Partida Rol por web

 Al entrar en el lecho de Francis, pudo encontrar a un rey bastante desmejorado, rodeado de dos doncellas jóvenes, del médico real y de Terence que al verla entrar se puso de pie. Las dos mujeres fueron retiradas por orden del consejero de Helena y Francis despertó cuando ellas se levantaron de su cama. El olor a enfermo era terrible, no cabía duda que aquellas mujeres debían estar allí por los beneficios que conseguían con Francis y no por amor. El médico negó con la cabeza mirando a la reina.

-No me lo explico, era una simple gripe pero no mejora. Al contrario, empeora.

Terence bajó la mirada y carraspeó un poco, luego el médico los dejó solos diciendo que volvería para la tarde, deseando que el rey hubiera mejorado un poco.

 -Su majestad...

Sus ojos se posaron en los de Helena y el rostro se le iluminó. Ya había echado a las dos mujeres y el médico ahora los dejaba solos con Francis que se incorporó en la cama, ojalá hablara un poco menos pero esa era una de las cosas que no se le iban a quitar nunca, ni muerto, según pensaba Terence. 

 - Mi Lord - saludé a Terence con una sonrisa y luego me acerqué al lecho de Francis

 - Vaya, veo que vais de mal en peor - miré su cara demacrada - ¿Espero que no sea nada que os contagiaran - murmuré un poco con venganza, me sentía aún muy dolida con el.

 - Esta tarde va a venir un noble, tengo que arreglar unos asuntos de tierras y dominios y el domingo voy a dar un pequeño banquete para la guardia para agradecerle su trabajo - le informé como si pudiera importarle algo - He oido que vuestro consejero está lejos y por eso Terence está con vos pero dado vuestro estado dudo que podais dar demasiadas ordenes y visitas, venía a ver si quereis que me encargue de algo - deje de pasear por la habitación y le miré 

 Francis miró a su esposa, estaba más contenta, más mujer y eso casi podía olerlo, estaba como nunca había estado con él. Quizás feliz porque pronto moriría, entonces se acercó a ella que había dejado de caminar y la sostuvo de la mano sin hacerle daño.

-Al fin os habéis dignado a venir... Quizás necesite de los cariños de mi esposa y quizás Terence pueda ayudarme.

Lo decía por decir, pues no tenía ni idea de que el hombre que estaba haciendo feliz a Helena, era él. Miró también a Terence con una sonrisa libidinosa, sabiendo que la reina sería el manjar de cualquiera. Al menos podría vejarla una vez más, quizás pero no era el momento.

-Terence, largo de aquí...

Apretó la mano de Helena para evitar que se levantara y sonrió con malicia.

 Terence se levantó violentamente de su lugar, los ojos llenos de furia y el corazón latiendo a todo lo que podía, incluso parecía que en cualquier momento se le saldría del pecho.

-¡DEJADLA! ¡No son formas de tratar a vuestra esposa, no es como una de esas que se acaban de ir!

Se acercó a él dispuesto a matarlo a golpes si no la soltaba.

 No me lo podía creer, Francis era odios incluso moribundo - No tengo intención de daros nada de lo que necesitáis - conteste mientras me agarraba de la mano con mas fuerza.

 Me asusté cuando Terence alzó la voz, no quería que el rey lo pagara con el - Teneis razón Terence - miré a Francis - No soy como esas si necesitais sucias caricias llamar a vuestras mujeres que solo están con vos pensando que tras vuestra muerte le dareis algo - le miré a los ojos con rabia - ¿Pero sabeis que? - dije de manera furiosa - Ni ellas, ni vos, vais a tener nada ni de mi ni de Francia - di un golpe seco intentando soltarme de su mano para marcharme

 Pero Francis no movió su mano ni un ápice y entonces Terence se acercó a ellos y tomó con fuerza la mano del rey para apartarla de la de Helena con tanta fuerza que hizo tronar el hueso de éste.

