Asiente ante lo que dice Daiki. Es que es lo que parece... Que todo sea una trampa... Piensa para si misma.
Observa en silencio a Haru, cuando termina de usar su habilidad y dice los sitios donde están las pistas. Que útiles son sus ojos cuando quiere. Sigue a todos mientras van mirando las pistas. Sonríe ligeramente mirando a la Hyuga. A veces hasta me alegro de tenerla en el grupo. Va mirando según se acercan. Ve las astillas que son de las armas de los monjes, el cacho de tela, y por último la lanza. Se cruza de brazos observando. Umh... ¿Por que dejarían la lanza aquí? A mi no me da la sensación de que se hubiera caído... Cuando llega el monje con las fichas, las observa todas. No tiene ni pies ni cabeza esto...
-Opino lo mismo -dice finalmente cuando termina de hablar Haru- Creo que la lanza la han dejado aquí a posta para inculpar a los de la secta esta como se llame, o bien tener infiltrados... De todas formas... Me da que tendremos que ir a las montañas. -mira a sus compañeros.- ¿No?
Al parecer, los tres habíais llegado a la misma conclusión y estabais de acuerdo con que todo esto había sido dispuesto para engañar a los monjes y hacerles creer que habían batallado con seguidores de Jashin. En algún momento mirasteis a Rai y Kou, quienes os respondieron con efusivos gestos y voces de aprobación. Al parecer dos ninjas de élite no tenían mucho más que aportar a vuestras deducciones, o quizá sí, pero ya desde un principio estaba claro que os habían dejado hacer las cosas a vosotros. Igual os estaban poniendo a prueba y de ello dependía que en un futuro participarais en más misiones del estilo, quien sabe. Lo que sí sabíais es que teníais frente a vosotros a Daiki, quien agachaba la cabeza pensativo.
— Puede que no os falte razón, al fin y al cabo todo esto resulta bastante sospechoso. — Dijo finalmente. Luego os acompañó a una de las pequeñas edificaciones que había en el interior de los muros, la cual no conectaba con el templo principal. Os ofrecieron comida y bebida, al fin y al cabo nada más habíais llegado os pusisteis a inspeccionar la zona, así que hicieron honores a la hospitalidad por la que eran reconocidos y os ofrecieron una habitación para que descansarais. Sin embargo tampoco os podíais apalancar, si habían robado el bajado era probable que quisieran llevarlo a algún otro lugar, aunque probablemente no fueran a venderlo, ya que la pieza en sí no tenía gran valor monetario, más bien era una pieza del templo que llevaba ahí desde su construcción y que no querían reemplazar por una nueva.
Aprovechasteis ese rato de calma y tranquilidad para volver a repasar las pistas que teníais, pero por el momento el único sospechoso que teníais eran los seguidores de Jashin. Con ellos ya habían tenido rencillas anteriormente, aunque bien podrían ser ninjas de otras aldeas que habían venido en busca de sus nukenin —ninja renegado—, pero si lo eran de momento no teníais ninguna pista, así que tal y como dijo Korin tendríais que ir detrás de ellos para averiguar con vuestras habilidades ninjas si eran los responsables o no.
Así que una vez estuvisteis preparados, salisteis a la entrada de la muralla y Daiki os dio unas vagas instrucciones hasta la guarida de los seguidores de Jashin, ya que al fin y al cabo no sabían exactamente donde se escondían. ¿A que métodos recurriríais para lograr vuestro cometido? Infiltración, espionaje, asesinato... Al fin y al cabo eráis ninjas y nadie echaría de menos a unos criminales. Teníais que dirigiros a las montañas y por el camino averiguar donde podrían esconderse los seguidores de esta secta que adoraban a un dios cruel.
¡Bien, seguimos! Ahora que habéis descansado después de reunir pistas tenéis que seguir al principal sospechoso, que son los seguidores de Jashin. Opináis que todo ha sido dispuesto de esa forma para haceros creer que en aquella noche hubo una batalla, aun así no habéis encontrado ningún rastro de sangre que lo confirme. ¿Realmente han sido ellos o hay alguien más detrás de esto? Dispuestos a averiguarlo marcháis al refugio de estos fanáticos, momento que aprovecharéis para trazar un plan o al menos haceros una idea de como vais a proceder.
