ciudad de México trajo prosperidad y permitió el aumento de la población que alternaba su vida entre el trabajo y la fiesta.
Entre las tradiciones más sobresalientes de Xochimilco se encuentran la bendición de niños-dios durante la fiesta de La Candelaria (2 de Febrero) o las celebraciones de la feria de las flores (martes de Semana Santa), en la que los barrios de toda la zona compiten en ostentación y gracia.
El epicentro de estas fiestas es, como era de esperarse, la iglesia. La parroquia de San Bernardino no sólo es bella en su exterior, sino que contiene uno de los retablos más antiguos de América, estupendamente conservado. Resulta sencillo transportarse al siglo XVI cuando los franciscanos dirigieron la construcción del convento y el labrado de las fachadas, donde es posible advertir tanto el duro trabajo y como el detalle fino. Las epidemias y la tristeza diezmaron la población indígena en esos primeros siglos, mas los defeños se encargaron de suplir con creces esta falta de gente. Durante los abigarrados fines de semana resulta lento circular en las embarcaciones, pero la compañia de antojitos y músicos navegantes que se pierden entre la infinitud de canales y cipreses hace disfrutable el acompasado ritmo de la trajinera.
La presencia del agua tiene en la ciudad de México una doble cara: por un lado se le combate como una plaga que anega y destruye las construcciones; se le expulsa como un negro anatema y por otro se le arrebata en sus virginales y distantes manantiales en cantidades interminables. Xochimilco juega su existencia entre estas luchas ciclópeas y trata a la vez, de mostrar una cara amable.
Como Coyoacán, este barrio de clase alta fue antes una ciudad independiente. Antes de eso, Xochimilco era uno de los cinco lagos interconectados del Valle de México. Los indios cultivaban en el lago Xochimilco usando chinampas.
La descripción típica de las chinampas como "jardines flotantes" no es correcta. Las chinampas no flotan realmente, en vez de eso son un tipo de reclamación de tierra. Los indios crearon los jardines amontonando juncos y sedimentos del lago en plataformas que alcanzaban unos pocos metros por encima del nivel del agua. Los sauces plantados en la plataforma la anclaban al lecho del lago con sus raíces. No obstante, los indios empleaban (y aún lo hacen) lechos de semillas flotantes hechos de junco y fango y los primeros autores confundieron estos jardines flotantes con los jardines de chinampa.
A lo largo de los siglos las chinampas cubrieron más y más del lago Xochimilco hasta que no quedó lago, sólo una red de canales. La gente de Xochimilco aún cultiva las chinampas, sin embargo, y la delegación aún merece su nombre Náhualt "el lugar de las flores". Los jardines de flores de Xochimilco proveen a Ciudad de México con un flujo denso y continuo de flores.
El Desierto de los Leones
El Desierto de los Leones es el segundo parque más grande del D.F., esta localizado al suroeste de la ciudad, cerca del campo de lava del Pedregal, el parque consiste en un bosque de pinos en las lomas más bajas del monte Xictli, es mucho más salvaje que el Bosque de Chapultepec y carece de museos y otras áreas de entretenimiento. También sufre de mucha más polución del aire.
Por la noche el parque se convierte en una guarida favorecida por la Mano Negra, los guerreros más dedicados del Sabbat se entrenan a menudo en el parque mediante juegos como el escondite o la gallinita ciega, a veces estos Cainitas secuestran a un mortal conveniente y le dan caza a lo largo del bosque. Los Gangrel antitribu rurales también vagan por el parque o pasan el día bajo su suelo. Los dos grupos se mantienen por lo general alejado el uno del otro (excepto los Gangrel que son de la Mano Negra, por supuesto). Además la reciente llegada de Gangrel de la Camarilla ha desequilibrado la balanza entre los dos gurpos y algunos Gangrel refunfuñan cuando se habla de compartir el parque.
Hace algunos años mcuhos Gangrel murieron en batalla, se rumora que un Assamita espía de la Camarilla ronda la zona y su nombre es Vincent Spano... en realidad nadie puede asegurar nada.
San Ángel
Hacia el Sureste de la ciudad se encuentra el barrio de San Angel. Su evocador nombre nos remite a la fundación del colegio carmelita en el siglo XVII. No sin motivo, ya que el sitio era propicio para la meditación y la contemplación de la Naturaleza. El clima templado, la abundancia de agua y la tierra firme también permitieron la creación de una famosa huerta , el establecimiento de batanes y obrajes, así como de fincas rústicas promovidas por las familias nobles de la ciudad de México. Por ello sus calles se mantienen empedradas y conducen a románticas plazuelas. Muchas de sus casas poseen graciosos detalles, otras funcionan como centros culturales.
El crecimiento de la ciudad atravesó San Angel dividiéndolo de Chimalistac, otra zona de gran atractivo. Los sábados la Plaza de San Jacinto toma mayor vida con el establecimiento del bazar artístico que permite ampliar la de por sí abundante y selecta variedad de artesanías y antigüedades que pueden conseguirse diariamente. Si se visita durante el mes de julio el ex-convento ofrece, además de una magnífica colección de arte novohispano, la alegría de la fiesta patronal de Nuestra Señora del Carmen y la Feria de las Flores.
Sin importar las lluvias, o tal vez en agradecimiento al celestial líquido, el 16 de julio se celebra en San Ángel la fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Esencialmente religiosa, tiene como corolario una feria popular en la que se ofrecen panes, buñuelos y antojitos de todo tipo. El día de la fiesta se instalan cohetes, castillos de luces, juegos mecánicos, loterías, y mercancías de tianguis que se extiende durante los concurridos sábados.
La fama de la imagen se refleja en el gran numero de "Carmencitas". Esta devoción a la imagen de la Virgen proviene de antaño, cuando Santa Teresa de Jesús fundara la orden del Carmen en la España del siglo XVI, inspirada por una de sus visiones en la que contempló a la Virgen María en el Monte Carmelo. San Angel reinterpreta la antigua Feria de las Flores, que se ha celebrado por más de 150 años. Tuvo en sus inicios un carácter agrícola, iniciándose en julio y culminando el domingo del Señor de Contreras. En 1857 se oficializó como feria anual, que durante la época porfiriana incorporó a otros grupos sociales y se fundió con la fiesta del Carmen. En nuestro siglo, al desaparecer las huertas sanangelinas, la feria de las flores tomó un carácter comercial y cultural.
La fiesta también es un buen motivo para visitar el museo del Carmen y recorrer las calles empedradas de San Ángel donde se encuentran también excelentes restaurantes y boutiques con las irresistibles artesanías de la avenida Altavista y la calle de La Paz. San Àngel es punto importante de la avenida Insurgentes Sur, que lo llevará hacia el sur a Tlalpan y hacia el norte a la Colonia Roma. Cruzando esa avenida, por la calle del Arenal se llega a otro de los barrios tradicionales de San Ángel: Chimalistac y que nos conduce al vecino Coyoacán.
Avenida Insurgentes Sur
La megalópolis mexicana acumula ciudades y pueblos en los que una avenida se conecta con otra sumando atmósferas, que en el caso de la avenida de los Insurgentes nos permitirá encontrarnos con parte del México contemporáneo, los negocios, el teatro y la buena comida. En esta sección partiremos de la Colonia Roma para dirigirnos hacia el sur, visitando las "colonias" que surgieron tras la Revolución de 1910 y que experimentan una renovación constante.
El círculo frenético de la Glorieta de los Insurgentes, que antaño fuera un distribuidor de limpísimo acuífero, posee hoy una llamativa estación del Metro decorada en 1968 con motivos escultóricos novohispanos. Al sur de la avenida Chapultepec se extiende la Colonia Roma que fuera el último pedestal urbano de la sociedad porfiriana. Siguiendo la avenida que hace honor a los criollos de la insurgencia de 1810, llegamos al cruce con la Avenida Sonora donde se inicia la Colonia Hipódromo cuyo nombre ha sido opacado por el de Colonia Condesa.
Situada en terrenos de una antigua hacienda de la familia Escandón que antaño perteneciera a la Condesa de Miravalle su nombre se debe a que en sus primeros años sirvió de sede de un hipódromo porfiriano del cual sólo queda el trazo de la avenida Amsterdam. Hacia 1927 comienza a poblarse rápidamente con casas y edificios a la moda Art Decó, parques y avenidas arboladas, que le otorgaron una atmósfera sofisticada que perdura hasta nuestros días. Aunque algunos de sus primeros habitantes fueron inmigrantes judíos, la Condesa ha sido un crisol cultural que hoy se manifiesta en los variados restaurantes, bares y comercios de corte contemporáneo.