-Nunca más os podréis acercar a ella, sólo por sobre mi cadáver. 

Apartó a Helena poniéndola tras él. Francis se quejaba de dolor y no alcanzó a decir nada, sólo a imaginar que esa perra seguramente estaba revolcándose con Terence pero en cuanto mejorara, iba a encargarse de ellos dos.

-Vamos, su majestad.

 -Vayan pero ya os alcanzará mi mano cuando esté mejor...

Se desplomó en la cama, casi había sido demasiado aquel esfuerzo.

-Pero vayan con cuidado, no estén tan seguros de la gente que tengo detrás de vosotros.

 Ambos salieron al pasillo, sólo dos soldados flanqueaban la puerta pero Terence se llevó de inmediato a Helena, haciéndola pasar por un pasadizo que los soldados no vieron.

 - Terence - dije ya una vez fuera del lecho de Francis - Oh dios mio - estaba realmente preocupada - No deberíais haber echo eso aunque os lo agradezco - le miré a los ojos llena de temor, temía que Francis pudiera dañarle. Fuera del alcance de todos, le abracé con fuerza.

 - Mi vida no deberíais haberos expuesto de esa manera - jadee nerviosa 

 -Shhh, no digas nada... Casi pierdo la cabeza. Lo siento, amor mío, no quise preocuparte, lo siento tanto...

La abrazó con fuerza, dejando que el olor de ella y el contacto con su mujer y con su hijo lo tranquilizaran. La besó apasionadamente, presintiendo que quizás sería la última vez.

-Tienes cosas que hacer, ¿verdad?

No le agradaba nada que hubiera llamado a Guillaume pero no había mucho que pudiera hacer al respecto, además, no quería parecer un maldito enfermo e idiota como lo era Francis. No, él quería, con ella, ser diferente.

Asentí - Si, Lord Guillaume vendrá para tratar unos temas - le miré a los ojos - Terence - le miré a los ojos fijamente, sabía que tenía que ser sincera con el, se lo merecía - Quizás no querais escucharlo pero ... tengo que deciroslo - le tomé de las manos

 - Hace años ... quería a Guillaume, incluso iba a escaparme con el pero ... me fue imposible y terminé casasda con Francis - bajé la mirada - Quiero que sepáis que ... quiero llevarme bien con el, pero ... os quiero y ... que quiera volver a tener una amistad con Guillaume no significa que no quiera estar con vos, voy a tener un hijo vuestro y eres al único hombre que quiero en mi lecho - sentía el corazón encogido.

 Si todo fuera distinto, quizás Guillaume ... pero no lo era, por lo que no podía pensar en ello.

 - Quiero volver a hablar con Guillaume como en el pasado, sobre estrellas y flores ... pero como hombre, no quiero mas de el que su amistad, se que vos sabeis mucho de muchas cosas y no quiero preocuparos, sois el padre de mi bebe y podéis estar seguro de que así será siempre - mis ojos no se habían desclavado de los suyos 

 Terence acarició el rostro de Helena, volviéndola a besar como que en ello se le iba la vida.

-Amor mío, nada tengo que dudar de vos. Lo prometo. Pero no hablemos de esas cosas que apagan tus ojitos de tal manera que se me estremece el corazón, ven.

Con suavidad la cargó y luego de volver a propinarle sendo beso, la llevó hasta su alcoba, antes de entrar y en la obscuridad de los túneles, la besó suave y largamente.

 Sonreí - ¿Como podéis ser tan bueno? - dije sin entenderlo. Deje que me besara con tal pasión y se la devolví, me daba pena que me besara así porque parecía que fuera la última vez, pero el beso era tan sentido, que rápidamente me contagiaba de su entusiasmo por saborearme.

 - ¿Os preocupa algo mi vida? - pregunté acariciando su rostro dulce - Siento que algo os atormenta, quiero ayudaros - dije tomando sus manos. 

 El me ayudaba siempre, yo quería ayudarle a el