Mientras habláis, veis que aparece por el fondo, una mujer con aires soberbios y que, por lo que se cuenta, tenía cierto poder fuera de aquí. Un hombre bajito pero fornido se aproxima corriendo hacia la mujer. Esta mujer, si os han informado bien, es otra corredora de Death Race.
Poned como nuevos objetivos a “Selene Waldorf” y “El Pote”.
Sentado en la grada me quedo mirando a la recién llegada. Una sudaca con pasta es sinónimo de narcotraficante aquí y en la luna. No es de extrañar que anden siempre trapicheando con drogas, estos subhumanos son escoria, corrompen y pervierten todo lo que tocan.
Me levanto para quitarme la camisa dejando al descubierto un trabajado y musculado torso en el que destaca una gran esvástica negra sobre el pecho izquierdo, aunque no son los únicos tatuajes, dos alambradas recorren mis bíceps, y un águila destaca sobre mi hombro derecho sobre el lema, "White Power". Una cruz de malta en mi antebrazo y un pittbull en la espalda complentan el conjunto.
Asiento a Alice, aceptando de forma tácita, aunque sin verbalizar nada tras la llegada de la recién llegada y su mascota sudaca.
Creo que esa panchita también ha salido del despacho de Hennesey… -Le digo en un discreto susurro.
Mmmmm ¿Te apetece divertirte un poco? - Le propongo con una gran sonrisa sádica. - Si distraes al panchito y consigues apartarle de su ama, yo le rompo el cuello a la panchita antes de que pestañee dos veces...
Perdona que haya tardado tanto en responderte. He estado desconectado de Umbría toda la semana.
- Juguemos. - responde divertida al sonreír de repente, dando la impresión de haber despertado a la esquizofrénica que lleva en su interior desde que tiene uso de razón. En verdad no le importa para nada el seducir a una cosa gorda que debe tener una mini pollita entre sus piernas, además debe tener más hambre que los guardias de la Cárcel, siendo aquel detalle algo interesante para explotar.
- Yo hago de puta, tú le rompes el cuello. - termina por decir entre susurros mientras baja de las gradas, es hora de jugar un poco y Alice tiene que comenzar a descartar competidores.
No te preocupes! :)
Luego de haber estado mascando chicle y haciendo globos de color rosa, al ver que aparece aquella mujer con su compañerito, Alice decide bajar de las gradas caminando de aquella forma donde el vaivén de sus caderas enaltece ese cuerpo que ostenta, como si fuera una bailarina que eficaz en sus movimientos, reluce en un andar seductor y divertido. Una vez que llega hacia el sector en donde se encuentra la mujer con el gordo, sonríe coqueta mientras se presenta.
- Holis. -saluda y desvía la atención hacia el viejo. - Guapo. ¿Te gustaría tener un poco de diversión? No sé, conversar un ratito, darnos unos mimos... ¿Algo? - pregunta haciendo morritos, desde esa expresión de niña buena que necesita cariño mientras desvía la mirada hacia la mujer que al parecer estaba a cargo de él. - ¿Me lo prestarías un poquito? - vuelve a la carga, mostrándose amable, incluso tierna en actitud.
Cuando por fin deja de cojear se dirigió hacia el patio. Necesitaba hablar con el Pote y sabía a ciencia cierta que a él también le gustaba estar allí.
Al salir por la puerta una luz cegadora de un radiante día la hizo achicar los ojos. Como adoraba esa sensación del calor en su piel, que le quitaba la humedad y el frío que se respira dentro el resto del día. En otro tiempo, en otro lugar, habría aprovechado un día tan espléndido para tomar el sol en su piscina, pero no merecía la pena pensarlo, tenía que ocuparse de otros asuntos.
En cuanto pudo abrir los ojos en condiciones, vio venir corriendo al Pote. Con esas pequeñas piernecillas y ese correr cansino, iba levantando el polvo a su paso.
- Hola mi buen pote - le digo cuando llega a mi lado recuperando el aliento.
- Acércate, tengo que contarte novedades.
Según la vio entrar en el patio, el Pote tuvo el presentimiento de que algo no iba bien. La Doña no solía buscarle con la mirada como lo estaba haciendo en ese momento, sin duda era señal de que algo había pasado.
Una vez a su lado la escuchó con atención, intentando escudriñar que se escondía detrás de aquella apariencia más quebradiza que otras veces.
- Dígame mi Doña. Aquí estoy para lo que se le ofrezca.
Selene se acerca más a él y le toma por el codo, no con la debida delicadeza, pero del mismo modo con el que siempre lo hacía, con urgencia se lo llevó un poco más apartado del núcleo de gente del patio.
- Escucha Pote, no tengo mucho tiempo y ya sabes que aquí las paredes oyen –
Pote inmediatamente miró a su alrededor escudriñando el peligro de mantener allí la conversación.
- He estado en el despacho de Hennessey, la muy cerda está montando unas carreras de coches en la cárcel. El supuesto premio por ganar es la libertad, pero obviamente tendrá trampa. En resumidas cuentas, la muy zorra me obliga a participar. Tenemos que ponernos manos a la obra en cuanto sepamos algo más para preparar el coche o la estrategia. Quiero que mantengas bien abiertos los oídos.
Volvió girar sobre sí misma cambiando su posición y comprobando que la conversación continuaba siendo privada, ahora era cuando más discreta necesitaba ser.
- Escucha con atención. Quiero que en el próximo bis a bis con tu mujer consigas que ella te traiga una cosa - se acercó un poco más y se lo dijo al oído rápidamente, no había que llamar la atención – Vamos a matar al hijo de puta del Ulrich y va a pagar por todos los golpes que me ha dado.
Acababa de terminar de hablar con el Pote de los asuntos importantes cuando vio como se acercaba hacia ellos aquella zumbada pintada de “payasa”. Nunca había hablado con ella ni tenía intención de hacerlo, pero si no se equivocaba, eso iba a cambiar rápidamente.
Cuando saludó y centró su atención en el Pote desconfió. “¿Quién en su sano juicio iba a fijarse en el Pote?”
- ¡Hola preciosa! – dijo con su mejor sonrisa – Lo siento cariño, pero ahora mismo estábamos ocupados y nos disponíamos a hacer un poquito de ejercicio. En otra ocasión quizás.
Le guiñó un ojo amigablemente y forzó ligeramente al Pote a andar a su lado hacia un banco de pesas libre en el medio del patio.
De pronto varios guardias aparecen en la zona y se aproximan a cada uno de los corredores.
- Ha llegado el momento, si pueden acompañarnos… -
Y sin poder hacer o decir nada, os llevan hacia la localización de la primera carrera.
Ya no se puede postear en ningún lado. Las intrigas deberán esperar a la siguiente estancia en prisión… si habéis sobrevivido. En breve abro la carrera