Casi imperceptiblemente se llega a la Colonia Escandón en cuyos linderos cruza un río de automóviles denominado Viaducto Miguel Alemán, abuelo de todas las vías rápidas de la ciudad. Al atravesar su protuberante puente se extienden hacia el sur las colonias originadas a partir de la explosión demográfica de los años treinta y de la visión de negocios de José G. de la Lama.
Del valle la riqueza...
Y ya que de negocios hablamos es, justo en los terrenos del antiguo Parque de la Lama de la Colonia Nápoles, donde se levanta el imponente edificio del World Trade Center. Se trata de un conjunto compuesto del enorme edificio de oficinas (iniciado en 1966, abandonado y retomado en 1990) que se eleva a más de 230 metros, con 52 pisos, un remate circular y una torre de telecomunicaciones. Junto a éste funciona un enorme centro de exposiciones, una tienda departamental, cines y el destacado conjunto cultural denominado Poliforum Cultural Siqueiros. Lo mas notorio de éste son los murales pintados bajo la dirección del maestro David Alfaro Siqueiros en 1971 que funden pintura y escultura envolviendo el edificio. En su interior posee varios niveles, destacando el ahora dedicado a actividades teatrales donde se puede contemplar el mural "La marcha de la humanidad".
No hay teatro sin cena, por lo que la avenida Insurgentes nos dispone mesas para todos los gustos que alternan con negocios, bancos y uno que otro centro nocturno. Sin dejar su carácter comercial, las Colonias Del Valle (al poniente de la avenida) y Nápoles (al oriente), combinan las casas y edificios habitacionales con oficinas y hasta con una Plaza de toros, un estadio de fútbol y el peculiar Parque Hundido. En este parque se exhiben reproducciones de piezas prehispánicas que nos indican que estamos ingresando al antiguo poblado de Mixcoac.
Culebra de nubes
El bullicioso cruce de las avenidas Insurgentes y Félix Cuevas no permite adivinar que a unos pasos se encuentra un remanso de paz formado por varias colonias en torno al poblado de Mixcoac. Su origen podemos rastrearlo en los restos mexicas de la zona de San Pedro de los Pinos y suponer que formó parte de los dominios del señorío Tepaneca ligados a Coyoacán.
Su nombre significa "culebra de nubes" y su destino ha sido el cambio constante. Al adentrarse en su plazuela nos encontramos con la iglesia y convento de Santo Domingo de Guzmán, la Universidad Panamericana y la Casa de la Cultura Juan Rulfo. Mixcoac ha sido cruce de caminos e ideas en ocasiones contradictorias, invasiones, sitio de recreo de los privilegiados de la época porfiriana. El río que lo limitaba hoy se ha convertido en parte del Circuito Interior que marca el inicio del Sur de la Ciudad.
Aquí llegamos a la colonia Guadalupe Inn donde encontramos el Teatro de los Insurgentes. Su fachada decorada con los mosaicos que siguen el diseño del maestro Diego Rivera recrean la historia del teatro mexicano. La figura de Cantinflas nos indica que este teatro presenta obras ligeras para un público amplio. Pero si buscamos un teatro de contenidos más profundos debemos dirigirnos al Centro Cultural Helénico, ubicado sobre la avenida Revolución. Este centro cultural tiene como distintivo el edificio gótico isabelino traído de España. Su arcaísmo contrasta con el moderno edificio del museo de arte Carrillo Gil, ubicado en el cruce de la avenida Altavista, ya en los linderos de San Ángel.
Tlalpan
En las faldas del Ajusco, --una de las más altas montañas del Valle-- se desarrolló una de las primeras civilizaciones americanas, cuyos restos son hoy apenas visibles en las enigmáticas ruinas circulares de Cuicuilco. Una erupción volcánica poco antes de nuestra era cohartó su desarrollo, hoy contemplado por vías rápidas.
Sin embargo, la elección del Sur sigue siendo preferida por quienes buscan un clima más templado y húmedo. Este es el caso del antiguo pueblo de Tlalpan, cuyas casas y huertas se ennoblecieron con dinteles labrados, portones y balconerías. Este afán por embellecer es aún más exaltado en las construcciones religiosas, como la portada de argamasa del templo de San Agustín. El sabor popular de esta obra del siglo XVII tiene su contraparte en la modernísima capilla del convento de Capuchinas que en los años cincuenta diseñara Luis Barragán y Mathias Goeritz.
Antaño Tlalpan tuvo gran fama por su feria en la que corrían fuertes apuestas, hoy suprimidas. No obstante, la alegría de la fiesta de San Agustín de hoy compite con el ritual futbolístico que se debate durante los juegos del cercano Estadio Azteca, uno de los mayores del mundo. El centro de Tlalpan tiene atractivos cafés, cantinas y restaurantes que podrán completar su paseo. En la zona Sur existen magníficos hoteles y restaurantes con servicios para el turismo y los negocios.
CENTRO HISTÓRICO
El Centro Histórico.
Como en la mayoría de las ciudades, la parte más antigua del D.F. está en el centro de la misma, algunos de los edificios públicos datan de cientos de años atrás e incluso algunos son más viejos que la misma ciudad. El D.F. tiene una plaza mayor en su centro, llamada La Gran Plaza de la Constitución o mejor conocida como el Zócalo, este ocupa el emplazamiento del centro político y religioso de lo que antes fue Tenochtitlán... los edificios han cambiado su estructura, pero no su función.
Los españoles construyeron el palacio del vierrey en el anterior emplazamiento del palacio del emperador azteca Moctezuma; después de la independencia se convirtió en Palacio Nacional que es ahora la sede formal del gobierno de México, en el interior del inmueble hay un gigantesco mural del afamado pintor Diego Rivera el cual representa la historia de México desde los tiempos precolombinos hasta la revolución de 1912 - 1917.
La Catedral Metropolitana ocupa otra parte importante del Zócalo, pinturas coloridas, estatuas y retablos de Cristo y los santos decoran el interior de la catedral más grande y antigua de Norteamérica, el hundimiento de los cimientos da a la cateral una inclinación perceptible, los mejores ingenieros del país han trabajado durante décadas para estabilizar dichos cimientos y evitar un derrumbamiento... hace algunos años en su interior se encontraba una telaraña de andamios, ahora solo se encuentran en la parte inferior de la Catedral.
Muchos de los edificios más viejos del Centro Histórico son ahora museos de algún tipo, por ejemplo el Palacio de la Inquisición construido en 1571, se convirtió más tarde en una escuela médica y ahora es el museo de historia de la medicina y la inquisición. El emplazamiento arqueológico del Templo Mayor incluye un museo de la civilización precolombina, con artefactos de Tenochtitlán y otros lugares.
Los comercios han transfromado otros edificios históricos para su propio uso, por ejemplo Banamex (Banco Nacional de México) ocupo la vivienda del no muy longevo emperador Iturbide y la Casa de Azulejos que alguna vez fuese hogar de una familia arisócrata colonial es ahora un restaurante llamado Sanborns.
A pesar de la magnificencia cultural de los edificios del gobierno y los museos, la mayoría del Centro Histórico es una zona pobre de la ciudad, durante finales del siglo XIX, los mexicanos acaudalados se mudaron fuera del centro, las casas que dejaron detrás se transformaron en vecindades o viviendas para los pobre, una mansión decrépita de veinte habitaciones ahora alberga a veinte familias.
La concentración de edificios gubernamentales y grandes oficinas comerciales, hacen del Centro Histórico el lugar predilecto para los Sabbat que se preocupan por esas cosas. Las "Emblemas", la cofradía encargada de tapar las indiscreciones Cainitas, opera desde una vecindad y pasa la mayoría del tiempo en las oficinas del gobierno, la policía y los medios. Otra de las vecindades albergó una importante capilla de los Tremere antitribu en unos subsótanos secretos, los líderes Koldun de la ciudad ocupan ahora la capilla e intentan descifrar los secretos de sus antiguos propietarios.
El embajador y antiguo Eleiser de Polanco también vaga por las calles nocturnas del Centro Histórico, a pie o llevado por un chofer e imagiana que los palacios oscurecidos albergan a arisócratas durmientes en lugar de oficinas vacías y exhibiciones culturales. En estos momentos melancólicos, se siente como si él mismo fuera también una exhibición cultural.
