Entro en la habitación y me coloco sobre la cama, con la espalda apoyada en la pared y mirando hacia la puerta y la ventana en posición casi catatónica. Lo importante es que nada me sorprenda.Por supuesto antes atranco la puerta con pestillo si tiene, y con una silla o una mesa o lo que sea que encuentre, para que nadie entre sin mi permiso.
Luego solo queda esperar y tratar de no ser presa de la histeria.Lo cierto es que estou bastante entera, pero la pérdida de Pietro ha sido demasiado para mí.
No pasa demasiado tiempo antes de que una voz de varón grite desde el colegio mayor masculino oeste, a pleno pulmón, difuminándose en la noche, tanto en ruido como en figura... tal vez demasiado lejos como para escucharlo con claridad. Al mirar por entre los cristales, a Leonora no le cuesta reconocer por las maneras a Peter Taylor, corriendo fuera de sí por el campus.
La puerta de Leonora tardó apenas 15 minutos en volver a sonar, tras haberse encerrado en su cuarto. La llamada era la característica de su selecto grupo de desmemoriados.
A la escena 3A.