Partida Rol por web

El Despertar del Mal - II - La Máscara del Dios Viviente

II - Un asunto peliagudo

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15/10/2015, 20:26
Capitán Walren

Ewem fue el primero en saltar al embarcadero cuando el Neblina Negra golpeó suavemente las balas de tela que los muelles tenían atadas en cada atracadero para evitar que los barcos golpeasen madera contra madera mientras éstos estaban anclados en el puerto.

¡ÁTALO FUERTE! – Ordenó como siempre hacía Walren a su grumete cuando llegaban a puerto mientras le lanzaba un par de cabos al goblin.

La entrada en Tamran fue deleitante incluso para Rhylen, que había conocido las esplendorosas calles de Puerta de Baldur y de otras ciudades de la Costa de la Espada. La ciudad había crecido alrededor del estuario lacustre que formaba el río Marideth en su desembocadura en el lago Encarthan.  La ciudad propiamente dicha estaba precedida por una serie de pequeñas islas propiedad del gobierno o de particulares adinerados que contaban con sus propios muelles privados. El Neblina Negra había seguido un trayecto previamente fijado para las naves mercantiles, las cuales eran obligadas a sortear estas islas para atracar en los muelles comerciales, en la parte suroeste de la ciudad

A pesar de que faltaban al menos tres horas más para que el amanecer despuntase en el horizonte los muelles distaban mucho de estar desiertos. Ya fuesen oficiales de marinería, encargados éstos de registrar los barcos que atracaban y de inventariar sus mercancías; simples marineros buscando en donde gastar sus recién adquiridas soldadas; o mercaderes madrugadores nerviosos por partir antes de que la tormenta se cerniese sobre la ciudad; el caso era que en ese momento había más gente caminando por la zona que personas en Kassen el día de las fiestas en honor al Dios Débil.

Diferentes olores que iban desde el intenso perfume que desprendían las cajas de especias al ácido olor de la brea con que se calafateaban los barcos inundaban el lugar. Grandes y altos almacenes sobresalían tras laberintos formados por grandes pilas de cajas y barriles. Las largas y bien empedradas calles daban cabida a una variead infinita de negocios regentados por gentes de todas las procedencias y razas. En definitiva, Tamran, era una gran ciudad.

Está bien compañerros… - Dijo el enano frotándose las manos contra los pantalones más por nerviosismo que por pulcritud. - Creo que aquí nos despedimos. En un principio creí que ese malnacido de Cygar me había engañado con respecto a vosotros, pero habéis demostrado ser unos buenos marineros. – Halagó a los allí presentes sin parar un segundo para tomar aliento, como si necesitase soltarlo rápido o en caso contrario no tendría fuerzas para hacerlo. - Procurren no meterse en líos. Yo tengo que aguardar aquí al oficial del puerto para informar de la carga y de…ese cacharro. ¿Qué vais a hacer con él? – Preguntó sin dejar muy claro si se refería al pirata o al Espino Gris.

Notas de juego

Han pasado 6 noches desde que salísteis de Kassen. En cuanto amanezca será el séptimo día desde vuestra partida.

 

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15/10/2015, 22:08
Rhylen Carsson

En los últimos coletazos del trayecto el grupo de viajeros lo pasaron sopesando el papel que desempeñarían al llegar a puerto y qué hacer con la “mercancía” recientemente adquirida. De todas las propuestas, la de Alétheia parecía ser la más apropiada y así lo fueron reflejando cada uno de los aventureros. Podrían mantener el anonimato, clave para misión, y además conseguir algo de dinero y un transporte para regresar a casa.

Con la decisión tomada, faltaba comunicárselo al capitán. El grupo esperaría hasta amarrar para hacerlo, esa era la idea, y aunque Rhylen estaba ansioso por pisar tierra, se veía obligado a conocer antes el transcurso de las negociaciones.

Tras las palabras del capitán enano, Rhylen clavó la mirada en sus compañeros para que intervinieran expresando lo acordado. Tenía muy presente que el poder de la palabra no estaba entre sus virtudes. – Mejor que hable alguien con más mano izquierda… sí, será mejor…, pensaba mientras a lo lejos trataba de divisar a dónde se dirigían todos aquellos marineros que agitaban las bolsas del jornal dispuestos a gastarlo… - hummm… por ese callejón de allí debe haber alguna taberna… seguro…

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15/10/2015, 22:58
Togo "El Niño" Overhill

