Partida Rol por web

Lo observé ponerse en pie, era realmente guapo y parecía que nos íbamos a llevar bien.

-Pues sólo habrá que desayunar con ellos, luego podemos hacer lo que nos apetezca, conocer la que será nuestra casa por ejemplo.

Me levanté y me aseé también. Esperaba a que me dijera que nuestra casa sería allí o si prefería por fin volver a su mundo, aún cuando esa idea no me gustara tanto.

- Aja – Dije comprensivo a lo del desayuno - ¿Nuestra casa? Claro

Mi tono iba porque Zafira parecía dar por sentado que íbamos a vivir aquí, yo para una temporada no tenía problema, pero… me gustaría volver algún día a mi tierra, tenía mi castillo, mis propiedades… mi clima… me quedé pensativo por todo esto.

Me acerqué a él viéndolo que se quedaba tan pensativo.

-¿Sucede algo?

Me acomodé frente a él, si una cosa había para mantener fuerte un matrimonio, esa era la palabra como siempre decía mi padre a sus cuatro esposas.

-No dudéis en decirme lo que sea, sidi.

- Pues… - ¿Y que pensaría ella de eso? Bueno, solo había una forma de averiguarlo y era diciéndoselo – Que me gustaría volver algún día a mis tierras, mi castillo y mis propiedades están allí…

Me apoyé en el banco de la cocina para mirarla y estudiar su reacción a mis palabras, era lo que tenía casarse así a lo rápido que igual habían cosas en las que no coincidíamos y sería sorpresa.

Bajè la mirada tras escuchar sus palabras, no querìa que leyera en mis ojos, aunque suponìa que eso era bastante difìcil de ocultar y que ademàs, era en vano, asì que volvì a levantar la mirada y la fijè en èl. Ya mi padre me habìa dicho que aquello podìa suceder, pero yo no querìa que pasara y sin embargo, sabìa perfectamente que no podìa negarme.

-Si es lo que mi Sidi desea... 

Intentè sonreìr pero no estaba de buen humor, asì que ni siquiera lo intentè con mucha convicciòn.

-Seguramente Alà nos bendecirà de camino a vuestro hogar y mi hogar està a vuestro lado.

Me entristeció ver su reacción más que evidente – Dejemos esta conversación para más adelante, no tengo prisa en regresar.

Me acerqué a ella para abrazarla, frotando levemente su espalda con mis manos - ¿Desayunamos? – Quizás lo mejor era cambiar de conversación, tratar algún otro tema y era bien sabido que con el estómago lleno se llevaban mejor las cosas.

Agradecì que cambiara de tema pero ya sabìa yo cuàles eran sus intenciones, mi padre no se habìa equivocado pero aùn sabièndolo, me casè con èl asì que tenìa que hacer frente a mis decisiones y sobre todo a las de alà.

-Si, serà mejor que lo hagamos... Padre debe estar esperàndonos.

Me dejè abrazar por èl, seguro que iba a acostumbrarme a aquello porque me gustaba mucho estar entre sus brazos.

- Claro, me acabo de vestir y cuando estés nos vamos – Suspiré lentamente.

Este tema era una de las cosas que no habíamos hablado antes de la boda ¿Nos casamos demasiado a la ligera? Aún seguía pensando que no, tenía que rehacer mi vida y para olvidar a Helena era lo mejor.

Me acabé de vestir y junto con mi esposa fuimos al desayuno con su padre.