Partida Rol por web

Ver a Gunther emprenderla a hachazos con el cadáver del enano no es nada edificante, pero es diez veces mejor que la historia para no dormir que nos cuenta Gemme. Si es algún tipo de broma no tiene ninguna gracia y si no lo es...

—¿De-demonios, dices? —balbuceo, conmocionado, mientras me esfuerzo por contener una nueva arcada al imaginar cómo murió el pobre enano— ¿Quieres decir que sacrificaron a ese pobre de ahí para atraer demonios?

Desde luego las puñaladas coinciden con esa posibilidad y el brazo arrancado junto con el corazón indican que los cultistas que llevaron a cabo semejante ritual macabro tuvieron éxito con su conjuración.

—¿Y qué hacemos aquí todavía? Huyamos antes de que aparezca esa cosa... —sugiero, visiblemente angustiado ante la posibilidad de ser sorprendidos por una criatura de pesadilla en cualquier momento.

- No podemos irnos, Chester. Quizás las desapariciones de los sacerdotes estén relacionadas con esto. Cualquiera que baje aquí abajo estará en peligro e incluso lo que sea que hay aquí abajo podría salir a la superficie y sembrar el caos. No podemos permitirlo. Tenemos que seguir investigando el lugar y dar con la raíz de todo este mal. - Dijo a su compañero mago para tratar de calmar sus nervios.

Lo cierto es que la sigmarita estaba esquivando el miedo que en otro momento se apoderaría de ella, al tratarse, seguramente, de algún tipo de ritual demoníaco. Todo este asunto hizo que se olvidase mmentáneamente de su objetivo primario: El goblin huído.

Una vez sus ojos confirmaron que el enano no se parecía en nada a Callum, y que recordó que Callum no era un enano sino un semielfo, su furia se apagó y tras limpiar la espada la guardó en su montante en la espalda. Nada dijo, aunque se podía ver un gesto de vergüenza en su rostro y no se atrevía a levantar la mirada.

Escuchó sin embargo, y cuando Gemme expuso su teoría, y rechazó de plano la sugerencia de Chester de huir, él se puso a su lado y asintió - Deber matar al Caos donde econtrar, eso decir pece... perce... teprestor... - parecía no encontrar la palabra - Jefe Duncan, - dijo finalmente - el siempre decir que... eso, que matar Caos, y Gemme decir lo mismo, Y Adso querer cazar Caos... - miró a Alder - y él seguir a Gemme a donde vaya porque gustarle. - Sonrió satisfecho y apoyó la mano en el hombro de Chester - y nosotros necesitar tu para que magiar al Caos... o hacer que resbalen, o eso que tu saber hacer.

La verdad es que no consigo entender muy bien qué quiere decirme Gunther, pero es un discurso muy bien dicho y hace que se me salten las lágrimas. O tal vez sean los vapores nocivos que se respiran aquí abajo los que hacen que me lloren los ojos.

Como quiera que sea, lo importante es que consigue hacerme sentir parte indispensable del grupo y emocionarme, así que no me queda más remedio que rezongar resignado y dejarme arrastrar por esta locura colectiva de perseguir a un enjambre de demonios por las alcantarillas de la ciudad.

...miró a Alder - y él seguir a Gemme a donde vaya porque gustarle...

La sigmarita se sonrojó ante las palabras de Gunther. El gigantón hablaba poco y mal, pero cuando lo hacía, soltaba verdades como puños. Eso era lo que le preocupaba de aquella última frase. Que fuera cierto, pues la sacerdotisa nunca se había enfrentado a aquello que le producía algún tipo de vergüenza y que las mejillas se le pusieran como su color de pelo. Por fortuna, volvió en si cuando vio que todo el grupo estaba dispuesto y que Gunther se situaba junto a ella.

- Muy bien, Gunther. Intentemos abrir la puerta. El rastro llega hasta aquí... - Comentó. 

Adso confirmó lo dicho por Gemme y Gunther y ayudó a Gunther a poder abrir, mover o derribar aquella puerta que les daría acceso al pentagrama del caos, y por tanto a aquella secta que parecía haber puesto su lugar de culto en las cloacas. 

- Yo también ayudo Gemme, estoy conforme de seguir esta pista y ver hacía donde se ha extendido este mal, si están realizando rituales macabros con fines malévolos, debemos de seguir investigando. Muy buena interpretación Gemme. 

En cuanto a lo comentado por la clériga sobre demonios... Adso estuvo observando mientras ayudaba a abrir la puerta. 

Se encontraban ante una puerta de madera de buena calidad con remaches y refuerzos de metal y asegurada con gruesas bisagras de metal al marco. La cerradura, parecía igualmente de buena calidad y en definitiva, se encontraban ante una nada desdeñable puerta. Debían decidir ahora sí optar por el sigilo, la magia de tener el arcano algún conjuro preparado o bien la fuerza bruta.

y él seguir a Gemme a donde vaya porque gustarle. -

 Ante aquellas acusadoraspalabrasy las miradas que le fueron dirigidas, el muchacho se limitó a sonreir y a encogerse de hombros.