Togo se maravilló con la imagen de la ciudad iluminada, desde la proa del barco y subido a la borda de la emoción,  presidía la entrada del Neblina Negra a los embarcaderos, totalmente maravillado por la belleza y encanto del lugar. No tardaron en atracar el carguero y el capitán Walren les dedicó unas palabras que sin duda sonaron a despedida. Sin embargo, según lo que habían hablado en secreto en el camarote, aún había algo que el enano tendría que hacer por ellos, aunque éste aún no lo supiera. Los jóvenes estaban un tanto desconcertados por las palabras del capitán y  Togo notó como el sr. Carsson le miraba  como pidiendo que alguien hablara.  O al menos así lo entendió el locuaz mediano que tomó la palabra en ese mismo momento, no sin cierta incomodidad por su parte, pues a pesar de que al final el enano había dejado en mera anécdota lo de llevar un polizón en su nave,  el capitán Walren seguía dándole algo de miedo. - ejem... ejem... carraspeó el pequeño como para coger impulso. - Verá maese Walren, la verdad es que nos gustaría que hiciera algo más por nosotros antes de despedirnos. Se trata de... bueno, ya sabe, el prisionero, el barco y este salvoconducto. Seguro que las autoridades de Tamram dan una buena recompensa por haber derrotado y atrapado el barco de estos piratas. Pero como sabrá,  Lastwall y  Nirmathas, aunque no están en guerra, son naciones rivales y claro, viniendo nosotros de allí... El caso es que preferimos que no se sepa mucho de nosotros en la ciudad. Así que habíamos pensado que fuera usted quien se encargara de entregar al prisionero y cobrar la recompensa. Además de hacer también la venta del bajel, pues nadie mejor que su merced para saber el precio justo a cobrar por él. Por supuesto, a cambio se llevaría una parte del total conseguido. ¿ Qué le parece? ¿ Podría hacer eso por nosotros antes de despedirnos? Al fin y al cabo, como bien ha dicho, hemos sido buenos marineros.... Bueno, u...u...uuunos mejores que otros.... pronunció  el avergonzado mediano, acariciándose la cabeza mientras bajaba ligeramente la mirada y movía uno de sus pies con la inocencia de un niño, en clara alusión a él mismo por haber viajado como polizón la mayor parte del viaje...

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16/10/2015, 12:14
Alétheia

Alétheia recogió todas sus cosas organizándolas en su pulcro equipaje. Guardó como un tesoro el cuadro del Sr. Carsson lanzando suspicaces miradas alrededor para que nadie lo viera. Cuando finalmente se acercaron lo suficiente a la ciudad como para percibir perfectamente las formas de ésta, se quedó extasiada mirándolo todo. No en vano había pasado la mayor parte de su vida encerrada entre las frías y húmedas paredes del Templo del Débil en Kassen. Ver una gran ciudad era algo muy excitante y así lo mostraba.

- Es precioso.- Les decía a sus compañeros mientras su mirada se posaba discretamente en el barbudo caballero.- ¿Estarás bien, Hosta?- Le preocupaba que el mal humor de la exploradora elfa saliera a flote pro la estresante actividad de una ciudad como Tamran.- ¿Y él?- Se esforzó por llamarlo por su nombre.- Rakna...¿podrá hacerlo?- Se refería a comportarse en la ciudad, más como un perrito faldero que como un salvaje lobo.

Cuando el barco atracó y Walren parecía despedirse de ellos, todos se miraron como indecisos. Finalmente fue el pequeño y dicharachero Togo quien tomó las riendas esta vez. Alé asentía a sus palabras dándole si cabe más peso e importancia.

- Desde luego las palabras de Cygar sobre usted no iban desencaminadas. A nuestra vuelta tendremos que agradecerle que nos pusiera en sus manos. Ha sido un placer, a pesar del contratiempo con los piratas...- Se mantuvo callada respetuosamente a la espera de la respuesta por parte del Capitán enano hacia su propuesta. Sin embargo quiso matizar algo en las palabras del joven mediano.- Por lo que usted mismo nos dijo podría sacar una buena suma, además del prestigio que ello conlleva. Estoy segura de que no quiere llevarse las glorias de otros por lo que, si así le parece, podríamos hacer un trato.- Apelaba al orgullo enano, sabedora de que ellos habían salvado su vida así como su adorado barco y valiosa mercancía. A su juicio Walren les debía un favor solo que ellos le estaban poniendo en bandeja la forma de devolverles la ayuda. - Espérenos en Tamran hasta nuestra vuelta y volvamos juntos a Kassen victoriosos.- Después de todo, ¿qué había hecho el capitán más que llevarlos por el río, por lo cual ya le habían pagado? Le estaban ofreciendo un jugoso trato que era difícil de rechazar y eso un enano comerciante debía saberlo.

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16/10/2015, 14:08
Tanyl Argenthor

Sí, el jóven Tanyl era un paleto. Había visto poco mundo, casi no había salido de su torre, tan solo hasta el pueblo más cercano donde debía encargarse del llevar la carga de sus maestros y donde encontró a su gato Fuzuli. Así que cuando vió por primera vez La Gran Ciudad sus ojos brillaban de ilusión. ¿Qué es eso?- preguntaba al afanado capitán. ¿Qué será aquello?- Atosigaba al goblin cuando el enano, harto de sus preguntas,le mandaba a tomar aire fresco.

