Partida Rol por web

GRUPO ENOCH:

- Subgrupo del Equipo Principal de Investigación del Séquito del Inquisidor Eisengaard, encabezado por el Arbitrador Lazarus Enoch, del Adeptus Arbites.

- Resulta demasiado fácil perderse en el laberíntico diseño circular de las avenidas más allá de la zona de los almacenes.

- El Grupo de Noctine desaparece en dirección a lo que tal vez sea el Precinto del Arbites en el Vacíopuerto.

- Por su parte, el Grupo Enoch recorre las avenidas principales que desembocan en la zona de plataformas de aterrizaje.

Las Plataformas de Aterrizaje:

Plataformas de aterrizaje de diferentes tamaños dominan la mayor parte de la superficie del Gyre, dispuestas en diferentes elevaciones.

Muchas de las plataformas son propiedad privada de miembros del Consorcio; esas están generalmente en buen estado de mantenimiento. A menudo están adornadas con estatuas y arcos ornamentados, incluso las grúas de carga están decoradas con criaturas míticas, leones y otros símbolos de fuerza.

Otras plataformas son puramente funcionales, cubiertas con décadas de mugre y quemadas por siglos de constante exposición a las llamas de los jets orbitales.

Situadas entre las plataformas, algunas al nivel del suelo y otras suspendidas de puntales reforzados, hay pequeñas oficinas de representantes de las casas del Consorcio, así como varias casas mercantiles y empresas comerciales, así como un número nada desdeñable de tabernas y salas de apuestas en las que los trabajadores del puerto y tripulantes de naves visitantes ocupan su tiempo libre.

Muchos de esos establecimientos tienen salas traseras donde es posible adquirir por una miseria contenedores de carga “excedentaria” o “mal colocada”.

Las plataformas de aterrizaje son típicamente accesibles por medio de amplias escaleras, con escalerillas metálicas proporcionando un acceso secundario, y montacargas de gran volumen que descienden directamente a los túneles que pasan por debajo. Algunas de las manyores plataformas ofrecen entrada directa a magneto-trenes y tubos de tránsito de vacío que conducen a la Colmena Desoleum o a través de los páramos.

- A Liri y a Sastre les llama poderosamente la atención unos colosales túneles oscuros que parecen descender hasta las entrañas del planeta. Deben de ser los famosos "túneles de carga" bajo el Vacíopuerto.

- El Arbitrador Enoch repara en los tugurios mal iluminados, con prostitutas posando ante intermitentes rótulos de neón indescifrables. Esos lugares de vicio, perversión y tratos sucios son a veces fuentes de información.

Al pasar cerca de una de las enormes bocanas de los túneles de carga, el Sastre se detuvo durante un instante.

- Ahí podría esconderse un ejército entero, Enoch -susurró junto al Arbitrador-. Puede que lo que buscamos esté oculto en alguno de sus recovecos.

El rostro plateado de Lazarus no devolvió respuesta alguna, ocultando toda expresión del acólito. El quirurgo no sabía nada sobre acercamientos tácticos ni recabación de información, pero de esas cosas ya se encargaría el arbitrador, que de buen seguro poseería experiencia en ablandar a los informantes más renuentes.

- Quizás en una de esas tabernas podamos encontrar a alguien que pueda ayudarnos. Podríamos preguntar por los miembros de la banda que apoya a Zax Holthane, esos de las caras pintadas. Pero no sé si los parroquianos de estos tugurios responderán positivamente a... a la visión de su máscara de Arbitrador... Señor...

Quizás para huir de la mirada inexpresiva que emanaba de la máscara de Enoch, el Sastre desvió sus ojos hacia la muchacha que completaba su grupo.

- Liri parece más inofensiva -logró decir, antes de recordar como los ojos de la psíquica se habían convertido en un vórtice de caos y locura-. Parece... Tal vez una mercenaria en busca de trabajo sea mejor aceptada en estos lares.

El arbitrador asiente ante las palabras del sastre, probablemente tanto el sastre como Liri puedan entrar en el local y tal vez averiguar algo de información. En las tabernas suele soltarse la lengua de la gente y eso suele ser interesante para quien sabe escuchar.

Esta bien, Liri y tu entrad ahí dentro y tratad de sacar algo de información, a ser posible no seáis muy directos...tratad de usar quizás el nombre o informaros de alguien que pueda sacar o meter mercancías sin muchas preguntas. Yo me quedare por aquí fuera y tratare de averiguar alguna cosa también.

