Partida Rol por web

- No es mi intención ocultar el Conocimiento, hermana - dijo - Sea pues, actuaré en consecuencia.

B E E E E E E E E E E E E E H

L O V O estaba... ¿bailando?

¡Bailando alrededor de Eon y Ziltath!

Su mueca, si hubiera tenido mueca, habría sido la de la burla descarada.

Cuando Eon tomó una de sus creaciones para darle nueva forma la diosa de los secretos se sintió intrigada, cuando la nueva criatura estuvo acabada Ziltath se llevó una grata sorpresa. Me agrada tu creación Eon, y su propósito me parece no solo aceptable, si no que entra en el terreno de lo conveniente.

Poco después Kotk-am-Toalt comenzó a crear vida sobre la faz de Heris, sin embargo cuando se percató de una de las creaciones del dios de la muerte, Ziltath temió que sus hijos quedaran a merced de tan terrible criatuas como lo eran la esfinge y el Tlax-Talam, por lo que decidió poner remedio a aquél temor y crear su propio monstruo, un monstruo capaz de atemorizar a cualquier otro, pero sin las necesidades que ataban a las enormes creaciones, su único propósito sería equilibrar la balanza allá donde el poder se descontrolara. Esta es Serara, portadora de la disparidad y el conflicto, la cual viajará por todo Heris como enemiga de la creación, pues solo de esta manera se alcanzará el equilibrio.

A Q U I A Q U I A Q U I A Q U I

Ziltath seguía diciendo palabras grandes. Todos seguían diciendo palabras grandes. Pero L O V O sabía un secreto que nadie más sabía...

Z I L T A T H S E U N S E C R E T O

Z I L T A T H A Q U I

B E E E H

Dime Lovo ¿qué es lo que deseas? De nuevo, como ya hizo anteriormente, Ziltath le dedicó una sonrisa al caótico dios que en ocasiones parecía un hermano menor a pesar de haber nacido en el mismo momento que los demás, la diosa no podía evitar sentir compasión por el ente divino a pesar de su naturaleza.

N O P U E D E S H A C E R M E N A D A A A A A A A

L O V O echa a correr, huyendo de Ziltath porque le ha pillado. Se tropieza y, al levantarse, se vuelve lentamente.

Los muros de Ruth-adum bailan con la diversión del pobre dios.

O S I N O L L A M O A M I A M I G O

¿Acaso piensas que te deseo algún mal? Ya te he dicho que no debes temerme, aunque la verdad y los secretos te atemoricen son conceptos inocuos, vamos, dame la mano y cuéntame tus deseos y tus miedos, conmigo estarás a salvo. Como hizo en otra ocasión, Ziltath le tendió la mano a Lovo ofreciéndole su amistad.

L O V O cogió la mano que se le ofrecía con un cosquilleo. Está confuso y tiene miedo, pero sabe que Amigo le protegerá.

B E H

EH

V A L E

Eon aprovechó un momento de tranquilidad tras resolver satisfactoriamente el conflicto con su hermana para meditar acerca de la posición privilegiada que tenía en Ruth-adum. Como Dios del Conocimiento, era suya la potestad de Saber cuáles eran los mejores pasos a seguir en su camino a la perfección, y estaba comprobando que sus hermanos aprendían de él, lo que le reconfortaba.

Tras crear Ukveli-Ta, observó que tanto Nith-Rah como Atharon hacían lo mismo, delimitando zonas cuidadosamente para futuras creaciones. Esto divirtió al Revelador de Nombres, puesto que aún recodaba la pequeña disputa que había tenido con el Señor del Caos.

Luego, cuando tuvo que crear aquel monstruo para quedar en paz con Ziltath y acabar con la pelea, observó que sus hermanos también siguieron sus pasos, aunque habían creado criaturas sin más propósito que la destrucción. Eso no le agradó al Señor del Conocimiento, puesto que una criatura que sólo vive para destruir, no sirve para nada más que ser destruida.

Aunque sus hermanos no lo reconocieran, estaban aprendiendo de él, y eso le gustaba, puesto que estaba cumpliendo con uno de los cometidos que Padre le había dejado. Y eso le satisfacía.

Le satisfacía enormemente.