Ansiaba el momento de bajarse de la barcaza y recorrer las calles que se abrian ante sus ojos. Un ligero maullido le recordó que no habían ido ahí a pasar el tiempo. Tenían una misión que completar.

Todavía tenía serias dudas de la forma elegida para afrontar la investigación, pero él se dejaría llevar. Con suerte la cosa se torcería y así tendría más oportunidades de dar rienda suelta a su poder.

Respecto a eso de 'volver juntos', parecía que estaban empeñados en hacer esperar al enano, pero sin saber a ciencia cierta si su investigación les llevaría a otros lugares. Pero bueno, a pesar que el capitán le caía en gracia (pues su paciencia habíase mostrado infinita), la idea de hacer perder tiempo a Walren dejaban al práctico hechicero indiferente.
Ya hacía horas que había preparado su mochila, Fuzuli roncaba en el petate, Tanyl dispuesto a continuar su aventura.

Notas de juego

¿Hemos refrescado conjuros?

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16/10/2015, 16:31
Hostawen

Rhylen parecía estar sosegado ante una ciudad tan imponente como aquella. Walren y Ewem estaban más que acostumbrados. Tanyl parecía ansioso de conocimientos y Alétheia maravillada. La ciudad se reflejaba en los ojos de Togo, casi parecía un cuadro fidedigno. Ojalá la elfa pudiese sentir lo mismo. Su corazón se sobrecogió al ver aquella ciudad infinita, acostumbrada al bosque de Fangwood y a la villa de Kassen nunca imaginó que algo así pudiese existir. Había escuchado hablar sobre las ciudades, pero nunca podía haber creído que pudiesen ser reales. El ruido ensordecedor del bullicio mercantil mañanero taponaba sus oídos. El olor a pescado anulaba sus sentidos. -¿Cómo podían haber pescado tanto? ¿Cómo podían abusar de aquella manera de los frutos del lago? ¿Acaso esta ciudad necesitaba de tanto alimento para subsistir? ¿Podía el lago abastecer aquella demanda?- La elfa estaba más que abrumada y sobrecogida. Para cuando Alétheia preguntó si estaría bien, la elfa se mostraba pálida y algo mareada. -Eso creo, querida.- contestó elegantemente cogiendo su regordeta mano. Cuando preguntó por el lobo, parecía incluso peor que Hostawen. Se movía de proa a popa nervioso, jadeante, cargando con la lengua y con lloros nerviosos. Al principio sí que hizo ademán por tocar suelo firme en su empeño por abandonar la embarcación, al ver a Ewem hacerlo. Luego se arrepintió. La negociación con el capitán comenzó mal, aquel mediano no debería haber tomado la iniciativa y la elfa no dijo nada por su malestar, si no bien que hubiese reprendido aquella actitud. Por suerte, nuevamente Alétheia, mujer sensata y devota recondució la negociación para tener como objetivo un pasaje de vuelta a manos de un capitán de confianza. -Aquí hay muchas cosas que hacer mientras esperas...- dijo con cierto malestar la elfa. -Seguro que encuentra algo de diversión.- dijo intentando ser agradable y ocultando sus ansias. -Bien hecho, Alétheia.- dijo a su amiga mientras se apoyaba en sus hombros.

Notas de juego

Si refrescamos conjuros me curo antes y así aprovecho los hechizos.

 

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16/10/2015, 20:53
Capitán Walren

El enano mesó sus barbas mientras meditaba la propuesta de los cinco tripulantes. En efecto, el conocía a gente que posiblemente estaría interesada en el bajel pirata y, de no ser así, siempre podría venderlo a algún armador para que lo utilizase para el tráfico fluvial.

Ya veo… - Comenzó, rompiendo su obligado silencio al escuchar educadamente las propuestas. – Sí, yo podría hacerme cargo de esa escoria y del barco también. – Confirmó con una seguridad tan palpable y evidente como que él mismo era un enano. – Conozco algunos tipos que podrían estar interesados en el barco. Puede que consiga en torno a unas quinientas  piezas de oro por él si antes de entregarlo le hago alguna reparación sin importancia. Poca cosa. – Después, tras arreglarse los bigotes con la punta de los dedos, se dirigió hacia el corsario de Molthuni. – En cuanto a él, lo entregaré a primera hora de la mañana, tan pronto los estibadores descarguen el Neblina Negra. – Comentó con una impaciencia que quedaba reflejada en el continuo repiqueteo de la punta de su bota contra las maderas del muelle.