¡Pero primero tenéis que encontrar el refugio! El método de rastreo lo decidís vosotros y en base a una tirada de Percepción + Inteligencia con dificultad 7 os diré si tenéis éxito o no. Así que ya sabéis: Post hasta que empezáis a buscar + Tirada en el apartado de tiradas. No os olvidéis de desglosar la tirada. A partir de los éxitos que tengáis os diré si encontráis algo o no. Tenéis que lograr al menos uno de vosotros 5 éxitos para localizar el refugio, a excepción de Haru, si ella activa el Byakugan solo necesitará 2 éxitos. Al fin y al cabo posee el Doujutsu que todo lo ve... O no.
También os advierto que a partir de ahora estáis en pleno transcurso de una misión, así que si gastáis chakra lo recuperaréis al ritmo que dicta el sistema, que viene a ser 4 motas por hora dentro del mundo. Y además os refrescaré el uso de los puntos de determinación, ya que utilizando uno de ellos ganáis 3 dados extras en una tirada (en el mismo motivo de la tirada me lo tenéis que indicar con un (DETERMINACIÓN), si lo hacéis después no vale, así que tened cuidado y recordar ponerlo en el motivo). Si nadie logra los 5 éxitos (o 2 en el caso de Haru) el equipo pasará más tiempo con su búsqueda, motivo por el cual todos os cansaréis un poquito más antes de llegar al refugio así que suerte con esas tiradas :D
Haru comprobó que sus compañeros tenían una cabeza que funcionaba sobre los hombros, ya que en base a lo que habían encontrado, todos habían llegado a una conclusión similar: alguien quería que pensaran que allí había habido una batalla. Desgraciadamente eso no les decía quién era el culpable, sino más bien todo lo contrario. Alguien intentaba echar la culpa a los monjes de Jashin o quizás la propia secta lo había dejado todo así para que ellos pensaran que les intentaban echar la culpa y resultar inocentes a sus ojos. Arg, demasiado complicado…
Por suerte los monjes les llevaron a una estancia en la que pudieron comer y beber algo mientras descansaban. No podían dormirse en los laureles, pero si se agotaban en las primeras horas, no iban a conseguir nada. Tras llenarse la barriga, llegó el momento de pasar a la acción. Y ella, como futura líder del clan Hyuuga, tenía que ser la que diera el primer paso.
-Deberíamos ir a visitar a los monjes de Jashin, a ver qué averiguamos. Si nos quedamos parados aquí mucho tiempo, podríamos perder el escaso rastro que tenemos.
Y por supuesto lo primero era localizar el camino hacia la guarida de los monjes. Menos mal que el grupo contaba con ella. Con el byakugan no tardaría nada en encontrar el camino hacia el cubil de los jashinistas.
-Cuando estéis listos nos vamos.
No es que fuera muy difícil llegar a la conclusión que habían llegado con lo que tenían... o a lo mejor es que era muy optimista con las capacidades de la clase de la última promoción de ninjas.
"..."
Siguió pensando en ello mientras tenían el descanso. Hubiera preferido preguntar sobre los anteriores "inquilinos" del tenmplo a los locales, aunque el objetivo sólo fuera ver si alguno iba discretamente a informar al responsable de que los ninjas estaban haciendo demasiadas preguntas: hubiera podido ahorrarles un trabajo a futuro. Pero, con lo que sabía de la secta janshínica (y que compartió con sus compañeras cuando estaba en la sala) simplemente no podían arriesgarse a trazar un plan sin descartarlos, y eran el único verdadero cebo que tenían, disposición de las pistas sospechosa o no.
"Deberíamos ir a visitar a los monjes de Jashin, a ver qué averiguamos. Si nos quedamos parados aquí mucho tiempo, podríamos perder el escaso rastro que tenemos"
Sentado en una esterilla en el suelo sobre las piernas cruzadas mientras miraba con detenimiento el fragmento de lanza que tenían, Kikuro apenas levantó la vista para opinar.
-De acuerdo.
...y más tarde...
El viaje no fue un completo éxito.