Sonreí ante la respuesta de Eon a Zilath, pues el que se decía señor del conocimiento parecía molestarse por las intromisiones de su hermana. - Vaya, resulta curioso que tú, Eon, te molestas por las intromisiones en tu ámbito, cuando tú mismo no dudas un ápice en atreverte a crear vida incluso tratando de desoir mis palabras. Teniendo en cuenta que yo, y no tú, soy el Dios de la Vida ¿No sería esto una intromisión? ¿No debería entonces tal afrenta ser reparada? Tú mismo te consideras padre de los seres vivos que creas, más tú eres el arquitecto, pero de mí procede el soplo que inició y que permite la vida en el mundo. Deberías saber, tanto que sabes, que yo, y no tú, soy Padre de todo lo Vivo. Mío es el Don de la Vida, así como tuyo es el del Conocimiento. Si tanto te ofende que se entrometan en tus ámbitos, deberías aprender primero a no hacer lo propio a tus demás hermanos. - Así hable a Eon, padre del conocimiento, que al parecer aún tenía que aprender a respetar a otros así como él esperaba ser respetado.

Entonces me giré al resto. -Y por lo que veo esta es una práctica habitual, aunque debo decir que me regocija ver nuevas creaciones, todos os saltáis a la torera las leyes de los seres que viven. Os recuerdo que yo soy el Dios de la Vida, y así como yo no impongo el tiempo del mundo, ni los flujos de la magia, ni el orden de los planetas, ni el camino de los muertos, si no que de esto se encargan otros, tomo como una afrenta que las criaturas que viven, de las cuales yo soy Padre en última instancia, desoigan mis mandatos. De modo que que esto es lo que os digo, podéis tomar la vida, y darle la forma que deseeis, las características que os gusten, y lo que vuestra voluntad e imaginación dicte. Pero así como los demás, por obligación o por respeto, tomamos los dictámenes del Dios que corresponda a cada ámbito, lo mismo pido para todos los seres que viven. - Por último, me giré a la diosa del tiempo, observando sus recientes creaciones, de las cuales, una en particular había llamado mi atención. 

- Sharashiel, hermana, no puedo evitar observar que has creado un ser que guarda un gran parecido conmigo. Ciertamente me desagrada, pues se asemejan a mi prole, una creación que quería dejar para más adelante. Sin embargo me temo que tendré que acelerar su nacimiento. Me sorprende que os molesten tanto las intromisiones, cuando tan entrometidos sois en el los ámbitos de los demás. - Comenté, ocultando toda emoción, aunque comenzaba a molestarme la actitud de algunos de mis hermanos.

Por último dirigí mi atención a L O V O y le hablé. - Por cierto, hermano, si bien la vida puede ser cruel y traicionera, la intervención divina por la simple aniquilación de seres es una cosa muy distinta, así que si sigues destruyendo por el mero gusto de destruir a los seres que viven, me temo que deberé pagarte con la misma moneda. - Contesté, terminando en un susurro que a pesar de ello pudo ser escuchado claramente en la morada de los dioses.

Nith-Rah suspiro ante las disputas de sus hermanos. Le resultaba triste ver como se distanciaban por tan insignificantes problemas y decidió hablar a sus hermanos para calmar los ánimos.

-Hermanos, me sorprende y entristece como estáis permitiendo que la entropía del cosmos rompa nuestra unidad. Todos somos hijos del padre y nuestra creación debe ser un lienzo bello y armonioso, pues todos formamos parte de el.

Su voz calmada, pero poderosa, resonaba con cierta tristeza, pero convicción absoluta

-Teméis que los ámbitos de unos sean cubiertos por otros, sin compartir vuestros dones ni considerar la relación que hay entre todos nosotros. Tal vez no os interprete bien, pues a pesar de ser hijo de nuestro padre se que yo no soy perfecto, y por ende, ninguno de nosotros lo es, pues de ese modo solo seriamos uno y no siete.

-De seguro todos y cada uno de nosotros tiene grandes planes para el lienzo, y puede que unos choquen con otros. Pero os pido hermanos que dejéis de lado esas disputas y rencores, y os esforcéis en crear en consideración a todos nosotros. Si consideráis que algo requiera vuestro toque o atención, hablad entre vosotros, encontrar la manera de hacer que el lienzo sea más bello y perfecto. Y no cedáis a odios ni rencores, recordándoos entre vosotros pequeños fallos.

-No somos perfectos… no si estamos divididos y enemistados. Esa es mi visión en el Orden del cosmos, y os ruego que la meditéis en vuestras palabras y discusiones. Esto os lo recuerdo, aun siendo consciente de que ya lo sabéis, pero a veces es necesario escucharlo.

Dicho esto, el señor de luz se levanto de su trono de diamante, y salió de la gran sala por el pasillo, para internarse en una de las puertas del largo corredor, pues antes de continuar creando en el lienzo deseaba preparar un lugar propio en el que contemplar su trabajo y mantener el orden de las leyes del cosmos.