Cualquier problema que tengáis, avisadme por el comunicador o dadme un grito.

El garito era pequeño y estaba mal iluminado, con mesas en esquinas sombrías desde donde siluetas informes atisbaban la entrada de los recién llegados: un hombre de mirada altiva, cano el cabello, acompañado de una muchacha delgada de rostro inexpresivo. La peculiar pareja avanzó hasta la barra hombro con hombro, al unísono, donde pidieron una bebida para él que ni siquiera llegó a probar. Tras unos minutos, las conversaciones volvieron a inundar la taberna con un rumor sordo y monocorde.

El Sastre observaba a los parroquianos en busca de alguno de ellos que pareciera necesitar dinero o una copa más. No tardó en decidirse por un tipo con aspecto de estibador, que se sentaba en un taburete a la esquina de la barra. Por la retahíla de botellas vacías que había junto a los codos apoyados en el mostrador, parecía que disponía de tiempo libre y mucha sed. Con un gesto de la cabeza, el quirurgo señaló al mastuerzo y se acercó hasta su lado, dejando su propia botella frente al desconocido.

- Esta de adelanto... -dijo el medicae con una sonrisa, provocando que el otro se girara a mirarle- y si nos echas una mano, tendrás dinero para pagarte unas cuantas más.

- Liri se dio cuenta de que algo estaba yendo realmente mal cuando vio los pedazos de una botella rota de amasec saltando por doquier como si se movieran lentamente en el aire, al tiempo que la música estridente y la luz estroboscópica del garito le daban un aire irreal al ambiente.

- Fue entonces cuando se dio cuenta de que una monstruosidad de estibador había roto una botella sobre la frente, ahora ensangrentada, del Sastre. Una horrible montaña de músculos con la piel escariada de quemaduras agarra y zarandea al Sastre y le golpea la cabeza repetidas veces contra la barra.

- Llevada por los nervios y sin saber muy bien lo que está haciendo, Liri interviene y arranca el cuerpo algo enclenque en apariencia del Sastre, tan bien vestido con su elegante túnica del Medicae, de las zarpas del estibador portuario fuera de servicio. Rápidamente lo saca de allí mientras algunos parroquianos les arrojan vasos al salir.

La puerta de la taberna se abrió de golpe con un sonoro portazo contra la pared. Del oscuro interior emergieron dos figuras. Liri sostenía a un magullado Sastre con las manos manchadas de sangre, que fluía de una fea herida en la frente, tiñendo la mitad de su rostro de un brillante tono carmesí. Vasos vacíos volaban a su espalda, haciéndose añicos contra el suelo de la calle, mientras un intenso abucheo salía del interior del tugurio. Al cerrarse la puerta, el silencio volvió a afianzarse en el callejón.

- Creo que esto no ha salido cómo esperaba... -dijo el quirurgo con un susurro avergonzado.

Lazarus esta observando todo alrededor de la taberna analiticamente, tratando de encontrar algo o alguien a quien interrogar, sin prisa. Cree que es mas facil que sus compañeros en la taberna averiguen algo. Sin embargo no tarda en ver a sus dos compañeros de grupo salir de la taberna, el Sastre parece haberse metido en algun tipo de pelea.

Que es lo que ha ocurrido ahi dentro?.

El Sastre cruzó ante la mirada de el Arbitrador hasta llegar a la pared opuesta del callejón. Tras buscar entre sus ropas, sacó un pedazo de gasa que remojó en el hilo de agua que caía desde una tubería mal soldada, limpiándose después parte de la sangre que cubría su frente.

- Parece que pregunté al hombre equivocado... -comentó sin darse la vuelta-. Creo que el sondeo de información no es mi fuerte... No... -continuó mirando esta vez a sus dos compañeros-, no pensé que ese estibador iba a tomarse a mal que le hiciera un par de preguntas.

Un informe demasiado escueto...que tal si lo amplias un poco.

Has entrado y directamente has preguntado a una persona y esta te ha golpeado, era solo uno o eran varios...

Enoch sabe que tienen una misión y no conviene que llamen mucho la atención, pero tampoco quiere dejar pasar que hayan golpeado a alguien de su grupo. Menos a una persona que le ha evitado males mayores con sus heridas.