No era un misterio que esto ocurriese. Ni siquiera el Ojo Blanco era una ventaja especial cuando trataban con grandes extensiones de terreno y sin vidas humanas en la costa que poder usar como guía, así que la mayoría de la investigación fue al modo tradicional. Como cualquiera podía decir, siempre que se busca algo fijo y oculto en una zona extensa de montaña, siempre que no sea un grupo móvil sino establecido (lo que es una mala idea si eres ilegal) se acaba por encontrar... pero como cualquiera podía decir, "se acaba por encontrar" perfectamente podría querer decir días o incluso semanas de recorrer, reconocer y desbastar el terreno.
En el caso de los ninjas al menos tuvieron cierto éxito. No fue suficiente para encontrar el templo, pero el Ojo de Haru ayudó a descartar varias zonas, y el propio Kikuro pudo dirigir (y y descartar) varias zonas ahorrando varias horas de trabajo. Aun así, iban a tardar tiempo. Mucho, mucho tiempo. Y esfuerzo.
Come un poco de la comida que le ofrecen, pero no demasiado, si luego tenían que luchar, no podía llenarse mucho, no vaya a ser que le diera un corte de digestión, y no sería una buena ayuda para el grupo. Se tumba al lado de sus compañeros mientras terminan de repasar todas las pistas que tenían y cierra los ojos, sin llegar a dormirse. Tras descansar un rato, se levanta preparada para salir junto a sus compañeros para buscar a los sectarios.
-Vamos.- Mueve los brazos hacia los lados, haciendo unos estiramientos y unas pocas sentadillas para terminar de desperezarse.
Y ya en el bosque, Korin mira a su al rededor. Vale... ¿Y ahora por donde empezamos? Espero que estos tengan más idea... Porque yo no tengo ni idea de por donde empezar...
Y morimos en el bosque porque no encontramos a los sectarios.
Una vez descansasteis y os pusisteis todos de acuerdo os adentrasteis en los bosques, iniciando vuestra misión de rastreo. Con Haru abarcando una amplia zona con el Byakugan y vosotros dos inspeccionado vuestro al rededor serías capaces de cubrir bastante terreno en poco tiempo. Mientras tanto, Rai y Kou también estaban por la labor, aunque con la bandana cubriendo los ojos de sensei y las gafas de sol del murciélago poco tenían que ver.
Sin embargo pasaron los minutos y las horas, y de pronto os visteis rodeados por la oscuridad de la noche, teniendo como única fuente lumínica la luz de la luna. En ese momento Rai hizo un alto y os detuvisteis bajo la copa de un árbol, apenas iluminada por unos cuantos rayos de luz que luchaban por pasar a través de las hojas. Durante vuestro recorrido habíais atravesado bosque y montañas, pero no habíais encontrado ninguna pista relevante ni a nadie que llamara especialmente la atención. Sin embargo no era tiempo perdido, habíais descartado las posibles zonas en las que podrían esconderse, lo cual también formaba parte de una misión de reconocimiento del terreno. Aprovechasteis el lugar para descansar, beber agua y comer alguna cosa para recuperar las energías, además de poner en común todo lo que habíais averiguado, que básicamente se reducía a descartar posibles zonas donde podrían refugiarse. ¡Pero Kou desmintió aquella información!
— ¡KA KA KA, COMO SE NOTA QUE AÚN SOIS UNOS NOVATOS! Hemos pasado por enfrente de una barrera y ni os habéis enterado ¡KA KA KA! — El murciélago, como buen instructor que era, se cachondeo en vuestras caras. Al parecer habíais pasado algo por alto, y parecía ser verdad porque no sabíais de lo que os estaba hablando. Recogisteis vuestras cosas y disteis un rodeo por las montañas y en cuestión de minutos os detuvisteis frente a una pared de tierra donde no había absolutamente nada. — ¡Aquí, aquí! — Empezó a revolotear por una zona en concreto y Rai asintió, seguido de una secuencia de sellos apenas imperceptibles.
— ¡Kai! — Finalizó los sellos de mano con la palabra estrella de cancelación e inmediatamente frente a vosotros veis aparecer un sello con el kanji verdad (実) escrito.
