Partida Rol por web

El combate aun siguió durante un rato más. Fayther, orgullosa como era, se puso de pie intentando aguantar los embates del halcon, pero no lograba acertarle con su espada, y sus trucos de bardo poco servian contra el pajaro infernal. Finalmente cayó al suelo sin senido y chorreando sangre por todos los poros de su piel, el halcon le habia echo demasiadas heridas, más de las que podia soportar. Con un grito ahogado dejó que lo que quedaba de su vida se escapase por la herida de su pecho, y poco a poco terminó de desplomarse sobre el suelo de la casa. El halcón se posó en el suelo frente a su adversaria derrotada y humillada.

Terenthius levantó el brazo y el halcón fue volando hasta allí. La túnica se manchó con unas ligeras gotas de sangre, pero al mago no le importaba en ese momento. Acarició la cabeza del animal, y le dió permiso para que volviese a su plano natal. En una nueva nube de humo, el animal desapareció.

El alto elfo miró a Fayther con gesto altivo.

- ¿Por qué os metereis donde no os llaman?

Se acercó a ella y conjuró. 

¡Res´pa Magi ka detector! -  Sus ojos se volvieron de color blanco a medida que el detectar magia hacía su efecto. La intención era clara. No le importaba nada Fayth, pero sí las posibles cosas que pudiera tener. Ahora que no tenía alumno, tendría más tiempo para dedicar al estudio de artefactos mágicos. 

Fauther no poseia ningun artefacto magico en su morral.

Mierda... pensó Terenthius...

Lo más incómodo de todo ésto,... es que ahora toca limpiarlo...

Y acto seguido se puso a limpiar. Al día siguiente tendría que hablar con Lord Eckthelinar...

No duró mucho. Algunos de los objetos menores que tenía en su casa, como aquel trapo autolimpiable, ayudaban sobremanera en la tarea. Aún así, algo de sangre manchó sus ropajes y, con cara de asco, tuvo que cambiarse de ropa y darse una ducha.

Odiaba esas situaciones.

Se sentó en su butaca favorita, con la lumbre encendida. Miró uno de sus tratados sobre magia mientras pensaba en Fayther.

¿Habría podido salvarse? Por supuesto que sí. Era un conjuro de nivel inicial. Cualquiera podría con él usando un poco de inteligencia. ¿Cual había sido el problema de la bardo? Que pretendía usar la fuerza. Y que su conocimiento de las artes arcanas no es que fuera nulo, es que era inútil.

Ensimismado en tus pensamientos una extraña sensación te invade. Poco a poco notas como si se te durmieran los músculos de la cara, tus manos estan frias y tus piernas no te responden. Tu vela se apaga de repente con un soplido de aire y aun con todo, sientes una presencia en la sala que emana un calor descomunal, pero tu tienes sudores frios que te recorren. Sólo que ahora esta sensación ya la conoces. Y sabes que es lo que implica. Tu visión se vuelve de repente a blanco y negro, ves bien, pero en blanco y negro.

Oyes una risa.

Esa risa que te hiela la sangre, esa risa que sabes que se acerca tu hora. Una risa que hacia tiempo que no oias, pero que no te gusta un pelo. Esta vez tu mascota ha pasado de plano contigo. Pero Quiebratormentas ha puesto su totem sobre su cola y no puede separarse de él. Israel esta sentado en una silla al lado de la tuya y en tu hombro notas una mano que te aprieta con fuerza, a la vez que su cabeza se agacha para ponerse al lado de la tuya y decirte en la oreja

- No sabes como he esperado este momento. - Alkalik acaricia su guja lunar y la acerca peligrosamente a tu cuello. Israel te mira sentado en la silla con gesto de satisfacción.

- Veo que sigues en forma aprendiz, pero ahora ya te da lo mismo que sean de tu propia sangre. Eckthelinar te ha destrozado.

- ¿Qué quieres decir con eso, Israel? - Terenthius sentía miedo, pero no dejaría que su cara le delatase - Hice lo que me pedisteis, ¿no es asi? ¿Qué estais haciendo aqui conmigo?

Terenthius tenía ganas de escupir al elfo oscuro.

- Yo no mato gente en función de su raza, sino en función de si son incordios o no. O... como todo el mundo, si les odias profundamente.

- No te das cuenta de lo que ocurre ¿verdad? Has dejado de ser un alto elfo. Has caido en los brazos de la sed de magia. Ahora te da igual todo, solo quieres poder. ¿Que te diferencia de Illydan o de Gul´dan? Nada. Eres como ellos, capaces de destrozar el mundo entero si con ello obtienen un beneficio. Me das asco.

El tauren, que siempre habia sido muy silencioso comenzó a hablar

- Durante años los elfos nocturnos han vivido en paz con mi raza y solo aquellos que practicaban magia arcana en Kalimdor eran perseguidos, pues ambos sabiamos que iban a acarrear consecuencias nefastas. La Madre Tierra sufre cada vez que un demonio pone un pie en el suelo.- Se agacha para coger con su zarpa al pequeño diablillo, lo levanta hasta ponerlo delante de su cara y lo arroja al otro lado de la habitación.- Tu verás de parte de quien estas, pues aun no es tarde para ti. Libérate de tu sed de magia y podrás plantarle cara a Eckthelinar. Él ya ha pagado por su error, pero tu aun te puedes salvar. Y no te lo vamos a ofrecer dos veces.

