Partida Rol por web

La aldea, reducida a cenizas, no parece para nada habitable. Menos contando el hecho de que hay mujeres empaladas en algunos sitios, caballeros despedazados en otros, y restos de una batalla además de llamas consumiendo algunas brasas, que es todo lo que ha quedado de las casas que antes poblaban la fertil pradera. Era un lugar sencillo, con gente sencilla, que fue atacado por culpa de la maldición que parece azotar a las mujeres de este lugar.

Ambos han podido sacar algunas provisiones y alguna que otra arma de entre los restos de la batalla:

-Una cota de escamas

-Un escudo pesado de acero

-Una espada larga

-Un par de dagas

-Un carcaj de flechas

-Una ballesta

-4 raciones de viaje

-1 pellejo de vino

-5 monedas de plata

-Una maza ligera

 

Serán las 9 de la mañana, es pronto y ajenos a la masacre algunos pajarillos cantan, mientras que los cuervos comienzan a acercarse a los cadaveres que no han sido reanimados en ningun momento. 

El no muerto miró a su alrededor desapasionadamente con sus cuencas vacías. La batalla había sido cruenta, y no había conseguido salvar a nadie más que a Morticia, la pequeña que según creía era la que le había traído de vuelta. Pero ahora que había escapado de las garras de la muerte, no sabía que más hacer, no tenía donde ir, ningún objetivo ni interés, lo único que le quedaba era esa muchacha, a la que pensaba proteger hasta con su último hueso.

Observó con cierto desinterés los objetos que habían sido capaces de reunir, a el no le servía ninguna. Ya tenía su arco y su equipamiento, que presumiblemente había usado en vida. Además de que no necesitaba comer, y dudaba que con su aspecto pudiera acudir a algún negocio a comprar algo con esas monedas. Pero a Morticia si que le servirían, así que esperó a ver que decidía hacer con ellas.

Caminó un poco, en silencio, arrastrando sus pies. Era temprano y allí no quedaba nada para ellos, ¿perseguirían al caballero que había sobrevivido, o irían a buscar ayuda? El no era quien tenía que decidirlo, así que se volvió hacia su nieta. Su boca se abrió y la mandíbula comenzó a moverse por mera costumbre, ya que no creía que necesitase hacer eso para hablar -¿Qué deseas hacer?- Se quedó de pie sin moverse un ápice, esperando a su respuesta.

La caricia de una brisa cargada de cenizas la despertó de su ensimismamiento. ¿Cómo había llegado hasta este punto? Toda su familia, todas sus amigas, todos sus conocidos, todo lo que había sido su mundo...ahora era pasto de los cuervos. El aire estaba cargado de olor a sangre filtrándose en la tierra, que se mezclaba a su vez con el olor a recuerdos quemados que salía de lo que antes había sido un pueblo lleno de vida...era el aroma de la muerte que ahora la rodeaba. 

A su lado las cuencas que hace tiempo habrían albergado los ojos de un hombre se fijaban en ella. "¿Qué deseas hacer?"- le había preguntado Lord Tuétano. Cogió el odre de vino del montón de objetos apilados y se sentó, como desplomándose, sobre el suelo. Mientras el vino empapaba sus labios y recorría su seca garganta sólo una palabra ocupaba su mente.Venganza. El "qué" era sencillo, la clave era...¿Cómo? 

- Rastrea el pueblo en busca de las huellas que dejó ese malnacido mientras huía, nos vamos de caza- dijo mientras vaciaba el odre de vino sobre las brasas más cercanas. - Coge las flechas, te harán falta. Y de paso coge también la maza, yo no voy a usarla y aunque tú tampoco lo hicieras siempre podemos venderla - dijo apuntando con el odre ahora vacío hacia el montón de objetos. - Mientras tanto volveré a la cripta, hay algo que necesito investigar. 

