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Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Prólogo: El Descanso del Guerrero

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31/07/2018, 14:05
[Muerta] Syndra
Sólo para el director

Ante la reacción de la camarera, la hechicera no pudo evitar sonreír complacida, disfrutando de la vergüenza que ésta sintió al ser tratada de esa forma frente a todos. A la elfa le daba igual lo que pudieran pensar el resto, ya que para ella no eran de importancia, si bien también debía admitir que disfrutaba de esa clase de reacción por parte de la bella joven. A pesar de esa forma de reaccionar, la sombría no se molestó con Terah, sino que simplemente lo disfrutó aún más, en el momento en el que dejaba que ésta se liberara de ella, mientras esperaba su respuesta. La rubia le pertenecía, así lo había declarado la noche anterior, y no tenía problemas en demostrarlo como ella quería.

- Si, delante de todos... Eres mía, Terah. Nunca lo dudes. Jamás le negaría mi cariño a mi preciosa camarera. - Le aclaró en aquel tono sensual mientras su mano derecha acariciaba su cadera de manera disimulada, para no molestar demasiado a la rubia que parecía no querer que su padre o su hermana la vieran en esa situación. Durante todo ese tiempo, no dejó de mirarla a los ojos con cierto brillo en los mismos, que dejaban en claro cuánto estaba disfrutando de esa actitud vergonzosa por parte de la chica. Sin embargo, las siguientes palabras que ésta dijo, causaron, sin duda, una cierta sorpresa en la elfa, aunque podía comprenderla, en cierta forma, por qué la humana se negaba a acompañarla. Después de todo, el norte era bastante peligroso para alguien como ella, y no tendría nada para ella allí, a menos que la hechicera obtuviera lo que deseaba.

- Oh... es una verdadera pena oír eso de ti, mi querida Terah, aunque lo comprendo... Es una promesa. Si obtengo lo que deseo en el norte, volveré a por ti. Aunque... - Se interrumpió al final, con una sonrisa pícara en su rostro, antes de que su derecha se aferrara al hermoso traserito de la camarera, acercándola hacia ella de manera traviesa, al punto de que sus cuerpos estuvieron lo suficiente pegados entre sí. - Si te relacionas con algún hombre... o alguien más, te arrancaré de sus brazos para llevarte conmigo... Recuerda, eres mía, tú lo dijiste. - Le susurró al oído de manera sensual aunque declarando que la quería para ella, que no dejaría que se le escapara de las manos cuando se había encariñado con la rubia, al punto de declarar su posesión sobre la misma. En ese mismo instante, no se demoró en unir sus labios con los de la camarera, sin importarle si alguien pudiera verlas. Un beso intenso de despedida, mientras manoseaba sus glúteos con absoluto deseo, antes de apartarse con rapidez sin decir una palabra más. Había dicho todo lo que tenía para decir. En cuánto obtuviera el poder que deseaba, y adquiriera una importante posición en el norte, no dudaría en buscar la mujer que le pertenecía.

Tras esto, comenzó a caminar hacia la salida con la intención de abandonar la posada. Era hora de partir hacia el norte y alcanzar lo que deseaba.

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02/08/2018, 12:53
Erin

Tras terminar el desayuno, y pagar al posadero, se despidió de Erizo, dándose prisa para volver al piso de arriba. Tenía que preparar sus escasas pertenencias para ponerse de nuevo en ruta.

¿Estaba haciendo lo correcto al involucrarse en aquella caravana?

Los enanos ni le iban ni le venían; aunque, tras sus sospechas de la noche pasada, temía que algo terrible les ocurriera. A ese temor incierto, se unían los recuerdos certeros de un horror que sí había sucedido. El fuego, los gritos de angustia, la sangre, toda esa sangre...  "Colgadle".

Erin apretó los ojos con fuerza, forzándose a contener las lágrimas. No quería dejar que algo así le sucediera a nadie más, aunque sabía que era inevitable: si no era en un sitio, sería en otro. Aquella era la forma de ser de la gente, y Erin no podía cambiarlo.

La misma noche anterior casi termina en un baño de sangre por culpa de un imbécil que bebió más de la cuenta.

A Erin ya no se le iba de la cabeza la guerrera pelirroja, Atheld. ¿Era eso en lo que se iba a convertir Erin? ¿En una mercenaria?  En parte, sentía admiración por ella: le parecía una mujer fuerte, y valiente; hasta le parecía atractiva. Alguien como ella no tendría tanto miedo como el que tenía Erin. Quizá, incluso fuera capaz de vengar la carga terrible que arrastraba. Erin podía verla como un modelo a imitar.

Por otra parte...  Tampoco se le olvidaba la bochornosa escena que había tenido lugar hacía menos de una hora, con aquella guerrera tan orgullosa humillándose sólo porque se lo ordenaban. ¿Por qué tenía que hacer eso? ¿Tenía miedo a su jefe? ¿Era disciplina? ¿Tendría Erin que someterse así ante alguien?  

