Poco a poco el gentío se agolpaba en el andén e iban subiendo al magnífico tren. Por mi parte cargado con las maletas necesitaba un leve respiro para recuperar la circulación en las manos. Puse el pie en el primero de los escalones mientras apoyaba en el suelo una de las maletas. Levanté la vista y me encontré con un hombre d emediana edad ataviado con ropajes azules y botones dorados.
- Seguro que usted puede indicarme mi lugar en este magnífico tren- le digo mientras me presento.- mi nombres es Edward Mastermam.
- ¡Mira cuanta gente sube! No quiero que me dejen sin ventana - le protesta a su marido - con el poco aire que corre en estos trenes me voy a marear, ¡for sure!
Levanta la mano por encima de su hombro y da una señal a los botones para que la sigan.
- Let's go - se apresura hacía el tren dando cortos, pero rápidos, pasos que de no haber los típicos ruidos de un andén hubiesen creado una melódica percusión metálica con tintineo de sus pulseras.
Antes de llegar al lado de Henry se detiene y espera a su marido. En cuanto este llega siguen juntos hasta el azafato para que les indique su vagón.
- Oh tack. Usted es muy amable... Seguro que mi compartimento me encantará. Estoy encantada con la oportunidad de este viaje.
Y siguió al empleado que tan amablemente la había ayudado hasta su compartimento.
Pues eso... al compartimento 4
Mary correteaba por el andén. El sonido de sus tacones podía oírse en toda la estación. Cuando al fin se acerca al tren, posa su maleta en el suelo y respira. Está, obviamente, cansada debido a la carrera que ha debido tomar pensando que perdía su viaje.
Al fin estoy aquí.
Después de recuperarse un poco, sube al vagón mientras saluda al personal.
Buenos días... o noches, comenta mientras sonríe, soy Mary Debenham. ¿Puede indicarme mi habitación si es tan amable?
Me dirijo a mi vagón a dejar mis cosas
Como si tuviese todo el tiempo del mundo, sigo fumando mi cigarrillo apoyado en la pared. Mis dos maletas, una especialmente voluminosa ya que en ella llevo vario material de oficina, descansan a mi lado. Observo atentamente como la gente va saludando al que parece ser el acomodador para después entrar en el tren. Tiro mi colilla a mis pies y la piso, lentamente, mientras exhalo el humo de la última calada. Acto seguido me dirijo al tren con una maleta en cada mano, mi gabardina beis sin abrochar y mi sombrero bien anclado. Joder, doy el tipo Dick Tracy... Pienso mientras me dirijo al acomodador.
Ok, buenos días caballero, mi nombre es Cyrus Hardman. Supongo que podré pasar y acomodarme, no? Estás maletas pesan.
Me dirijo a mi compartimento a dejar las maletas.
Caminaba junto a Maggie más porque tiraba ella de mí que por gusto.
- Tranquila cariño, tenemos los sitios reservados en el billete.
Empiezo a buscar en el bolsillo los billetes y de paso aparto algo de dinero para la propina del joven que cargaba las maletas.
Bienvenido señor Constantine, su habitación es la número 3, en la que comparte habitación con el coronel. Espero que no le sea mucha molestia. De ante mano le pedimos disculpas señor, porque hemos tenido problemas con el reparto de habitaciones. Permitame que le ayude con el equipaje.
Entonces veo venir al coronel ArburThnot, al que también le indico las mismas indicaciones que a su compañero de habitación.
Oh! señor Coronel, permita que le indique el número de habitación, es la número 3 y este señor es su compañero de habitación el medico Constantine. Le decía al señor que espero que no les importe compartir habitación, pero hemos tenido unos problemas para el reparto de habitaciones. Como usted dice a la hora que desea tendrá su desayuno en el vagón comedor.
Entonces seguí saludado a los que seguían llegando.
Bienvenidos señor conde Andrenyi y Maggie, su número de habitación es la número 1, permitan que les ayude con el equipaje, y espero que tengan un buen viaje.
Seguidamente le indico a la enfermera Ohlsson (Greta) su habitación.
Señorita Ohlsson (Greta) su número de habitación es la número 4, permita que le ayude con el equipaje.
Le indico la habitación al señor Edward Masterman.
Bienvenido señor, su habitación es la número 10, con la que es compartida con un caballero que aún no ha venido. Permita que le ayude con su equipaje.
Después de ayudar a todos ellos atiendo al señor Hardman (Cyrus).
