Partida Rol por web

Ralentizas tu propia respiración mientras apuntas con tu arco hacia el monstruoso ser que se aproxima con lentitud, como saboreando el momento, hacia el indefenso sargento caído sobre el suelo de hojas secas del bosque.

Y por primera vez, puedes ver claramente a la criatura.

Se asemeja a un perro-lobo de piel desnuda que presenta el tinte grisáceo de la piedra, del tamaño de un caballo pequeño. En su plana y voluminosa cabeza refulgen dos ojos rojizos sobre una tremenda mandíbula, surcada por afilados colmillos. Un cuello corto y musculoso une su testa a su no menos macizo cuerpo. Sus anchos hombros terminan en unos imponentes cuartos delanteros, algo más largos que sus también robustas patas traseras. Coronan los cuatro miembros unas terribles garras de cuatro apéndices que podrían desgarrar hasta la roca.

Casi ha llegado hasta Orlant. El ser tensa sus músculos, preparado para lanzarse contra él.

Entonces disparas.

La flecha se clava en uno de los ojos de la criatura. Profundamente. Hasta las plumas. Llegando al cerebro.

El monstruo sufre un espasmo violento, levantando su testa hacia atrás, para después caer a un lado pesadamente.

Muerto en el acto.