Una vez se hubo puesto la cota de escamas se colocó una daga en cada muslo, para poder acudir a ellas rápidamente en caso de necesidad, y se echó la espada y el escudo a la espalda. Dejando atrás al esqueleto se dirigió a la cripta del cementerio del pueblo, en busca de la voz que había oído mientras se ocultaba allí. Abrió la puerta de la cripta y el pesado olor a moho y a tierra removida la inundó de nuevo. Encomendándose a la oscuridad de Zon-Kuthon se adentró de nuevo en la cripta esperando encontrar el origen de la voz que había ido a buscar...

Con un seco movimiento de cabeza, el esqueleto procedió a cumplir las instrucciones de Morticia. Se acercó hacia los objetos restantes pequeños con el leve sonido del entrechocar de sus huesos al moverse, y recogió el nuevo carcaj y se lo ató al cinturón, así como la maza. Ahora no podía sentir cansancio, así que no le importaba demasiado tener que cargar con más objetos de la cuenta.

Dejó que la joven se alejase en dirección a la cripta, y miró a su alrededor. Por todos lados había restos de la batalla, y las huellas de las monturas de los caballeros que habían atacado el pueblo aparecían por doquier. A medida que se movía por el humeante pueblo, veía rostros de aldeanos que le resultaban familiares, pero eso era imposible, el debía llevar mucho tiempo muerto. ¿Habría cambiado algo la situación si el hubiera estado vivo? lo dudaba mucho, pero era algo que Lord Tuétano no podía evitar pensar.

Se alejó caminando en círculos, cada vez más amplios, pues el caballero podía haber tomado cualquier dirección, y en el fragor de la batalla lo habían perdido. No tendría que ser muy difícil de encontrar, las huellas de un caballo solitario que partieran del pueblo hacia el exterior de este, por desgracia, no usaba sus habilidades de rastreador desde hacía mucho. Movía la cabeza a los lados, en busca de indicios de la huída, o algo fuera de lo normal.

La cripta no ha cambiado mucho desde que la propia Morticia salió...Hay tumbas y sarcofagos abiertos de aquellos no muertos que salieron a defender la aldea, y practicamente estos no han dejado nada de las pertenencias belicas en el lugar. Hay moho, humedades y poco más...El dios al que reza Morticia no parece darla ninguna señal, mas alla de permitirla ver en la oscuridad. 

Las huellas de un solo corcel parecen escaparse de la gran masacre de la batalla, dirección Sur-Oeste, hacia el bosque de coniferas que hay en el inmenso prado que es este lugar. No hay muchos mas indicios que este, pero Lord Tuétano consigue ver que hay algo que durante un breve momento ha sido arrastrado por el corcel en sí, y algunas trenzas de cuerda de cañamo enganchadas en rocas y hierbas hace pensar al esqueleto que iba atado con una cuerda antes de perderse, o ser recogido por el propio jinete.

Tras haber registrado la habitación se encontraba algo decepcionada. Había inspeccionado cada detalle de la cripta y el origen de las voces no había aparecido, sólo había encontrado moho y gusanos.

El momento de frustración dejó paso a un momento de calma. Se arrodilló en medio de la cripta y se puso a rezar con la esperanza de encontrar lo que estaba buscando. Y con ese pensamiento en la mente empezó a susurrarle a la tierra palabras de oscuridad y muerte...

El esqueleto se agachó para observar mejor el suelo, había encontrado algo. Las huellas de un corcel se dirigían hacia el sur-oeste, así que esa sería la dirección a seguir. Ya iba a levantarse para volver a junto a Morticia, pero vio lo que parecían ser hebras de una cuerda junto a las pisadas de la montura. ¿Puede que hubiera capturado a alguien del pueblo y se lo hubiera llevado con el? Era una posibilidad.

Regresó hacia la cripta, pero sin llegar a entrar, no quería molestar a la joven. Esperó pacientemente a que saliera, aguardando en la entrada, y cuando lo hizo, le comunicó lo que había descubierto -He encontrado un rastro, se dirige hacia el sur-oeste, hacia el bosque- Y después añadió -Había restos de cuerda, puede ser que haya capturado a alguien, y lo arrastre con el.

