Como era de esperar por parte de Meredith, Walter parece tener claro que quiere aceptar el trabajo. Añade algunos detalles mientras saca un pliegue de hojas que ofrece al periodista, y después te tiende un bolígrafo para que empieces a firmar en varios papeles que indican especialmente las claúsulas y demás cosas típicas de los contratos.
-No deben preocuparse. Es preferible que tengan todo claro antes de partir.
Las jefas, los jefes de las empresas en general, siempre prefieren pequeños detalles que personas que tratan de aparentar importantes y que no suelen decir más que gilipolleces e insignificantes comentarios. Aunque posiblemente pasen una larga temporada allí, no se cuanto tiempo les podrá llevar, quizá dos semanas, un mes... y es recomendable que tenga una buena relación... Y si sirve de algo le deseo toda la suerte del mundo a Alex con eso de la cocina. Ríe de buena gana, sin ofender, seguidamente da el motivo de su contratación. Creemos que su marido es el mejor hombre para esta investigación. Cualquier contratiempo no duden en comunicarmelo. Por cierto, casi se me olvida... si no le importa, me gustaría también que cogieran alguna foto por la ciudad, suelo coleccionar lugares de todo el mundo. Sin duda le sumaría una interesante prima.
Carraspea.
Y una cosa más. Ante todo Walter, en cuanto consigáis la información de nuestro barco no deberá toquetear en los compartimientos de carga, lo tiene completamente prohibido. Sólo debe comprobar si la sosa caústica se encuentra allí.- Recalca, esperando que Walter le entregue las hojas del contrato.
Meredith actuaba como si el malestar de Alex no se notara. Sin embargo, la muchacha estaba totalmente segura de que se había dado cuenta de que no todo le cerraba pues sus palabras no dejaban de transmitir confianza.
Alex creo que te estás volviendo paranoica. Tal vez ésta sea la oportunidad que esperabas para volver a empezar, para recuperar aquellos primeros años con Walter donde no parecía posible que nada saliera mal.
Ante el comentario de la cocina la chica se relajó un poco -Lo mismo digo Meredith. Quién sabe si allí no está la gran oportunidad de mi carrera como chef- agradecida por tener algo más en que ocupar sus pensamientos, recibió los últimos detalles acerca del viaje intentando no pensar que todo aquello no era más que una gran mentira. Sin embargo, el último comentario disparó la alarma nuevamente, pero agotada por las emociones de aquel día decidió ignorarla y terminar de disfrutar de la velada, pues luego deberían embarcarse en el frenesí de preparar cosas con su marido para poder partir al día siguiente.
Walter sonríe cuando le ofrecen una prima por una simple foto, eso sería fácil de conseguir.
-Tomaremos esa foto, téngalo seguro- Ross miró a Alex y a su nueva jefa, con aquella frase ya había demostrado sus intenciones- Eso quiere decir que estoy de acuerdo con el trato. Total, tampoco es que tengamos muchas cosas que no aten aquí, aunque aún así espero que lo descubramos pronto.
Cogió la mano de su esposa y le miró interrogante, por si ella no estaba convencida.
-Si no tienes ningún inconveniente en ir, claro.
Pues como es obvio (menudo juego sería si no lo hago), acepto xD
-No, ¡por supuesto!- Alex miró con cariño a su esposo. Aunque no estaba del todo segura con que el trato era limpio, sabía lo bien que podía resultar para la carrera de Walter un trabajo como este, para una compañía seria y que además, no se preocupaba por escatimar en gastos. También el viaje podía traerle una oportunidad a ella, algo que venía buscando desde hacía tiempo. Definitivamente, no había buenos motivos para decir que no.
-Creo que deberíamos volver a casa en cuanto firmes el contrato cariño. Tenemos bastante que preparar aunque no sea mucho el equipaje que carguemos. Supongo que ahora Meredith nos dará la información correspondiente de nuestro vuelo, que creo que es lo que nos falta saber para poder estar listos a tiempo.
