No, ni yo mismo sabia de su existencia...solo te dire que no forme parte de la compañia del Capitan mas que por casualidad, pues servia como cocinero en una fortaleza, luego vuestra compañia sufrio la baja de su cocinero y aqui estoy. Sois un hombre fiel y de honor sargento y siempre gozareis de mi respeto. Todos, guardamos con la edad fantasmas, aunque los mios no hay armario para guardarlos....debeis guiar al joven Teniente y evitar que cometa los errores graves propios de un mando alto y la juventud, creed que se bien de lo que hablo. Desde la batalla del paso de Khardum El recuerdo de la batallla hace que la expresion y los ojos del cocinero encierren una enorme tristeza. A mi, no me hara caso, pues aunque me he desvelado como un habil guerrero y hasta nuestro acompañante elfico ha reconocido en mi otra vida anterior no creo que sea prudente revelar mi autentico ser pues aquello quedo en el pasado y ahora soy lo que soy un cocinero, ademas el orgullo hara que no me escuche, por eso confio en vos....eso si, luchare con todo e incluso dare mi vida si con ello puedo hacer que esta mision tenga exito....
entiendo que por edad soy tio del teniente.....
Es sorprendente el destino. La revelación del apellido del joven teniente por parte de Orlant era algo que no esperabas ni remotamente.
En la orden, los caballeros se llaman entre sí por el rango o por el primer nombre. No por el apellido. La razón de esto es porque al hacerse caballeros, los hombres se igualan, no importa la familia de la que proceden. Sin embargo, esto es sólo en teoría, lo cierto es que existen linajes poderosos, como por ejemplo los Stoneheart, cuyos miembros siempre terminan en puestos importantes ya que son entrenados desde que nacen con este objetivo, además de contar con gran poder político y financiero. De hecho, uno de los Maestres de la Orden de Caballeros es un Stoneheart.
Y el destino te ha llevado hasta aquí, junto a Derlan. No te extraña que el teniente te recordara a ti mismo de joven. Ahora lo comprendes, reconoces ciertos rasgos familiares en su rostro. Sin duda debe tratarse de uno de los hijos de alguno de tus hermanos, puede que Terlant, por la edad…
Tus hermanos… tu familia… hacía tanto que no pensabas en ellos… su recuerdo todavía te causa dolor, pena y vergüenza. Sabes que fue la influencia de los Stoneheart lo que evitó que te condenaran a muerte, pero también estás convencido de que borraron tu presencia de los libros de linaje, que tu nombre jamás se ha pronunciado en presencia del chico, ya que para los tuyos la manera de ocultar la falta que cometiste fue olvidar tu existencia…
entiendo que por edad soy tio del teniente.....
Efectivamente.
Escuchas las palabras de Petrer con atención, sorprendido por los acontecimientos y pensando seriamente si la mano de Korth no ha guiado este encuentro...
Sea lo que sea lo que hizo que degradaran a este hombre sin duda fue una grave vergüenza para una familia como la suya. Estás seguro que para los Stoneheart, Petrer es alguien olvidado, al que no se le menciona y cuya existencia ha tratado de ser borrada.
No importa lo que hiciera. Por lo que dice, ha pagado su falta con creces. Lo que cuenta son sus acciones presentes...
... y además resulta que Petrer también es un veterano de la batalla del paso de Khardum, lo mismo que tú...
Si normalmente ya era difícil evitar ser confundido con por las palabras del elfo cuando te daba la razón aún era más complicado. Aquel ser conseguía meterse en tu cabeza y hacerte dudar de todo con solo un par de frases.
Parecía leer en mi mente, no sabía cómo, pero lo hacía. Estaba tan seguro de que usaría lo que encontrara cuando intentara volver a crear cizaña en el grupo como de que no le daría más munición respondiendo a sus preguntas.