Mientras recuperaba fuerzas tras su periplo de creación en la Isla de la Verdad, Eon escuchó atentamente el discurso de su hermano, que atacaba a todos y cada uno de los miembros del Panteón, sin distinción, aunque centrándose en L O V O, en Sharashiel, y en él mismo. Cuando hubo terminado, le dedicó unas serenas palabras.

- Nadie sabe más que tú de crear vida, querido Atharon, y lo has demostrado con la variedad de criaturas que ahora pueblan Heris. Sin embargo, todos tenemos derecho a crearla, y esas creaciones son nuestras o del planeta, como bien prefiramos. En ningún momento serán tuyas, porque no eres Padre, ni el Dios de la Creación. Puedes dictar unas normas, e intentar que los demás las sigamos, pero nunca podrás obligarnos a ello, como sigues intentando una y otra vez, primero con palabras y ahora con amenazas - dijo, sin alterar su voz ni un ápice, pues sus palabras resonaban en las mentes de todos los dioses - ¿Acaso debería yo negarte la posibilidad de Saber cómo crear un ecosistema equilibrado? ¿O Saber qué diseño es el más adecuado para los herbívoros o carnívoros? No, puesto que sería como querer ponerle puertas al Vacío. No, así como no le puedo negar a Ziltath que quiera revelar sus Secretos, no haré eso. Padre nos dio a todos el Conocimiento y el poder para crear Vida, a todos por igual, y no te puso por encima de nosotros. ¿Acaso eres tú más Sabio que él como para ello?

Esperó unos segundos, o minutos, u horas, puesto que Sharashiel estaba allí presente con ellos, y el Tiempo estaba revoloteando alrededor, y luego continuó.

- Escucha a Nith-Rah, escucha a tu hermano que creó contigo la Luz, y no te pidió que te sumieras a su mandato. Esa Luz que hace que tus plantas crezcan, y tus criaturas vaguen por Heris. Él es el que permite que todos creemos esta Vida de la que tanto te quejas. Y es el primero que pide Paz. Te pido que te calmes y relajes, puesto que Heris está creciendo, fuerte y gloriosa, y dudo que Padre hubiera querido otra cosa.

El señor de Luz y Orden camino por los cambiantes salones de Ruth-Adum hasta encontrar una escalera de caracol que ascendía a las torres más altas de la casa de los dioses. Aun se sentía algo molesto, pues notaba que la entropía del cosmos estaba trayendo mas caos a toda la existencia, incluido el mismo.

Sentía morir su orden de manera constante y esto le hacía ver la realidad de toda la creación. No importaba el tiempo, al final todo se consumiría. Existían muchos finales posibles para el y sus hermanos. Tal vez pudiera apañárselas para hacer que el panteón se mantuviese unido hasta tal punto que se unieran en un solo ente perfecto. Eso sería lo ideal, pues todos unidos formarían un ser perfecto. Mas esto suponía otras cuestiones… ¿Y si el padre estaba en la misma situación y por eso se dividió? ¿Si se es perfecto, qué sentido tendría seguir existiendo sin un futuro que alcanzar?

Otra opción sería que ocurriera lo mismo, solo que uno de sus hermanos o el mismo destruyera a los demás y tomara su esencia. Importaba poco, de una forma u otra el resultado en un ser sin futuro seria igual.

La última opción, seria mantenerse en equilibrio, hasta que todos y cada uno de ellos sucumbiera a la entropía del cosmos y se deshicieran. Esa era la idea que mas aterraba a Nith-Rah, morir en el vacio de la nada, la única forma de Orden que no le agradaba, pues era un orden perfecto que no suponía ningún avance a no ser que de la nada se formara un todo con el que empezar de nuevo. Más esto era incierto y solo lo sabría al llegar al final de todo.

Mientras ascendía las escaleras, el señor de orden seguía haciéndose a si mismo esas preguntas. Pero al llegar a lo mas alto deshecho esos pensamientos.

-Tal futuro escapa a nuestra comprensión, sin importar que seamos Orden, Caos, Conocimiento, Verdad, Tiempo, Muerte o incluso Vacio. Es algo que nos podemos ver ninguno, porque sencillamente no hay nada que ver… solo como llegar, pero no como continua.

Suspirando, El dios observo la habitación.

-Sera mejor que me concentre en hacer que el cosmos dure y no se consuma en caos tan rápidamente.