Lo mismo digo XDDDDD
La cena transcurrió con tranquilidad, tras firmar el contrato fueron bienvenidas unas margaritas y a partir de ahí todo fueron conversaciones amenas y divertidas, y si no, Meredith se encargaba de ello. Antes de salir, la nueva jefa de Walter recalcó que pasaran mañana por el edificio para recoger el anticipo y los pasajes de la capital islandesa. Los billetes de avión tienen las 17:37 como hora prevista de salida.
Como era de esperar habéis sido invitados, aunque probablemente la empresa haya sido la encargada de esa magnífica cena. Os despedís de la Srta. Silverstone y con un frió bastante impropio para el mes que corre os encerráis en el coche rápidamente, alegres por haber encontrado ese trabajo. Todo parece ir sobre ruedas.
Vuestra casa queda a unos 20 minutos en coche, y el poco tráfico facilita la conducción. Seguro que tenéis que planear muchas cosas antes de salir mañana hacia vuestro nuevo destino.
Hombre, conmigo como máster siempre tenéis libertad 100% de contestar. Así que si a Walter le pasa por la cabeza no aceptar el trabajo, no pasa nada. La historia hubiera continuado. =p
Pero sí, es mejor que aceptéis para no perder el hilo de la historia.
Bueno, rolead con libertad ahora, estáis en casa y en cuanto me digáis que queréis pasar al viaje pasamos a la nueva escena.
Hogar dulce hogar, pero por poco tiempo. Walter miraba su casa, echándole un vistazo profundo, por si no volvía allí en mucho tiempo. Seguía preguntándose si no aceptó demasiado rápido, pero la verdad es que era un buen trato, así que decidió no darle más vueltas a la cabeza y prepararse para el viaje.
No le costaría demasiado hacer la maleta, algo de ropa de invierno y sus queridos aparatos electrónicos, sin los que no podría estar mucho tiempo separados. De hecho una de las primeras cosas que se aseguró de haber guardado era su fiel portátil, el cual podría serle útil para escribir algo o buscar información. Luego estuvo un rato pensando si se llevaría alguno de los chismes que la revista de sucesos extraños para la que escribía ocasionalmente le había dado, como el espectómetro. No creía en esas cosas, pero al menos sería divertido ver cómo le miraban los demás mientras paseaba el artefacto, y seguro que si sus compañeros de "Magonia y el Santo Sudario" se enteraban que había ido a una investigación sin llevarse eso se lo reprocharían. Lo que le recordó que quizá debía llamarles al día siguiente para decirles que no estaría disponible por un tiempo.
-Va a ser raro dejar ésto por un tiempo- le dijo a Alex mientras terminaba de preparar sus cosas- ¿crees que nos hemos precipitado o que merecerá la pena probar la experiencia? Aunque con suerte consigues una oportunidad en el mundo culinario, Meredith dijo que podría conseguirte un trabajo allí, aunque pueda ser temporal.
La vuelta a casa fue extraña para Alex. Sentía un cosquilleo extraño en su interior y un enorme nudo en su garganta. La partida la emocionaba y entristecía a la vez. Iban en busca de un futuro mejor, de alcanzar aquellos sueños que la vida diaria les había ido quitando.
-Sí, no creí que fuera a extrañar tanto este lugar. Pero ahora que nos vamos... siento que estamos dejando mucha historia atrás. Perdón Walt, estoy demasiado sentimental esta noche. Sé que es por un tiempo nomás. Pero igual me cuesta dejar nuestro piso. Pero bueno, el futuro se ve muy prometedor- sonrió y tomó la mano de su esposo con cariño.
Sabiendo que el tiempo apremiaba, su razón la urgía a poner manos a la obra con las valijas. Sin embargo, su parte más irracional sólo quería disfrutar de aquel lugar una vez más, como cuando apenas habían llegado allí, su primer hogar juntos. Sin soltarlo, se acercó más a él y lo besó tiernamente al tiempo que lo abrazaba. Era hora de cerrar un capítulo en sus vidas y quería llevarse un buen recuerdo de ese momento. -Creo que las maletas pueden aguardar un rato más.