Las megalópolis como México se han formado por la fusión de varias ciudades y pueblos. En el caso de la Ciudad de México su origen está en el llamado Centro Histórico, zona que ocupa la traza primigenia de la ciudad: delineada como un mapa cósmico de cuatro direcciones por los aztecas, retomada como un tablero de ajedrez por los españoles, reedificada como una metrópoli conventual y aristocrática y transformada en reino de la mugre, el ruido y la vendimia.
Usted se encontrará en un sitio vivo, bullicioso y contradictorio que sacude los sentidos: los discretos colores de la arquitectura del centro se basan el el juego de la cantera y el rojizo tezontle; su ritmo lo determina una centenaria vocación comercial enmarcada bajo balcones de hierro forjado; su exaltación es acompasada por las fiestas religiosas y las luchas sociales. Aunque sus actuales verdugos son los numerosos automóviles que lo transitan, como visitante puede emprenderse un recorrido en un trenecito de ruta fija o en bicicletas-taxi, pero el mejor medio es simplemente caminando.
La geométrica regularidad del centro nos permite visitar sus distintos barrios (primitivamente agrupados en cuatro sectores: San Sebastián, Santa María, San Juan y San Pablo) que confluyen en el Zócalo; o recorrer ciertas calles que apuntan a los puntos cardinales y se nombran por las repúblicas de América Latina, los héroes y acontecimientos nacionales, y alguno que otro nombre anécdotico. La ciudad también se disfruta desde algunas plazas y parques de gran tradición.
El centro es una buena opción para hospedarse ya que tendrá a la mano muchos de los museos de la ciudad, restaurantes y buenas vías de comunicación que pueden observarse en el mapa.
Como en la mayoría de las ciudades, la parte más antigua de Ciudad de México está en el centro de la misma. Algunos de los edificios públicos datan de cientos de años atrás. Algunos son más viejos que la misma Ciudad de México.
En su centro, Ciudad de México tiene una plaza mayor. La gran Plaza de la Constitución es más conocida como el Zócalo. Ocupa el emplazamiento del centro político y religioso de Tenochtitlán, el teocalli; los edificios han cambiado, pero no su función. El Zócalo tiene un pronunciado desnivel justo frente a la Catedral y el Palacio Nacional, que los chilangos llaman "la Plancha". Es aquí donde se "plantan" las manifestaciones para exigir que se les escuche, lo que algunos días hace la plaza intransitable.
Los españoles construyeron el palacio del virrey en el anterior emplazamiento del palacio del emperador azteca Moctezuma. Tras la independencia se convirtió en el Palacio Nacional, la sede formal del gobierno de México. El edificio presenta un gigantesco mural de Diego Rivera que representa la historia de México desde los tiempos precolombinos hasta la revolución de 1912-1917.
La Catedral Metropolitana ocupa otra parte del Zócalo. Pinturas coloridas, estatuas y retablos de Cristo y los santos docoran el interior de la catedral más grande y antigua de Norteamérica. El hundimiento de los cimientos da a la catedral una inclinación perceptible. Los ingenieros han trabajado durante décadas para estabilizar los cimientos y evitar un derrumbamiento, y una telaraña de andamios se alinea en su interior; también a su alrededor se forma una telaraña de mercaderes ambulantes y puestos ilegales, que no pagan impuestos y solo contribuyen a multiplicar la delincuencia y los problemas de la zona.
Muchos de los edificios más viejos del Centro Histórico son ahora museos de algún tipo. Por ejemplo, el Palacio de la Inquisición, construido en 1571, se convirtió más tarde en una escuela médica y ahora es un museo de historia de la medicina y la Inquisición. El emplazamiento arqueológico del Templo Mayor incluye un museo de la civilización precolombina, con artefactos de Tenochtitlán y otros lugares.
Los comercios han transformado otros edificios históricos para su propio uso. Banammex (Banco Nacional de México) ocupa la vivienda del no muy longevo emperador Iturbide. La Casa de Azulejos, una vez el hogar de una familia aristócrata colonial, es ahora un Sanborns, mezcla de tienda departamental, restaurante y cafetería.
A pesar de la magnificencia cultural de los edificios del gobierno y los museos, la mayoría del Centro Histórico es casi una chabola. Durante finales del siglo XIX, los mexicanos acaudalados se mudaron fuera del centro. Las casas que dejaron detrás se transformaron en vecindades, o viviendas para los pobres. Una mansión decrépita de veinte habitaciones ahora alberga a veinte familias.
Torre Latinoamericana
Los mexicanos suelen llamar a la Torre Latino su Empire State Building, aunque es considerablemente más pequeña (44 pisos) que el más famoso rascacielos y fue construida décadas más tarde (1956), sin embargo los edificios son muy parecidos; fue sin lugar a dudas la torre más alta de Latino américa durante décadas, pero unos pocos rascacielos más altos han sido construidos en los distritos comerciales al oeste de la ciudad. La Torre Latino mantiene su distinción al contar con el acuario más alto del mundo el cual se encuentra en la planta número 38... unas redes alrededor del edificio evitan que los suicidas salten desde el tejado.
La Torre Latino también mantiene su importancia como edificio de oficinas para los negocios, especialmente para el Sabbat. Desde sus oficinas en la torre, el aparecido Pablo Grimaldi supervisa los intereses financieros de muchos antiguos y cubre las indiscreciones de algunos Cainitas, de vez en cuando Pablo toma el ascensor hasta la cubierta de observación para contemplar su ciudad... no importa lo que los Cainitas puedan creer.
La Torre Latino mide 182 m. de altura hasta la antena, desde el piso 42 al 44 cuenta con un mirador desde donde puede admirarse la Ciudad de México en los días despejados, además cuenta con un servicio de alquiler de telescopios y el mirador principal cuanta con cafetería y tienda de recuerdos; el resto del edificio es ocupado por oficinas.
Sin lugar a dudas la Torre Latino es uno de los edificios más seguros del D.F. en caso de un temblor, los ingenieros de mayor prestigio la construyeron sobre bases de aíre, dejando también un espacio a las orillas de la torre... en caso de temblor esta se inclina pero hasta no ha sufrido daño alguno.
Parque Alameda
El Parque Central Alameda es uno de los parques más importantes y antiguos de la ciudad, tiene la forma geométrica de un jardín del renacimiento, con una red oblicua de senderos pavimentados; cada día muchos capitalinos se dan un paseo por el parque a la hora de la comida para disfrutar de la sombra y el aire relativamente limpio. La Alameda Central fue creada en el siglo XVI por el Virrey Luis de Velasco quien ordenó se creara "un paseo para darle belleza a la ciudad y que a la vez fuera lugar de recreo de sus habitantes".
En los tiempos coloniales, tenía una función más siniestra. Cuando la Inquisición Española encontraba a los indios culpables de herejía o reincidiendo en las formas paganas, los quemaban en el Parque Alameda... La Viuda Blanca pasea a veces por el parque tras el anochecer, escuchando el recuerdo de sus gritos.
La Alameda es el primer parque de la ciudad y es un sitio donde se combinan el ruido de las fiestas navideñas con la quietud de los antiguos conventos (4 & 10) y el esplendor del Palacio de Bellas Artes(14). Este ambiente se remonta a la época del virrey Luis de Velasco quien ordenara la creación de este espacio verde dentro de la ciudad-isla y justo frente al quemadero de la Inquisición. Los álamos no prosperaron pero en cambio, otros árboles formaron un verdadero bosque, marco ideal para escenas galantes.
El aspecto actual del parque data del siglo XVIII cuando se le dió forma geométrica a sus veredas y se le dotó de fuentes. Durante la época del Romanticismo se colocaron algunas esculturas entre los crecidos árboles, pero el monumento más sobresaliente es el Monumento a Benito Juárez, en el lado sur del parque.
En 1985 algunos de los edificios de esta zona se vinieron al suelo tras el terremoto de dos minutos que cegó la vida de cientos de personas. La pequeña plaza y el museo(5) de la calle de Doctor Mora y Av. Juárez fue creado en recuerdo a esta tragedia y posee el extraordinario mural de Diego Rivera que muestra la vida y la historia de la Alameda. En la actualidad se están realizando importantes obras de ordenamiento urbano con el nombre de Proyecto Alameda.