— ¡KA KA KA! — Volvió a reír el murciélago. — Esta es una técnica de sellado que modifica la realidad, algo así como un Genjutsu. — Explicó con gestos y señas acordes a sus voz chillona. — No solo ha sido puesto el sello, sino que además ha sido mimetizado con el ambiente con una técnica de ocultación. Probablemente detrás se esconda algo importante, ¿qué queréis hacer?
Quitar el sello y ver que se escondía detrás, acechar a lo lejos a la espera de que alguien se acercara, quedarse ahí parados hasta que os descubrieran... ¡Tantas opciones!
Ya está, perdón, me pongo a hacer diez cosas a la vez y las acabo dejando todas a la mitad (si además os fijáis, creé el mensaje a las 11 de ayer xD).
A causa de las horas de búsqueda perdéis un 10% de chakra, redondeo a la baja. Recordad que podéis recuperarlo al ritmo de 4 motas de chakra por hora de descanso.
Kikuro - 27/30 motas de chakra
Haru - 20/24 motas de chakra
Korin - 22/24 motas de chakra
Además, tenéis libertad para decidir que hacer: Quitar el sello y ver que se esconde, esperar ocultos a que alguien se acerque, dejar por hoy la misión de lado e ir a descansar... Vosotros decidís.
Llena de energía y con la confianza al máximo, Haru partió junto a sus compañeros y su sensei hacia las montañas para encontrar la guarida de los sectarios de Jashin. Gracias a su Byakugan y a los dos pares de ojos extra de Kikuro y Korin, seguro que no tardarían nada en encontrarlos.
Pero las horas pasaron y ellos no encontraban nada. Pero nada de nada. Bueno, mirándolo positivamente, encontraban zonas que poder descartar. ¡Pero eso no le servía de consuelo alguno a la heredera del clan Hyuuga! Que el que sus compañeros no vieran anda podía ser hasta normal, pero ella… ¡Ella poseía la mejor técnica ocular de todas las técnicas del mundo ninja! ¿Cómo era posible que no encontrara nada? ¿Acaso los monjes de Jashin no se encontraban en esa montaña? ¿Y si Daiki les había mentido? Podía ser que él fuera la mente maligna tras el robo y les estuviera dando falsas pistas para alejarlos de la verdad…
Desgraciadamente la risa de Kou sama le hizo darse cuenta de la horrible realidad. No habían encontrado la entrada del cubil de los jashinistas a pesar de haber pasado relativamente cerca de allí. La cara de Haru se puso roja por la vergüenza mientras el murciélago parlante ese seguía burlándose de ellos. ¡Maldición, cómo le dolía el orgullo! Por suerte no era la única que había quedado fatal, así que no era tan grave. Además, ahora tenía algo más en lo que pensar: qué hacer a continuación.
-Yo creo que deberíamos esperar. Retirar el sello por las buenas podría activar una trampa o una alarma. Deberíamos espiar la entrada para ver cómo lo desbloquean los monjes que habitan ahí.
Y así de paso descansarían un poco, que al menos a ella no le hacía nada de gracia haber gastado tanto chakra en una búsqueda infructuosa...
La sugerencia de Haru os viene al pelo, porque tal y como propone esconderos en los alrededores a la espera de alguien, sentís como la presencia de tres individuos se acercan de entre los árboles. Ni si quiera os hace falta haceros una mirada para saltar inmediatamente a una ramas cercanas, no sin antes Rai realizar un sello, provocando que el sello que estaba pegado a la pared volviera a mimetizarse con el ambiente.
Ya oculto entre las ramas de unos árboles veis aparecer a tres hombres: uno delgado y estirado, uno gordito y bajo y finalmente un calvo de estatura media. Por sus pintas jurarías que eran tres bandidos del montón, pero las túnicas negras con detalles blancos y rojos y la insignia de Jashin colgando de sus cuellos os daban a entender que eran sectarios.
— Pué no vea loh geniá que e segui a Jashin samá. Tenemo la vida solusioná. — Entre ellos comentaban y bromeaban sobre lo genial que era seguir a una secta que veneraba a un dios cruel y violento, que solo tenían que hacer cuatro tonterías para poder ganarse el pan.