Las plegarias son escuchadas, el dios de la oscuridad garantiza a Morticia los poderes que ha preparado. "Da caza al caballero oscuro" es una voz que no solo escucha la sacerdotisa, si no el propio esqueleto que la acompaña.

Con la pista de Lord Tuétano y la vision de una masacre no parece haber mucho más que rascar en la aldea arrasada.

Al abrir los ojos se sintió algo desorientada. A pesar de sentirse rebosante de magia y con la mente lúcida sus sentidos físicos se veían brevemente trastocados al terminar de rezar. Sentía un desierto en la boca, así que decidió crear agua y verterla en el odre vacío para beber. Tras haber saciado su sed se aseguró de que el odre estaba a rebosar. Necesitaría el agua para el viaje (por suerte su compañero no necesitaría ni un trago, ni ahora ni nunca).

Tras oír la voz de nuevo alentándola a perseguir al caballero oscuro le quedó claro que no había nada más que hacer allí, así que cogió las cosas y salió de la cripta. Allí la esperaba el esqueleto, listo para partir, con noticias sobre el rastro del caballero y algunas pistas que había dejado detrás (Lord Tuétano pensaba que el caballero podía haber raptado a alguien antes de irse).

- En marcha amigo mío, tenemos un caballero que derrotar - dijo mientras se ajustaba el equipo. El caballero les llevaría ventaja y tenían que viajar lo más rápido posible para evitar perder el rastro. Y así partieron hacia el sur-oeste, con Lord Tuétano guiando la marcha que con suerte les llevaría a su objetivo.

El camino les lleva durante un largo dia por una pradera bastante fertil, aun se ve alguna casa dispersa, y algun campo de cultivo, parece ser que el ataque de los caballeros vino desde aqui y lo hicieron en sigilo, matando a la gente que vivia mas alejada de la aldea principal sin llamar la atención de nadie. Las casas han sido saqueadas aunque no quemadas, y pueden servir de refugio ahora que Morticia lleva viajando bastantes horas; de hecho los ultimos rayos de sol se pueden ver en el horizonte.

Aqui hay rastros de pisadas, algunos cadaveres trinchados que estan devorando algunos cuervos y en general un caos parecido al de la aldea. Las pisadas de caballos se reparten por todas partes y se juntan en la vereda que lleva a la aldea que quedó atrás, para Lord Tuétano de nuevo se repite el patrón, hay un par de jinetes que parecen dar mediavuelta y llevarse algo pesado a rastras, antes de cargarlo a lomos del caballo, y de nuevo estos rastros llevan hacia el suroeste.

De entre un campo de maiz sale un hombre casi a rastras, aunque ambos lo oyen, los quejidos lastimeros que lo acompañan hacen que no le den mucha importancia como amenaza. Rondará la treintena, la piel curtida por el sol y las ropas de un campesino, con recosidos aqui y alli. Se sujeta una herida en el muslo y cojea, mirandoles sin saber que decir al ver a una joven acompañada de un esqueleto.

Lord Tuétano avanzaba sin descanso por la llanura, algunos pasos por delante de Morticia, para no perder el rastro. Todas las casas que encontraban habían sido saqueadas, y sus habitantes asesinados. Parecía como si los asaltantes estuvieran buscando algo, que se llevaban a rastras después hacia el bosque. Tal vez se tratase esclavistas y capturaban personas para después venderlas. El esqueleto compartió sus pensamientos con Morticia -Parece que de estas casas también se han llevado algo, seguramente personas.

Más que los caballeros le preocupaba la voz que había escuchado en la aldea. ¿Acaso había sido levantado como herramienta de algún poder que desconocía?. Al menos ahora podía caminar sin fatigarse, y hubiera podido continuar toda la noche si no fuera porque Morticia probablemente necesitase descansar, así que ya avisaría cuando quisiera detenerse. 

Ambos escucharon los gemidos provenientes del campo de maíz, y Lord Tuétano llevó su huesuda mano hacia la empuñadura de la espada -¿Quieres que acabe con su sufrimiento?- Preguntó al ver al hombre, aunque imaginaba que Morticia querría interrogarle primero. De todas formas no podían llevarlo con ellos, porque lo único que haría sería retrasarlos.