Plaza Garibaldi
Esta plaza ubicada en la parte norte del centro de la ciudad vieja, es el centrod e la industria "mariachi" del D.F., cada noche numerosas bandas de mariachi tocan en la plaza, esperando que alguien los contrate para una fiesta o una serenata de media noche para una esposa o amante. Restaurantes, clubes nocturnos y bares rodean la plaza.
En un extremo de la plaza hay una estatua de un músico mariachi; en el otro del Valentino de México, el cantante e ídolo cinematográfico Pedro Ingante. Los Sabbat adoran la Plaza Garibaldi...
¡Imagina docenas de ganado que esperan toda la noche para irse con un completo desconocido! Es como una cena de todo lo que puedas comer, con mísica; si te gustan puedes incluso dejar a la banda tocar en tu Banquete de Sangre antes de vaciarlos.
Los Sabbat prudentes aconsejan a los recién llegados que no deben aprovecharse de la Plaza de Garibaldi demasiado a menudo, las bandas dejarían de venir si desaparecieran demasiadas y podrían ir a la policía si se dan cuenta de que los músicos contratados por una determinada persona nunca vuelven... los juerguistas borrachos de los bares sin embargo, son juego limpio todo el año.
Paseo de la Reforma
Este magnifico bulevar es el principal eje este - oeste del D.F., en el Centro Histórico tiene una anchura de 60 metros y unas líneas de árboles lo dividen a lo largo de toda su longitud. Las torres de oficinas de superficies espejadas a lo largo del Paseo forman el distrito financiero más prestigioso de la ciudad.
Cada glorieta a lo largo de la calle tiene un monumento en su centro, la glorieta más grande alberga al Ángel de la Independencia, el pedestal de la estatua contiene la cabeza decapitada de Miguel Hidalgo y los restos de otros héroes de la Independencia... las otras nueve gloreitas presentan estatuas de Cristóbal Colón, Simón Bolívar, el último emperador azteca Cuauhtémoc y otros héroes nacionales. La ausencia de Hernán Cortés es llamativa en este paseo de la fama, la glorieta más occidental presenta una estatua que los ciudadanos llaman Diana Cazadora.
Nada en el Paseo de la Reforma atrae al Sabbat, aunque un par de Giovanni una vez vino a atrapar a los fantasmas de los héroes insurgentes y jamás regresaron, sin embargo al ser el bulevar central de la ciudad, es dificil para el Sabbat evitar el paso por aquí, particularmente cuando realizan incursiones en los suburbios occidentales, suelen salir del Paseo o de la principal arteria norte - sur que es Avenidad de los Insurgentes, las dos avenidas se curzan en el monumento a Cuauhtémoc, en el famoso vecindario de la Zona Rosa.
Una de las avenidas más destacadas de la ciudad es el el Paseo de la Reforma. En su trayecto central pueden encontrarse finos ejemplos de arquitectura, numerosos bancos y oficinas, añejas zonas residenciales transformadas en sitos de moda, embajadas, hoteles de lujo, selectas galerías de arte y espectaculares monumentos. A mediados del siglo XIX la ciudad de México sufrió un doloroso contacto con el resto del mundo a través de las invasiones norteamericana y francesa. Durante esta última, un nuevo modelo de urbanismo es planteado por la administración del emperador Maximiliano de Habsburgo: la construcción de una avenida que comunicara la ciudad de México partiendo de la glorieta de Bucareli, con el Castillo de Chapultepec. Trazada diagonalmente y nombrada Paseo del Emperador, fue concebida como un amplio boulevard de 12 km de largo.
Tiempo después su nombre fue cambiado por el republicano apelativo de la Reforma y su carácter aristocrático apropiado por la alta burguesía. Aprovechando su arbolado trayecto, durante el Porfiriato se mandaron colocar una serie de monumentos relativos a la historia de México: el de Cristóbal Colón en 1876, las estatuas de héroes de la República, el interesante monumento a Cuauhtémoc de 1887 y el monumento a la Independencia, inaugurado en 1910. Como una nueva marca y símbolo citadino, la victoria alada que remata la columna fue adoptada por los habitantes de la ciudad como su ángel protector. Tal vez por ello, al cobijo de sus alas se dan variadas manifestaciones ciudadanas, tanto de júbilo como de descontento.
Evocando la empresa de Colón, en México se denomina a las nuevas zonas residenciales Colonias. Típico ejemplo de ello son la Cuauhtémoc y la Juárez, de origen porfiriano y que hoy forman parte del corazón de la ciudad. En la colonia Cuauhtémoc se amalgaman los aires afrancesados y los estilos decó, neocoloniales, funcionalistas y posmodernos. Aunque sigue siendo residencial resulta un agradable paseo donde pueden hallarse museos como el de la Casa Carranza, el Instituto Francés de América Latina (IFAL), la embajada de Japón y diversos restaurantes exclusivos.
Hacia el lado sur del Paseo de la Reforma se encuentra la colonia Juárez cuya parte central ocupa la llamada Zona Rosa. La quietud de las familias y diplomáticos que habitaron sus casas estilo parisino fue cediendo, durante los años de la década de los cincuenta, a las transitadas calles con hoteles, comercios, restaurantes, bares, oficinas y cines que hoy agrupa. Este deliberado acento comercial no le resta su encanto y resulta práctico para hospedarse. En la Zona Rosa se encuentran las principales galerías de arte de la ciudad y centros nocturnos, y aunque muchos se fueron a otros puntos de la ciudad, hoy sigue siendo atractiva.
Zona Rosa
La llamada Zona Rosa ha sido durante más de veinte años un barrio bien acondicionado para hospedarse, pasear e ir de compras. Situado entre el Centro Histórico y la zona del parque de Chapultepec, la Zona Rosa es un punto enstratégico no sólo para el paseante, sino también si se tienen negocios en la Ciudad de México, ya que es atravezada por el Paseo de la Reforma, eje financiero y comercial de la ciudad.
El año de 1967, marcado por la inquietud de la década, tocó a una parte de la Colonia Juárez ser denominada Zona Rosa: ni roja ni blanca, pero sí bohemia y recién estrenada para el culto a la juventud. Sus elegantes recintos habían heredado el oropel de otros tiempos en que los nombres de sus calles eran efectivamente un transplante de la vieja Europa.
A fines del siglo XIX la ciudad de México parecía aburrirse de las añejas construcciones de la capital colonial ya considerada anticuada. Por ello las familias enriquecidas por la Pax Porifiriana decidieron “colonizar” junto con los inmigrantes extranjeros y diplomáticos, las tierras vírgenes del Poniente. Aprovechando el curso del Paseo de la Reforma, la avenida de los Insurgentes y el Paseo de Bucareli, se trazó la Colonia Americana formando un alargado triángulo cuyas calles cambiaron la tradicional orientación Norte-Sur por la diagonal.
Nombrada con las capitales europeas para fungir como zona residencial, la nueva preocupación de sus habitantes era el confort, sustentado en las cuantiosas ganancias de la especulación de la tierra, la explotación de las haciendas del interior, minas, bancos, pozos petroleros y ferrocarriles usufructuados por compañías extranjeras. La Colonia Americana tenía que se francesa en su aspecto, así que se cubre de mansardas para protegerse de una nieve que casi jamás caería y a sus habitantes vestirse con una moda prolija en prendas de climas septentrionales.
En pocos años la colonia Americana cambió su nombre por la de Juárez y Cuauhtémoc, para disimular un poco el constante aumento de precio de los predios, que en el caso del Paseo de la Reforma pasó de 50 centavos en 1872 a $25 pesos en 1903. Esto, sin embargo no preocupaba mucho a sus habitantes quienes encontraron una forma distinta de emplear el tiempo gracias a la luz eléctrica (luminoso representante de la modernidad) que permitió inaugurar el dulce hábito de desvelarse. Para darle forma llegó de París la costumbre de salir al Café, sinónimo de la conversación y el galanteo. Para efectos similares, pero de corte íntimo las mansiones se aderezaron con recibidores, salones y halls que ambientaron el decoro siempre buscado por las familias de prestigio.
Pero para pretender ser aristócrata no bastaba con ello, en un país cuya nota general es la pobreza había que elevarse sobre la plebe por medio de rejas, amplias escalinatas, pisos elevados sobre sótanos, balaustradas y altos ventanales. Este alejamiento también se manifestó en la decoración --proclive a lo francés-- en especial al barroco de los Luises XIII, XIV y XV: mascarones, guirnaldas, coronas y todo tipo de aplicaciones florales. En el exterior se suprimió al tezontle y se ennobleció a la cantera y los mármoles; en los interiores predominaban los tonos pasteles y detalles dorados del París pre-revolucionario.
