Partida Rol por web

CARGO-8:

- El Cargo-8 proviene de una ancestral Plantilla de Construcción Estándar pre-Imperial. Es el vehículo de carga y transporte terrestre más común en el Imperio. Así llamado porque tiene ocho ruedas. No es especialmente rápido y debido a su uso mayormente civil no está blindado. Es una máquina de confianza en el sentido de que puede durar mucho con un mantenimiento adecuado o incluso seguir funcionando pese a todo con un mantenimiento inadecuado.

- En la parte delantera a la izquierda está el asiento del conductor, que maneja unos controles muy sencillos y resistentes. A su lado puede sentarse un copiloto.

- En este ejemplar en concreto, la parte de atrás es un compartimiento de carga con bancos metálicos a los dos lados del interior del compartimiento. Puede transportar ahí sentados cómodamente a seis pasajeros, o de modo menos confortable a ocho.

- El vehículo funciona con Promethium refinado, y tiene una autonomía aproximada de quinientos kilómetros, aunque esto puede reducirse según el consumo del aire climatizado.

- El interior, tanto de la cabina como del compartimiento de carga está climatizado y ambos pueden cerrarse herméticamente, con unos filtros de aire que filtran aire desde el exterior, eliminando partículas de arena, polvo o humo.

- Indicad quién se sienta junto al conductor (que será el Tecnosacerdote Cantus). Los demás irán en el compartimiento de pasajeros.

Miro al inquisidor.

- Mi señor, tengo habilidades que permitirían, llegado el caso, usar este vehículo. Si os parece adecuado, ocuparé el puesto de copiloto.

El iniciado Marius apareció con su túnica imperial y sin más armadura. Cierto era que llamaba la atención, pero para alguien que tenía su vida dedicada a predicar la palabra del Dios-Emperador sería un sacrilegio aparecer como otra cosa que no fuera un sacerdote de Su credo. O, al menos, esa era la opinión de Marius. Sí se molestó en coger el cañón de mano con munición, después de pedir permiso. No es que fuera el mejor tirador del mundo, de hecho prefería el cuerpo a cuerpo, pero nunca se sabía cuando algo así podía ser útil. 

Me sitúo en uno de los asientos destinados a pasajeros. La armadura Flak me resulta extraña. Si hoy me siento cómoda con ella continuaré usándola. Sino, retornaré a mi capa y ropas habituales.

El Sastre se acomodó como pudo en uno de los asientos de la parte trasera, justo frente a la delgada muchacha de rostro impasible. La xenomalla que portaba bajo la ornamentada túnica de adepto le resultaba incómoda. Se sentía incluso algo ridículo. No podía negar que durante sus estudios en el Collegium Medicae, había fantaseado en más de una ocasión con la idea de acompañar al Gran Ejército del Soberano en sus batallas, como médico de campaña. Ser un héroe, un Viejasangre... Pero ahora que portaba un arma al cinto y una armadura, ahora que las balas silbaban junto a su cabeza y la sangre salpicaba a sus pies, la idea dejaba de tener ese tinte romántico y aventurero.

Por un instante creyó sorprender una leve sonrisa en los labios de la psíquica, pero al mirarla solo halló la misma expresión neutra de siempre. 

Eisengaard asintió a las palabras de Noctine concediéndole el permiso tácito para que ocupara su lugar como copiloto.

Mientras, la servoarmadura se encaminó a la parte trasera del vehículo y se acomodó en una de las esquinas, cerca de los puestos del conductor. Ahora sólo quedaba esperar a que llegaran a Port Gyre.

- El Doble-Sierra intacto camina pesadamente por el Garaje de la base mientras los miembros del Equipo Principal de Investigación terminan de subirse al compartimiento trasero del Cargo-8 al tiempo que la pesada compuerta que conduce al exterior se eleva.

- Solo en la Enfermería, se queda Jaq Flair, conectado a un gotero que le hace flotar en una nube de analgésicos y tranquilizantes.

- En la Cámara Acorazada de la base, el otro Doble-Sierra, dañado por los combates en el Descanso de las Tres Estacas, permanece completamente inmóvil y en silencio en la oscuridad... Una oscuridad tan sólo perturbada por un brillo negro ultraterreno proyectado por una extraña esfera oscura... Junto a la esfera, yace una caja metálicas de varillas de Lho... que en ese momento se estremece ligeramente.

- Conducido por el Tecnosacerdote Cantus, el Cargo-8 sale del Garaje de la base inquisitorial y enfila hacia una carretera secundaria que atraviesa un barrio deprimido y poco poblado. La pesada compuerta del Garaje comienza a bajar lentamente mientras las luces del espacioso lugar comienzan a apagarse. El Doble-Sierra se queda inmóvil, aguardando el regreso de sus amos o la llegada de intrusos. Sus ojos biónicos relucen rojos en la oscuridad...