Dicho esto se volvió hacia Alétheia. – No tengo pensado dejar Tamran hasta que hayan pasado un par de dekhanas, tres a lo sumo. Como mucho, si me alejo de aquí, llevarré alguna carga de poco valor a poblados de las orrillas del Marrideth, y eso suponiendo que haya alguna carga que llevar. – De que sus palabras estaban cargadas con sinceridad propia de uno de los de su raza no cabía duda alguna, pues para un patrón de barco como él no salía rentable dejar un puerto hasta que no hubiese una buena carga que llevar de vuelta a su puerto de origen. – De todas formas, si queréis, os informaré con tiempo de lo que vaya a hacer. Conozco una posada no muy lejos de aquí, se llama La Última Comida de Gar. Es un buen sitio para alojarse, barato, seguro y sin mucha chusma. Si os alojáis allí yo mismo os llevaría el dinero tan pronto lo cobre, que puede ser hoy o mañana. Conozco al dueño, es un buen tipo a pesar de ser tabernero. Su nombre es Puglas. Puglas Tamall.

 

Notas de juego

No, no habéis recuperado hechizos aún. Lo haréis cuando descanséis esta noche.

Son las 3 de la mañana.

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16/10/2015, 21:46
Rhylen Carsson

Mientras se llevaba a cabo la conversación con el capitán, Rhylen pudo comprobar como los rostros de sus compañeros se maravillaban entre las estructuras y la actividad de la ciudad. Todos menos Hostawen, que parecía comenzar a sentirse algo incómoda desde que amarraron el barco. – Se habrá mareado, pobre…

Rhylen andaba muy lejos del sentimiento que inconscientemente mostraban sus compañeros. Para él Tamran tan sólo era una ciudad más de las muchas que había visitado, bien debido a los viajes de su trabajo cuando aún era un soldado honorable, bien visitando de forma errante las tabernas que se encontraba en los poblados que salían a su paso.

Por suerte las negociaciones, al igual que el Neblina Negra, llegaron a buen puerto. Era un trato excelente para ambas partes, algo que un enano sabría valorar fácilmente. – Entonces, trato hecho, intervino por fin a la vez que ofrecía su mano a Walren para estrecharla como símbolo de acuerdo. – Es hora de movernos, entonó, - A ver si recuerdo como se caminaba sobre tierra firme..., llegó incluso a bromear mientras bajaba del barco. Era evidente que el carácter del viejo guerrero había cambiado drásticamente, ¿las razones?, algo más que evidentes.

-Suena bien esa posada de la que hablas, comentó a la propuesta de Walren. – Si eres tan amable de indicarnos por dónde ir, pasaremos allí la noche y nos reuniremos por la mañana. ¿Estáis de acuerdo?

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16/10/2015, 23:36
Togo "El Niño" Overhill

Estupendo!! - Pronunció Togo con entusiasmo. Vayamos a Hospedarnos en esa posada y descansemos hasta mañana. Veréis como esta grandiosa ciudad nos depara buenas cosas. Dijo el mediano mientras se acercaba a acariciar a Rakna, sabedor de que tanto el lobo como su dueña no se encontraban muy a gusto allí. Quizás haya algún gran jardín donde podáis sentiros como en casa. Una ciudad como ésta debe ser el origen de un sin fin de historias y leyendas. Ojalá algún bardo visite esa posada y podamos así conocerlas. Escuchar a un bardo es como volver a vivir las historias, ya veréis como termina por gustaros esto. Lo único que hay que hacer para no tener problemas en una ciudad es saber a dónde y con quien vas. Y en estos momentos es lo que sabemos. A si que adelante, vayamos a esa posada. Sin duda Togo estaba realmente emocionado. Él ya sabía lo que era una ciudad, pues no fue poco el tiempo que pasó en Skelt con su amigo Jimes "Pococambio", de correría en correría y de taberna en taberna viviendo de la "generosidad" de las gentes de allí.

Pero parecía que había alguien más interesado que el mediano en llegar cuanto antes a la posada. Sin duda el señor Carsson estaba deseando sentarse frente a una buena y repleta jarra de vino. Sin embargo, esto no era Kassen. Aquí, una mala palabra o mirada equivocada a la persona adecuada podía significar el inicio de una cruenta pelea. Quizás lo mejor para todos (menos para el propio Rhylen, claro) sería mantener al sr Carsson lo más sobrio posible hasta la vuelta. Pero ¿ Cómo podrían hacerlo....?

Dígame maese Walren ¿ En qué zona están los peores locales de la ciudad? En el puerto quizás?

Notas de juego

Mi próximo post será en élfico ¿ Alguien más lo entiende además de Talyn y Hostawen? Rhylen no por favor!!!!!!

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17/10/2015, 19:37
Alétheia

Con todo arreglado e indicaciones de hacia donde dirigirse, el peculiar grupo se puso en camino a través de las abarrotadas calles de Tamran. Alé iba pendiente de su amiga Hostawen en todo momento, en el caso de que se sintiera indispuesta y vigilando sus heridas.