— Tú, onde era la entrá? — Comentó el larguirucho al calvo, quien no estaba muy dispuesto a formar parte de la conversación y se limitó a ir en dirección a la entrada, ahí donde antes habíais revelado un sello. Con una secuencia de sellos el papel con el kanji verdad volvió a mostrarse y con un gesto de mano lo despegó, provocando que el trozo de pared que tenía detrás perdiera opacidad y revelara una entrada.
Una tirada de Presencia + Sigilo a dificultad 7. Con un éxito lográis ocultaros a la perfección, además de obtener un bonificador en combate en caso de que queráis emboscarles.
Justo cuando había tomado la decisión de esperar a los sectarios, empezaron a oír voces y pasos que se acercaban. Rai-sensei volvió a ocultar el sello de entrada y rápidamente fueron a ocultarse entre los árboles, esperando a que aquellos sectarios no los hubieran descubierto.
Cuando los aquellos tres individuos llegaron, Haru estuvo a punto de emitir un ruido de disgusto. ¿En serio aquellos perdedores eran parte del culto a Jashin? ¿Dónde estaban los fuertes y atractivos sobrios y solemnes adoradores de Jashin que ella se había imaginado? Desde luego, en aquella secta admitían a cualquiera. Pero bueno, el objetivo estaba cumplido, la puerta estaba abierta. La cosa era… ¿qué hacer ahora? ¿Esperar a que se fueran y abrir ellos la puerta por su cuenta? ¿O mejor emboscarles y noquearles para luego entrar por la puerta abierta? Parecían unos blandengues, igual lo mejor era machacarlos ahora y ahorrarse una batalla después. En voz super baja dijo:
-Rai-sensei, creo que lo mejor sería atacarlos ahora que los podemos pillar desprevenidos. Así tendremos el camino libre.
Motivo: Presencia + sigilo
Tirada: 5d10
Dificultad: 7+
Resultado: 6, 10, 4, 4, 4 (Suma: 28)
Exitos: 1
Motivo: Dieeez :D
Tirada: 1d10
Dificultad: 7+
Resultado: 8 (Exito)
No sé si servirá de algo, pero vuelvo a tirar el 10 (que me hace ilu haber sacado uno x3). De todas todas, tirada superada.
Mortificante como había sido el fallo, cualquier otro podría haberse escudado en la razón el genjutsu no era mi especialidad... no era el caso de Kikuro al menos. Que hubieran hecho su trabajo de forma táctica y concisa servía de poco si no eran capaces de desbaratar una técnica ilusoria que el enemigo hubiera establecido. Y por otra parte, que el enemigo fuera capaz de trazar técnicas ilusorias ancladas a un terrirorio no le consolaba demasiado sobre las posibles capacidades que podía encontrase dentro: alguien en aquella asociación, o ligada a ella, tenía un poder considerable. O la capacidad de extender contactos y pagarle para que lo hicieran con facilidad, que era para el caso lo mismo.
" Yo creo que deberíamos esperar. Retirar el sello por las buenas podría activar una trampa o una alarma. Deberíamos espiar la entrada para ver cómo lo desbloquean los monjes que habitan ahí."
-Hai
Convino sencillamente. Así no activarían posibles alarmas y entrarían como quienes entrasen.
...
"Bandidos"
Justo lo que necesitaban: idiotas que se habían atraído al culto por la llamada de beneficio y comida fácil y que servirían como esponjas desechables para los verdaderos escalones de degenerados mentales del grupo. Sentía poca simpatía por ninguno de ellos, pero suponía que era lógico; el mensaje del culto no era algo que atrajera a demasiadas personas, y no podían buscar adeptos libremente. El círculo externo tenía que estar formado por los despojos sin alineamiento que pudieran encontrar.
Buscó con la mirada el aviso de su sensei para que diera el visto bueno al ataque: dejar muertos inconscientes a aquel par de idiotas no debería ser la más difícil de las tareas.
¿Presencia? ¿No Astucia o Destreza?
Rai asintió a las palabras de la joven heredera y con un par de miradas al resto del grupo entendisteis lo que tocaba ahora. En cuanto el selló de la entrada fue despegado y la entrada fue revelada los tres os lanzasteis a los sectarios.
— Eze Ninjusu que ase tá to guapo... — El sectario larguirucho no alcanzó a decir mucho más, ya que acto seguido os vio saltar hacia ellos y simplemente se limitó a vociferar y articular sin control alguno tras desenfundar una espada curva. — ¡ORYAAAAAAAAAAAAAH!
