En su recorrido desde su tierra natal, Orem, el ermitaño Nauj ha podido ver la clara brutalidad para con la gente que se da en mas de un poblado ya bajo la mano dura de Lord Nird. En distintos pueblos, ha podido "impregnarse" sobre historias desagradables como la del valeroso capitán de la guardia del territorio, que acabó sin cabeza, y el anhelo general por emprender viaje a Seiní y vivir sin aguantar tanta brusquedad.
Sus pasos le habían llevado a Alanku, pero tanto gentío y ajetreo no le habían sentado bien, por lo que había emprendido marcha de allí también. Sin embargo tuvo la oportunidad de ver como la multitud de la calle se apartaba, con miedo y respeto, ante un pequeño grupo de soldados mixtos en cuanto a razas, encabezados por dos individuos imponentes:
Dos hombres de aspecto joven aún, deberían rondar la treintena se podría juzgar a ojo.
El primero tenía el cabello castaño y largo, rizado. Estaba suelto, cayendo en cascada por la espalda vestía con elegantes túnicas de color oscuro, ricamente bordadas que recordaban a un usuario de magia. Al cuello llevaba un colgante hecho con una gema verde y resplandeciente. Inconfundible, una esmeralda Idu.
El otro parecía mucho mas...siniestro. Cabello negro y largo, también suelto, ojos rojos como la sangre y las puntas de sus colmillos, mas crecidos de lo normal, podían verse sobresalir un poco de sus labios. Su aspecto era mucho mas estilizado, demasiado perfecto y por esto llamaba doblemente la atención. Llevaba ropa de color oscuro también, acompañada de una armadura de adamantium presumiblemente y en las hombreras de la misma podían verse pinchos. Por su espalda caía una capa roja, ondeante y mirando con atención podía verse una espada envainada en la cintura, con una gema azul que por alguna razón causó una impresión de asco a Nauj, presintiendo algo anti-natura en ella.
Los soldados que iban tras ellos, unos 10 en cada fila, vestían distinto dependiendo tras quien se encontraban. Los seguidores del vampiro portaban armas e iban mucho mas acorazados que los que iban tras su acompañante, que iban vestidos en ropa cómoda y algunos con sombreros y otros accesorios propios de los hechiceros.
Tras alejarse se desataron multitud de murmullos a la par que la ciudad volvía a la normalidad. Gracias a ello pudiste sacar que los dos guías de aquella comitiva eran nada mas ni nada menos que los comandantes del ejército real, en los respectivos artes de la hechicería y el combate físico.
Era ahora mismo, la mañana del día siguiente a este suceso y se encontraba dandose un respiro del viaje a un lado de la gran carretera, conocida por el nombre de El carámbano cristal. En algun punto, esta ruta cruzaba Seiní. Había cruzado desde Alanku a Zanda, pues esta tierra no estaba dominada aún por D'Thire. Poco a poco los paisajes niveos fueron dominando su visión en en camino, haciendo que se acostumbrara a tener nieve por compañera. Aprovechó mientras, a poner sus cosas en orden y meditar, así como decidir hacia donde seguir ahora.
Nauj hizo un alto en el camino, sentándose en una piedra junto al sendero. Sacó un mendrugo de pan de su morral y se puso a mordisquearlo. Reflexionaba sobre los acontecimientos de los últimos días y cómo el instinto por huir de la opresión le había empujado desde Alanku hacia esas tierras que aún se podían llamar libres.
Pensaba, sobre todo, en las dos figuras que había visto capitanear al pequeño grupo que atemorizaba la población. Pensaba en cómo las fuerzas elementales que él sentía en su interior se habían retorcido a su paso, víctimas de una profunda angustia. En cómo la visión de aquella piedra azul había endolorido su alma y en cómo estas mismas fuerzas parecían ahora en calma, desde que había tomado la decisión de buscar amparo en Seiní, la ciudad libre. Parece como si esas fuerzas aprueben el hecho de que me haya encaminado hacia estas tierras no ocupadas.
Sintiendo un poco el frío de las tierras de Zanda, Nauj se ajustó la capa y sopesó si hacía bien en alejarse de los dominios del presunto causante del dolor en los Elementos o si debía volver y enfrentarse (no sabía cómo) a él. La verdad es que se sentía muy débil para poder controlar la situación. Es posible que en la Ciudad Libre encuentre a quienes estén también dispuestos a enfrentarse al tirano. Y que puedan hacerlo.
Y, envuelto en estas meditaciones, siguió mordisqueando su trozo de pan, deseoso de llevarse algo más a la boca.
¿se puede postear ya? :)
Claro, ya se puede. De momento revisa la escena "Piel-verde en la nieve" por la que postearás hasta nuevo aviso.
Me ha desaparecido la escena de piel-verde. Hace 10 minutos la he leído (un goblin se me acerca y me pide comida) y ahora la escena se ha esfumado. ¿será otra distorsión de los Elementos?
Sigo royendo el pan :)
Pues no, no la he tocado absolutamente, ¿seguro que no se ve?
Mira lo que pasa. Me ha vuelto a aparecer en "Novedades de jugador". He clicado y he podido acceder otra vez. Pero si voy a la partida, en ella no tengo la escena con lo cual ya no puedo volver a entrar. A cambio hay una escena que se llama "siguiendo el rastro del cazador" y en la cual no hay mensajes para mí.
¿?
Ya arreglado, un pequeño error tonto de director noob xD adelante y te dejo en lo tuyo ;)