El paisaje que habían dejado los saqueadores a su paso era desolador...más muerte, más destrucción. 

Tras peinar la zona las dotes de rastreador de Lord Tuétano se habían hecho patentes una vez más. Había descubierto más pruebas de lo que parecían ser secuestros y tenían una orientación clara para seguir su camino. Pero antes debían de ocuparse del campesino herido que se habían encontrado.

Lord Tuétano tenía razón, seguramente lo mejor sería terminar con su sufrimiento, y no sólo el físico, si no el psicológico.¿A cuántos amigos y familiares habría visto morir? Pero eso ahora no importaba, lo primero era la información, así que le dijo a Lord Tuétano que le ayudara a levantarlo y a apoyarlo contra el árbol más cercano. Una vez que el hombre se había recostado sacó el odre de agua de entre sus pertenencias y se lo ofreció. El hombre empezó a beber a largos tragos, y sólo la necesidad de respirar hizo que parara de beber por un momento. Si no hubiera sido porque le retiró de los labios el odre se lo habría bebido entero sin decir ni una palabra.

Una vez se agachado para ponerse a la altura del campesino, y con una voz firme y ligeramente amenazadora le dijo: 

- Ahora dinos, ¿Quiénes y cuántos eran los que os atacaron? ¿Se han llevado a alguien? ¿Cuándo ha ocurrido? ¿Has visto a un caballero oscuro a lomos de un caballo espectral? Es de vital importancia que nos cuentes todo lo que sepas con la mayor cantidad de detalles posibles. Hasta puede que te ayudemos con esa pierna...pero eso sólo será si nos respondes y nos gustan tus respuestas. - 

-Yo...Yo no sé, oí gritos, vinieron y empezaron por una de las casas, y de repente todo eran jinetes oscuros por todas partes; y se bajaron de sus caballos...Y atravesaron a mi niñita con su espada...y luego capturaron a mi esposa diciendo que era fertil y...- El hombre solloza, tapandose el rostro con las manos, rememorando lo acontecido escasas horas atrás.- La ataron de pies a cabeza y la arrastraron lejos y...no recuerdo más...Por favor...ayudadme...Os lo suplico.- El hombre parece no dar mucha importancia al hecho de que una de las dos personas que ahi se encuentran es a todas luces un esqueleto.- Yo quiero encontrar a Matilda...Y mi niña...La enterré mas atrás...Y esta herida...me está matando.

Si hacía solo unas horas que se habían ido no había tiempo que perder.

Morticia se incorporó lentamente, y tras una profunda respiración dijo: 

- Vamos a hacer esto, tú nos vas a dar o decirnos dónde están todos los objetos útiles o de valor de la zona, para tener todos los recursos posibles para dar caza a esos bandidos . Mientras que aquí mi huesudo compañero los busca yo voy a preparar un conjuro de curación para arreglarte esa pierna. Una vez estés listo para andar y hayamos comido algo nos pondremos en marcha y seguirás nuestro ritmo, si no te dejaremos atrás y tendrás que seguirnos como buenamente puedas, pero recuperaremos a tu mujer, te lo prometo. Este trato no es negociable, si lo aceptas será con todas las consecuencias y si lo rechazas nos pondremos en marcha de inmediato y te dejaremos aquí. Así que...¿qué decides? -

-Yo...Yo....Creo que lo unico que no se han llevado es el grano del molino, eso puede servir para hacer gachas e incluso algun tipo de pan si tenemos las herramientas adecuadas...Creo que es lo unico que ha quedado por que lo demás...Lo saquearon o lo mataron, mataron incluso al ganado...Es como si esos caballeros estuvieran sedientos de sangre...Yo os acompañare, si podeis curar mi pierna no deberia costarme seguiros y...recuperare a mi esposa al menos...y les haremos pagar por matar a mi niña...¡SI!...AUCH.- El hombre se iba a levantar, pero se sujeta la herida dolorido.