Partida Rol por web

Oxford, 4 am.

Te despiertas al lado de Jimmy, sin saber qué es muy bien lo que te ha sacado del sueño. Su apartamento permanece todavía en la penumbra y cuando miras la hora el reloj te devuelve un 4 que sólo te incita a seguir durmiendo. Unas luces azuladas y rojas, que se reflejan en la ventana, te disuaden por unos segundos, pero al final caes dormida de nuevo.

Al despertar un par de horas más tarde, te encuentras con que tu móvil hervía de actividad mientras tú dormías. Tienes unas cuantas llamadas perdidas de tu madre, además de las  de unos cuantos compañeros del trabajo. Un solitario sms de tu progenitora parpadea.

“Hay policia aquí, quieren hablar contigo.”

Como siempre, un mensaje escueto y mal redactado. Cosas de la edad.

Azul y rojo, se duerme viendo aún esas luces, aún sintiendo el calor que desprende el cuerpo de Jimmy a su lado con un brazo envolviendo su cintura. Sintiendose por primera vez en mucho tiempo segura y a salvo de todo. Casi estuvo tentada de despertarle, pero ya era muy tarde cuando se durmieron hablando y hablando, como cuando eran pequeños, de unas cosas y otras, con las manos unidas, tumbados en la cama, como cuando lo hacían en el jardín o en la casa del árbol.
Despierta de nuevo, lo primero que hace es girar la mirada hacia el durmiente, como siempre es ella la que antes se levanta, la que abre los ojos y se lo encuentra así, aunque da igual que ahora sean adultos, sonríe ligeramente antes de apartar con suavidad ese brazo que aún la envuelve, antes de posar un beso en su mejilla para mirar su móvil y apagar la alarma que no ha dado tiempo a sonar.
Sorpresa al ver las llamadas perdidas, sí, lo dejó en silencio cuando se acostó, siempre lo ha hecho, no le gusta ser despertada en medio de la noche, o molestada. Su madre. Una mueca de hastío marca su gesto mientras mira el resto de llamadas, antes de ver el sms, porque seguramente lo que quiere es saber dónde está o pedirla que vuelva, ¿pero a esas horas? Se frota con una mano la cara, los ojos, vuelve su mirada al aparato. Tendrá que ver qué quiere, hasta que lee el sms. Sus ojos se abren con profunda sorpresa. Una suave interjección sale de sus labios, se gira y sacude el hombro de Jimmy, que parece no haberse dado cuenta de nada.
-Jimmy, despierta dormilón, me busca la policía.

Jimmy se revuelve a tu lado, pero parece no querer despertar. En vez de eso, se gira y te abraza más fuerte, acercándote a él e inmovilizándote ligeramente.

- Mmm... sea lo que sea, puede esperar. - contesta con los ojos todavía cerrados. Unos segundos después, parece que procesa lo que acabas de decir y abre un ojo - ¿Estoy albergando a una fugitiva? ¿Me perseguirán a mi también? - dice juguetón, sin soltarte.

Mientras, la pantalla del móvil se vuelve a iluminar.

Lo cierto es que ganas de quedarse en la cama, así, sintiendo el calor del cuerpo de Jimmy a su lado, no le faltan, pero no es por eso que le ha despertado, no. Mueve la cabeza negando, una suave sonrisa aparece en sus labios, se queda quieta un par de segundos, esperando a que llegue al cerebro dormido lo que le acaba de decir.
Eso es lo que se encuentra Jimmy cuando abre el ojo, la mirada seria de Cassie aún con esa sonrisa, esperando a que diga algo más. No puede evitar reir suavemente ante sus preguntas.
-Si fuera una fugitiva este sería el último sitio donde estaría, y el primero en el que me buscarían.
Apoya su mano en el brazo que la sujeta y se acerca un poco más, para volver a besarle la mejilla. Por el rabillo del ojo ve cómo su móvil se ilumina, seguro que es su madre otra vez, pero tiene que responder, o seguirá insistiendo.
-Seguro que mi madre ha puesto ha revuelto todo Scotland Yard para hacer que vuelva.
Gira la mirada al aparato, insistente, sí, demasiado, estira el brazo, girando un poco sin perder el contacto con Jimmy y lo coge, para ver quien está llamando.