Y, si formaban un grupo como el de los Gorriones, ¿quién sería ese jefe? ¿Sería Erizo? ¿O aquel enano bocazas, Belandir?  No se imaginaba a Erizo obligando a nadie a humillarse así...  Al enano sí, en cambio. La idea de tener al mando a alguien como él le produjo rechazo. ¿Quién se creía que era?  A todo esto, ¿quién sería el jefe del grupo? ¿Erizo?  Belandir no, por favor... ¿Syndra, quizá?  No creía que pudiera ser un buen líder, pero tampoco se imaginaba a la elfa obedeciendo a nadie.

Mientras pensaba todo aquello, Erin preparó el petate con todas sus cosas. Se quedó contemplando las puntas de flecha que le había regalado la chica muqtarí. Hasta el momento, las únicas personas que le habían regalado algo habían sido sus padres y su hermano. Sonriendo, las guardó con cuidado.

Con ella, Gwyl, se entendería bien. Parecía buena chica. Con tenerles a ella y a Erizo a su lado en el viaje ya se encontraba satisfecha, aunque Belandir le estaba cayendo fatal, y ese tal Wülf tampoco era de su agrado por lo que había contado sobre su familia. Pero el otro enano parecía más tratable. En cuanto a Syndra... seguía sintiendo lo mismo que la víspera: se sentía atraída por lo que sabía de la elfa, pero al mismo tiempo sabía lo peligrosa que podría llegar a ser, especialmente para ella.

Así estaba Erin, sopesando los pros y los contras de unirse al grupo que parecía que se estaba formando, cuando llegó al pie de la escalera, se acomodó el petate en el hombro, y se dirigió de inmediato a Erizo, esbozando una tímida sonrisa.

 - ¿Partimos? - se limitó a decir.

 

Al fin y al cabo, tampoco tenía muchas más opciones. Y ninguna parecía mejor que viajar en grupo, aunque corrieran el peligro de ser asaltados.

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02/08/2018, 23:44
Nimrod de Talestria

Nimrod se recostó sobre su silla, hinchando el pecho amte la oportunidad de demostrar sus conocimientos a alguien que de verdad los entendería, algo bastante raro fuera de las principales ciudades, únicos lugares donde podía encontrarse grandes centros del saber - Veréis, como estoy seguro que sabréis, apenas hay registros de información sobre las antiguas civilizaciones. Ni siquiera nombres. Pero de algún modo había que llamarlos, así que en el Liber Antecessor se le dió el nombre de Imperio Onírico, y el uso se extendió, pese a no ser el correcto. La gracia está en que se eligió ese nombre porque el antiguo imperio "se desvaneció como un sueño" - dijo, cargando sus últimas palabras de una mezcla de ironía y frustración, mostrando lo que pensaba un erudito como él de cuanto podía pervertirse la verdadera cultura a causa del saber popular - Después de tantos siglos, ya es inútil tratar de cambiar su denominación. Pero si algún día pasáis por el Colegio Imperial de Rememoradores en Caermelor, no lo llaméis así delante de sus historiadores, o os marcharéis de allí bajo una lluvia de libros y frascos de tinta - bromeó mientras reía un poco - Es una exageración, por supuesto. Pero realmente se lo toman a mal.

En ese momento llegó Therm, dando el aviso de última llamada para los que pensaban acompañar a los enanos. Ambos humanos se quedaron mirando a Thánur mientras este trabajaba sobre la mesa, con curiosidad pero respeto por dejarlo acabar. La prisa era el peor enemigo de un artesano enano, y el arquitecto solo pudo realizar su obra correctamente en una de las monedas, que le entegó al joven - G-gracias - murmuró Philip observando la pieza de plata y guardándosela en la camisa.

Al escuchar las palabras de Thánur y darse cuenta de qué acababa de hacer el enano, Nimrod alzó una ceja - Sois una caja de sorpresas, maese Thánur. Sin duda me habría agradado compartir este primer tramo de viaje con vos, puesto que será el más tranquilo. Pero vuestros compañeros os llaman - se inclinó sobre el mapa que el enano extendió sobre la mesa, le echó una ojeada, y volvió a recostarse en la silla - Es imposible saber qué deparará el futuro. ¿Quién sabe cuanto tiempo estaremos vagando por una tierra en continuo cambio en esta época del año? Temo que acordar un lugar y un tiempo servirá de bien poco ahora mismo. Pero no temáis. Si de verdad buscáis aquello que pueda quedar del Imperio, nos acabaremos volviendo a encontrar. Estoy seguro de ello - dijo, a modo de despedida.