El quirurgo bajó la mirada claramente avergonzado, sin dejar de frotarse la frente con la gasa empapada ya en sangre. Carraspeó incómodo y continuó:

- Bueno, sí, era uno solo... Por su aspecto diría que era un estibador y ya tenía unas cuantas botellas vacías frente a él en la barra. Creí que quizás se mostraría cooperativo. Solo le insinué que podía ayudarnos a encontrar a alguien que comerciara con "mercancías especiales". Lo siguiente que recuerdo es al mastodonte machacándome la cabeza con una botella...

Consigo llegar hasta Enoch sujetando al Sastre y sin arrastrarnos, al menos no demasiado. La situación en el local ha sido caótica. Apenas sí había llegado a la barra, lejos de Sastre y me disponía a pedir mientras analizaba a la concurrencia cuando noté el estallido de violencia. Apresuradamente y, gracias al Emperador, sin mayores interrupciones, logramos salir.

No dejo de mirar a mi alrededor, algo nerviosa aún por lo sucedido. Quizá no sea buena idea pararnos a hablar tan cerca del tabernucho. Pero tampoco debemos ir directos a nuestro refugio: pueden seguirnos si, como me temo, hemos atraído ojos y oídos no gratos. Lo cual también puede ser una ventaja y así se lo refiero en susurros a mis compañeros.

Esperad aquí un momento. Trata de reponerte Sastre, voy a tratar de sonsacar a alguna de las señoritas de compañía que hay por aquí. No me alejare mucho así que estad tranquilos.

Enoch se aleja un poco de sus compañeros hacia una de las prostitutas que se contonea cerca.

Buenas noches señorita...se lo que vendes...pero eso no me interesa, sin embargo tal vez tengas buena vista y oídos y eso me serviría. Necesito algo de información sobre comercio de "mercancías especiales",seguro que tu o alguna amiga tuya se ha beneficiado de que alguien haya obtenido ingresos extra. Que me dices al respecto?.

- El Arbitrador Enoch se aproxima a una de las fulanas del Puerto, la mujer se siente aterrorizada ante la máscara de plata de Lazarus y su armadura de Arbitrador, a duras penas oculta por la lujosa capa de mercenario que ondea a su alredor.

- La mujer, aterrada, suelta con voz gimoteante la única información que posee al respecto: Los peores traficantes siempre tratan con el Prefecto Gaius Anteshern, al que le ofrecen una rara variedad de Obscura como soborno.

- El Arbitrador Enoch es involuntariamente más brusco y agresivo de lo necesario, empujando a la meretriz, que cae gritando al suelo. El sonido atrae a unos cuantos estibadores del interior de dos o tres de los cercanos antros de vicio.

- Uno de los estibadores está obviamente reforzado con brazos biónicos y su fuerza parece haber sido aumentada con pistones hidráulicos. Otros seis llevan machetes herrumbrosos y es probable que oculten entre sus ropas pistolas de bajo calibre.

- Los tipos se paran un momento ante la intimidatoria presencia del Arbites, pero para todo el mundo resulta obvio que si el grupo no se retira de inmediato esta situación acabará desembocando en una sucia pelea callejera.

Vayámonos de aquí.

Enoch no quería empujar a la meretriz, pero esta se ha caído ante el mas leve empujón intimidatorio y las cosas parecen estar poniéndose feas.

Enoch pensaba haber entrado a continuación a ajustar las cuentas con el agresor de su compañero, pero ahora mismo por el bien de la misión y ante el mayor numero de los enemigos lo mejor sera retirarse.

Al menos han sacado un nombre que investigar.

El Sastre observó a la muchedumbre que empezaba a agolparse en el callejón. Sus rostros expresaban ira y deseo a partes iguales; deseo de romperles la crisma a ese trío de desconocidos, solo por el placer de romper la rutina de sus grises vidas. Entre la jauría de mastodontes se encontraba el estibador que minutos atrás le había partido una botella en la cabeza, sonriendo mientras se remangaba la sucia camisa cubierta de manchas de grasa y hollín.

- Secundo la moción -contestó el quirurgo retrocediendo hacia la calle principal, sin perder de vista a la bullente masa de indignados.

- El Grupo Enoch desaparece por los oscuros callejones, dejando atrás tan sólo miradas cargadas de hostilidad y de puro odio.