Partida Rol por web

Tressa atacó de nuevo, pero su rival fue capaz de evitar el ataque bloqueándolo con su hacha. Mientras tanto, el enano rubio derrotaba con un hachazo terrible al guerrero contra el que se enfrentaba, y el último de los skaldi que quedaba en pie se dirigía a la carrera hacia ellos.

El guerrero que se enfrentaba a ella contraatacó, y Tressa notó una punzada de adrenalina al darse cuenta de que había estado a punto de atravesar su defensa y herirla. Pero consiguió cubrirse en el último momento con el escudo. Entonces oyó una puerta. Alguien acababa de salir de la casa que tenía enfrente, pero no podía ver quién.

El virote del enano montaraz salió disparado hacia el skaldi que le atacaba, que trató de cubrirse con su escudo de madera, pero no llegó a tiempo por muy poco. El proyectil se clavó en su hombro, lo que no bastó para derribarle... pero sí para hacer que se pensara dos veces sus probabilidades de salir bien parado de aquél enfrentamiento si tenía que luchar solo y herido contra dos enanos que habían demostrado ya sus habilidades. Se dio la vuelta y cubriéndose la espalda con el escudo, echó a correr hacia los campos para escapar.

Mientras tanto, el enano rubio no se lo pensó dos veces y echó a correr hacia el último de los traidores que quedaba en pie, luchando contra Tressa.

—¡Ve a ayudar a esa princesa! —gritó el guerrero enano a su compañero—. ¡Yo me ocupo de terminar de limpiar aquí!

Y enarboló el hacha para hundirla cuanto antes en el cráneo del traidor que quedaba en pie. Aquello era sin duda un alivio para la guerrera skaldi, que al menos ya no tendría que luchar sola. Aunque todavía no sabía qué estaba pasando y qué hacían allí esos enanos... pero por lo visto estaban de parte de la princesa y por lo tanto eran amigos, de momento.

Tenía muchas preguntas, pero ya las haría más tarde, su principal prioridad en este instante era salir con vida de esta pelea.

Viendo que ahora tenía ayuda Tressa sintió un pequeño alivio, solo quedaba un enemigo ya que el otro había salido por patas y ahora sería más fácil vencer.

De nuevo volvió a alzar su espada contra el skaldi con la intención de golpearlo.

Tressa no perdió el tiempo y volvió a descargar un golpe sobre aquél skaldi. En esa ocasión, su ataque atravesó la defensa del guerrero y la espada lo hirió gravemente en el pecho. El skaldi emitió un sonido entre un grito y un gruñido y se desplomó. Entonces todo quedó en silencio.