Notas de juego

Te condono la pifia por esta vez xD

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03/08/2018, 00:28
Narrador

Al abrir la puerta, una fría brisa mañanera recibió a los aventureros. Los árboles de alrededor, pinos en su mayoría, se mecían suavemente al viento, provocando un débil murmullo causado por sus hojas al rozarse. El sol brillaba en lo alto, pero tan al norte, el calor que proporcionaba era poco más que simbólico. Al menos el cielo se mostraba despejado, con pocas nubes dispersas que distaban mucho de poder formarse en una de aquellas tormentas que de vez en cuando sacudían la región.

Cerca del establo, Thorskar y su hijo ocupaban el pescante de su carromato, ya listo para el viaje. Cuatro robustos caballos estaban enganchados al mismo. Un carro así no solía requerir más de dos, por lo que no era difícil deducir que lo que fuera que llevara debía de ser bastante pesado. La pesada lona seguía cubriendo lo que el vehículo transportaba. Los seis guardias estaban dispuestos a su alrededor, armados hasta los dientes y embutidos en sus pesadas armaduras de placas.

A la luz del día, estas lucían en todo su esplendor, perfectas en cada uno de sus componentes, en una visión imponente cuanto menos. Si había algo que no se podía negar en toda Achaea era que nadie igualaba la maestría de los enanos a la hora de fabricar armamento. Sobre la artesanía, se mantenía la disputa entre si ese título lo ostentaba la enana o la élfica, dependiendo de los gustos de cada cuál.

Padre e hijo saludaron a los aventureros que iban saliendo para unírseles, algo sorprendidos de ver que la oferta de la anterior noche había acabado extendiéndose a todo aquél variopinto grupo. Cuando todos estuvieron finalmente listos, Thorskar agitó las riendas mientras lanzaba un grito, y los caballos se pusieron en marcha. El carro se movía despacio, puesto que los caminos empedrados no llegaban tan al norte, de modo que tanto los guardias como los aventureros no tenían problema en mantenerse a su altura. Cada uno tenía su motivo para querer adentrarse en el Norte, y podía afirmarse con seguridad que cada uno de ellos era completamente dispar del de los otros. El mero azar los había juntado en la posada, y quizás dentro de poco se separarían para seguir cada uno su propio rumbo. Pero por el momento, juntos, se encaminaron hacia el Paso de Ursuul, directos hacia los Pequeños Reinos.

Poco sabían ellos, que aquél, era un camino sin retorno.

Notas de juego

FIN DEL PRÓLOGO

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03/08/2018, 00:52
Director

PREMIOS

Premio “Borde y encantadora” (Syndra): Por mostrarse educada y dulce al mismo tiempo que le mete bulla a todo el mundo en TODOS sus posts, aderezados con una pizca de racismo, misandria, narcisismo y egolatría. Los PNJ la adoran pero no puede decirse lo mismo de sus compañeros…

Premio “Que saco la faca y te meto jartá, illo, questoy mu loca” (Gwyl): Porque nada escala tan rápido una pelea de taberna como enseñarle el acero al primer borracho que se atreve a toserte y luego pedirle que te pague la priva como si nada. Menos mal que al final han prevalecido las cabezas frías, que eso de llenarlo todo de sangre ya en la primera escena no suele augurar un futuro prometedor.

Premio “Misión Imposible: Undertable” (Erin):Por sacar el primer éxito crítico de la partida, que le permitió cruzar por debajo de una mesa a la que había sentada diez personas y salir por el otro lado sin que nadie se diera cuenta de que algo le pasaba entre las piernas. Come un poco, chica, que si te pones de perfil no se te ve.

Premio “No es lo que parece, lo juro” (Ussia): Por sacar la primera pifia de la partida al tratar de escuchar conversaciones ajenas, no solo quedándose sin saber una información importante de la que hablaban los enanos, sino además siendo pillada por estos y quedar al descubierto para todos que sabe hablar su lengua. Seguro que Glorio sacaría una anécdota de esto relacionada con cajas.

Premio “¿Excesivo? ¿Qué es eso, se come?” (Erizo): Por tratar de organizar toda una operación militar, con despliegues estratégicos y posiciones defensivas, buscando involucrar a todo el pasara por delante, todo por un posible enfrentamiento contra seis mataos. Más vale prevenir a cañonazos que curar, supongo.

Premio “Borde y encantador aún más borde” (Belandir): Por dedicarse a ponerse ciego de hierbas mientras pasa de todos o les contesta con una mala leche casi tangible. Tan borde, que al escuchar la respuesta a una pregunta que él mismo hizo, lo primero que pensó fue que a cuento de qué le estaban contando aquello. A alguien le hacen falta unos All-Bran...

Premio especial “No pasa nada por tocar el botón rojo, ¿No?”: No voy a decir de quién es este premio para que os quedéis con la intriga, pero uno de vosotros CASI se carga una de las posibles tramas de la partida ya en el prólogo. Si es que no se os puede quitar el ojo de encima o la liáis parda…