- Quizá mañana podríamos salir a comprar algo, ya verás cómo eso te levanta el ánimo.

Pero también le preocupaba el viejo guerrero al que se acercó y le pidió permiso para caminar a su vera tomándole del fuerte brazo.

- ¿Me permite?- Era una simple fórmula de cortesía pro lo que no esperó respuesta y entrelazó su brazo con el suyo.-  Una taberna. La Última Comida de Gar.- Repitió el nombre que les había dado el capitán.- ¿Usted habrá estado en muchas, ¿verdad?Yo sólo he conocido una, la de Kassen, y desde fuera. Aunque me gusta el vino y la cerveza siempre he pasado la mayor parte del tiempo encerrada entre cuatro paredes, como un ratón de biblioteca.- Volvió a corroborar que Hostawen estaba bien y que los otros les seguían. Su rostro se tornó a uno serio pues la preocupación comenzaba nublar su mente. El Sr. Carsson llevaba muchos días sin beber y parecía ansioso por ir a descansar aunque, para ser sinceros, Alé pensaba que lo que le pasaba es que no podía estar un minuto más sin algo con lo que refrescar el gaznate, y no precisamente agua.- Ejem...- No sabía ni como empezar.-...ha sido un buen trato el que hemos hecho con Walren. Así gozaremos de la discreción que requiere nuestra misión. Ahora debemos actuar con máxima cautela y no estropearlo todo...¿verdad, Sr. Carsson?- Miró a los lados y a su espalda esperando el apoyo de los demás.- ¿Verdad?

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17/10/2015, 21:51
Togo "El Niño" Overhill

- Sí, sí, claro... El mediano entendió enseguida el comentario de Atletheia, sin embargo parecía difícil encontrar el modo de evitar que el sr. Carsson se mantuviera sin probar el alcohol durante el tiempo que estuvieran en Tamran. Debemos hacer lo posible por no llamar la atención en la posada, ni en ningún sitio claro... Para eso hemos renunciado al honor de ser reconocidos como los que derrotamos a esos piratas. No debemos hacer nada que  llame la atención de la gente...

Dijo Togo con la clara intención de que el señor Carsson se diera por aludido. Pero el mediano temía que el anciano no se mostrara muy colaborador ¿ cómo podrían aplacar el ansia y deseo del veterano guerrero  por la bebida? Algo tenían que hacer...

 Laurie lantar lassi súrineninyalemíne rámar aldaroninyali ettulielle turme márienanduniesse la míruvórionVarda telúmen falmar kírienlaurealassion ómar mailinon.Elentári Vardan OiolossëanTintallen máli ortelúmenenarkandavá-le qantamalle túliere falmalillon morne sindanórieno mírinoite kallasilya Valimar. 

Pronunció Togo  

 

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17/10/2015, 22:14
Togo "El Niño" Overhill

Sr, Carson ¿ Usted habla élfico? Pronunció Togo, que al ver que el anciano no lo entendía continuó - Deberíamos hacer algo, pero ¿ A alguien se le ocurre qué hacer? Si el sr. Carsson empieza a beber lo hará sin medida, bien lo sé yo. Y os podéis imaginar, Si no hacemos algo se acabó la discreción. Puedo adelantarme con la excusa de ver si la posada está abierta y hacer lo imposible para que el posadero no le sirva nada, al menos esta noche....

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18/10/2015, 06:43
Tanyl Argenthor

Tanyl caminaba junto a Carsson por las calles de aquella grandiosa ciudad (lo ciudad más grandiosa que había visto por el momento). Dejando inundar sus sentidos por las distintas sensaciones; desde el asco al intenso olor a pescado del muelle a la admiración por tan intrincadas estructuras en las calles y viviendas. ¿Habrían construido la ciudad con magia?
Se había colocado al lado opuesto de Alethia, junto al guerrero, pues parecía que éste era el único que no se sorprendía ante aquel enorme asentamiento humano, asi que el ajado hombre fue centro de las preguntas del semielfo.

¿Por qué las calles son de piedra y no de tierra? ¿Por qué las casas están tan juntas? ¿Qué es ese edificio? ¿Y aquél? ¿Dónde tiran la basura? La guardia patrulla las calles?...- y así sin descaso hasta que el mediano le interrumpió para reunir a Hostawen y a él y decirles unas palabras en élfico.

Podríamos dejar que se pusiera ciego lo más rápido posible y ponerlo a dormir. Luego quizás comprarle unas pociones de neutralizar veneno para que, por la mañana se encuentre bién. Pero no sé. Creo que lo mejor sería hablar con él. Espera que voy a intentarlo. - respondió entre susurros al mediano en común antes de colocarse de nuevo junto al guerrero, decidido.