Educados en Europa, los arquitectos mexicanos proyectaron estas casas de concepción ecléctica. Una de las más notables es la localizada en Londres No.10, del Arquitecto Antonio Rivas Mercado (diseñador también del monumento a la Independencia), hoy convertida en el Museo de Cera de la ciudad. Más de estas casas pueden verse en la parte Oriente de la Colonia y unas pocas a lo largo del Paseo de la Reforma.
Este enclave internacional que a fuerza de fomentar un progreso de corte liberal, racista y acumulativo gestaba su propia destrucción. Calles como Londres o Florencia que aparecían casi idénticas a las vialidades europeas hoy son casi irreconocibles para quien las transitara en 1910. La lucha revolucionaria dejó en el abandono innumerables casas. Otras, como la perteneciente a Francisco I. Madero fueron incendiadas por la furia del golpe militar de 1913.
Aunque en otros puntos de la ciudad, como la Colonia Roma siguieron construyéndose mansiones porfirianas hasta 1920, el nacionalismo revolucionario trajo al sitio edificios notables como la Secretaría de Salubridad en 1929. A este edificio le sucedió el del Instituto Mexicano del Seguro Social en 1951, año que inaugura una sucesión vertiginosa de cambios orientados a transformar el pausado ritmo residencial en el bullicioso centro de negocios, comercial, social y turístico.
La década de los años 60 contempló la inauguración de librerías y galerías de arte que permitieron el tránsito de artistas e intelectuales como José Luis Cuevas, Guadalupe Amor, Manuel Felguérez o Lilia Carrillo entregados a las nuevas corrientes internacionalistas e intimistas. Tanto el gran público como visitantes extranjeros percibieron el atractivo cosmopolita de la Zona Rosa que propició la construcción de hoteles e inauguración de restaurantes, mercados de artesanías, antigüedades y centros nocturnos, no siempre respetuosos del buen gusto.
Hoy la Zona sigue transformándose: boutiques, restaurantes, bares y discotecas han acentuado el deambular de todos los grupos sociales con encontrados fines de supervivencia o recreo. Es así como limosneros, carriers de discoteca, juniors, paseantes extranjeros, fauna nocturna, reventados, niños drogados, señoras de compras y hombres de negocios mezclan a cualquier hora los colores de adoquines, muros y salones para obtener esa deseada Vida en Rosa.
Solía ser el principal distrito comercial del D.F., así como una de las zonas residenciales de la clase alta, las casas estilo francés, mansiones de piedra del siglo XIX sobreviven aún en algunas partes y los precios en las abarrotadas tiendas para turistas siguen siendo bastante altos… esculturas, fuentes, murales y otros ejemplos de arte público añaden un aire de cultura. Los chilangos que van a la moda aún van a la Zona Rosa a ver y ser vistos y el vecindario aún se jacta de tener varios hoteles de lujo, locales nocturnos y boutiques.
Mientras la tarde se acerca, vendedores de la peor calaña toman las aceras para invitar a los viandantes a que entren a los clubes de strip tease , atracadores, carteristas y ladrones de bolsos de poca monta emergen a su vez para separar a los despistados de su dinero. Un Sabbat hambriento puede encontrar por lo general una bolsa de zumo conveniente que nadie echará de menos.
La Zona Rosa es territorio abierto, la adyacente colonia Juárez donde sobreviven más mansiones del siglo XIX es el dominio del Obispo Rodolfo y su protegida Elisa, estos dos Malkavian anti tribu exploran los bordes exteriores de la locura para prepararse para el juicio final de la Gehena. La colonia Juárez parece un vecindario tranquilo y gentil, pero a su alrededor se extienden las vecindades plagadas de criminales, el obispo Rodolfo sonríe mientras lee acerca de los asesinatos locales en los diarios y hace una figura con trozos de cucaracha para cada víctima, incluso ha enviado las mejores al Museo de Ripley… aunque usted no lo crea.
Museo de Ripley y la Casa de Cera
La Zona Rosa alberga al Museo de Ripley y la Casa de Cera (pagar una sola entrada permite el acceso a ambos). El Museo de Ripley, también llamado Museo de lo Increíble y relacionado con la bien conocida organización Lo Creas o No, alberga una importante colección de cosas extrañas, cualquier cosa desde cabezas reducidas de Nueva Guinea pasando por un paisaje pintado en una patata frita hasta figuras diminutas hechas con trozos de cucarachas; algunos Sabbat desarrollan cierto gusto por lo completamente extraño (como un científico Tzimisce buscando un nuevo experimento o un conspirador Lasombra reflexionando acerca de una venganza innovadora) y pueden encontrar inspiración en el Ripley.
La Casa de Cera ofrece las figuras habituales de la realeza, celebridades y gente famosa ya sea histórica o de ficción, el sótano presenta la inevitable cámara de los Horrores, iconos de Hollywood como el monstruo Frankenstein y Linda Blare mezclados con escenas de las torturas de la inquisición española y Jeffrey Dhamer tomando un aperitivo de vísceras humanas. Algunos Sabbat lo encuentran muy entretenido… se pueden tomar fotos haciendo como que muerden a la Madre Teresa de Calcuta o codeándose con el Drácula de Bela Lugosi (algo que enseñar a los compañeros de manada de vuelta a casa).
Colonia Juárez
Adyacente a la Zona Rosa, en esta colonia sobreviven más mansiones del siglo XIX que en su vecina. La Colonia Juárez parece un vecindario tranquilo y gentil, pero a su alrededor se extienden las vecindades plagadas de criminales.
Condesa.
Justo al sur de la Zona Rosa se encuentra el marchoso vecindario de Condesa, este se ha aburguesado en la última década, restaurantes, bares de moda, cafés y galerías ahora ocupan las mansiones de finales del siglo XIX y los bloques comerciales. Muchos de los viejos edificios están en pobres condiciones pero eso sólo aumenta el ambiente para la multitud col de Condesa.
Muchos Toreador anti tribu visitan Condesa para cazar y mezclarse con la gente, los artistas del asesinato y poetas del dolor se regocijan en la cultura y atraen a los posibles sujetos como la proverbial llama a las polillas, el Priscus Venere Carboni gobierna sobre sus compañeros pervertidos disfrazado de guitarrista contratada en un bar, cualquiera que quiera cazar en Condesa debe suplicar el permiso de Venere y luego agasajar al Demonio Maestro con la gracia y la crueldad de su cacería.
Bosque de Chapultepec
Entre las fronteras del D.F. hay muchos parques, el bosque de Chapultepec es ciertamente el más grande de ellos, discurre junto al final occidental del Paseo de la Reforma.
Cuando los aztecas llegaron al Valle de México, se asentaron por primera vez en la colina del parque, Chapultepec se convirtió más tarde en una casa de campo para los emperadores aztecas, los terrenos ajardinados y boscosos del parque ahora rodean Los Pinos, la residencia del presidente de México. En el parque también hay algunos lagos pequeños, varios museos, un zoo, un club deportivo, una atracción de casa de espejos, parques de entretenimiento para niños y ancianos, un cementerio, una escuela de monta, una arena de rodeos, un auditorio y un castillo.
El Castillo de Chapultepec fue en su inicio una academia militar, durante la guerra con los Estados Unidos los cadetes intentaron defender el Castillo Chapultepec del ejército americano, según la historia antes que rendirse seis cadetes se envolvieron en banderas de México y se arrojaron a la muerte desde las almenas. El monumento a estos Niños Héroes decora la principal entrada al parque.
En su breve reinado, el emperador Maximiliano remodeló el Castillo de Chapultepec como una de sus residencias, en el siglo XX los presidentes de México vivieron en el Castillo de Chapultepec hasta 1940, cuando el gobierno mexicano convirtió el palacio fortificado en el Museo de Historia Nacional.
El Parque de Chapultepec también alberga el Museo Nacional de Antropología, con una gigantesca estatua del dios de la lluvia Tlaloc a su entrada, la primera planta exhibe artefactos de las culturas precolombinas de México, mientras que la segunda planta está dedicada a las tribus contemporáneas. Los artefactos en exhibición son sólo una peque4ña parte de la colección competa, uno de los patrimonios más grandes del mundo de arte, artefactos, documentos y folclores precolombinos. Su principal rival es el museo que hay en el Templo Mayor a sólo pocos kilómetros de allí.