Si en verdad compartes destino y sufrimientos con esa bestia, te compadezco.- le dije con absoluta sinceridad mientras una idea pasaba por mi cabeza.- ¿Tienes idea de lo que provocó el ataque de antes?
Si podíamos reproducirlo nos libraríamos momentáneamente del más peligroso de los enemigos a los que nos enfrentábamos, aunque eso implicara que tuviera que cargar a hombros con el asqueroso elfo.
-La batalla del paso de Khardum- Miré a los ojos de Petrer y vi en ellos la tristeza que provocaba esos recuerdos, en los míos había resignación. Mis actos de ese día no fueron todo lo honorables que podía esperarse de un futuro caballero, pero por Korth que fueron los correctos y si estuviera una vez más en la misma situación volvería a repetirlos aunque volvieran a llenarme de deshonor.
Parece que nuestros fantasmas tienen el mismo origen.- le confieso. Aunque por lo visto no las mismas consecuencias. La enorme pérdida de vidas sufridas ese día había provocado que yo ascendiera a caballero mientras que Petrer había sido expulsado de la órden.
Lo intentaré.- Petrer era un hombre de honor. Un padre que se preocupaba por su hijo y yo comprendía exactamente como podría sentirse en esos momentos.- Aunque ya viste lo que paso cuando intenté que ambos os lanzarais por el tobogán con el prisionero, dejándonos solos a Sertois y a mi contra el lobo que descendía.- Sonrío al recordar como Petrer se había lanzado a la carga.- Bueno. Al menos puede decirse que se parece a ti. Tú tampoco me hiciste el menor caso.
A parte de tratar de envenenarte la cabeza con sus palabras. ¿Ha dicho algo de utilidad? - le pregunto por último mientras señalo al elfo con la cabeza.
Ya sabemos que no fue por la astucia ¿no?, le respondí al chico que tenia por delante con una media sonrisa en el rostro.
Que atraparon al elfo, indique dejando en el aire el discernir mis anteriores palabras.
Siempre podemos cambiarle sus ropas por las de otro de su talla, dividir el grupo y de esa forma tener mas posibilidades.
Un movimiento arriesgado sin dudas, aclare quitándole asperezas al asunto, pero tenemos pocas chances de seguir como grupo.
Y vivir para contarlo.
Lo que suponía entonces.
Estamos perdidos ante la manada, murmure meditabundo mientras me rascaba el mentón.
¿Traicionarnos?, le respondí entonces mirándole a los ojos de refilón, no creo que tenga tiempo para hacer eso por el momento, somos su mejor chance y podría haber escapado muchas veces de haberlo querido.
No, me acuclille frente a el, la mejor opción que tenemos es dividir el grupo, cambiar los atuendos del prisionero por otro de su misma talla y forzar a la bestia mayor a perseguir una falsa presa.
Estos, los señuelos, deben correr como alma que lleva el Diablo en pos de alcanzar el río puesto que es su única opción de salir con bien de tan nefasta cacería.
El otro grupo no la tendrá fácil claro, pero si la bestia se comporta como tal, el grupo que la manada que les siga será menor y por ende, un poco mas fácil de evitar.
Aunque claro, es una idea que nunca aprobaría de mi boca el teniente.
-El elfo es astuto, pero no tanto como el se cree. Lleva todo este tiempo tratando de sembrar la discordia y dividirnos pero somos mejores que eso-respondió el caballero- no nos separaremos pero disimular su olor, si sirve para algo...merecerá la pena intentarlo. Pero no prestes mucha atención a sus palabras, como te digo no es de fiar...
El caballero miró de reojo al lugar donde se encontraba el elfo. Estaban hablando bajo, lo suficiente como para que no los escuchara, pero aún así no quería arriesgarse a dar ninguna información al prisionero. Cualquier cosa de la que pudiera sacar ventaja lo haría.
Asiento a las palabras del explorador. Si la manada nos alcanza no tendremos la mínima oportunidad.