Y es que, aunque comprendía las buenas intenciones de Togo, no creía que el secretismo fuera la forma de combatir la adicción del viejo guerrero. Y ya que nadie parecía tener el valor de decírselo a la cara, decidió hacerlo él.

- Señor Carsson, nos preocupa que se ponga a beber demasiado en la taberna y luego no esté preparado para la misión. ¿Podría, por una vez, mantenerse alejado de la bebida por el bién de Kassen? Luego, cuando volvamos victoriosos, seguro que le harán fiestas todos los días donde podrá beber gratis. ¿Qué le parece? ¿Podrá mantenerse sobrio unos días?

Notas de juego

Vamos a hacerle una 'Intervención' :D

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18/10/2015, 10:24
Rhylen Carsson

Caminando por las calles de Tamran, primero Alétheia y después el resto, a excepción de Hostawen que se mantenía retraída desde su llegada, abordaron a viejo guerrero.

Comenzaron con sutilezas y preguntas a las que Rhylen no dudó en ir respondiendo de la mejor manera posible: - Estoy de acuerdo, Alétheia, respondió a la pitonisa cuando hizo hincapié en mantener la discreción, algo que al instante fue también reforzado por el mediano, - …pero también os digo que estas tabernas son un lugar idóneo para obtener algo de información sin levantar sospechas…, comentó alegre al ver como su objetivo se encontraba cada vez más próximo. – Supongo que cada pueblo construye sus edificios con los materiales que tiene más al alcance. Si están tan juntas será para aprovechar mejor el espacio, ¡yo que sé!..., contestaba a Tanyl hasta que Togo comenzó a hablar en un idioma conocido por el guerrero aunque inentendible para él. - ¿Y tú por qué hablas ahora en elfico, chico?, le pregunto clavando su mirada en él. Aquella acción no le gustó ni un pelo a Rhylen, además de considerarlo una falta de educación, y así se lo hizo saber con su mirada inquisidora.

No había llegado a responder el mediano cuando Tanyl intervino de nuevo, aunque en esta ocasión de una forma mucho más directa. En sus palabras se podía apreciar seguridad a la hora de decirlas aunque también un ligero timbre de temor por la reacción del viejo.

Rhylen frenó en seco el avance. – ¡HUM!, suspiró contrariado como tantas veces hacía cuando algo no le gustaba. Escupió al suelo y se giró hacia el hechicero mirándole fijamente a los ojos con rostro serio. Tan sólo fueron unos segundos pero para Tanyl parecieron una eternidad…

-Entiendo…, dijo por fin en un tono bajo. Tras ello Rhylen fue clavando su mirada en el resto de componentes del grupo, dejando eso sí a Hostawen un poco al margen pues ya tenía suficiente la pobre elfa. – Y veo que todos opináis igual…, dijo tras observar el gesto de sus compañeros uno por uno hasta volver a clavar de nuevo su mirada en Tanyl. – Te aseguro muchacho que ni todo el vino de ese antro impediría que acabe con mis enemigos a la mañana siguiente, comentó desafiante a la par que su rostro se aproximaba cada vez más a del hechicero. Tras ello se dio paso a una larga pausa. Tanyl, que ya notaba el aliento del viejo contra su nariz, comenzó a temer que todo aquello terminase con un puñetazo en su rostro…o algo peor… y ese nerviosismo lo manifestó inconscientemente con un movimiento rítmico e incontrolado de su pierna derecha.

- Bien…, exclamó tratando de recuperar la compostura y sosegarse. Con esa acción el viejo pensó haber zanjado aquel asunto, sin embargo la reciente conversación sobre no levantar sospechas le obligó, aunque de muy mala gana, a proponer algo. – Como os he dicho, las tabernas son un lugar ideal para obtener algo de información…. y en gran parte es debido al alcohol que sirven en ellas. Puede aflojar de manera sorprendente tanto la lengua como la vejiga de un individuo, comentó dándosela de un experto en la materia. - … cuando lleguemos... os esperaré en la habitación acompañado de un par de botellas, dijo al grupo para después volverse a dirigir de nuevo al hechicero. – NADIE impedirá que obtenga mi recompensa después del puto infierno de viaje que he sufrido. Nadie..., comentó mientras golpeaba con el dedo es escuálido pecho de Tanyl. – Además… ¡¡me ayuda a conciliar el sueño!!, sentenció dando la espalda al grupo para iniciar de nuevo la marcha y con el dedo índice zarandeándolo y apuntando al cielo. 

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18/10/2015, 11:12
Tanyl Argenthor

Al jóven semielfo se le hizo un nudo en la garganta cuando Carsson se enfrentó al pobre diablo. Cerró los ojos esperando el puñetazo, pero cuando éste no vino (tras lo que le pareció una eternidad), abrió los ojos y se relajó. Tenía un montón de otras sutilezas en la punta de la lengua para el viejo guerrero, pero prudentemente decició mantenerse callado esta vez.

