Partida Rol por web

Una vez ya con el destino, y suficientemente alejado de los bichos, suspiro aliviado ante la perspectiva de un ameno viaje escuchando de fondo a mis compañeros matar el rato mientras nos dirigimos hacia allí. La verdad es que no me había quedado del todo claro el por qué de la insistencia del teniente, lo que me da una mala espina por la sensación de adentrarnos en lo desconocido, pero las órdenes son órdenes y de ninguna manera se me ocurre desobedecerlas. Y todo iba bien, con un camino decentemente tranquilo, cuando el vehículo empieza a hacer cosas raras y al puñado de metros se detiene, con el jodido contador del carburante totalmente vacío. Ante la situación, me levanto cogiendo mi rifle y pasando a la zona de atrás.

-Sargento, nos hemos quedado sin bebida para la máquina, y todavía nos queda un trecho, señor. -La situación no era alagüeña, ni de coña. Como si quisiese ponerme a dar un paseito no solo con el clima, sino con la fauna silvestre que puede haber por la zona.

 Pues si que... vamos a tener que caminar- dijo Dereck. Era lo evidente. No podían quedarse en medio de aquel lugar. Sin embargo, la sola idea de adentrarse por la zona teniendo en cuenta la cantidad de bichos que había no le agradaba. Pero no podía quejarse, al fin y al cabo, para matar bichos se enroló- esto va a ser interesante, después de todo.

Habia desencasquillado con exito el arma, y entonces me paré frente al grupo de soldados, que meditaban las ultimas palabras de los pilotos de Marauders caidos o que simplemente intentaban animarse mutuamente.

Vi sus rostros y reconoci mi propio rostro despues de mi primer enfrentamiento. En el entrenamiento te preparan para disparar y moverte, pero no te preparan para la apocaliptica visión de un ejercito infinito de aracnidos, ni para la sangre y los gritos de los compañeros muriendo de las formas más cruentas posibles. Abrí el visor de mi casco y saqué un abano de mi bolsa y mi encendedor. Lo prendí para volver a relajarme antes de lo que se nos venia.

Iba a decir algo, pero justo en eso el vehiculo comenzó a detenerse y Sonny me avisó de la falta de combustible, por lo que tuve que cambiar un poco el discurso:

 - "Bueno chicos, acaban de estar en su primer combate. Apuesto a que no ha sido tan facil y glorioso como lo habian imaginado. Ahora ya no son los novatos que descendieron hace horas, ahora son verdaderos soldados de la Federación. Mantenganse vivos y salgan de este frio planeta y podran mirar a la cara a un novato, escuchar sus bravuconadas y entender realmente cuanto se equivocan."

Luego me pusé al lado de Sonny. Recordaba lo que habia dicho por la radio el Teniente mientras terminaba con el arma, asi que le dije a todos:

  - "Lo hicieron muy bien esta vez, quizas gastamos un poco de más, pero la situación era desesperada y entiendo como se sentian. Ahora tendremos que seguir a pie, pues el combustible de esta basura de acabó y queda un buen trecho antes de llegar a nuestro objetivo, que es un viejo fuerte de la Federación abandonado. Ahi nos reuniremos con el resto del 2º Pelotón y reforzaremos la posición. Jake, averigua a cuanta distancia exacta estamos del objetivo y hazme una proyección de cuanto tiempo nos tomará. Todos los demás tengan sus armas listas y todo su equipo preparado para partir."

Me acerco a Hendel y le tiendo unas granadas mientras le digo:

 - "Toma hijo, te las ganaste. Cuidalas y usalas sabiamente."

Espero la respuesta de Jake mientras recargo mi rifle.

Donovan observo como dejaban a tras lo que podía haber sido su tumba. Aquella nube de insectos se perdía en el horizonte de aquel helado planeta, la única razón por la que estaba vivo se encontraba a su alrededor, sus compañeros hicieron un buen trabajo. En ese momento a Donovan le entro una enorme sensación de compañerismo, retiro el arma de la ventanilla y dándose media vuelta se apoyo contra la pared, resoplando de alivio y observando a cada uno de sus compañeros en aquella melancólica escena, donde cada uno se encontraba inmerso en sus propios pensamientos.

El vehículo se detuvo y Donovan recordó la frase que había comentado hacia solo unos minutos - Al final si tendremos que bajar a empujar... Comento de forma burlona, pero preocupado en el fondo.

El consejero táctico lanzó un sonoro suspiro al oír las malas nuevas del motor que se quedaba sin combustible...

Joder, Sonny, maldito roñoso! tendrías que haber hecho lleno en la última gasolinera! Y riéndose de su propia broma añade

Venga, chicos y chicas... nos toca caminar, ¿y qué? Para algo somos la IM, pero sobre todo y básicamente puñetera infantería, y la infantería camina desde los tiempos de Sargón el Grande, quien narices fuera el tipo ese... o eso decía uno delos instructores. Ya sabéis lo que nos decían... cada marcha es un desfile, y tal y tal...

Mientras sigue bromeando se asegura de recoger absolutamente todo su equipo, y salta como un muelle al escuchar las órdenes del sargento

Señor, a la orden mi Sargento, señor! El infante procurará obtener los datos solicitados en el menor tiempo posible...

La chica sonrió suavemente, animada por las palabras de ánimo de su compañero Buendía, mirándole de reojo un segundo. Desde luego, era único para aliviar la tensión a los demás.

- No es una idea tan mala, la verdad. Y luego hacemos un fuego de campamento.- comentó con la sonrisa aún presente.