Bienvenido Hardman (Cyrus), su habitación es la número 8, permita que le ayude con el equipaje y espero que tengo un buen viaje.
Me dirijo a la señorita Debenham (Mary) y le digo
Bienvenida señorita, permitame que le ayude con el equipaje, su habitación es la número 7.
- Grácias joven. - Le extiendo unas monedas al chico de las maletas . - Ya lo has oído Maggie, la número 1. - Le dígo a mi esposa mientras le ayudo a subir desde abajo.
- Adelante, pues, mi buen amigo. Disfrutemos de un buen viaje. - Le comento a Poirot mientras subimos al vagón. - ¿Ha resuelto algún caso últimamente? ¿Quizás era de este tema por lo que discutía con el teniente? La rapidez de su conversación y mi discreción no me permitieron participar en la misma.
Camino de mi habitación.
Bienvenido señor Bouc, su habitación es la número 6, y la comparte con un caballero que aún no ha venido al tren. Espero que no le moleste que le hayamos puesto con alguien en su habitación. Pero hemos tenido problemas a últimas horas y hemos tenido que repartir a pasajeros en habitaciones.
Permitame que le ayude con su equipaje.
Llegué a la andana con mi maleta y un diaro del día en la mano. - ¡Mamma mia! - Era precioso la estación. Había bastante gente subiendo al mismo tren. Revisé mi billete pero no encontré a dónde ir. Había un ayudante vestido de azul. - *Scusi signore, posso indicarme che essa carri?. - Le dije con un perfecto italiano.
- *Perdone señor, ¿podría indicarme cual es mi vagón?
- ¿¿Monsieur, en cual debo embagrcagrme??
Dice Poirot dirigiendose al mozo
Seguía allí plantado en la puerta a la espera del resto de pasajeros que faltaban por llegar. Cuando vi aparecer a un señor que hablaba en italiano.
Bienvenido caballero, usted debe de ser por su acento italiano el señor Foscarelli (Antonio), su habitación es la número 6, y tengo que decirle que comparte habitación con el caballero Bouc. Lo que el señor Bouc está en la habitación esperándole para conocerle. Espero que no le importe que le hayamos puesto con alguien en la habitación pero desgraciadamente hemos tenido problemas de última hora. Permita que e ayude con el equipaje.
Entonces vi aparecer al señor Poirot, al que saludé.
Bienvenido señor Poirot, es un placer tenerle en el Orient Express, he oído hablar muy bien de usted caballero. Tengo que decirle que le están esperando varios pasajeros por aquí en el tren. También tengo que decirle que su habitación es la número 10 y la comparte con el señor Edward, criado del señor Rotchett. Lamento que le haya tocado una habitación compartida con el criado. Pero no le pudimos poner con su viejo amigo Bouc, ya que me comentaron que usted no sabía aún con certeza que viajaría en este tren.
Permita que le ayude con el equipaje
La Sr. Mubbard entra se acerca con mirada altiva y cansada.
-Disculpe, caballero. ¿Mi habitación?
Vi venir a la que era la última pasajera del tren y le dije.
Bienvenida señora, su habitación es la número 9, si me permite que le ayude y le cargue el equipaje será mejor. Le dije mientras le ayudaba a subir a la señora al tren.
-Gracias.-Dice con simple educación, sin una mínima sonrisa ni nada. Hacía tiempo que no sonreía. Deja que la ayude a subir y camina hacia su habitación una vez dentro.
El andén donde se encontraba el tren Orient Express empezaba a cerrar sus puertas. Ya estaban todos sus pasajeros dentro de él. Por lo que Henry se encargo de cerrar las puertas.
Mientras el conductor Michel (Pierre) hacia sonar la sirena del tren para aquellos que aún faltaban de última hora viajar en el tren.
Tan solo faltaban diez minutos para que se pusiera en marcha, por lo que Henry no se marcharía lejos de la puerta por si tenía que abrirla para que entrasen o salieran de él.
Mientras os acomodáis en vuestras habitaciones, en salón y en el comedor, escucháis el primer aviso que hace vuestro maquinista.
Eso os hacía poneros algunos más nerviosos de querer empezar viajar y disfrutar del viaje. Otros seguían con la misma tranquilidad que siempre.
Vale, ya estáis todos en el tren. Por lo que voy hacer lo siguiente seguir posteando en las escenas que deseéis, hasta que el tren arranque. Que eso será la semana que viene, es decir el lunes.
Así doy tiempo para que os conozcáis un poco todos.