Por otro lado el sectario calvo y el gordete parecían más calmados, pero ambos os miraban y no con muy buenas intenciones. El más corpulento de ellos empezó a correr pesadamente hacia vosotros y el larguirucho le siguió. Sin embargo vosotros teníais la ventaja.
En las tiradas de iniciativa se me ha olvidado poner una bonus a vuestras tiradas por emboscada, pero las he tenido en cuenta a la hora de ordenador los turnos. En vuestro primer turno obtenéis 1 dado extra a vuestras tiradas.
Tras dar las indicaciones pertinentes a sus compañeros de equipo, Haru tensó los músculos y se lanzó a por los tres sectarios junto a sus compañeros. Concretamente, se había lanzado a por el que ella juzgó el más fuerte de los tres, que era el más corpulento. Acumuló chakra en su puño para luego golpearle en su amplio torso.
-¡Juuken!
Con esa técnica se encargaría de hacerle el suficiente daño como para que se lo pensara dos veces antes de atacar y con suerte el resto del equipo se encargaría de los otros dos. Coser y cantar.
Calmado o no, poco le imprtaba a Kikuro.
Los ninjas salieron rápido de su escondite para acabar con ellos antes de que sus enemigos dieran el aviso: era una buena idea, y debían ser capaces de hacerlo rápido. Para cuando Haru había llegado a su enemigo, su compañero, que tenía la ventaja de la posición táctica, había llegado antes que ella. Una patada rápida con los geta de madera había conseguido que perdiera la guardia rápidamente (y que un diente saliera disparado por el camino), y en cuanto a su ataque...
retiró la Naginata tan rápido como se había clavado, arrancando tejido y sangre por el camino. Había sido demasiado lento como para impedir la técnica del hijo de los Hiramachi, para el que las consideraciones de elegancia o técnica eran secundarias en aquel momento y algo innecesario en la guerra, cruel por naturaleza: el objetivo había sido acabar con la amenaza de la alarma, y eso había hecho. Destrozándole el cuello para que no pudiera hablar. Además, así el veneno haría su objetivo, si es que conseguía sobrevivir a ese ataque.
Se recolocó en una posición de guardia y se dispuso a su siguiente ataque.
Korin, quien se había quedado detrás dejando hacer a sus compañeros, no tardó en hacer su movimiento para enfocar un ataque certero en el oponente acertado. Por supuesto que éste se trataba del sectario calvo, quien después del corte del samurái solo podía sostenerse sobre sus rodillas con ambas manos al cuello, tratando de detener sin éxito la sangre que salía a borbotones.
Tal y como se esperaba de un miembro de unos de los clanes más influyentes de la hoja, Sarutobi Korin realizó una secuencia de sellos y llevó una mano a la boca, ejecutando un ataque que no solo fue certero, sino también letal. — ¡Katon, Endan! — De sus labios salió una pequeña llama que en apenas un parpadeo tomó la forma de un proyectil de fuego que impactó y prendió en llamas al sectario.
En ese mismo momento el larguirucho de los tres emitió un grito desgarrador y no solo dejó caer su arma al suelo, sino que salió corriendo de vuelta al bosque mientras articulaba y sacudía sus brazos sin control alguno. El más corpulento de los tres no vaciló a pesar del hilo de sangre que fluía de su boca, al fin y al cabo por muy grande que fuera el puño suave de la joven Hyuuga dañó sus órganos internos. En lugar de salir huyendo como lo había hecho su compañero, éste recogió una piedra enorme del suelo y la alzó por encima de su cabeza. - ¡UOOOHHHHHH! — Gritó tal y como lo haría una bestia y bajó los brazos en dirección a Haru, sin embargo la piedra cayó antes de tiempo, con tan mala pata que en lugar de golpear a la joven heredera la piedra cayó sobre su pie. — ¡AUUUUUUU!