Mientras un misterioso nuevo enemigo abate Cainitas tras Cainitas en Latinoamérica, los investigadores del Sabbat dirigidos por el Lasombra Zadkiel ben Aron llevan a cabo frenéticas investigaciones en los dos museos, hasta ahora la única pista del Sabbat es un nombre “nagual” que se puede referir a cualquier tipo de criatura sobre natural cambia forma. Descubrir qué más acecha en la noche latinoamericana se ha convertido en algo de importancia crítica, los investigadores esperan que alguna estatua antigua, inscripción o colección de folclores puedan revelar la naturaleza de su enemigo.
Chapultepec también incluye un gran y moderno zoo, destacan varias enormes cúpulas de rejas de metal, los leones, tigres, jaguares y otros grandes felinos del zoo viven en estas jaulas al aire libre. Los Sabbat que4 siguen la senda del corazón salvaje visitan el zoo algunas veces para observar a los grandes felinos y puede que para colarse en sus jaulas para probarse a sí mismos contra estos compañeros predadores. El zoo de Chapultepec, es el dominio de Efraín Sortano, uno de los prisci más jóvenes del Sabbat y un parangón de la senda de la Metamorfosis.
Castillo de Chapultepec
El castillo fue en su inicio una academia militar. Durante la guerra con los Estados Unidos, seis cadetes defendieron el castillo heroicamente, llegando uno de ellos a arrojarse desde las almenas envuelto en la bandera para evitar que fuera capturada. El monumento a estos Niños Héroes decora la principal entrada al parque. En su breve reinado, el emperador Maximiliano remodeló el castillo Chapultepec como una de sus residencias. En el siglo XX los presidentes de México vivieron en el Chapultepec hasta 1940, cuando el gobierno mexicano convirtió el palacio fortificado en el Museo de Historia Nacional.
Museo Nacional de Antropología
La entrada al Museo está decorada con una gigantesca estatua del dios azteca de la lluvia, Tlaloc. La primera planta exhibe artefactos de las culturas precolombinas de México, mientras que la segunda planta está dedicada a las tribus contemporáneas. Los artefactos en exhibición son solo una pequeña parte de la colección completa, uno de los patrimonios más grandes del mundo de arte, artefactos, documentos y folclore precolombinos. Su principal rival es el museo que hay en el Templo Mayor a sólo unos kilómetros de allí.
Zoológico de Chapultepec
En este gran y moderno zoo destacan varias enormes cúpulas de rejas de metal, donde viven al aire libre leones, triges, jaguares y otros grandes felinos.
La Fuente de Tlaloc
Justo al oeste del Parque de Chapultepec, e inmediatamente en el exterior, yace una gran estación de bombeo del sistema de distribución de aguas de la ciudad. Diego Rivera decoró la estación de bombeo con mosaicos y murales. El mosaico más grande decora una fuente que atraviesa la calle desde la estación. Esta fuente es un trapezoide de unos treinta metros. El mosaico de Rivera que representa a Tlaloc, el dios azteca de la lluvia y el agua, cubre la mayoría de la base de la fuente.
El Ángel de la Independencia
Inaugurado en 1910 por Don Porfirio Díaz, el monumento a la Independencia es una marca y símbolo citadino, la victoria alada que remata la columna fue adoptada por los habitantes de la ciudad como su ángel protector. Tal vez por ello, al cobijo de sus alas se dan variadas manifestaciones ciudadanas, tanto de júbilo como de descontento. Al inaugurarse el siglo XX el Porfiriato comenzó a mostrar signos de decadencia, sin embargo, el impulso que había logrado permitó que la Ciudad de México tuviera un desarrollo arquitectónico espectacular. En ello sólo sobresalieron unos cuantos mexicanos, quienes después de los inevitables estudios en el extranjero, proyectaron el boato de esta “Bella época”.
Así que, para 1910 Don Porfirio desplegó las últimas fuerzas del régimen en subrayar la incontestable Independencia de México. Ni Santa Anna con su Zócalo, ni Maximiliano pudieron honrar la gesta criolla como su gobierno, quien encargó al arquitecto Antonio Rivas Mercado el diseño definitivo del monumento conmemorativo. Asímismo, el aspecto ingenieril fue resuelto por los mexicanos Gonzalo Garita y Manuel Gorozpe, mientras el escultórico se dejó en las manos del italiano Enrique Alciati.
Tras sonadas represiones de huelgas y los horrores de Lecumberri se afirmó que el país estaba listo para la democracia y que ésta llegaría con el Cometa Halley en 1910. Todo concordó para que el fin del mundo Porfiriano se hiciera con elegancia y permitiera las inauguraciones multitudinarias. Así el monumento recibió los honores de los representantes extranjeros. Ni siquiera el enviado del Kaiser Guillermo II dudó un momento de la apoteosis del régimen.Igual semblante quedó plasmado en cada una de las esculturas que rodean el basamento de este monumento en forma de Columna.
En especial destaca el gran león con un niño que preside el acceso al mausoleo y del lado contrario la lámpara votiva que algunos irrespetuosos suelen apagar. Flanqueando los cuatro lados de la rotonda se localizan cuatro mujeres en bronce (alegorías de la Paz, la Justicia, la Guerra y la Ley). La decorada columna remata en un capitel de inspiración corintia fundido con cuatro águilas porfirianas. La cima lo ocupa una Victoria Alada, llamada comúnmente “El Àngel” quien está en actitud de colocar una corona de laureles y sostiene en la otra mano una cadena rota, símbolos de la gesta libertadora.
Si usted tiene la oportunidad de ingresar al recinto -no sin antes atravesar la avenida con sumo cuidado- podrá visitar el mausoleo, donde se encuentran los restos de Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo, Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama, José Mariano Jiménez, José María Morelos, Mariano Matamoros y Nicolás Bravo, quienes tuvieron participación destacada en el movimiento de independencia desarrollado entre 1810 y 1821. Un día el ángel voló. Varios siglos de tradición judeocristiana se precipitaron al suelo aquél 28 de julio de 1857, destrozando la dorada efigie cuyas alas de bronce fundido sólo sirvieron de ancla mortal: el desenfadado México de la Región más transparente sufría la aciaga advertencia de la modernidad.
Tras una fina hojalatería, el ángel fue recobrando su lugar como símbolo citadino y adoptado por los habitantes de la ciudad como su estandarte protector. Tal vez por ello, al cobijo de sus alas se dan variadas manifestaciones ciudadanas, como el júbilo de novias, quinceañeras, fanáticos del fútbol o de la política, como de descontento por los desajustes y contradicciones propios de un país independiente. No pocas ocasiones la Avenida Reforma se convierte en un muro humano que provoca el descontento y trastorna a una ciudad enamorada del automóvil.
Colonia Roma
En el centro-poniente de la ciudad se encuentra la Colonia Roma. La Colonia surgió con el impulso constructivo de finales del Porfiriato en terrenos del Pueblo de la Romita. A partir de entonces se construlleron los palacetes y casas siguiendo las modas ecléctica, Art Nouveau, Neo-colonial y Funcionalista. En la Roma se establecieron una plaza de toros, dos iglesias de notable arquitectura y en la actualidad cuenta con instituciones educativas e importantes centros culturales. Víctima del deterioro y el desorden citadino, en 1985 fue una de las zonas más afectadas por el terremoto del 19 de septiembre. Hoy vive un resurgimiento que la hacen una zona de múltiples atractivos.
La Romita
El Pueblo de la Romita se denominaba en la época prehispánica Aztacalco y fué dado a Hernán Cortés. Su iglesia, fundada en 1530 bajo la advocación de N. Señora de la Natividad tuvo en la época colonial la devoción del Señor del Buen Ahorcado y la afluencia de los Huehuenches. Sobrevivió a la primera urbanización de la Colonia, pero para 1922 el ayuntamiento compró y demolió diversas propiedades para abrir las calles de Puebla, Morelia y Frontera.
Surgimiento
El impulso constructivo de finales del Porfiriato, el crecimiento de la población de la Ciudad de México y el deterioro de los edificios coloniales, presionaron la demanda de vivienda hacia los suburbios. Desde 1840 surgen las llamadas "Colonias" de extranjeros como la Francesa, de clases medias como Arquitectos, Santa María la Rivera, Guerrero y San Rafael. Por su parte las élites emigran hacia la Colonia Juárez a partir de 1890 siguiendo los modelos urbanísticos franceses, arbolado y el mejor equipamiento urbano. En el extremo contrario existían los barrios populares como Tepito y la Candelaria de los Patos.