-Oh, vamos... Lo extraño sería que no me gustase. ¿Vosotros la habéis visto bien?-reconoció con brutal sinceridad, dedicándole un guiño y quitandole cualquier atisbo de importancia.

-Además, esto por ahora me está pareciendo de lo más interesante con lo que me he cruzado en mi vida. Sería un desperdicio dejarlo pasar sin más.

Se agachó  más para inspeccionar de cerca aquella cerradura. De su bolsa sacó el juego de ganzúas de buena calidad y empezó a juguetear con ellas.

-Y por si fuera poco, hacer morder el povo a esos hideputas adoradores del Caos es toda una hazaña. Seguro que se puede sacar un buen beneficio.

Alder trabajaba rápido y de forma dedicada. Todos vieron su gran profesional en el arte de la apertura de cerraduras, pero lejos de abrirse, la puerta siguió cerrada y es más, el propio Alder se sorprendió al no haber notado en su tacto ni por un momento, la posibilidad de abrir aquella cerradura. Y es que después de tantos años, pocas eran las que se le habían resistido como aquellas y tras diez minutos intentándolo, se dio por vencido. 

En la falta de acierto de Alder veo la excusa perfecta para retirarnos antes de que sea tarde para nosotros.

—Sigmar, en su infinita sabiduría, desea protegernos y no quiere que entremos ahí dentro porque sabe que a los demonios no va a hacerles ninguna gracia nuestra intrusión. Una cosa es vérselas con un puñado de robagallinas y otra muy diferente es enfrentarse a las fuerzas del Caos alegremente.

Lo más probable es que ninguno me haga caso y Gunther la emprenda a mamporros contra la puerta hasta echarla abajo, pero así al menos podré decir "os lo dije" con mi último aliento de vida.

Puso una mano sobre el hombro de Chester, comprobando que, efectivamente, estaba bastante aterrado con la idea de encontrar algún tipo de demonio o criatura del caos. Ella lo hizo para tratar de calmarlo y que guardase la compostura, no para seguir asustándolo.

- Tranquilo, Cheser. Sigmar no querría que dejásemos a una criatura del caos campar a sus anchas y sembrar el temor en la ciudad. Yo cuidaré de ti. Te lo prometo. - Le dijo con una sonrisa, antes de girar la cabeza y buscar a Gunther con la mirada para dirigirse al grandullón. - Gunther, ¿Crees que podrías intentar echarla abajo? Ya que estamos aquí, podrías intentarlo. Se de las proezas de las que eres capaz con tus fuertes brazos. Si fuera necesario, puede hacerte más grande y fuerte... - Añadió a su ya de por sí enorme compañero de batallas.

Gunther miró la puerta, podía no ser de los más inteligentes a la hora de hablar, o de pensar en estrategias complicadas, pero siempre había sido bueno a la hora de evaluar un enemigo o una taréa física. Apoyó la mano en la puerta y pasó la mirada por las cinturas de sus compañeros, señalando el costado de Gemme

- Si tu prestar tu arma, Gunther tirar puerta abajo en uno o dos golpes - dijo asintiendo a su pregunta - No ser necesario agrandar más, ya ver tu trasero hace que Gunther crecer. - claramente tampoco era muy inteligente a la hora de hacer piropos... o chistes quizá, por la carcajada que dejó escapar.

Alder se cruzó de brazos y alzó las cejas, asintiendo ante el último comentario de Gunther

Con gesto enfadado, y a la vez vergonzoso, Gemme se acercó al gigantón y le pegó un tremendo pisotón en un pie antes de comenzar a reñirle por su sucio comentario.

- ¡No soy una de esas rameras de las que te he oído hablar tantas veces! ¡Guárdate tus comentarios lascivos sobre mi y respétame! - Después, apreciando el lenguaje corporal de Alder le miró con el mismo gesto enfadado mientras proseguía. - ¡Eso va por todos! - Añadió.

Tras sus palabras se apartó y se cruzó de brazos, no sin antes caer en la petición del grandullón sobre prestarle su arma, contestando nuevamente.

- ¡Y si quieres que te preste a Castigador, antes tendrás que disculparte! - Dijo refunfuñando.

Gunther no emitió sonido cuando la mujer lo pisó, ventajas de las botas reforzadas con acero, o quizá la resistencia al dolor ganada en el orfanato y campo de entrenamiento Sigmaritas. Como fuera, sorprendentemente bajó la cabeza y miró a la sacerdotisa con gesto compungido. - Perdonar Gemme, Gunther creer que elogiar trasero gustar a mujeres, si tu no gustar yo no volver a hacerlo. - se la quedó mirando un momento, como si quisiera preguntar algo más i no se animara, y finalmente lo hizo - ¿Que ser rameras? 