El larguirucho huye del combate. Haru, Korin, si queréis perseguirle podéis hacer una tirada de Agilidad + Destreza para esquivar al grandullón y atrapar al otro. Dificultad 7, al menos 1 éxito para conseguirlo. Kikuro, tú te encuentras detrás del grandullón. Puedes decidir si perseguir al larguirucho con un éxito automático (sin necesidad de tirar ni nada) o aprovechar tu posición ventajosa para atacar al que queda por la espalda, obteniendo 1 dado extra en tu primera acción.
Por otro lado el sectario calvo cae KO y se encuentra cerca de la muerte. Una vez finalice el combate podréis decidir si salvarle o no.
El ataque había sido un completo éxito, ya que, en una sólo embestida, habían conseguido derribar a uno, tocar a otro y hacer huir al tercero. Sin embargo Haru no pensaba permitir que aquel larguirucho se fugara sin más, no cuando podía conocer otras entradas a la guarida donde esperaban cientos de compañeros suyos.
La joven Hyuuga salió corriendo tras el sectario, adoptando la clásica postura de carrera ninja para ganar velocidad rápidamente. En cuanto le tuvo a tiro se abalanzó sobre él, consiguiendo detenerle mediante un poderoso placaje realizado con toda la fuerza que pudo emplear.
-¡No vas a ir a ninguna parte!
No si ella podía impedirlo, desde luego.
En un abrir y cerrar de ojos el combate se dividió en dos gracias a la cobardía del sectario larguirucho que trató huir con aquel desenfrenado movimiento de brazos y gracias a los reflejos y rápida reacción de Haru, quien no vaciló a la hora de eludir al señor corpulento que actuaba como un obstáculo en su camino y alzarse en un vertiginoso salto que acabó con un placaje que dejó fuera de combate al sectario huidizo.
Sin embargo Kikuro y Korin no se quedaron de brazos cruzados. Mientras uno cortaba con la despiadada Naginata, la otra realizaba unos casi imperceptible sellos que ya recordabais, finalizando con una bocanada de llamas que prendió las ropas del hombre. Con una herida sangrante y el fuego ejerciendo su perjudicial efecto, el último sectario en pie finalmente cayó al suelo, inconsciente por las heridas provocadas.
Finalizado el combate ahora se os planteaba un panorama totalmente distinto del que teníais antes de empezar. Si bien seguíais todos de una pieza, ahora teníais una entrada secreta abierta, dos sectarios inconscientes y uno presa de Haru en el suelo, llorando y sacudiéndose con gritos de piedad y lágrimas.
— YO NO HE HECHO NÁ, SOLTADME...
Asaltar la entrada, cerrar los morros al sectario consciente, tomar un delicioso aperitivo junto al anochecer... ¿Qué haríais en esta situación? ¿Por qué vuestro maestro no había movido ni un solo dedo para ayudaros? ¿Las gafas de sol de Kou no eran acaso una monada?
Tantas preguntas y una sola respuesta.
Finaliza el combate. Sectario calvo y corpulento inconscientes. Sectario larguirucho al suelo, con una señora Haru restringiéndole el movimiento tras un placaje. Toca decidir que hacer :D
Con dos sectarios fuera de juego y el tercero apresado, aquello era una victoria en toda regla. Haru mantuvo bien sujeto a aquel hombre larguirucho que se revolvía intentando escapar.
-¡Estate quieto o acabarás peor que tus amigos!
Luego pidió una cuerda y ayuda para amarrarle. ¡Ahora tenían a alguien a quién interrogar! ¡Eso era algo fantástico! Una vez con el sectario larguirucho atado y amordazado, por pura precaución, Haru fue donde sus compañeros.
-Hay que curar a los heridos y luego amarrarlos. Son prisioneros, no cachos de carne. Si podemos evitar que mueran innecesariamente, mejor.
Porque que los sectarios de Jashin tuvieran fama de crueles y sanguinarios no implicaba que ellos fueran a comportarse igual.
-Y aprovechando que tenemos a un tercero despierto y consciente, yo digo que lo interroguemos a ver qué sabe.
Si tengo que hacer tiradas o me he pasado de lista con alguna de las acciones descritas, avísame y edito master.
Aquello fue rápido. Asintió ante Haru, que controlaba al larguirucho (no parecía que fuera a dar problemas, pero el exceso de prudencia podía ser una virtud) y avanzó para comprobar que los otros dos no estuvieran muertos. Confirmado. Excepto en el segundo caso, en que si hubiera dejado la herida abierta hubiera acabado simplemente ahogándose con su propia sangre, así que le dio la vuelta poco ceremoniosamente con el pie.