Cuando siguieron la marcha, echó una mirada al mediano como pidiendo disculpas; sinceramente pensó que habría sido la mejor manera de hacer entrar a Carsson en razón, pero no había funcionado.

Incoscientemente se tocó la nariz para asegurarse de que aún seguía de una pieza.

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18/10/2015, 13:24
Hostawen

La elfa se sintió apagada ante el bullicio que aquella ciudad era capaz de generar. Por suerte tenía a Alétheia para calmarla y apoyarla. Sería duro adaptarse, pero no imposible. Las palabras élficas del mediano hicieron salir a Hostawen de su trance. Su lengua materna hablada de una forma tan ruda y lejos del elegante estilo que podía destilar un elfo. Arrastraba en demasía las eses y no aspiraba las vocales abiertas, aún así era comprensible lo que decía. Y lo que decía no era bueno. Una de las cejas se levantó al escuchar las pretensiones del pequeño amigo. Sin duda, era un ser ajeno al peligro, eso no había que confundirlo con valiente. Era algo parecido, pero peor. Porque no comprendía el peligro que desentrañaba y confiado atacaba el problema a su manera. Tanyl no pareció mucho más hábil. Decidió atajar el problema cogiendo el toro por los cuernos. Lo que hizo brotar una sonrisa a Hostawen. -Atenta.- dijo con una sonrisa picarona a Alétheia. El semielfo dio una orden a Rhylen en un intento por privar su vicio favorito. -Jajaja.rió ante la respuesta de Rhylen. Aunque la risa duró poco. La fría mirada del sr. Carsson era capaz de atravesar la piel. La tensión y el nerviosismo era más que palpable. Casi parecía que sus fuertes nudillos fuesen a desmontar al semielfo. Por suerte, Hostawen se escapó de aquellas miradas y era el mejor momento para apoyar.
-No os equivoqueis compañeros.- comenzó diciendo a Tanyl y a Togo. -El sr. Carsson es todo un caballero...- continuó tras una pequeña interrupción. -Si quiere ir a las tabernas es por información. Es un profesional, sólo beberá, su fuerte constitución, capaz de aguantar más que sus adversarios, le hará recabar toda la información que desee. Tiene muchos años de experiencia, nunca se dejaría engañar como a un novato...- dijo en defensa de su amigo. Aún sabiendo que su interés era por puro vicio. -El sr.Carsson nunca nos abandonaría.- dijo agarrando la mano de Alétheia. -¿No es así?- dijo poniendo una mirada tierna y desprotegida al honorable guerrero. Así quitaba del foco a Tanyl quien casi sentía un nudo en su traquea.

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18/10/2015, 23:30
Togo "El Niño" Overhill

Acto seguido de que Togo dejara de hablar en élfico, Rhylen quiso saber por qué y a tenor del modo en que lo pedía parecía más una exigencia que simple curiosidad. El anciano parecía ofendido a la vez que  enfadado. El mediano, asustado por la reacción del anciano, se refugió tras las "faldas" de Aletheia sin saber muy bien que decir. Por suerte para él, Talyn  tomó la palabra y  sin más reparos ni vericuetos verbales le pidió directamente al señor Carsson que no bebiera hasta volver a Kassen. Y la reacción del anciano guerrero no se hizo esperar y a punto estuvo de responderle con un buen puñetazo. Sin embargo todo quedó en un enfado considerable. Pero los motivos por los cuales Rhylen explicó que bebería no convencieron a Togo... Pues yo me entero de muchas cosas en las taberna y fuera de ellas y no me hace falta tomarme ni una sola copa para eso... Sin embargo, el mediano no se atrevió a decir nada al visiblemente enfadado guerrero. Nunca lo había visto de esa guisa, casi que prefería que volviera a beber y que volviera a ser el simpático y taciturno ancianito de siempre. Hostawen intentó calmar los ánimos del sr. Carsson haciéndoles pensar que  Rhylen era capaz de controlarse y beber sólo lo necesario para sacar información a alguien. Sin embargo Togo  sabía que eso no era así. El sr. Carsson bebía sin medida y una copa le llevaba a otra copa. Tan solo la falta de monedas con las que pagar o la inconsciencia del viejo podían impedirle seguir bebiendo. Bien lo sabía Togo que, como camarero de Las Siete Platas, había sido testigo de no pocas borracheras del señor. Pero bueno , el caso es que la elfa consiguió calmar los ánimos y el mediano aprovechó ese momento para dejar las protección que le ofrecían las carnosas piernas de la sacerdotisa

Bueno, creo que lo mejor será que me adelante a la posada para asegurarme de que está abierta y nos pueden hospedar. No vaya a ser que tengamos que buscar otro lugar...

