Partida Rol por web

Rapirando entrecortadamente, controlando los nervios por el asesinato cometido (no es dificil al recordar el espectáculo visto en el dormitorio de los chicos) Está bien digo mientras elevo la cabeza un poco, como intentando recordar yo salía del edificio Locksley y, cuando iba hacia aquí, oí los gritos de Peter, o eso creo. Un poco asustada, subí hasta aquí para ver cómo se encontraba Leonora o si había visto u oído algo, pero cuando entré estaba todavía dormida, sin duda por la fiebre.

Pero ¡dígame qué ha pasado! pongo una mano sobre el antebrazo del detective a la vez que me acerco unos milímetros hacia él.

-Aun lo estamos investigando, srta. Aun lo investigamos. Le agradeceria que permanezcan aquí durante las próximas horas, mientras esclarecemos los hechos. Dado el estado de su compañera imagino que sería difícil juntarlas con el resto en el comedor, y los médicos del Locksley están algo... ocupados. Les enviaremos uno en cuanto todo se aclare.- se despidió el detective.

La despedida fue francamente oportuna, a decir por la cara de dolor de Jane cuando se volvió hacia el interior del cuarto, cerrando la puerta apresuradamente.

Cuando el detective se va y cierras la puerta apresuradamente, las profundas nauseas que habías estado sintiendo, se convierten en una consante cascada de dolor que azota tu cuerpo. Primero un ligero picor se extiende por tu pierna izquierda, y notas diminutas patitas de ciempies sobre tu piel, antes de transormarse en cuchillos atravesando tu muslo, a punto de hacerte gritar. Al comprobar lo que ocurre, notas largas y anchas cerdas negras y cubiertas de algo parecido a lodo, en dicha zona. No acaban en tus poros, sino que parecen terminar en una capa de tu piel mas profunda en tu cuerpo.

No contento con ello, el dolor se extiende y sigue bajando hasta que los dedos de tu pie izquierdo parecen a punto de reventar. De pronto, entre dos de los espacios de separación entre cada dos dedos, dos pequeñas puntas oseas asoman desgarrando la piel.

SIn embargo, a pesar del horrible suplicio, consigues apretar los dientes y reprimir un agudo grito de agonía.

Cuando el detective sale por la puerta, me arrastro hasta la cama, donde me siento

Aaaarrrggg, por todos los santos, qué me está pasando. Otra vez no digo entre dientes mientras me quito el zapatobn y miro mi pie, con la nueva mutación.

Mira Leonora, me está ocurriendo lo de la otra vez, pero esta vez en el pie. No sé si podré disimular esto, pero me parece que sea lo que sea lo que nos está ocurriendo, va a llegar por fin al final.

Pese a la nueva mutación parece que, tras todo lo vivido hasta este momento, no me altera demasiado. Las otras mutaciones, y esas horribles muertes has destruido sensibilidad que podía tener, dando paso a un mundo de dolor, muerte y horribles visiones.

Bienvenida al club, amiga -acierto a decir con poco entusiasmo-. Y dado lo que le ha sucedido a Pietro, creo que esta vez no hay escapatoria. Solo nos queda el descanso de la muerte. O al menos eso espero.