Sí que lo hará. No sé ni cómo ni cuándo pero lo hará. Supongo que cuando dejemos de serle útiles.- No había rencor en mis palabras, pero sí el más grande de los convencimientos.- Recuerda que es nuestro prisionero, si la situación fuese al revés, ¿No intentarías tú escapar usando cualquier método a tu alcance?
Escuché el plan de Sertois, no era malo del todo. De hecho, era lo mejor que teníamos hasta el momento, pero había algunos detalles que no me gustaban, el principal de ellos era que tendría que equipar y armar al elfo cuando lo prefería tener atado y controlado.
No sé por qué os ha dado a todos esta noche por pensar que Derlan me hará caso.- Niego con la cabeza.- Puedo intentarlo, aunque el teniente es demasiado joven y está demasiado pagado consigo mismo y con su cargo como para hacer caso a ¿Cómo me llamaste? A un viejo de culo fofo como yo
Necesito saber un par de cosas más. Dime que el elfo no ha tenido nada que ver con tu plan y cuáles deberían ser los miembros de los dos grupos.
Viejo de culo fofo, idiota redomado, ciego a nuevas ideas, y muchas otras cosas mas, le respondí sonriente, pero eso no viene al caso ahora.
En cuanto a lo que dices, eso de “No sé por qué os ha dado a todos esta noche por pensar que Derlan me hará caso.” Me intriga saber que te ha dicho el cocinero realmente…le indique dejando en el aire el final de mis palabras por unos momentos.
Mas confundes mis palabras, continué al tiempo, no te he pedido que le digas nada al teniente, te he comentado mi idea, un plan sólido que es nuestra única chance por lo pronto.
Llegado el momento, deberemos decidir, sin importar los títulos que tenga cada uno, aquí esta en juego la vida, y bajo ese precepto el resto de las cosas pierden importancia.
Al menos para mi, aviso con decisión.
Por lo de los grupos, es fácil, irías tú, el prisionero con las ropas del cocinero y yo.
En el otro el cocinero con las ropas del elfo y el teniente.
...
Si te preguntas el porque de estos grupos es simple si dedicas un poco de tiempo a discernir mis ideas.
La bestia que lidera la manada es inteligente, más que lo que me gustaría pensar, ha olfateado al prisionero y por su olor se guía para seguirlo.
En cuanto al teniente, le ha visto mandar sobre el resto cuando nos encontramos con los lobostroll en el barranco, es esperable que sea el quien se lleve al prisionero y no otro.
Esto no quiere decir que vaya a dejarnos al resto escapar sin más.
Claro que no.
Pero si mis sospechas son fundadas, las bestias que nos persigan serán menos que las que sigan a los otros.
y por que necesito carne de cañón que aguante a las bestias, pensé mientras le miraba.
Llamame supersticioso si quieres, pero no es para mi plato de buen gusto hablar con enemigos ancestrales, por lo que no he cruzado palabra con el, quisiera aclararte, Derlan no es mi hijo, eso seguro, mi hijo apesar de todo, murio en aquel aciago dia de la batalla, al igual que mi mujuer y tantos miles apesar de todo....Ademas, entendi mas util luchar sabiendo de mis habilidades junto a ti que tirarme como un inutil por un tobogan, lo que fue una torpeza fue hacer que se fuera el explorador con su cobertura podriamos haber resistido mucho mas y haber acabado con algunos de ellos...no huyo nunca de las luchas sargento, solo lo hice una vez, por una causa "noble" aunque egoista y no consegui mas que la muerte para todos...asi que , no volvere a rehuir un enemigo, eso tenlo por seguro....
Escuché las palabras de Petrer.
A veces hay batallas que no puedes ganar. Lo del barranco no era una huida, era una retirada táctica. La misión era lo más importante. Quedarnos no era una opción, y dejar al prisionero al cuidado de únicamente uno de nosotros no era una decisión muy prudente.