Jimmy aprovecha tu distracción para iniciar un ataque de cosquillas, bastante inoportuno cuando descubres que al otro lado del teléfono está otro James, . Willoughby para más señas, del departamento de Historia medieval.

- ¿Cassandra? - el tono es formal, pero le notas inquieto - ¿Dónde te has metido? Llevamos horas intentando localizarte... - suspira, pero deja el tema de lado - Es igual, ven lo más pronto posible, por favor. - dice rápido - Ha habido un robo, en la Bodleian. Ha desaparecido el manuscrito de La Chanson de Roland. - y entonces entiendes el tono desesperado del hombre, especialista en bibliotecas y manuscritos medievales - La policía quiere interrogar a todo el mundo.

Cosquillas, se revuelve, maldita sea, intenta apartar sus manos a la vezque mira la pantalla del móvil, su piel se eriza, sólo Jimmy sigue haciéndole eso aunque ya son adultos, y en los peores momentos, bueno, no, no siempre, ríe mientras ve quien está llamando.
-Quita, quita, Jimmy, no es mamá.
No puede evitar seguir riendo  cuando aprieta el botón de descolgar.
¿Cassandra?
Sigue intentando apartar las manos de Jimmy, intenta contener las risas, niega mirandole de nuevo, seriedad en esa mirada. ¿Qué querrá Willoughby? ¿Tan pronto?
-¿Dónde voy a estar? Durmiendo. La señorita Mapes sabe que silencio mi móvil.
Sí, lo sabe perfectamente, la secretaria del departamento de Clásicas, que a la vez es la secretaria de su madre desde hace más tiempo del que puede recordar.
Arruga ligeramente el entrecejo, su mirada se endurece ligeramente. ¿Un robo? ¿La Chanson de Roland? Recuerda unas estrofas del romance.
Pur sun seignur deit hom susfrir granz mals
E endurer e forz freiz e granz chalz,
Sin deit hom perdre del sanc e de la char.
Fier de [ta] lance e jo de Durendal,
Ma bone espee, que li reis me dunat.
Se jo i moert, dire poet ki l'avrat
(E purrunt dire) que ele fut a noble vassal.
Levanta la mano libre, con el dedo índice señalando a Jimmy, sus labios pronuncian pero no dicen en voz alta una sola palabra "quieto". Un sólo segundo antes de volver su atención al teléfono.
-¿En la Bod? ¿Cuándo? ¿Mi madre está también allí?
Sí, su segundo pensamiento es no tener que cruzarse con ella para no tener que escuchar de nuevo sus recriminaciones por haberse ido de esa manera, como si todavía fuera una niña pequeña que ha hecho una travesura.
-Bueno, deja, da igual, llegaré en una hora.
Suspira ligeramente, es el único día de la semana que empieza tarde las clases, esperaba poder pasar esas pocas horas con Jimmy. Se inclina para apoyar la frente en su pecho mientras cuelga.
-Han robado el manuscrito de  La Chanson de Roland de la Bod.

Jimmy abre los ojos muy sorprendido y cesa su intento de reemprender su ataque.

- ¿Y has sido tú? - pregunta de forma inocente - Puedes decírmelo, no se lo contaré a nadie. - añade con una sonrisa de medio lado. - Seremos cómplices... ¡Cómplices podridamente ricos! - acaba riendo.

Se deja caer de nuevo en la cama, y mira al techo con expresión soñadora.

- Ese manuscrito debe valer millones, imagina. - luego se vuelve a erguir y te mira con cara un poco más preocupada - Demasiados millones. ¿No debería ser más seguro un sitio como la Bodleian? Y, ¿para qué te quieren interrogar?