Todo esto es muy confuso, máxime cuando una voz te susurra

- No los escuches, ellos no saben lo que te conviene, continua en este camino y alcanzarás un poder ilimitado.

A pesar de que entendía perfectamente la situación, el alto elfo pareció dudar antes de contestar:

-          No entiendo. Yo no tengo una sed de magia tan grande. Eckthelinar me mandó enseñar a esa chica o deshacerme de ella. Vosotros me dijisteis que tenía que acabar con la vida de alguien para que pudierais volver a la vida. Ahora me estáis diciendo que si me he vuelto un asesino y un demonio. Sé bien lo que busco en la vida, y sé bien que no me parezco en nada a Gul´dan o Ilidan.

Miró directamente a Israel.

-          Sabes que siempre he seguido órdenes. Por suspuesto que yo siempre he querido poder, pero siempre mis actos tuvieron una cabeza pensante. Yo no maté a vuestra compañía, Quiebratormentas, por iniciativa propia. Seguía órdenes. Lo mismo pasa con ésta mujer elfa.

Lo que Terenthius no dijo es que disfrutaba con cada una de esas muertes. Pero ahora misma, estaba tanteando el terreno. ¿Qué tendría que hacer? Su objetivo estaba claro, llegaría el día en que las amenazas de todos estos, fantasmas o no, no serían más que incordios. Y él tendría poder suficiente para deshacerse de todos ellos sin problemas. Pero igual, tendría que fingir de nuevo, quizás durante mucho tiempo.

Tus antiguos compañeros de aventuras se quedan mirando a Israel con gesto impaciente. Israel haciendo un gesto con la mano parece calmarlos

- ¿No te das cuenta verdad? Con cada muerte que cargas sobre tus hombros te acercas más a lo Eckthelinar espera de ti. Hoy es sólo una estúpida elfa, pero mañana podria ser arrasar un aula de alumnos poco capacitados. Con cada acto que hagas te acercas más a los designios de Eckthelinar. ¿Acaso crees que Eckthelinar se enfadó cuando supo que me habias matado? No. Estaba satisfecho con ello. Cada vez que usas la magia para cosas que podrias haberlo hecho por ti mismo dependes más de ella. Cada vez que permaneces en compañía de los demonios caes más en sus trampas.  ¿Acaso crees que tu diablillo te servirá eternamente? Un dia cometeras un fallo y en la escuela de magia ya vistes las verdaderas intenciones de Pagtog. Sólo quiere despedazarte y darse un festin con tus entrañas. Abandona ese camino y te podrás salvar.

Terenthius se permitió sonreír a pesar de la situación.

-          Ya sé que disfrutó con tu muerte. Y sé a quién sirvo y porqué lo sirvo. Ten en cuenta, Israel, que al igual que contigo, yo a Eckthelinar le sirvo porque me es útil. Estoy aprendiendo de él y tengo un amigo a mi favor. Si yo me uniera a vosotros y matara a los demonios que decís,… sería lo mismo que me pide él. ¿Qué diferencia hay?

El elfo sabía lo que estaba arriesgando, pero si quería fingir algo, primero tenía que parecer que era una decisión suya, y no forzada.

- Pero que necio has sido toda tu vida. Si matas demonios empleando la magia entonces estarás haciendo tu deber. El legado de los Kal´dorei no habrá muerto en vano si aun queda gente que lo recuerde. Si por el contrario te dedicas a usar a los demonios para tus propios bienes, y cuando digo demonios digo magia arcana suministrada por ellos, no eres más que otro del mismo palo que Illydan o Gul´dan.

Alkarik se levanta de su silla y se acerca a ti con gesto sombrio y a la par, alegre, eso no te da muy buena espina. El enano Theros, no levanta la vista de su martillo cuya maza reposa en el suelo, Quiebratormentas no para de escudriñar la habitación como si algo le inquietase en todo esto.

- Los espiritus que has matado ahora se cobran su venganza.- Israel se levanta de su sitio y acercandose a unos nuvarrones negros como un cuervo que hay en el suelo, empieza a retirarlos con las manos como si de pelusa se tratase y ayuda a Fayther a levantarse, parece desorientada pero al ver a todos esos hombres y a su shalafi con ellos rápìdamente se ubica y comprende la gravedad de la situación.

- Yo te maldigo shalafi, te malgido a que jamás puedas regresar a tu hogar, a que jamás puedas dormir en tu lecho, a que jamás logres el poder que ansias. Te destierro de este mundo hacia el mundo para la gente como tu. De ahora en adelante tu hogar será la tierra de las brumas. - Se acerca a ti y te coge de la pechera, te levantá con facilidad lo cual te asusta, a la par que te incomoda, Alkarik suelta un grito de rabia y avanza hacia la mujer elfa, pero esta, lejos de inmutarse, continua caminando contigo en las manos y te lanza por la puerta de tu casa a la calle. Al caer al suelo, la vista se vuelve a aclarar y vuelven los colores a tu imagen y a tu percepcion. Pero claramente, eso no es Silvermoon.

Espero a que me hagas la proxima intro, ok?

Pero tómatelo con calma que a mi me queda tiempo aún para saber si tengo o no internet... cuando me lo arreglen colagré circulares, entonces me la abres, ok?