Partida Rol por web

-Mi día ha sido extraño desde que comencé a investigar. En seguida supe que el barco que buscamos zarpó de aquí después de que descubrieran un muerto en su interior. Pero la policía dijo que la muerte era por causas naturales, un ataque de tiburones, y que por eso podía seguir su rumbo- pero desde luego nada de eso era verdad- entonces conocí al forense, un personaje interesante. Al parecer le dejaron de lado pues poco después descubrió que el cadáver había muerto antes de caer al mar, y que las heridas distaban mucho de ser de tiburón. Y no solo eso, según él, otras tres personas más se presentaron ante él como investigadores del WCI. ¿La agencia mandó a más personas o son farsantes? Ni idea, pero van por su cuenta y no creo que tengan tanto interés en esclarecer la verdad como yo. Por último, el forense dijo que aún le quedaba trabajo con el cadáver y vine aquí, sin saber la que me esperaba.

Y entonces un extraño presentimiento le produjo escalofríos, ¿estará el forense también en peligro?

-Quizá deba decir a Jack que avise a su amigo policía de que el doctor puede ser un objetivo de esos tipos.

-Sí, tal vez esa sea una buena idea... parece que hay alguien que está muy interesado en que la verdad no salga a la luz... tanto que manda asesinos a sueldo a intentar acabarte y cuando uno de ellos es capturado prefiere matarse a ser interrogado.- Alex se mostraba pensativa. Intentaba encontrar alguna coherencia en lo que allí ocurría, pero sus esfuerzos eran vanos.

-Walter no me gusta nada toda esta situación... esta ciudad tiene demasiadas cosas que no andan bien. Yo... un rato antes de que te encontráramos, con Jack estuvimos en la casona que se ve al fondo del terreno. Allí... allí había un tipo muerto, atravesado de lado a lado por un pilar de las escaleras... No fue un accidente... Fue horrible- su voz se oía quebrada y distante. A la chica le costaba hablar de lo que había vivido horas antes. -Walt... ¿que chance hay de volver a casa? ¿Por qué no nos vamos a Boston cuanto antes?

¿Irse a casa? Sin duda lo había pensado al ver el peligro. Pero otra parte de él, la de escritor y periodista quería saber más. Aunque no sabía como decirle a su mujer que tenía dudas sobre el asunto y que a pesar de tener sus vidas en peligro, quería descubrir qué pasaba.

-Sin duda es algo que pensar, aunque no le haría gracia al WCI que nos retiráramos después de haber cobrado el anticipo. Y hay algo extraño en ellos que me hace pensar que no sería agradable cabrear a tipos así. Hablaré con Jack para avisarle sobre el forense y seguimos hablando.

Lo malo es que una parte importante de él quería largarse del lugar, y era posible que se dejara convencer por Alex para abandonarlo todo. Al fin y al cabo, allí sus vidas estaban en juego.

Las palabras de Walter la desanimaron, aunque ya se las esperaba. A su esposo le costaba dejar una idea cuando ésta resultaba prometedora; y Alex tenía la certeza de que tras aquellos acontecimientos algo grande se ocultaba. Algo que si lograba salir a la luz, podía catapultar a Walter dentro del mundillo de las noticias.

-Muy bien cariño, ve a ver a Jack... de todas maneras no podemos hacer las maletas y salir disparados al aeropuerto ahora mismo, no creo que haya vuelos nocturnos.- Cansada se puso a recoger la mesa. Aunque estaban en un hotel, no había más personal disponible, y el mantenerse ocupada la ayudaba a sobrellevar aquella espeluznante situación.

Tras haber obtenido información sobre aquel difunto, la lllegada al Royal Weird no sirvió para tener un momento de descanso. Allí, además de aquella nerviosa tormenta, Walter fué recibido por un grupo de matones desconocidos que había estudiado vuestro asesinato. Por un motivo que aún quedaba en el aire le querían ver sin vida, aunque por suerte se fueron con las manos vacías. El cuerpo del suicida escondía información algo valiosa para el caso, y el conserje os lo haría saber al día siguiente.

Cuando todo volvió a la normalidad, pudistéis dedicaros a cerrar el apetito -si es que había-, y hablar a solas. Alex no tuvo tampoco un gran día, y vivió una experiencia aterradora de la que aún no sabía nada Walter. Ella pensó en volver a Boston cuanto antes, lo que había vivido el primer día le atemorizó.

Ya en la habitación el viento, caprichoso, quiso recordaros que seguía por allí, y golpeó con fuerza, un par de veces, los cristales que daban al patio desde vuestra habitación. Fuera, una quejumbrosa noche de perros se cernía todo alrededor.