Chicos, les pido disculpas. No pensaba tomarme la semana santa, pero fue pasando sin querer que cada día no me daban ganas de ponerme a postear. Lo siento mucho :(
Ya arranco con ritmo de nuevo :)
Cuando Alex le cogió de la mano y le besó se dio cuenta inmediatamente de que era un estúpido. Estaba tan centrado en su nuevo trabajo que las prisas se adueñaron de él y se le pasaron por alto detalles más importantes. Menos mal que ella estaba ahí siempre para recordarle que es mejor tomarlo todo con calma y atesorar los momentos como se merecen.
-Siempre tienes razón- dijo respondiéndole con un beso- ya tendremos tiempo para hacer planes, prepararnos. Pero debermos recordar esta casa y esta vida como se merece.
Sonrió pícaramente y dirigió, como el que no quiere la cosa, su mirada hacia la cama de matrimonio.
-Ya tendremos tiempo para hacer las maletas antes de cambiar de aires- volvió a besar a Alex, siendo más largo el beso ésta vez.
En realidad, Walter ya había hecho la mayor parte de su equipaje. Sin embargo, sabía que ella querría hacerlo con más calma, a veces costaba despedirse de las cosas. Y ahora necesitaban un tiempo para ellos solos.
Al seguir la mirada de Walter el rostro de Alex se iluminó. Por un momento se sintió transportada a aquella primera noche que habían pasado en aquel piso, a lo felices que eran, a cuanto habían disfrutado hacer el amor por primera vez allí. En cierta manera, era una forma de cerrar un ciclo, concluir una etapa en sus vidas como pareja.
-Así es cariño, quiero llevarme un recuerdo tan lindo de esta noche como el que tengo de la primera que pasamos aquí... ¿te acuerdas?- sonrió con picardía rememorando aquella pasión. Sin dar mas vueltas lo condujo a la habitación y comezó a besarlo con pasión al tiempo que iba quitándole la ropa a su esposo y como podía, comenzaba a desvestirse a su vez. Sabía que el tiempo era escaso así que debían aprovechar hasta el último segundo, sobre todo por lo lenta que era ella preparándose para un viaje. Al enredarse con una zapatilla lo soltó y una carcajada escapó de su garganta. -Vas a tener que ayudarme con esto amor, no soy tan flexible como antes.
Terminó de quitarse el calzado y volvió a fundirse en un beso con él con pasión.
Sin duda aquel momento resultó casi hasta mágico, pues ambos os dejasteis llevar por las sensaciones, sin hablar, tan sólo gimiendo el uno para el otro como si aquella noche fuera la última que ibais a estar juntos, o como si hubiese sido la primera, llena de magía y pasión verdadera, pero desde luego, ambos disfrutasteis llenando de gemidos aquella habitación.
Pasastéis un rato más hablándo sobre el contenido de aquella carta. Poco a poco, el sueño os venció a ambos, quedándoos dormidos el uno en los brazos del otro.
Y así se acercó el momento del viaje, tratando de haceros la idea de que ibáis a abandonar Boston en breve. La noche se despejó y no hubo ningún sonido molesto para que entorpecieran vuestro sueño, salvo algunas sirenas de policía que patrullarían la ciudad en ese momento para resolver alguna pelea entre bandas. Quizás porque aunque no era la ciudad mas peligrosa del país, al menos tenía un puesto en el podio, seguramente eso se lo debe a la gran fama que tuvo a cerca de problemas con la mafia. No seria de extrañar que esa fama fuese del todo real, incluso en aquellos momentos.
El reloj marcaban las 09:17 de la mañana cuando Walter despertó, escuchando una música que venían del salón. Sabía que sería Alex que no quiso despertarle al verle dormir de aquella manera tan profunda.
Hacía un buen día, de esos que incluso te apetecían preparar las maletas.