"Si podemos evitar que mueran innecesariamente, mejor"
-Hum.
Y era un "hum" en el que podía nadar un pececito. Por lo que correspondía al cuarto hijo del clan Hiramachi, la pérdida de un jashinista no era exactamente una tragedia para lo humanidad, o en lo personal algo que le hiciera dudar dos veces: quienes se acogen a un dios de la fuerza pierden su derecho al de la merced.
"Y aprovechando que tenemos a un tercero despierto y consciente, yo digo que lo interroguemos a ver qué sabe"
-Buena idea -concedió, mientras empezaba a atar a los otros dos- Sugiero no gastar demasiadas energías en curarlos, si tenemos que hacer un esfuerzo: con estabilizarlos y esconderlos bastará. En cuanto a este pobre desgraciado, no parece saber nada...
Giró su cabeza hacia él.
-...pero cuanto más nos sorprenda en ese terreno, señor, mayores sus posibilidades de sobrevivir. Así que, le sugiero que se mantenga callado y colabore con nosotros.
Aún en el suelo, el larguirucho seguía retorciéndose tal y como lo haría un insecto, salvo cuando Haru le ordenó que se quedará quieto, momento en el que se quedó tieso como un palo y emitió una especie de chillido agudo que daba a entender que estaba muerto de miedo. Y es que no solo tenía a una intimidante Hyuuga de la rama principal, sino que escasos metros más allá de él podía ver perfectamente a sus dos compañeros hechos polvo en el suelo.
— ¡IIIIIIIIIIH! — Seguía gritando y temblando de miedo. En cuanto Haru se giró para sugerir tratar a los heridos empezó a sacudirse, intentando liberarse de las ataduras. Pero no solo no lo consiguió, sino que cuando Kikuro desvió la mirada hacia él se detuvo y empezó a llorar, gritando tal y como lo había estado haciendo hasta ahora.
— ¡YO NO OS DIRÉ NÁ, NÁAAA! — Con todo el lagrimeo no resultaba muy convincente, pero solo bastó con que Haru frunciera un poco el ceño para que empezará a hablar entre gritos.
— ¡IIIIIIIIIIIIIIIIH, YO NO SÉ NÁ DE NINGÚN FAVORITO DE JASHIN SAMÁ O ALGO ASÍ! — Ni si quiera hizo falta preguntar para que empezara a hablar. ¿A qué se refería con un favorito de Jashin?
El sectario está cagadito de miedo, así que cede inmediatamente a la interrogación.
El sectario calvo está inconscientes, el corpulento también, solo que en su caso tiene una peligrosa hemorragia que si no tratáis podría resultar fatal. Kikuro, hazme una tirada de Medicina + Inteligencia a dificultad 7, con al menos 1 éxito detienes la hemorragia (si lo consigues, no te hará falta gastar ningún recurso de tu equipo). En caso de fallar puedes decidir invertir 2 motas de chakra con Shousen no Jutsu para sanar su herida.
También puedes pasar de él y dejar que se desangre, tú decides u///u
Mierda, el larguirucho aquel estaba gritando como si le estuvieran despellejando vivo. Rápidamente Haru se acercó a amordazarle con un pañuelo de tela fuerte que tenía en el equipaje.
-¡Chsssst! ¡Silencio! No vamos a hacerte daño si nos dices lo que queremos saber. ¡Y por el amor de todos los Kamis, deja de chillar! Porque si nos descubren por tu culpa, serás el primero en morir.
No sabía cómo de eficaz resultaría esa estrategia de amenazas, porque la verdad es que no parecía que aquel sectario fuera muy bueno controlando el pánico. Pero bueno, de lo malo malo ya sabían algo. Jashin tenía un favorito. Ahora, ¿qué diantres significaría eso?
-Bien, ahora si prometes dejar de gritar, te quitaré la mordaza. Te haré unas preguntas y luego podrás irte con tus dos amigos, ¿te parece bien?
Luego miró a Kikuro.
-Estabilizarlos me parece bien. Símplemente evita que se mueran.