Al pisar la sala con sus pies descalzos, la luz ilumino el lugar. Una habitación sin paredes. No era más que una gran cúpula, suspendida entre estilizadas columnas de capiteles decorados finamente, situado sobre la torre más alta de Ruth-Adum. Las paredes eran el mismo firmamento, la creación que ya existía antes de que ellos llegaran allí. Lejanas estrellas, cuerpos celestes viajando en trayectorias elípticas y elegantes remolinos de galaxias compuestos de trillones de puntos de luz.

En el centro de la sala se alzaba un gran cuenco de agua, y justo sobre este, en el centro exacto de la cúpula, donde se abría un agujero circular perfecto, caía un rayo de luz blanca y pura.

Alzando su mano hacia el rayo de luz, esta se dividió en otros mas pequeños, que ondeaban en la nada de la sala. Cada uno de aquellos rayos eran las leyes que Nith-Rah había creado. Una mera representación de su poder, que indicaba en un lenguaje universal del cosmos, las matemáticas y la lógica, como se encontraban ordenadas las leyes que afectaban al mundo y a toda la existencia.

Allí podría ver como la gravedad de Athra atraía a Heris, y como la de Heris atraía a Athra, asi como los otros cuerpos celestes. Podía ver los flujos de materia y energía que fluían bajo y sobre el mundo. Podía ver como las variaciones de sus hermanos en el lienzo, eran recogidas por sus leyes, agregadas y organizadas en torno a los designios de las deidades, para mantener un orden en todo.

Incluso la ilógica y alocada actividad de LOVO quedaba registrada en incontables variantes aleatorias que perfeccionaban las leyes de Nith-Rah. Leyes que fluían con el tiempo, que cambiaban y perseguían la perfección del momento, igual que los ríos e Heris buscaban los mares.

Durante un buen rato Nith-Rah se dedico a contemplar los haces de luz, asegurándose de su perfección en el Orden del cosmos.

Tal vez la entropía del universo era inevitable, era una ley que veía superior a la suya. Pero seguía existiendo una ley en el universo para amortiguarla. La entropía puede destruir el orden en la nada, pero también puede crear orden, siempre que la destrucción sea mayor a la creación. De este modo, aun habría mas tiempo para hallar una solución. Una solución para que el señor de Orden encontrara un modo de escapar de la Nada que tanto temía, y que se aproximaba, aun lejana pero inexorable.

Sharashiel espero a que Eon hablase. Ya que había escuchado las palabras de su hermano antes incluso de que las pronunciase. Eon había dicho justo lo que se necesitaba decir. Pero a la diosa se le habían hecho otras afrentas.

Nunca me he sentido ofendida por una intromisión. Yo ya se cuáles son las que vais a hacer, y no voy a negároslas. Al igual que puedes elegir dar longevidad tanta como quieras a tus criaturas y yo nunca te la negaré. Yo soy capaz de crear vida. Como bien ha dicho nuestro hermano. Soy capaz de crearla. Quizás a menos niveles de los que serías capaz tú. Quizás por eso no me someto a ciertas reglas que sólo tú has dictado con tu palabra sin pedir consejo a nadie. Al igual que otros lo han hecho en otras de sus creaciones y no se han visto molestos porque no se sigan. Como nuestro hermano Kotk-am-toatl. Al cual cuasi todo el panteón a dado la espalda a su juicio... Y él ni siquiera ha levantado una ceja de sorpresa- El tiempo voló hacia Atharon- Ahí tienes el tiempo. Intenta manipularlo más allá de lo que ves...- Se dejo caer sobre el respaldo de su trono de arena. Cansada quizás del aire prepotente que se respiraba en el panteón- Nunca he ofendido a ninguno de los hermanos, ni he intentado imponer nada más allá de vuestra comprensión...- Señalo al mirador del salón- Ahí tenéis todo lo que he creado. Si algo no os gusta sois libres de decírmelo e intentar cambiarlo. O si vuestra prepotencia es tal. Destruirlo sin permiso ni consulta...- apoyó uno de sus puños en la mejilla y se dejo caer sobre el lado de ese brazo- Pero Hermano, relájate. Parece que el resto te molestamos continuamente-

Cuando estaba terminando pareció recordar algo. Como si algo invisible le susurrase al oído para recordárselo- Si no te gusta mi creación de medición del tiempo. Como ya te he dicho. Ahí mismo lo tienes. Cámbialo si te ves capaz-