Me levanté y puse mi mano sobre su hombro.- Es mi turno de guardia. Aprovecha para descansar. Mañana será otro día muy duro.
Peter se levanta y mira a los ojos del sargento. Luego asiente con la cabeza y se retira a descansar.
Sonreí ante las palabras del explorador. - Los dos sabemos que esa boca tuya volverá a meterte en problemas.- Sertois me había salvado la vida varías veces a lo largo del día que ahora terminaba, y lo más probable es que no tuviese ocasión de agradecérselo como correspondía, con un buen vaso de vino y un trozo de carne asada junto al fuego de una taberna.- Y esa vez no estará el viejo sargento Orlant para volver a sacarte del calabozo y meterte de lleno en esta apasionante aventura.- El chico tenía un grave problema con la autoridad. No sabía por qué, pero estaba seguro que poder decirme esas cosas le hacía extrañamente feliz. Así que, ¿Por qué negarle esa pequeña felicidad? Un buen mando sabe cómo tratar a sus soldados y Sertois Marr era del tipo de soldado que necesitaba algo más de cuerda que el resto para rendir como necesitaba que rindiera mañana.
¿El cocinero?... Pues más o menos me ha dicho lo mismo que tú, que el teniente no hará caso a lo que él proponga y que piensa que sí que me hará caso a mi. Luego nos hemos puesto a contar historias de viejas batallas y compartir recuerdos de cuando éramos más jóvenes y pensabamos que podíamos cambiar el mundo.
Escuché sus palabras sobre las votaciones y la vida, parecía que Sertois había llegado a su edad a la misma conclusión que llegué yo con dieciséis años. Lo que me preguntaba es si la habría puesto en práctica alguna vez; si habría escuchado los gritos de dolor y miedo de los compañeros a los que abandonaba a una muerte segura mientras eran despedazados los trolls y rogué a Korth para que, de no haber sido así, el explorador no se viese nunca en aquella situación. - Cuando mañana decidamos, ten presente que algunos miraremos por la vida de otros a demás de por la nuestra. No nos juzgues con severidad por nuestras acciones.
Me levanté.- Mi turno de guardia se acaba voy a descansar un rato. Buenas noches Sertois.
Ten cuidado con las palabras del elfo. De cada dos palabras que salen de su boca tres no son más que mentiras.
Di un par de pasos hacia la zona donde dormíamos alejándome del explorador.- Ah, y gracias por no mentirme diciéndome que él no ha tenido nada que ver en el plan.
¿Tienes idea de lo que provocó el ataque de antes?
Las brasas de la hoguera están tan apagadas ya que el rostro de Girshael queda completamente envuelto en la oscuridad. Sin embargo, sus grandes ojos reflejan los rescoldos ardientes y rojos, dándoles una apariencia tan diabólica que te sorprendes llevándote la cruz de Korth a los labios.
Nada que sea capaz de reproducir de nuevo, sargento. Susurra. Si así fuera, no dudaría en explotar esa debilidad de nuestro enemigo en nuestro favor.
No, fue algo externo, pero a la vez vinculado a esa bestia y a mí… y a otros, otros como yo, que compartimos un vínculo, una conexión… una maldición, si así lo entiende mejor, sargento Orlant.
¿Maldiciones? Cada vez sientes más repulsa ante las palabras del elfo. ¿A qué se referirá? ¿Magia negra elfa? Sin embargo, parece que el Prisionero pierde su locuacidad por momentos.
No son temas agradables de comentar en una noche como esta. La voz de Girshael parece cargada de amargura. Pero créame cuando le aseguro que lo que sucedió es una buena noticia… Y ahora, trate de dormir algo, sargento, y rece, rece por usted, por los suyos, por nosotros, porque sobrevivamos mañana…
Todos tenemos derecho a creer en nuestras propias mentiras…
El Prisionero ya no responderá a nada más, por el momento...