Antes de 1902, los actuales terrenos de la Colonia Roma pertenecieron a la Condesa de Miravalle, pasando a manos de los señores Echegaray y Calero Sierra. En dichas tierras se encontraba el pueblo de la Romita. Fue la Compañía de Terrenos de la Calzada de Chapultepec formada por el empresario Edward Walter Orrin (cirquero), el ingeniero Casius Clay Lamm, su hijo Lewis Lamm (norteamericanos) y el Sr. Pedro Lascuarin quienes emprenden el proyecto de fraccionar el potrero de la Romita. Este proyecto fue modificado por la Comisión de Obras Públicas incorporándolo al VIII cuartel de la Ciudad de México.
Arquitectura notable
Durante el Porfiriato se privilegió la actuación de algunos arquitectos extranjeros, en especial destinándoles proyectos de obra pública (Émile Bénard, Ádamo Boari, Silvio Contri). Entre los mexicanos destacaron Mauricio María Campos, Manuel Gorozpe, Antonio Torres Torrija y el ing. Francisco Serrano. Con esta tendencia europeizante se construlleron los palacetes y casas de la Colonia Roma, siguiendo las modas ecléctica, Art Nouveau, Neo-colonial y Funcionalista.
La Iglesia de la Sagrada Familia, iniciada en 1910 en terrenos donados por Edward Orrin y Pedro Lascurain. Proyecto de José Gorozpe para los padres de la Compañía de Jesús. Suspendida entre 1913 y 1917, concluída en 1925. Es estilo neorománico con elementos del gótico catalán. Consta de una nave con una torre central, rosetón y motivos florales diversos. Los vitrales del interior fueron realizados por la Cía. italiana Talleri, establecida en México y el mural del ábside por el padre Gonzalo Carrasco. En el bautisterio se e ncontraba la tumba del padre jesuita Agustín Pro, muerto en 1927 durante el conflicto Cristero y beatificado posteriormente.
La Casa Lamm fue construída para ser mansión de la familia García Collantes y posteriormente escuela de señoritas. Fachada en el Pancoupé, ventana veneciana con mascarón el el dintel, columnas jónicas, friso de conchas con palmas y hojas de laurel, frontón roto, pretil con guirnaldas y remates con copones. En las ventanas destacan los dinteles con leones en medio relieve, pilastras almohadilladas de capiteles jónicos, consolas con cabeza cilíndrica y herrería de gran calidad. El interior posee una escalera notable y un salón con fachada semicilíndrica.
La Casa Universitaria del Libro fue construída por la familia Baranda-Luján, y posteriormente fue destinado al Centro Asturiano de México.Muestra elementos mudéjares (arco polibulado) y del barroco hispano (molduras mixtilíneas, jambas corridas, almohadillados y guardamalletas. En el interior destacan sus vitrales estilo decó.
Vida social y viscisitudes
La que fuera un reducto de la aristocracia porfiriana pasó a convertirse en refugio de algunos militares revolucionarios, familias del centro, emigrantes libaneses y judíos, que convirtieron a la Roma en epítome de la burguesía citadina de medio siglo. La explosión citadina de los años setenta y las necesidades extremas mal reguladas introdujo la dosis de caos que se convirtió en tragedia en 1985.
La aristocrática Colonia Roma fue pauperizándose a partir de los años cuarenta, sus habitantes originales emigraron a nuevas zonas como Las Lomas de Chapultepec. Entre los nuevos inquilinos destacaron ahora judíos ashkenasitas, árabes e inmigrantes del sureste mexicano. Muchos fueron a ocupar edificios de departamentos, pero también algunas casas que fueron compartimentadas para alojar a varias familias. Notables escritores como Ramón López-Velarde, José Rubén Romero, Jorge Ibargüengoitia, Juan José Arreola, José Agustín, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco o Fernando del Paso, han vivido en la colonia. De otros artistas podemos mencionar a David Alfaro Siqueiros, Pedro Friedberg o Leonora Carrington.
En los años 60's se inició una fuerte comercialización y afluencia vehicular. Por su parte, las necesidades de vivienda, el abandono de los planes urbanos, la falta de sensibilidad y la corrupción permitieron la aparición de construcciones desproporcionadas y de baja calidad. Se establecieron numerosos locales comerciales, escuelas, cines y tiendas departamentales como Sears (1947), El Palacio de Hierro (1958), mercados (calle de Colima) y más tarde oficinas y hospitales. Los sistemas modernos de construcción permitieron la edificación de grandes espacios, optimizando el uso del terreno disponible, pero lesionand o la estabilidad y visibilidad de las construcciones vecinas.
El terremoto de 1985
El mencionado descenso de la calidad en las construcciones unido a otros factores del subsuelo y localización y magnitud del sismo, hicieron de la Colonia Roma una de las zonas más afectadas. Con un total de 197 viviendas dañadas y más de 1000 lesionados (Durango 77, Plaza Río de Janeiro 46, Colima 246) Es de notarse que de las costrucciones de 1906 a 1930 sólo tres se destrulleron totalmente y dos parcialmente. La mayoría quedaron dañadas por los edificios contíguos. Las violaciones al reglamento de construcción se hicieron evidentes en muchas estructuras. Al poco tiempo se crearon algunos parques en terrenos dañados (como el Jardín Juan Rulfo en la avenida Insurgentes y Monterrey)
El Palacio de Bellas Artes
Durante el porfiriato en México, surgió entre la alta sociedad una tendencia por imitar los estilos europeos, tanto en costumbres de la vida cotidiana como en modelos arquitectónicos, esto dio como resultado que a principios del sigo XIX se ideara el proyecto para la construcción del nuevo Teatro Nacional... así pues se demolió el que ya existía y el 1 de Octubre de 1904, frente a la Alameda Central, se comenzó la construcción de los cimientos del que se convertiría en el Palacio de Bellas Artes.
El proyecto fue realizado por el arquitecto italiano Adamo Boari (del clan Toreador) quien diseñó un edificio que incorporaba los avances tecnológicos de los mejores teatros de la época; el edificio se caracterizaba por organizar las salas en torno a un gran hall, rematado por una triple cúpula situada entre el vestibulo y la sala de espectáculos, la cual tiene forma de embudo para lograr así los mejores efectos acústicos y visuales, su cupo es de 1791 personas distribuidas entre palcos aislados, generales, lunetas y galerías, también cuenta con un palco presidencial, situado exactamente a media sala, con dos elevadores privados y un gabinete de aseo.
Actualmente no hay interes por parte del Sabbat en Palacio de Bellas Artes, pero sin lugar a duda es un deleite para cualquier miembro del clan Toreador que visite esta ciudad...
El Zócalo
La plaza mayor, llamada Zócalo, evoca ese gran sito de culto y ombligo del mundo que fue el centro ceremonial de México-Tenochtitlan y que hoy reúne los símbolos nacionales del poder. En el Zócalo se mezclan el resonar de tambores, los cascabeles de los danzantes y el copal de modernos curanderos. Sitio de referencia, protesta, rito o de fiesta nacional por la noche ofrece un imponente espectáculo que llega a su exaltada culminación durante la fiesta popular del 15 de Septiembre.
En el Templo Mayor pueden verse los restos emergidos de la tierra del doble templo mexica y un museo anexo con impresionantes ofrendas encontradas en el sitio, la colosal piedra de la diosa Coyolxauhqui y maquetas del centro ceremonial. La Catedral el Sagrario son una síntesis del arte de la Nueva España. Tras su imponente fachada barroca y neoclásica llenas de luz, se penetra a la penumbra del espacio sagrado, con sus cinco naves, capillas y pinturas. Destacan el altar del Perdón, la sacristía y el magnífico retablo de los Reyes. Las ceremonias se realizan con toda la dignidad del culto católico y con un poco de suerte pueden escucharse acompañadas por la música de uno de los órganos monumentales. El subsuelo arcilloso y alterado de la ciudad ha causado el hundimiento de muchos edificios como la catedral. Las obras de rescate, visibles en parte, han evitado su desplome.