Tranquilizándome un poco más, me relajé en mi trono y contemplé a Eon, primero en silencio, hasta que finalmente me decidí a hablar. - No, hermano Eon, debo haberme expresado mal. Esas criaturas no son en efecto mías, ni siquiera lo son las creadas por mi, del mismo modo que un padre no posee a sus hijos. Esas criaturas son dueñas de si mismas, y son ellas las que deben decidir su destino. Me alegra ver que apreciáis tanto la vida como para crear nuevos seres y darles nuevas e ingeniosas formas. Debo dar la razón a Nith-Rah, y disculparme por mis palabras si a alguno de vosotros he ofendido. No puedo imponer mi voluntad, pues ninguno de nosotros es superior a ningún otro. Más creo que la vida debe ser respetada, y cuidada. Igual que no creo que a ninguno de vosotros os gustase que vuestras creaciones fueran maltratadas o destruidas, o descuidadas o menospreciadas, Así no me gusta a mi que se trate a la vida. No pretendo inmiscuirme en vuestros métodos o en vuestros ámbitos, pues en ellos sois vosotros más sabios que yo. Mis reglas no son tajantes, pero expreso lo que yo considero oportuno para la vida. ¿A caso me criticas por crearlas sin consultar? ¿A quién consultáis para cambiarlas? No hemos decidido unas reglas conjuntamente, más bien cada uno ha creado las suyas propias para sus diseños. Todos estuvimos de acuerdo en las cosas más básicas ¿No deberíamos llegar a un acuerdo en estas en lugar de llevar cada uno un camino diferente? No quiero que todos los seres sean igual, pero sí al menos estaría bien que las mismas reglas los rigieran a todos. En última instancia, la vida se compone de un poco de todos nosotros, pongámosle unas normas conjuntas, iguales para todos ellos, aunque estas no igualen a las especies. - Hablé al fin, y regresé a mi mutismo, y esperé la opinión de los demás.

Y allí estaba Loof, en cuanto abriste la puerta lo viste, silenciosa se movía por la estancia como si hubiese estado preparando todo eso para ti, justo antes de que llegases.

-Espero que todo este a su gusto. -Dijo con una reverencia.

U U U U H

E L S E Ñ O R V I D A Y C A O S M E V A A D E S T R U I I I I I R

L O V O se había escondido detrás de sí mismo, pero cuando Atharon se calmó él salió a decirle cosas. Su esencia vibraba del miedo que una alquimia indescifrable había convertido en risa.

P U E S

T E N G O U N A M I G O

B U E N O D O S

Pero algo distraía al dios sin nombre tras la máscara, y eran aquellas criaturas sin nombre que burlaban su entendimiento. L O V O podía burlar su miedo a todos los dioses, pero algo en aquellos entes le inquietaba como si viera en ellos el corazón de su propia locura.

No creo que eso sea necesario Atharon, puede que al principio otorgue una sensación de armonía, pero no sería verdadera ni duradera, puesto que cada uno hace girar la rueda encaminándola hacia sus planes, como ha sucedido con nuestro hermano Eon, eres libre de inmiscuirte en las creaciones de los demás, sin embargo que no te sorprenda si te pagan con la misma moneda. Ziltath no mostraba emoción alguna, más bien parecía absorta en sus pensamientos, sin embargo continuó hablando. Ya has creado un lugar para que la vida sigue el curso que deseas, ninguno ha impuesto su criterio en ese lugar, y ninguno lo ha alterado lo más mínimo, si quieres limitar tu creación a la mera existencia es asunto tuyo, pero los demás poseemos un alma algo más inquieta que nos reclama convertir este lienzo en la obra más bella que Padre pudiera desear.

- Estoy de acuerdo con Ziltath, tú mismo ahora has roto una de tus reglas, el ciclo de Vida y Muerte, pues aunque esos Guardianes fallezcan, volverá a nacer otro igual, con la misma función, y el mismo poder. ¿Qué diferencia hay entonces con la inmortalidad? Es un burdo intento de saltarte una norma que tú mismo quisiste imponer al resto - dijo, observando las creaciones en la representación de Heris - Sigue tus reglas, cada uno seguiremos las propias, y aún así, estoy seguro de que Nith-Rah conseguirá que haya Paz en este mundo.

- Entonces ¿Si un lobo muere y nace otro significa que son inmortales? La criatura muere y renace, y la que nace es otra diferente, no una sola que elude la muerte por siempre. Aun en la muerte hay vida, y en la vida, muerte. Me parece que te queda mucho por comprender, Padre del Conocimiento - Esa fue mi contestación a Eon, pues criticaba unas normas que ciertamente no parecía entender.