Éste siempre parece cabreado...-Pensó Rebekah mientras hacía lo que le indicaba el hombretón. Tomó su placa de datos y se dispuso a ver que tripa se le había roto.
-Saludos.
Viendo las intenciones del guerrero feral, el tecnosacerdote saca su cableado para placas de datos y procede a conectar tanto la suya como la del resto del grupo alternativamente. Los micro-cogitadores internos zumban y la información se transmite y descodifica casi instantáneamente. - Transferencia completa. Sentencia Kennard, entonando casi mas como una máquina que como alguien de carne y hueso.
Todos y cada uno de vosotros estudiáis la nueva información detenidamente.
Mientras termináis de leer con incredulidad, Grigory da un golpecito sobre su placa de datos, a la vez que os mira con el ceño fruncido. - Y éste es el motivo de mi enfado... Fui abordado por uno de esos malditos servocraneos del Palacio Tricorne y venía con ésto a cuestas.
Las nuevas órdenes que se descargan en vuestras placas de datos son, cuando menos sorprendentes. Parece ser que ha habido reasignaciones en el equipo. Casi todo el grupo ha sido reclamado al Palacio Tricorne, mientras que solo dos agentes (Rebekah y Hugh) siguen asignados a la misión en curso, pero habrán de unirse a otra célula que opera en la zona. Las órdenes incluyen el transmitir la información al resto de componentes del equipo si es que los servocraneos no consiguen dar con ellos, así como las claves de autenticidad para reconocer a los miembros del nuevo grupo. Hay una reunión programada con ellos a las 18:00 en la estación de tránsito de Arastus.
Las expresiones de indignación se suceden mientras cada miembro del grupo asimila las órdenes recibidas. ¿A qué estaba jugando Nihilus? Tal parecía uno de sus típicos juegos de la silla, en los que si no estabas atento, te tocaba sentarte en el suelo al acabar la música...
Jodidas estrellas, ¡Jodida mierda!
Rebekah contempló lo allí escrito, era una locura, o no, podía pensar que alguno de sus compañeros era un espía ¿el clérigo? y estaban retirando de la misión a las balas perdidas, o que Hugh tenía mucho más poder del que parecía o que...
-En fin, todo esto me parece una locura, pero órdenes son órdenes, y estoy segura que hay un motivo detrás de ellas. Me gustaría decir que ha sido un placer trabajar con vosotros.
-Pero no lo haré. -aclaró con tono seco.-En unos no sería cierto y a otros directamente no os importaría. Hugh, han decidido que somos necesarios aquí por alguna razón. Así que creo que lo mejor es acompañar a nuestros compañeros hasta la estación y esperar allí a la nueva cédula.
Arianne escucha a Rebekah con expresión divertida. - ¡Relájate hermana! Contesta. - Al final las cosas no salieron tan mal, no es así. Deberías probar a tomarte la vida con mas calma. Prueba a hacer una locura de vez en cuando. Ser tan estirado no puede ser bueno para el estómago... Concluye. Está claro que ella se toma la vida demasiado a la ligera. La mayoría de los presentes piensan cuanto será capaz de sobrevivir con esa actitud trabajando para la Inquisición.
- A mi todo ésto me parece una tomadura de pelo. Dice el arbite. - Ya cuesta bastante centrarse en las misiones, como para que encima te anden cambiando de asignación constantemente. Aunque su expresión es de enfado, sus constantes miradas a Arianne hacen pensar que al menos está aliviado de marcharse con ella. - No nos ha dado tiempo a conocernos como el Emperador manda, pero os deseo suerte. Dice mientras comienza a recoger sus cosas. - Manteneos con vida y quizás volvamos a vernos. Quien sabe...
El clérigo del grupo se acerca a Hugh y, aunque su primer pensamiento es ponerle la mano sobre el hombro, a medio camino se lo piensa mejor y la retira con expresión avergonzada. - Olvidaba que no te gusta que... Aunque es un hombre que valora el contacto humano, ha recordado lo poco que le gusta al adepto que le toquen. - Espero que encuentres lo que buscas con la ayuda del Emperador. De verdad lo deseo, amigo. Aunque el resto no tenéis idea de lo que quiere decir, seguramente Hugh si. Después recoge sus cosas y se despide del grupo haciendo el signo del Aquila y con un lacónico - El Emperador protege.
El adepto mecánico permanece durante todo el tiempo impertérrito antes las palabras de los miembros de su grupo. No parecen afectarle las noticias mas que el paso de insecto. Con cuidado, recoge sus cosas y antes de dirigirse hacia la puerta se acerca a Rebekah. - Solo lamento que me hayan asignado a la parte ineficiente del grupo. Dice con tono neutro. - Que el Omnissiah te guíe. Seguramente será lo mas parecido a un cumplido que le hayáis oído desde que lo conocéis.
- Vamos. Nos esperan. Dice por último el guerrero salvaje. - Cuidaos. Añade por encima del hombro mientras se aleja hacia la puerta. No se os escapa que en ningún momento se ha acercado a Hugh, ni la mirada seca que le dedica antes de volverse.
Mientras Hugh se despide de William, Rebekah no dedica más que una mirada a Vaan, Grigory o a Arianne, para luego despedirse del tecnosacerdote.-Os diría que os guiara a vos también, pero sé que lo hace, así que no tengo que repetirlo. Adiós, Kennard.
-El Emperador protege, padre. Suerte e igual alguna vez volvemos a vernos.-dijo al clérigo.
Y por último se volvió hacia Hugh. De todos los posibles asignamientos... igual éste es el peor, igual...
-Hugh ¿Me acompañas a la estación? Preferiría llegar un poco antes y evitar posibles emboscadas.
Hugh toca su frente y hace el signo del áquila, para luego tocar levemente el hombro del clérigo. Eres un buen hombre, Wilian. El Emperador protege, completa mientras dedica a los demás solo una inclinación de cabeza y una mueca. Y sus designios son inescrutables. Por suerte.
Hace un gesto a Rebekah indicándole que marche. Por supuesto, compañera. Vayamos a ver quienes son esta otra célula. Hasta hace un año solo conocía a un agente del Ordo y mira ahora, ya casi conozco a toda la familia! Hahahaha!!
-El ordo no es una familia, Hugh, pero entiendo lo que quieres decir. Mantengamos los ojos bien abiertos, a ver si podemos cumplir esta misión.
Desde luego, conseguir armas en los suburbios no es mi especialidad...
Pues eso, supongo que vamos a la estación al encuentro con nuestros nuevos compañeros.
Si, tranquilos que no me he olvidado de vosotros. En cuanto reciba unas contestaciones del otro grupo, os describo la escena y pasáis al capitulo 2.