Y el pequeño Togo avivó su paso y siguiendo las indicaciones del capitán Walren se dirigió hacia la posada.

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19/10/2015, 20:04
Hostawen

La elfa silbó a Togo antes de que se fuera. Le guiñoó un ojo -Vael l'amare droevis.- susurró con una voz tan dulce como la miel y tan armoniosa que casi parecía una melodía de una canción. Toda una lección para el pequeño mediano que casi había violado con su forma tan ruda de usar su amada lengua materna. Pocos habían escuchado a Hostawen hablar élfico y los que lo habían hecho eran elfos. Rakna siempre que escuchaba esa melodía levanta una de las orejas y miraba atenta a Hostawen, nunca lo había hecho en público, pero junto a su amigo había cantado en élfico. Rakna siempre reaccionaba igual. Intentando imitar los acordes con bostezos. Tirarse junto a Hostawen y rascarse en la hierba hasta que caía rendido. Eran los mejores sueños del cánido amigo, los inducido por una suave brisa melódica.

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19/10/2015, 20:09
Hostawen

-Recuerda, nada de alcohol.-
 

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19/10/2015, 20:16
Puglas Tamall

Las retorcidas calles que rodeaban la zona portuaria eran un intrincado laberinto repleto de oscuras sombras que acentuaban más aún la sensación de inseguridad del transeúnte casual que acababa llegando allí ya fuese porque se había perdido o porque, como era el caso, había llegado a la ciudad a bordo de un barco de mercancías. Y es que, normalmente, para el más común de los mortales que llegaba a Tamran, ya fuese para disfrutar de sus exquisitos restaurantes, de su barrio de la artesanía o para hacer negocios relacionados con la exportación de salazones de pescado, lo más normal era atracar en los muelles de la zona norte, mucho más iluminados, mejor patrullados y, definitivamente, más seguros a esas horas de la noche. Sin embargo, ya fuese por el aspecto inocente de Togo o por su pequeño tamaño que le convertía en una figura prácticamente invisible, nadie apareció para importunar al atrevido mediano.

La Última Comida de Gar se hallaba situada en la parte intermedia de una calle que a duras alcanzaba la suficiente longitud o amplitud para ser definida como tal. Alguien la definió en su día como la grieta mejor aprovechada de todo Tamran. Era cierto y Togo fue el primero en poder apreciarlo. Cuando el mediano llegó hasta la ennegrecida e hinchada puerta del establecimiento se percató de que si alguien hubiese caminado en sentido contrario al suyo hubiese tenido que pararse forzosamente hasta que la puerta de la taberna estuviese cerrada para poder continuar su camino. La luz del interior a duras penas escapaba a través de la suciedad adherida a los cristales, los cuales, misteriosamente, seguían siendo los mismos desde el día en que se construyó el local muchos años atrás; Togo imaginó que desde ese mismo día tampoco habían conocido el contacto de un paño húmedo sobre su superficie. Lo que sí escapaba de allí dentro, aparte del olor a pescado asado y a leña, eran las voces de los parroquianos conversando a voz en grito y sus grotescos graznidos semejantes a risas.

 

El ambiente y calor reinante abofetearon al mediano en su inocente rostro tan pronto éste traspasó el umbral de la puerta. Aquel calor húmedo era producto de las intensas llamas que devoraban los grandes leños colocados en las dos chimeneas enfrentadas de las que disponía el local que hacían sudar a mares a la veintena de personas que se daban cobijo en el alargado salón a esas horas de la noche. La condensación de ese sudor en las altas vigas del techo provocaba que cuando uno se abría paso a través de la neblina formada del humo del tabaco y del que escapaba de las chimeneas sintiese como si realmente aquella niebla fuese real, más propia de la que escapa del río o del lago en las frías mañanas invernales. Ese sudor que también caía desde el techo en forma de grandes goterones formaba unos charcos que al evaporarse por efecto del calor volvía a ascender creando un ciclo infinito de sudor que ascendía, se precipitaba  y volvía ascender. Sin embargo los allí presentes parecían no reparar en aquello en absoluto, y eso que tampoco estaban tan borrachos como el señor Carsson en un día normal en las Siete Platas.

Como era de esperar Togo levantó multitud de inquisitivas a la par que divertidas miradas a su paso. Aquella aparición desde luego escapaba a lo que cualquiera de ellos hubiese esperado ver atravesar aquella puerta no ya de noche, sino a cualquier hora del día.

Desde detrás de la barra, el posadero, un hombre barbudo que recordaba a un oso enfurecido, de amplios hombros y que carecía de un brazo, escrutó al mediano de una forma tan intensa que Togo pensó que su vista podía atravesar la ropa únicamente por la intensidad de su mirada.

¿Te has perdido, joven? – Preguntó no obstante con un tono considerado y amigable que poco tenían que ver con su fiera apariencia.