Desde el incidente del pozo tan sólo os lleva unos pocos días de viaje hasta que alcanzáis el lindero del bosque. Termináis llegando a una zona escasamente arbolada que rodea la puerta del Bosque en la que los árboles no están tan juntos ni son tan oscuros, y entre la bóveda de hojas verdes oscuro se deja ver un poco de luz del sol. Ya una vez alcanzáis la Puerta del Bosque, emergéis a la radiante luz del sol y una brisa refrescante os recibe.
Es sabido que tras la Batalla de los Cinco Ejércitos, los elfos pusieron vigías en la puerta, y aunque no veis centinela alguno, sentís que están ocultos, en guardia y armados con mortíferas flechas. Es aquí el lugar donde vuestro trabajo concluye, pues fue lo acordado con Baldor en ese día, no hace tanto, pero que hoy os puede resultar tan distante.
El comerciante se gira hacia vosotros. En su rostro se puede apreciar el cansancio por el viaje, pero también pareciera como si por segundos fuera recuperando algo de vitalidad ahora que la sombra del dosel del bosque Negro no cubre el cielo sobre su cabeza.
- Supongo que aquí es donde se separan nuestros caminos, mis estimados compañeros. Mi intención ahora es poner rumbo al sur para comerciar con los hombres del bosque y con los beórnidas. Estas tierras están protegidas precisamente por la gente de Beorn - dice esto último con un gesto de respeto en dirección a Beran - por lo que hay poco peligro de bandidos y vuestros servicios no serán necesarios ya. Hicimos un trato, y habéis cumplido con creces, sería injusto pediros más, por lo que podéis tomar el pago prometido en monedas o escoger aquello que queráis de entre mis mercancías. Mi hijo y yo os estamos muy agradecidos - concluye agarrando cariñosamente a Belgo por el hombro.
Ya sea en monedas o en objetos, obtenéis 2 puntos de Tesoro cada uno por el pago de Baldor.
Si lo queréis, tardaré aún unos días en cerrar la escena por si queréis reaccionar con algo concreto, pero ya sea de una forma o de otra, la caravana del comerciante se marchará tal y como ha dicho a hacer negocios con las gentes de esta tierra.
¡La Fase de Aventura ha concluido satisfactoriamente! Ahora toca pasar al reparto de puntos de Experiencia y Avances para que los empleéis en la Fase de Comunidad que empieza ya mismito (os comentaré más concretamente algo al respecto en el offrol).
Una vez estéis preparados, podéis ir pensando en vuestra narración de la Fase de Comunidad que sucederá en Yule, por lo que tenéis hasta el comienzo de la Primavera para hacer planes que vuestros personajes consideren apropiados. Os pido que incluyáis una mención a alguien que sea importante para vuestros personajes; puede ser un pariente, un vecino, un amigo de la infancia, un interés romántico... cualquier cosa que se os ocurra mientras dejéis constancia de quién es y por qué es importante para ellos.
Ya os he habilitado la parte relativa de normas en la Guía Rápida para que vayáis revisando los pasos y decisiones que tendréis que llevar a cabo.
Poder disfrutar de la luz del sol después de semanas bajo las tinieblas malsanas del Bosque Negro era una pequeña alegría que, a pesar de ello, resultaba difícil de expresar con palabras. Era una amalgama de sentimientos, como si Caranthir despertase de una larga pesadilla que no le había dejado descansar, al tiempo que quedaba atrás una noche profunda que amenazaba con extinguir hasta la última luz o el alborozo que acompañaba a la llegada de la primavera. Si hubiera podido, se habría tumbado en la pradera, entre la hierba, a disfrutar del sol, incluso a pesar del viento frío que traía el invierno. Pero, tras las continuas reprimendas a sus compañeros de viaje en el bosque, aquel gesto ahora se le antojaba extraño. Al menos, a los ojos del resto.
- Espero que esta travesía, a pesar de los riesgos, haya servido para mostraros qué hacer en el Bosque Negro en ocasiones posteriores. Es un lugar plagado de peligros, pero futuros viajes serán más seguros si recordáis siempre tres máximas: llevad vuestro propio agua, nunca bebáis del Bosque Negro y permaneced en el sendero élfico. Y una última es válida para cualquier viaje: camina siempre junto a gente de confianza. Si no os importa, me gustaría acompañaros un tiempo más. Por supuesto, sin pediros paga alguna. - El elfo se apresuró a añadir para tranquilizar a Baldor. - Quisiera visitar a la gente del bosque para indagar sobre el ermitaño y al respecto de la hoja que nos entregó.
Aquello sin duda dispersaría la compañía por un tiempo, pues Caranthir no pretendía obligar a que le acompañasen los demás. E intuía, por sus miradas, que cada uno tenía sus propias ideas, incluso nostalgia de su hogar. Y la estación fría era adecuada para ese tipo de retiros.
La estación de los fríos comenzaba a acercarse. Yule era una celebración esperada en la comarca, y los hobbit se reunían para festejar con frecuencia durante aquellos días, por lo que la cercanía de la celebración había encendido una pequeña chispa de añoranza en su normalmente nómada alma.
Si marcháis hacia el sur ahora, permaneceré con vosotros el tiempo suficiente para dirigirme hacia La Comarca. Pasaré unos días allí, visitando a mi familia para aprovechar las festividades.
Aparte de sus padres, creo que introduciré a la ya archiconocida por todos los compañeros Abuela Hobbit de Trotter, para que conozcáis el origen de todas sus historias xD
Beli soltó una sonora carcajada.
- No tengáis tanta prisa en libraros de nosotros, buen Baldor, bromeó el enano, ¿acaso pensasteis que os dejaríamos a vos y al joven Belgo con sus ponis, antes de saberos a salvo en el Salón del Bosque? Yo también tengo curiosidad por conocer a esos Hombres del Bosque y ver si es posible establecer algún tipo de ruta estable con el Reino Bajo la Montaña.
- Después pretendo regresar a Erebor, pues he dejado a mi primo a cargo de mis negocios y deseo saber como le va, ya se sabe que el gorrino solo engorda bajo el ojo del amo, añadió de buen humor.
Tras la declaración de Caranthir, el enano omitió su interés en Muerdelobos, pues no pretendía comenzar una de las legendarias disputas entre elfos y enanos por una valiosa artesanía, pero en su interior ansiaba reparar aquel arma y devolverla a su esplendor anterior.