El inspector corresponde con un asentimiento a tu pregunta sobre los juzgados, y luego escucha tu exposición:
-Lo tendré en cuenta y haré algunas averiguaciones. Gracias por la información, y espero que les concedan ese análisis.- responde el agente -Sobre el nombre del mendigo, aún no lo sabemos. No hemos conseguido nada coherente de él, y parece que llegó en algún barco, puede que como polizón; nadie lo conoce aquí, más que como "Tobby-Tobby". Parece que el nombre le viene del modo en que llamaba insistentemente a todo chucho con el que se cruzaba. El tipo no estaba en sus cabales ya antes del presunto asesinato.
El policía cierra su cuaderno y lo devuelve al cajón:
-Bien, ahora, si no puedo ayudarles en nada más, tengo trabajo atrasado, si me disculpan.- se despide señalando con la palma abierta hacia la salida -Imagino que saben salir sin problemas. Que tengan un buen día.- termina.
Buenas tardes, caballero.
Supongo que estabas escribiendo tu mensaje mientras yo puse el mío Hector.
O eso o el hombre me ha ignorado...
Lo cierto es que puede que no sea tu especialidad, pero no tienes mucha idea de lo que esa instancia podría suponer.
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: derecho
Resultado: 92
Pfff, vaya tirada...
Efectivamente, nos hemos cruzado. Estaba cruzando los n-cientos mensajes que me estáis arrancando estos días, simultáneamente. He incluido la información en el mensaje anterior, para que quede cuco.
-Hasta otro día inspector.
digo con tono amable para luego salir de la oficina. Una vez fuera me dirija a Kurt.
-Bueno, todo ha ido como esperábamos, no hay manera de avanzar. Podemos darnos con un canto en los dientes por la historia del Toby-Toby. Sin duda es uno de los siguientes lugares a visitar, el manicomio, así como el juzgado de Arkham. Creo que hemos terminado aquí, a no ser, kurt, que quiera visitar esa campa donde se realizó el rito pagano, donde quemaron a Dexter. Aunque, dudo que hayan dejado allí pista alguna para nosotros.
-¿Le parece que volvamos a Arkham, a ver si nos da tiempo de pasar por el manicomio?
Digo mientras saco mi cuaderno y hago unas anotaciones en sucio, con idea de pasarlo luego a limpio en el viaje en tren.
Ey. Hay una pregunta muy sencilla que se me ha quedado atrás. Supongo que el libro lo encontraron al lado del cadáver y del mendigo en el campo, ¿no?
Es domingo. Los juzgados estarán cerrados y prefiero ir a un lugar como el manicomio por la mañana...
Agarro a Madame Davourier gentilmente del brazo.
Vayamos a ver esa campa.
-Bueno, vayamos a ver el lugar. Quizás saquemos algo en claro.
Pateada que te crió. Ya no estoy para estos trotos.
Conforme vais ascendiendo ladera arriba, advertís que lo que Weinn decía sobre la inclinación y el viento no era mentira en absoluto. Cuando llegáis al final de la ascensión, la típica campa de acantilado se extiende ante vosotros, con largas cintas verdes tomando el sol, agitadas por la brisa de la tarde. Un par de parejas aisladas parecen disfrutar igualmente de algo de tranquilidad e intimidad, lejos del pueblo. Desde el acantilado se distinguen perfectamente ambos lados de Kingsport, en una bonita panorámica, con un mar de aspecto fuerte y ominoso de fondo.
No os cuesta encontrar, sin embargo, una zona quemada en la zona más apartada de la campa. Parece que el calor afectó al suelo, que aparece seco y agrietado, incluso meses después. Un escalofrío os recorre involuntariamente la espalda, al observar la escena. Hay algo familiar en todo ello, como si estuviese en la punta de vuestra lengua, pero no sabéis qué podría ser.
La sensación tarda poco en irse, sin revelaros más de lo que os revelará esta campa desolada.
Podéis presuponer que el libro lo encontraron en la zona, sí.
-Vámonos -digo secamente, como si todo aquello me fuera totalmente repulsivo.
Espero que podamos coger un tren pronto.
No os he escrito nada, porque actualmente vais bastante por delante del resto en horario. Estoy esperando respuestas.
No preocuparse ;-)
Tú avisas. ;)
Regresáis a la estación dando un tranquilo y largo paseo de media tarde. El sol brilla con menos fuerza tras las nubes y sopla suavemente sobre la costa, reduciendo ligeramente el bochorno veraniego. La estación parece aún bastante desangelada. Os da la sensación de que volveréis a Arkham solos esta vez.
Tras una breve espera, se escucha en lontananza el traqueteante sonido del tren, que se dispone a detenerse en Kingsport. Cuando las puertas se abren salen de él unas 20 personas, principalmente padres e hijos, y algunos mayores en edad de jubilación. Si tuvierais que apostar, diríais por su apariencia que son nativos de Kingsport. Aunque, siendo un pueblo de veraneo, esto no es mucho aventurar.
Si no tenéis nada más que decir, "viajeros al treeen!".
EL tre parará un ratillo aquí, mientras reposta agua y da la hora de salida.
Abatida, y con gesto cansado, entro en el tren y me acomodo en un asiento con ventana. Me quedo mirando a lontananza con cara de circunstancias:
-Agotador, y descorazonador. Así es nuestro viaje.
PIUUU PIUUU!!!!
Por cierto que es domingo: posiblemente el juzgado estará cerrado. Debo suponer que probaréis suerte con el manicomio al "aterrizar"?
Ahá.
Manicomio, sí...
El tren no tarda mucho en partir, sumergiéndoos en lo que resulta un viaje silencioso y melancólico, hacia las entrañas del ocaso. Cuando llegáis a Arkham el atardecer continúa su inexorable avance hacia la oscuridad, mientras encamináis vuestros pasos hacia el Sanatorio Mental de Arkham.
Ya casi a las afueras de la ciudad se alza el deslucido y amenazante edificio de aspecto desolador, indicado como "Sanatorio Mental de Arkham". Desde la distancia comienzan a oirse gritos y quejidos de dudosa procedencia e intranquilizante significado, apenas acallados por los altos muros de adobe que circundan el lugar. Un simple nucleo hospitalario de cemento encalado separa dos alas de habitaciones enrrejadas desde las que de vez en cuando asoman manos, pies, muecas y llantos, entre sombras amenazantes. Una berja de un negro macizo corta el paso a los intrusos... y a los residentes.
Poco antes de llegar a la zona, un automóvil negro cruza la bocacalle de la avenida principal del sanatorio. Salta a la vista que es un vehículo policial, por si trasera de almacenaje sólida y cerrada, su pintura negra y su insignia pintada. Enfila hacia el edificio del manicomio, entrando por sus puertas bastante antes de que vosotros podáis llegar a la altura de la entrada. La reja de metal se cierra tras ellos, cuando aún os queda bastante distancia para llegar.
Cuando salís a dicha avenida, casi os topáis de morros con Pietro y Anna, que avanzaban en la dirección del coche, a paso normal.
A la escena 1B.