Dándole una palmada en el hombro al gigantón, Alder frunció el ceño, uniéndose a la reprimenda, pero más por haberse visto salpicado por sus acciones que por enocntrarlas erróneas.

-Si es que esas cosas no se dicen, Gunther... Pero tampoco se te puede culpar, claro. Dentro de tu salvaje inocencia desconoces la etiqueta y claro, hablas directo desde el corazón- negó con la cabeza gacha y los ojos cerrados, como si sintiese en el alma aquello que decía.

-Te ruego que le disculpes, Milady... el bueno de Gunther lo ha dicho con toda su buena intención, ¿verdad, amigo?-Rodeó sus enormes hombros con su brazo, en gesto cómplice.

-Ya sabes lo que se dice, los únicos que dicen la verdad sin rodeos son los bárbaros y los niños-aseveró-Y claro, si se encuentra con una dama tan distinguida y no menos hermosa, pues dentro de su escasez de vocabulario, es normal que una pueda malinterpretarle...-añadió realmente apenado.

-Pero no te preocupes, buen amigo. Si quieres, yo mismo te enseñaré como debe tratarse a las damas, para que nuestra querida compañera no se sienta violentada.

Habiendo mostrado su cara más diplomática ( Y quizás con un punto de sobreactuación) terminó por disculparse él también, para no dejar asperezas sin limar.

-Y yo me disculpo sinceramente, si mi reacción te ha disgustado, pelirroja. La brutal sinceridad de nuestro amigo me cogió por sorpresa...-dijo besándole el dorso de la mano teatralmente. Dicho lo cual volvió su atención al bárbaro nuevamente, -Rameras son putas, las que pagas para que yazcan contigo-hizoel gesto del dinero frotando pulgar e índice-Y las damas se toman como insulto que se las compare con ellas. añadió como primera lección de urbanidad

Soy de la opinión de que deberían de ser las rameras las que se sintiesen ofendidas al ser comparadas con damas y no a la inversa, pero me guardo mis opiniones para mí dado que por aquí no veo ni a las unas, ni a las otras.

Gemme es una sacerdotisa consagrada de Sigmar y una guerrera mucho más solvente que muchos de nosotros, así que está claro que se sobra a sí misma para defender su honor sin necesidad de que un hombre, una mujer, o un perro lo hagan por ella. Así pues, la escena solo me causa una creciente vergüenza ajena. A ver si al final no voy a ser el personaje más lamentable de este grupo...

Carraspeo ruidosamente para atraer sobre mí la dispersa atención de mis compañeros.

—¿Vamos a estar aquí todo el día? Es que huele como si un gato hubiera vomitado en un campo de coliflores podridas y se me ocurren, así sin pensarlo mucho, como doscientas treinta y siete cosas que hacer mejores que estar aquí de pie frente a esta puerta. Si queréis, nos marchamos y seguís con la clase de Cómo ser un Completo "Caballero" en otro sitio más agradable y con mejores vistas.

Gunther frunció el ceño ante el manoseo de Alder, demasiadas palabras, pero al menos entendió que trataba de disculparlo ante Gemme. Asintió cuando le preguntó si algo era verdad porque parecía que era algo bueno, y también cuando se ofreció a enseñarle como tratar a las damas, parecía saber lo que hacía. 

Puso gesto de duda cuando el pícaro le explicó en susurros lo de las rameras, las putas y las damas, y torció el cuello cual cachorro confundido - Pero Marga cobrar, y decir que ser dama, y que todas ser putas, hasta la esposa del alcalde. - había levantado un dedo, y luego levantó otro - Y Chloe decir que ser puta y cobrar, mas que Marga, y decir que todas tener precio y que yo preguntar cuanto cuesta. - un dedo más - Y la esposa del alcalde decir que ser muy cara para mi pagar, pero ella pagar Gunther para follar. María decir que Gunther mas grande que Alcalde, pero Alcalde tener mucho dinero. - se encogió de hombros - Otras mujeres pegar o reir cuando Gunther preguntar, y Gunther no pregunta otra vez. Gemme decir que no y Gunther no insistir. - claramente se refería a la primera vez que la había visto. En su mente todo había sido sencillo hasta el momento, el sexo se paga, y ahora se podía palpar la confusión en su palabra y en su mirada.

Sacudió la cabeza y resopló, demasiado complejo todo, ramera no era la que lleva ramas, era puta, y puta y dama no era lo mismo como decía Marga... Asintió ante las palabras de Chester, miró a Gemme y tendió la mano - Yo disculpar, tu presta martillo y yo matar puerta.

- Sigmar nos asista.... Toma el martillo. - Añadió mientras le prestaba el martillo al grandullón, ya bastante cansada y viendo que no había solución posible al asunto.