Inome acompañó la bajada, adelantado y avanzando periodicamente para evitar que te tropezaras con él.
¿Y tu has visto lo que pesa un trozo de tela? ¡Nada! Oh, que crueles se han vuelto los humanos, ahora intentando explotar animales pequeños en su beneficio...
Se escuchó aquella risita maliciosa que le caracterizaba, y conforme ibas arrivando a la planta inferior guardó silencio. Sabía tan bien como tu que un animal parlante podía ser bastante llamativo para la gente.
En el salón, las personas empezaban a recobrarse de la impresión. Nadie parecía tener ganas de salir, despues de todo ahora era un lugar medianamente seguro. Al final, de forma indirecta, el exterminar a los incursores había salvado a un buen puñado de personas.
Aquel misterioso chico que había estado peleando de forma envidiable estaba sentado ahora en una de las mesas que aún estaban en pie con el arma enfundada, dejando que dos de los empleados del local le prestaran algo de atención médica improvisada.
Scire se acercó a la ventana con rapidez, y observó el exterior, bastante cerca de donde estaban Andrue y el soldado hablando a escasa distancia del umbral de entrada.
-¿Que no hay caballos en el establo? ¿Ni uno? Menuda complicación...Si me permitís sugerir lo mejor que se puede hacer es salir lo mas pronto posible, los bandidos se estan retirando y el orden empieza a aflorar. En las afueras se podrá pensar en el proximo paso a dar con tranquilidad y de forma mas discreta.
Alcé la mirada hacia Scire, molesto
- ¿Irnos? ¿Pues a que esperamos? - miré de un lado hacia otro, para comprobar lo cierto de sus palabras - Sin caballos más nos vale empezar a caminar cuanto antes. Bajad antes de que anochezca
Comiencé a caminar hacia los establos, comprobando algunos de los daños que había sufrido la aldea. Sería interesante saber cual era la motivación de aquellos bandidos, siendo un número tan generoso
Saliste del local, y viste quizá sin demasiado interés que se aproximaban mas personas a la posada. Probablemente a buscar refugio o por curiosidad, a saber. En concreto eran un chico de cabello rubio y ojos esmeralda con ropas sencillas pero elegantes que venía apoyado en una mujer de cabello casi blanco y piel nivea, aunque no tanto como la de Scire por comparar palidez. La mujer traía una capa de piel de oso blanco bastante bochornosa para el clima, un peto de escamas de admantita y una gran hacha en la espalda.
Caminando algo mas atrás venía alguien mas. Era bonita y bastante joven, a ojo se le podían calcular 17 años mas o menos y traía un vestido simple de una pieza, sin mangas y bien cerrado al cuello en color perla. También unos guantes altos que acababan unos veinte centímetros antes del hombro, sujetos por brazaletes dorados para que no se cayeran.
Un cinturón del mismo color, al parecer bastante flojo y mas decorativo que otra cosa podía apreciarse en la cintura, ladeado mas de un lado que de otro y ciñendo la ropa. En la mano portaba un baston delgado con una esfera cristalina engarzada e el extremo, y detalles dorados a lo largo del mismo. En el cuello traía una fina tela roja, larga y liviana que daba algunas vueltas al cuello y dos extremos caían hacia atrás.
Por tu parte comprobaste los establos, pegados a la posada. Tal como había dicho el soldado estaba en llamas que si alguien no detenía afectarían en poco rato el establecimiento. Solo un caballo muerto que te era desconocido estaba en una de las caballerizas, el resto de los equinos no estaba. Se los habrían robado o solo soltado, no tenías idea pero lo que si era claro es que ya no había transporte veloz para nadie.
"Maldición" pensé con frustración
Observé a aquellos recién llegados, que no podrían disfrutar de las maravillas del hospedaje de la posada. Pronto estaría consumida por las llamas, y nadie ya podría hacer nada. Demasiada ornamentación que contrastaba con las armas que portaban, como era el caso de la mujer de la capa de oso blanco
"Veremos ahora sus intenciones"
Casi sin dejar de observarlos, entré en la posada para compartir impresiones con Shadar. Debían salir de allí antes de que todo estuviera incendiado
Al pasar al lado del desconocido que había luchado a su lado llamó a uno de los empleados que le estaban atendiendo. -Pon la mano en mi bolsillo izquierdo y saca el pote de ungüento que está empezado. Ponselo en las heridas.- dicho ésto, siguió caminando hacia la puerta.
-Nos vamos.-
Conforme Shadar avanzaba cargando a Azur (luego de que el empleado le hiciera caso al pie de la letra) casi se chocó con el comandante Andrue, que volvía de su breve ronda. Scire esperó a que ambos se pusieran de acuerdo, mientras aprovechó el tiempo para volver al hueco de la escalera y tomar a al elemental. Contando que era un cuerpo pequeño y liviano parecía poder cargarle sin problemas y Krate taponando su propia herida también aguardó en actitud espectante.
Proxima escena abierta.