En el costado Oriente de la plaza se encuentra el Palacio Nacional, conjunto de edificios edificados como asiento del poder civil desde el Virreinato hasta hoy. En su interior contiene varios patios en cuyos corredores y escaleras pueden verse pinturas murales de Diego Rivera cuya iconografía relata episodios nacionales con gran detalle. Temporalmente aquí se encuentra localizada la espléndida colección del Museo Nacional de Arte y es posible visitar el Recinto -Homenaje a Benito Juárez y un jardín botánico. La plaza se enmarca con los edificios del Departamento del Distrito Federal, el Antiguo Ayuntamiento y el Portal de mercaderes.
Barrios del Centro
Sin saberlo, el espacio sagrado del Calmécatl en el Templo Mayor sería vecino de uno de los colegios que dieron brillo a la cultura novohispana y recibieron entre sus aulas a cientos de mexicanos ilustres: la Escuela Nacional Preparatoria. Nos referimos al barrio universitario, zona de antiguos colegios de la zona Noreste de la vieja ciudad. Sus altas ventanas hoy iluminan exposiciones itinerantes, murales y centros culturales de gran prestigio.
Con cúpulas de mosaico, el templo de Balvanera nos recuerda el esplendor de una vida conventual hoy desaparecida. De igual forma, el culterano convento de mercedarios contrasta con el carácter popular del Barrio de La Merced. Ahí quedan vestigios de uno de los antiguos canales de agua, vía que hoy se inunda con los numerosos comercios donde es posible encontrar casi de todo. En especial si recorre el mercado y calles aledañas. En medio de la calle de Manzanares se encuentra una capilla en miniatura, obra del ingenio que tienen sus habitantes para brincarse las normas habituales, así que tenga cuidado.
San Pablo fue una de las áreas del sur de la ciudad más habitadas por indígenas, hoy es una zona industrial y comercial. La iglesia de San Pablo el viejo con su histórico colegio, que nos remite a losinicios de la ciudad, hoy convertido en hospital. De gran interés resulta visitar la fábrica de vidrio de Carretones y el Mercado de Sonora, donde pueden adquirise todo tipo de artículos esotéricos, hierbas, insólitos aromas y extraños objetos.
El Barrio de San Juan se ha transformado radicalmente en su fisonomía: hoy salpicada de vetustos edificios Art Decò, pero nos permite encontrar varios mercados y restaurantes con sazones que envidiaría el emperador Carlos V. En efecto, en unas cuantas calles se reúnen mercados culinarios y de artesanías; Oriente y Occidente; el barrio chino y cantinas mexicanas.
Calles del centro
Muchas calles del centro la ciudad de México han adquirido fama o reúnen un carácter peculiar: algunas fueron asiento de gremios artesanales, de ilustres moradores o siguieron el trazo de una calzada prehispánica transformada en colonial paseo.
Algunas calles poseen leyendas propias, otras fueron abiertas por la fuerza de la modernidad y recompuestas al gusto de la época. Todas invitan a tomar callejones y bocacalles, pero siguiendo su trayectoria se pueden ir descubriendo magníficos edificios, otrora conventos de frailes y monjas que dieron a la capital brillo, santidad y proveyeron de las delicias culinarias que los modernos restaurantes atesoran y reinterpretan.
La calle de Moneda, nombrada así por que allí se encontraba la antigua Casa de Moneda de México. Sigue la misma dirección que de la calle Soledad, y en su trayecto se acompaña de magníficos edificios, museos y monumentos religiosos de primer orden como el Palacio del Ex-arzobispado, el Museo de las Culturas, las casas del mayorazgo de Guerrero, la Iglesia de Santa Inés y su claustro convertido en museo José Luis Cuevas y La Academia de San Carlos.
De nombre prehispánico, la calle de Tacuba ha sido escenario de fastuosas procesiones y celebrado la entrada de emperadores, profesión de monjas y la construcción de algunos de los palacios donde sin duda el chocolate se enseñoreaba de las almas más débiles.
Por la calle de Francisco I. Madero desfilaron las más exquisitas damas, ataviadas con joyas y sedas. Este escenario de la ostentación dio la nota a uno de los conjuntos religiosos más grande y lujoso de América: la casa de los franciscanos. Hoy es posible visitar también el templo expiatorio de San Felipe Neri, el llamado Palacio de Iturbide, la iglesia jesuita de La Profesa, los magníficos edificios comerciales y joyerías que desembocan en la Plaza Mayor.
El nombre de Isabel la Católica evoca el linaje de los nobles que la habitaron, dejando sus palacios para la memoria y el goce no sólo de la vista, sino también del paladar. No sin motivo los reyes españoles han sido recibidos en el Casino Español. Usted también puede visitar la casa de los Condes de San Mateo Valparaíso o asomarse a la antigua Biblioteca Nacional.
La Avenida Pino Suárez emprende el camino del sur, marcando el sitio donde Cortés y Moctezuma tuvieron su histórico encuentro. A partir de ese siglo se establecieron edificios e instituciones a las que todavía podemos asistir, cosa única en una ciudad que ha muerto y renacido varias veces. Inicia en la Suprema Corte de Justicia, seguida de agradables cantinas y el majestuoso Palacio de los Condes de Santiago para diluirse en su infinita actividad comercial.
Si pregunta por un camino de poética virtud, San Miguel, San Jerónimo, la Virgen y San Benito le indicarían seguramente que en la calle de San Jerónimo de la Ciudad de México se encuentra una de sus claves, oculta entre espesos muros y libros.
El ejercicio de la memoria acompañado de la caminata puede ser un nuevo y estimulante deporte, que en la calle de Puente de Alvarado tiene más estímulos que de obstáculos, hechos de edificios espléndidos y colecciones de arte.
Borde de la antigua ciudad, la hoy avenida Eje Central fue denominada Calzada del Niño Perdido. Hoy atravieza la ciudad de norte a sur y en su paso por el centro se llena de bullicio comercial. En el cruce de la avenida Arcos de Belen crea los monumentos gemelos de la fuente y la iglesia del Salto del Agua. No lejos de alí se encuentra la mole de tezontle y cantera del colegio de las Vizcaínas, con su capilla oculta. Siguiendo hacia el norte pasará la inimaginable Plaza de la Computación, la Churrería del Moro, la librería de la Ciudad de México. En el cruce de Francisco I. Madero se encuentra la dominante Torre Latinoamericana, mirador obligado del espacio abierto del Palacio de Bellas Artes.
La Catedral Metropolitana
La catedral de México es una síntesis del arte de la Nueva España: heredera del Templo Mayor de Tenochtitlan, de la tradición catedralicia medieval y de las devociones coloniales. Como parte del Zócalo, la catedral es centro simbólico y cósmico, en torno al que se desarrolla la vida cotidiana de la urbe mexicana.
Tras su imponente fachada barroca y neoclásica llenas de luz, se penetra a la penumbra del espacio sagrado, con sus cinco naves, capillas, retablos y pinturas. Destacan el altar del Perdón, las capillas laterales, la sacristía y el magnífico retablo de los Reyes. Durante algunas ceremonias puede escucharse la música de uno de los órganos monumentales.
Después de más de cuatro siglos el subsuelo alterado de la ciudad ha causado el hundimiento de muchos edificios como la catedral. Las obras de rescate, visibles en parte, han evitado su desplome.
El proyecto catedralicio transitó por los tres siglos novohispanos recopilando estilos artísticos, devociones de toda índole, ceremonias fastuosas y marcó el ritmo de la vida en la ciudad colonial con su amplio repertorio de toques de campana. Es por ello que la catedral no sólo es una obra arquitectónica notable, ya que a lo largo de su historia ha fungido como centro social, refugio de pecadores, triunfo del clero secular, antorcha de revueltas, cripta de reposo y centro visible de una nación.
Iniciada en 1572 con planta de cruz latina, tres naves y capillas laterales, posee elementos herrerianos, barrocos y neoclásicos. En sus profundidades resede también la santidad, acompañada por las magníficas columnas estriadas que se alzan al cielo y regresan a la tierra en un movimiento infinito.El retablo mayor es como una gruta celestial imaginada por por Jerónimo de Balbás en 1673 con las aportaciones metálicas de los habitantes de la Nueva España.
Su gran peso (que la ha defendido de los temblores) favorece el hundimiento que es desigual debido a las diferencias entre el antiguo islote y los terrenos de relleno, estructuras prehispánicas subyacientes y la extracción de agua en toda la ciudad. El conjunto está siendo renivelado por un portentoso sistema de ingeniería de pilotes de concreto y la subexcabación en zonas determinadas.