Los datos se sucedían con rapidez; Una carta de crédito, un posible de viaje de novios a Estambul, la desaparición de los preocupantes tatuajes que tanto la habían preocupado…
Parecía que ahora era una mujer casada. Dejó que su mano se deslizara por la delicada superficie de madera, la calidez y textura de la misma la devolvieron a la realidad .
¿ Puede ser que todo esto haya sido un sueño? ¿Puede ser que mi imaginación fruto de los nervios de la boda me haya llevado a tener estas pesadillas tan reales?.-Con una idea en mente abrió su equipaje y rebusco en el, eligió con cuidado las ropas que iba a llevar, quería que resaltaran su belleza, pero no unas que la hicieran parecer una de esas mujerzuelas venidas a más. La elección del vestuario no fue una tarea tan rápida como en un principio se había imaginado, pero finalmente pudo elegir un modelito que la convenció lo suficiente, asi que luego procedió a la elección del perfume que la acompañaría. Virgina emprendió el ritual, como ella lo llamaba y solo cuando ella estuvo perfectamente satisfecha con el resultado salió al pasillo, se fijó en el número de la puerta del compartimento, para aasi luego poder encontrar el camino de vuelta, ya iba a cerrar la puerta cuando se dio cuenta que no levaba la llave, asi que volvió a entrar, la cogió y ahora si que salió al pasillo cerrando la puerta tras de si
Viniendo desde la puerta más alejada de este pasillo de tren, al fondo a la izquierda, sobre la que se lee "vagón-restaurante", observaríamos antes de nada una pequeña y simple puerta de bisagra hacia afuera, en la que reza: "revisor". Tras esta hallaríamos otra pequeña puerta de bisagra hacia afuera con el anagrama "WC", y una hilera de tres puertas insertables en la pared, con los números 26, 25 y 24, en ese orden desde el inicio del pasillo.
Tras esto hallaríamos una puerta de separación abatible en ambas direcciones, y otras tres puertas insertables, esta vez ricamente decoradas, en las que se leerían los números 23, 22 y 21, en ese orden. Es dicha puerta 21 por la que has accedido al pasillo, a la derecha de la cuál hallas una puerta de bisagra hacia afuera en la que puedes leer "jefe de tren", y una puerta con cierre de seguridad y escalerilla desplegable que da el acceso al exterior, con el tren parado. Junto a esta, un tirador de emergencia descansa para dar la alarma en caso necesario.
Al salir al pasillo, la puerta metálica está abierta y de ella sale un hombre que parece personal del tren: tanto el traje gris oscuro como el rostro (diríase que del mismo color) austero de este señor destacan tanto su profesionalidad, como sus pocas ganas de conversación. No esta desprovisto de una fria belleza madura, que tampoco acaba de ser del todo tranqilizadora. En una chapa en su chaqueta hay grabado: "Mr. Picson; revisor".
El hombre saluda a la mujer con una firme pero reverente inclinación de cabeza al verla salir casi a su lado, mientras la puerta metálica se cierra tras de sí.
Se acercó al revisor, un tipo que sus instintos le indicaban que no era demasiado sociable, pero para lo que ella quería, iba a ser el hombre perfecto.
-Disculpe.- Le dijo en tono amable.- estoy buscando a mi marido el Señor toshack, no se si lo habrá visto.
Se sentía confundida, pero confiaba en su inteligencia, ya no en su memoria para sacarla de este lio en el que se hallaba metida.
Es una persona delgada, asi de alto.- dijo señalando con ayuda de su mano la altura de él .-De complexión atlética y tiene el rostro marcado por algunas cicatrices.- esperaba no haber metido la pata
-La última vez que vi al Sr. Toshack fue en el salón del vagón-restaurante, Sra. Pero de eso hace al menos una hora.- respondió con educación pero con sequedad el revisor -[/B] Ahora, si me disculpa...[/B]- añadió antes de hacer ademán de dirigirse a la cabina marcada con su cargo en la puerta.
Disculpe, me podría indicar el camino al vagón restaurante? – La voz de la mujer era amable
El hombre señala el fondo del pasillo, donde la puerta batiente indica claramente dicho destino, antes de proseguir accediendo a sus dependencias. Obviamente el caballero no es de muchas palabras.
¿Mr, eres consciente de que tienes tartamudeo como problema psicológico? Recuerda la escena de "pateando al despellejado" (3A-34)
El shock de la situación no hace sino empeorar cuando la puerta del departamento 22 se abre y aparece el ser John Price, recientemente decesado por despellejamiento y pateo callejero... por la propia Virginia... vestido en un sencillo trajecito con cierto corte conservador para la época, y con evidente cara de sorpresa.
Recuerda el tartamudeo...
Las piernas le fallaron, incluso su respiración se detuvo por un instante. Contemplo a Jhon y su mandíbula se desencajó. Retrocedió unos pasos tambaleándose con los ojos abiertos como platos.
N..no..pu..pu..puede ser.- Escupió al tiempo que retrocedía un par de pasos más y interponía sus manos extendidas delante de su cuerpo para mantenerle alejado A…a…al…jat..e de m..mm..mi
-¡Por Dios, Ilona... Virginia, o como sea que te llames ahora, joder! ¡No es distinto de la otra vez! Sí, me viste muerto, me viste despellejado. Y yo te he visto con dos cuerpos distintos, así que no te pongas dramática. Vamos a ser prácticos, maldita sea. Otra vez este maldito tren. A ver quien ha muerto ahora. Joder.
Es evidente que el resucitado coronel está de malhumor. Aliviado, posiblemente por estar vivo, después de todo, si es el mismo caso que el de Virginia... Pero evidentemente molesto por la incomprensible situación que están soportando...
-Vamos, céntrate, preciosa, y dime tooooodo cuanto recuerdes ahora mismo de lo que soñaste en el tren, y de lo que has encontrado en tu departamento. Y si has hablado con alguien más... yo acabo de... despertar. Y de salir.
A la escena 4A a contestar.