Respecto al tema de cómo podría seguir vuestro rastro la Manada, te explico lo que Sertois, debido a su experiencia, podría saber:
Esos lobos-troll tienen parte de huargo (una especie de lobo gigante maligno), por lo que su sentido del olfato está tan desarrollado que para ellos seguir olores es como seguir un camino marcado por líneas de colores en el aire.
Sin embargo, para seguir ese rastro, deben saber cómo es. Por ejemplo, para seguir el rastro de los personajes, deberían poder olfatear algo vuestro y de esa manera pueden seguir el rastro. Y de momento no tienen nada, por lo que es muy difícil que os encuentren de esa manera.
Sin embargo, quizás puedan encontrar un rastro de olor humano o elfo en el aire. Para ello, deberían cruzarse por un lugar por donde vosotros ya hubiérais pasado. En ese caso realizaría una tirada de Olfateo por los lobos-troll, con una dificultad variable (mayor cuanto más tiempo haya transcurrido desde que pasasteis por allí). Y si la aciertan, entonces pueden comenzar a seguir el rastro.
Como ves, depende algo de la suerte (en el momento en que la Manada pase por un sitio por donde vosotros hayáis pasado). Por eso juega a vuestro favor la gran extensión de terreno a vuestro alrededor (que la Manada debe cubrir para tratar de encontrar vuestro rastro y que hará sin duda que se tengan que dividir para cubrir más terreno) y que ellos no sepan cuál es vuestro destino.
Respecto a lo del elfo, se les podría engañar, dejando ropas suyas a modo de rastro falso, o ponerle sus ropas a otro personaje (para que crean que siguen al elfo cuando en realidad siguen a un humano), o que el elfo se ponga ropas vuestras para camuflar su olor.
Como ves, muchas posibilidades…
Falta una hora para el amanecer…
Las palabras del elfo despiertan a los que duermen, y hace que se levanten de forma inmediata. Al fin y al cabo son caballeros de Stumlad, hombres acostumbrados a la disciplina militar y a condiciones de vida duras durante largas campañas en campo abierto. Son capaces de dormir en cualquier lugar y estar preparados en cuestión de minutos.
Dentro de las cuevas es difícil calcular el paso del tiempo, pero Sertois coincide con el Prisionero en que el sol saldrá pronto, y es momento ya de ponerse en marcha. Antes de ello, el sargento Orlant comprueba el estado de las heridas que sufrieron durante la huída de ayer, verificando que todos están en condiciones, y Petrer prepara un par de antorchas que les servirán como iluminación en la oscuridad subterránea.
El teniente Derlan se ocupa de vigilar de continuo al elfo, manteniéndolo siempre un paso por delante suyo. Girshael, a pesar de haber pasado la noche en vela, no parece estar en malas condiciones, de hecho, su rostro ha recuperado parte del color que perdió ayer cuando sufrió ese extraño ataque antes de entrar en las cavernas.
Sin decir una palabra, ya que no hace falta, se adentran más en el subterráneo, en busca de una salida que les lleve a la superficie.
Sin embargo, a pesar de la oscuridad apenas rota por la exigua luz de las antorchas, a pesar del sentimiento agobiante que causa la estrechez de las cavernas, a pesar del temor a no encontrar una salida, a pesar del temor a encontrarla y enfrentarse a lo que les espera fuera, a pesar de todo eso, en los caballeros se percibe una determinación silenciosa y obstinada.
Son caballeros de Stumlad. La muerte siempre es su compañera de viaje, siempre está con ellos. Están preparados para morir si es necesario. Están entrenados para ello.
Pero ahora tienen un objetivo. Una meta a su alcance. Porque al norte hay una torre fortificada con un destacamento de caballeros esperando. Saben que si logran llegar hasta allí, se habrán salvado.
Una posibilidad por la que bien vale la pena seguir adelante…
Esta escena termina aquí y queda cerrada.
Prisionero continúa en la siguiente escena: Cazadores y Presas.