El buen ánimo (por llamarlo de alguna manera) se mantuvo en Sonia y el resto de los chicos. La situación había sido mala y, desde luego, no era una historia como para contar a unos niños o poder tener sueños tranquilos. No lo iba a admitir abiertamente, pero los gritos de los pilotos de las marauders habían helado la sangre de la chica. No era una ilusa y nunca lo había sido: sabía que la guerra contra los bichos no era divertida ni halagüeña... pero hay cosas para las que no se te puede preparar de ninguna manera.

Pero bueno, ahora iban las cosas más o menos bien, estaban enteros y todo eso... hasta que se demostró que, desde luego, ese no era el día del escuadrón Fox, pues aquél maldito trasto acababa de quedarse parado en mitad de la nada, dejándoles, en el sentido más claro y literal de la expresión, tirados y jodidos.

- Hay que joderse... - soltó la chica, resoplando, abriéndose un momento el visor para limpiarse el sudor por debajo del pañuelo de su frente.

El sargento, sin embargo, no dejó que aquello les hundiera, pues enseguida habló sobre la situación que habían pasado y lo que significaba para ellos a partir de la misma. Sí... ya habían entrado en combate. Los nervios eran normales en una situación así. Y, diablos, se agradecía ese apoyo. Cómo se notaba que Focker ya estaba curtido en esa mierda.

- Señor, sí señor - dijo Ramírez -. Pues nada... - se levantó, comprobando el arma y todo lo demás, bajándose de nuevo el visor - a darnos un paseo, chicos.

Aleksei estaba pensativo, contemplaba el helado paisaje, eso era una maldita pesadilla, nieve y hielo por encima y bichos por debajo... de repente se le ocurrió algo. Sargento señor, si no estoy equivocado los bichos no pueden mantener el calor corporal como nosotros, lei en el colegio hace mucho que aguantan altas temperaturas, pero pierden celeridad y reacción con el frio, quizás sabiendo eso señor, podamos diseñar un plan de ataque, usar el jodido clima del planeta en nuestro favor, a no ser que estos bichos YA se hayan adaptado perfectamente al frio helador de este trozo de galaxia.

Se quedó pensando si efectivamente podrian usar el frio en su favor y como hacerlo.

Despues de escuchar la respuesta de Jake y la iniciativa de Aleksei, le respondo:

 - "En mi experiencia, lo unico que frena a los bichos es una buena rafaga de morita o algo aun más grande. Dudo que un poco de frio los moleste más que a nosotros. Pero tu eres el experto en quimica, hijo. Dame una buena idea y la tendremos en cuenta. ¿En qué estás pensando exactamente?"

Espero la respuesta de nuestro tecnico quimico mientras intento recordar lo qué sé sobre aracnidos y su fisiologia.

Deme un minuto sargento, que recuerde mis clases de quimica de bichos... señor.

Escucho con cierto sentimiento de orgullo al Sargento desde su lado, y no puedo evitar fijarme en la mirada de mis compañeros con unos pensamientos similares a los míos, cuando termina de hablar y llega la hora de ponerse en marcha. Mientras mis compañeros se dedican a preparar la marcha, yo me encargo de asegurar mi arma y comprobar el cargador, así como el resto de mis existencias. No pienso dejar que los bichos me pillen tan seco como el depósito del vehículo, y eso que me sigue dejando mosca el hecho de que se haya acabado a medio viaje. Cuando vuelva a la nave, porque a ver quién me discute eso, voy a hacer que le caiga un buen puro a quien quiera que sea que se dedicase a rellenar estas monadas, porque me lo estaba pasando bomba pilotando. Seguro que es lo que se siente manejando una de esas colosales naves, pero no tenía yo aptitudes ni medios para meterme a eso, no como mi hermano Veradux. Aunque ya lo quería ver a él con un rifle en las manos y agujereando bichos, ya, eso nunca se le había dado especialmente bien ni en situaciones tranquilas en la reserva.

El consejero táctico estuvo manipulando su computadora y, tras unos breves instantes, exhibió una amplia sonrisa

Señor, mi sargento, señor! He calculado que estamos exactamente a 20.61 Km de las coordenadas en que se supone debe estar ese fuerte. A un paso continuo deberíamos llegar allí en no mas de 12 horas, pudiendo reducirlo a 10 si forzamos la marcha, señor!

Y con una mirada cómplice a Sonia, añade No sé si vamos a poder hacer ese fuego de campamento que querías hasta llegar allí, pero una vez lleguemos puedes ir desempacando los malavaviscos y todos podremos rememorar las viejas canciones de los grupos scouts, ¿ok?

Venga, chicos, que solamente se trata de un paseíto... Vale, faltan las palmeras y la playa esperándonos para hacernoslo más agradable, pero al llegar nos encontraremos con una bonita construcción obra de nuestros maravillosos ingenieros! bromea Jake, intentado levantar más los ánimos de sus compañeros... 10 horas como mínimo no eran moco de pavo en aquel ambiente, y con bichos por ahí, pero... qué coño, eran la Infantería Movil, ¿no? Pues que fueran los putos chinches los que estuvieran acojonados de tenerlos sueltos ahí fuera!!!

Evans observaba por la ventanilla del vehículo mientras se alejaban, seguía dándole vueltas.

-¿Que puñetas sería tan grande como para hacer frente a tres marauder?. -"Estábamos equivocados dijo el piloto". Era como si ya supieran que había algo gordo ahí. Ese cabrón de Okaka...-

Los pensamientos se desvanecieron cuando el vehículo se paró y se supo que no había gasolina. Después el sargento habló y los compañeros seguian bromeando aunque en sus adentros estuvieran echos una mierda.
-Si, nos encontraremos con la casa del abuelo de heidi.-Comentó a la broma del consejero táctico.-Ya vale de quejarse y abajo todo el mundo, no os olvideis de la caja de municiones que hay en el vehículo y recoger todas las cosas.

-¿Sargento, misma formación que antes?.-